Cuando La Iglesia opina del mundo


    Los romanos están muy a gusto con el Papa en la Ciudad del Vaticano, pero son muy críticos con La Iglesia y no son nada mojigatos. Cuentan de ellos, de los romanos, que tienen una segunda interpretación para la siglas de las matrículas de los coches oficiales del Vaticano SCV ( Santa Ciudad del Vaticano) y que los romanos traducen por: » Si Cristo Viera». Cuando la Iglesia opina del mundo, por lo general yerra. Viene esto a cuento por las palabras expresadas por el obispo de Alcalá de Henares Monseñor Reig Plá, acerca de la homosexualidad. Hablaba de algo que no conoce, por eso dijo una tontería soberana, que fue corregida inmediatamente por el Cardenal Arzobispo de Barcelona Monseñor Sistach.

         Igual que sancionamos y criticamos  la mezcla de política y religión, y de cómo los políticos, sobre todos los populares,  hacen por dejarse ver en las procesiones de Semana Santa (incomprensible lo ocurrido en Melilla en algunas procesiones), debemos criticar y no admitir la intromisión de La Iglesia española en la política y en la sociedad. Como dijera Manuel Azaña, último presidente de La República española: «La Iglesia es el principal partido político de España».

       La Iglesia puede opinar, pero dentro de su ámbito, lo que no puede es imponer sus criterios doctrinales al resto de la sociedad, como hizo en el pasado reciente. La Iglesia tiene su opinión sobre cuestiones como el aborto, la homosexualidad, sobre la investigación con células madre, pero no puede obligar a que se modifiquen leyes que protejen el derecho y la salud de las mujeres,  a decidir si son madres o no. Tenemos un Iglesia muy intervencionista en el ámbito social. Hace ya tiempo que en un debate sobre ciencia, alguien dijo que desde lo de Galileo, ya no tenía en cuenta la opinión científica de la Iglesia para nada. Hablaban sobre células madres. Lo que tampoco pueden impedir es que se les responda si opinan sobre cosas que están fuera de su alcance y conocimiento.

       La Iglesia está involucionando por la acción y la presión de grupos integristas, ayudados por una Curia Cardenalicia que tiene miedo del mundo. A problemas del siglo XXI no se le pueden ofrecer respuestas del siglo XV.

    Nota: La fotografía del sarcófago es de la Catedral de Alcalá de Henares, la que contiene los restos de los niños mártires   Justo y Pastor, patrono de La Villa. La destrucción de la Catedral de Alcalá de Henares fue achacada en principio a los bombardeos de la aviación de Franco. Versiones más recientes atribuyen su destrucción al incendio provocado por «izquierdistas incontrolados». Es un hecho también que «militares sublevados» utilizaron La Magistral como baluarte defensivo, instalando ametralladoras en la torre. Al parecer se rindieron el 21 de julio de 1936, hecho que bastó para justificar su incendio y destrucción. Aunque los primeros que la convirtieron en un objetivo bélico fueron los militares sublevados contra el Gobierno Legítimo.