Desaparece la librería Internacional


            Situada en la calle Carlos de Arellano y tras una década larga de actividad, «Wally» el librero,  pone fin a su actividad como vendedor de libros de segunda mano, usados o viejos. Antes de este local, estuvo situado en otra local más pequeño, en un edificio colindante que ya fue derribado y luego reconstruido, en el lateral de la calle de Luis Morandeira. Toda esta zona fue remodelada, peatonalizada, e incrementado el valor de la zona, aunque el resultado quedara lejos de lo pretendido. Todavía existen algunos edificios antiguos, como éste, que marcha hacia la desocupación completa. Hay otros en esta mismo tramo de la calle, y otros algo más arriba, que serán objeto de derribos en un futuro no muy lejano.

                                      El lugar de los libros antiguos

            Cuando acabe el mes de febrero, todos estos libros desaparecerán de la librería Internacional, y el local quedará expedito. Centenares de estos títulos desaparecerán, junto con sus autores, para siempre. No todo está informatizado y gran parte de este saber se perderá. Es cierto que muchos libros se convierte en viejos nada más ser publicados, pero como se dice en El Quijote: «No hay libro tan malo que no contenga al menos algo bueno», y es verdad. Siempre hay algún párrafo, quizá una sola frase, una fotografía o incluso un dato, por el que merece la pena ojear los libros antiguos y usados, y salvarlo de olvido completo. E

               Los libros, las enciclopedias, las colecciones de revistas, empiezan a perder su lugar en las casas y en nuestras vidas. Sin embargo, nunca será lo mismo abrir un libro, dejar una pequeña marca o señal entre sus páginas y volverla a encontrar y releer pasados los años. En El Alminar dejamos marcas, e incluso pequeñas anotaciones en las páginas, que son también una señal para el futuro. No hay nada comparable con el placer de encontrar un libro usado con alguna estampa o fotografía dentro, alguna  señal, un subrayado, e intentar pensar qué es lo que llevó al anterior propietario a dejarla allí. Todo esto no existe en el libro digital.

                  En algunas ciudades, e incluso en las bibliotecas públicas, existen puntos de intercambio, en donde continuamente se dejan libros que ya no interesan, o que no volverán a ser leídos, y que a lo mejor interesan a otros. Es verdad que los libros sí ocupan lugar y que no todo puede ser conservado en las casas. Tampoco todo merece serlo. Hay que expurgar de modo constante las bibliotecas. En la Biblioteca Pública de Melilla existe un sótano con varios miles de libros que ya casi nadie lee, consulta o que ni siquiera sabe que existe ese lugar de los libros perdidos.

                    Hace cuatro años escribimos sobre este espacio único en la ciudad de Melilla. Hoy comunicamos su próxima desaparición, cuando acabe febrero. El viejo mundo desaparece.

 Nota:https://elalminardemelilla.com/2014/03/17/la-libreria-internacional/

 

 

 

3 comentarios en “Desaparece la librería Internacional

  1. Nunca había oído sobre ninguna «librería internacional». Ni siquiera en la calle de Carlos de Arellano. Ahora bien, el tal Wally me suena. Creo que impartía clases de idiomas en la Academia de Paulino. Mi hijo estudió en esa academia y me parece que cerró hace ya tiempo.

  2. Ocurre que medimos el tiempo en cosas que nos han marcado. Nada es permanente. Unos vienen y otros se van. También nosotros algún día tendremos que dejar sitio a los que vienen. Así es la vida.

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