Melilla, ¿aceras o bancales?. (I)


El estado de las aceras de Melilla

     Resulta difícil encontrar en Melilla un tramo de no mas de 10o mts. de acera en estado óptimo y eso que hablo del centro de la ciudad, como esta calle, la del Actor Tallaví en su tramo central en dirección a la forntera de Beni- Enzar. Es un auténtico bancal lleno de agujeros, ondulaciones, desniveles que hacen casi imposible el caminar sin sufrir algun percance, a las personas en pleno uso de sus facultades físicas. Según una ecuación que todavía estoy formulando, el estado de la gestión urbana emperora en proporción directamente proporcional a la distancia a la que se halle el Centro de La Ciudad.

Si lo que se intenta  es pasar por allí con cochecitos de niños, o personas mayores, o con movilidad reducida o incluso, en sillas de ruedas, entonces es mejor buscar otra alternativa, porque este tramo de acera es  sencillamente impracticable. Lo inconcebible es que este tramo de acera y otros cientos, llevan en este estado varios años, luego algo está fallando en la gestión de la ciudad, en su mantenimiento.  Tiene que haber algún encargado de los servicios operativos, que o no está cumpliendo su función o no está resultando operativo en ningún caso.

Esto simplemente se resuelve paseándose el encargado de estas cosas, todas las semanas por la ciudad, anotando deficiencias y cuando encuentre un número significativo de ellas, iniciar los trámites y las acciones necesarias para subsanarlas  y su posteriormente mantenerlas. No es admisible tener una ciudad en este estado. Melilla  no puede mostrar este aspecto cuando  su presupuesto alcanza los 280 millones de euros. Hay un problema clarísimo de eficacia de la gestión realizada  y otro que está en relación con las cantidades invertidas, que son muy elevadas, y el resultado obtenido.

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Melilla: Ciudad Termal


                                  Salus per aquam (la salud a través del agua)

               La solución estaba frente a nosotros y no éramos capaces de dar con ella, haciendo válido una vez más el axioma de que: «lo más difícil de ver es aquello que está delante de nuestros ojos». ¿Quién dijo que en Melilla no había piscinas públicas o instalaciones de ocio veraniego?. Fuese quién fuese estaba equivocado. La realidad es que Melilla puede entrar de lleno dentro de las campañas de «ciudades termales» pero en la calle, con servicios completamente gratuitos y a disposición de todos los ciudadanos, e incluso de los foráneos.

          Desde esta perspectiva, que no había contemplado antes,  no sólo se pueden ofrecer los servicios termales de la plaza de multifuncional de San Lorenzo, sino también los del remodelado parque del Gral. Hernández, con sus cuatro estanques, el paseo del agua y la gran fuente musical. Bien ofertado y catalogado,estaríamos muy cerca de Los Jameos del Agua de Lanzarote, del Lago Martiánez en el Pto. de La Cruz en Tenerife, e incluso del más cercano Parque Mediterráneo de la ciudad hermana de Ceuta.

             En estos días de calor extremo y suciedad en las playas, «la verdad estaba ahí fuera», pero había que detenerse un momento para pensar y descubrirla.

El solar de Isla de Talleres


                  El lecho arqueológico de Isla de Talleres

        Dicen, o al menos asi se representaba en una maqueta del Museo de Melilla, no expuesta actualmente, que en lo que hoy es el solar de Isla de Talleres se asentaba un antiguo pantano o el estuario de los cauces fluviales de Russadir, porque esta comarca tenía mucha agua, desembarcaderos naturales al abrigo del mar abierto y tierras muy fértiles por los depósitos constantes de limos y sedimentos. Esto hizo que la mítica Russadir fuese un territorio de antiquísimo poblamiento y zona de contacto de todas las culturas que se han asentado o pasado por la zona.

       Esta zona fue un lago, o un pantano, o un estuario, o lo que es lo mismo, una zona muy propicia para hallazgos arqueológicos, porque los ríos arrastran de todo y en los estuarios y desembarcaderos hay todo tipo de hundimientos. A muchos arqueólogos les gustan mucho este tipo de zonas, por la gran probabilidad de hallazgos y sobre todo, por la gran diferencia de los mismos. Se puede encontrar en un mismo lugar todo tipo de restos de épocas muy diferentes.

    La gigantesca perforadora con forma de pinza que ha excarvado el suelo para edificar «el muro pantalla» que rodea lo que serán los cimientos del edificio y los futuros aparcamientos, se ha introducido hasta los 20 metros de profundidad y ahora hay que excavar el todo el terreno comprendido por ese muro pantalla hasta esa profundidad, con lo cual, la probabilidad de que aparezcan restos de embarcaciones, procedente de depósitos arrastrados por las aguas o de cualquier otro tipo, es muy alta, proque la szonas se irían colmantando y aprovechándose para huertas o cualquier otro uso. La calle que rodea el solar y que se corresponde con la ladera norte del extinto Cerro de San Lorenzo, fue objeto de hallazgos arqueológicos en 1920, cuando se excavó superficialmente la zona para construir la Casa de Socorro. Si ahora se excavará hasta los 20 mts. de profundidad, habría que estar muy atentos a posibles hallazgos arqueológicos.

            Sería adecuado someter la zona a un atento y cuidadoso control la posible apararición de hallázgos y sobre todo, pensar que vale más perder dos o tres meses en la ejecución de las obras, que no perder datos de la historia de Melilla, como viene siendo la norma en los últimos tiempos. Lo del muerto del Teatro Kursaal, del que nunca más se supo, no puede volver a suceder.

Las reglas de Melilla La Vieja


                    Si hay algún sitio en donde se puede decir que la presencia española acumula ya cinco siglos ininterrumpidos es en Melilla La Vieja o El Pueblo, como también se la conoce en el resto de la ciudad. Realmente son apenas nueve calles habitadas (Soledad, Alta, Ledesma, San Miguel, San Antón, Horno, Miguel Acosta y Concepción). La población sería exigua de no haber sido porque en los años finales de la década de 1980 el alcalde socialista Gonzalo Hernández, decidiera instalar allí un grupo de viviendas de protección oficial. Gracias a aquella decisión, hoy sigue existiendo un nucleo de población con arraigo en la zona, aunque los vecionos de raigambre sean apenas un centenar.

       La Asociación de Vecinos Acrópolis es la originaria del barrio, aunque en tiempos también existió otra, y ha tenido diversos emplazamientos hasta ocupar el actual, en lo que fuera un antiguo colegio y detrás del edificio de la farmacia militar. Desde la asociación vigilan y bastante bien, cualquier movimiento en el barrio, e incluso defienden al vecindario de acciones un tanto extrañas, como cuando quisiero cubir los contenedores de basura con una obra de ladrillo y piedra en el último solar de la calle del Horno.

      Sin embargo, hasta El Alminar  de Melilla se han dirigido dos vecinos a los que no dejan asociarse en la asociación vecinal del barrio, pese a que cumplen la condición más indispensable de todas, que es residir en el solar fundacional de la Melilla española. Nos comentan que les han dado todo tipo de evasivas, que el cupo está completo, que existe otra asociación, etc, cosa que no entienden, pues lo que quieren es peetenecer a esta, que es la de su barrio.

       Las asociaciones de vecinos son entidades púbicas que reciben subvenciones del Gobierno Local y también locales e inmuebles en usufructo y por tanto parece claro que estas personas tienen todo el derecho a que se les admita como socios o usuarios y en caso contrario, a que se les exprese claramente cual es el motivo por el que se les impide asociarse.

Diferentes grados de ruina de un edificio en Melilla


 

       Post nº 100   

         Ruina absoluta en la calle Lope de Vega

      Gracias a la colaboración de un amigo arquitecto, puedo hoy ofrecer a «la comunidad del Alminar de Melilla», una  descripción pormenorizada y exacta de qué es la ruina de un edificio, y cuáles son sus diferentes grados. Este en concreto, de la calle Lope de Vega, está en un grado de ruina absoluta, aunque da la impresión de que se ha ayudado algo a ese estado, porque nunca he visto una forma tan extraña de derrumbarse un edificio.

         Hace años, el  Cardenal Paul Casimir Marcinkus ( 1922-2006) al ser preguntado por el «insólito estado» de las finanzas de La Iglesia respondió que: «La voluntad de Dios es la que es, pero a veces hay que estimularla». La reflexión encaja pefectamente con esta de que : «La ruina es la que es, pero a veces hay que fomentarla». En este caso, albergo dudas sobre este  extraño e intenso grado de ruina, al que califico de absoluta y que excede, con mucho, la académica descripción de la ruina edificable que me proporciona mi amigo Javier Herrera, Decano del Colegio de Arquitectos de Melilla, y que por su interés transcribo literalmente:

     1)_ La Ruina Economica es cuando el coste de las reparaciones necesarias para dejar el edificio en condiciones de habitabilidad originales, supera el 50% del valor de reposición, (lo que costaría hacer este edificio nuevo hoy),,, en estos conceptos se justifican todos los expolios interesados.

      2)_ La Ruina Técnica  es un concepto más que un número,,, Pues lo que viene a decir es que ,independientemente de la ruina economica, si algún elemento fundamental de la estructura ( en este campo de fundamental entra toda la jurisprudencia del mundo y algunas ordenanzas intentan fijarlo en porcentajes) está ruinoso o ha perdido su capacidad portante,,, se puede considerar que el edificio está en ruina técnica. y por lo tanto exonera al propietario del deber de conservar,, ya que la reparación de tal elemento supera dicho concepto de mantenimiento o conservación.

 3)-  La Ruina inminente , es fácil de deducir, que es aquella que exige el desalojo inmediato de los ocupantes y el apuntalamiento integral del edificio.

         Visto este edificio yo añadiría el estado, fuera de categoría, de:

4)_ Ruina absoluta, que sería aquel que ha atravesado los tres estados anteriores, sin que la Administración responsable de evitarla se haya dado cuenta de nada, ni conseguido anticiparse a ninguna de las calificaciones de ruina ni sus respectivos saltos cualitativos. También sería aquel en el que el edificio es derribado por el propietario, sin que la Administración lo haya autorizado, que no es el caso, pero sí el de otros edificios de Melilla, uno de ellos extrardinariamente emblemático.

El baluarte de San José


                    Una restauración que sólo dura 5 años

      Entre guerras, terremotos, reconstrucciones, derrumbes, las murallas de Melilla han aguantado, en algunas partes, varios siglos en pie. Sin embargo, las rehabilitaciones a las que se han sometido, no duran mas de 5 años y en algunos sectores ni siquiera eso. Apenas pasados unos años, algunas zonas parecen que no se hubieran rehabilitado nunca. Un ejemplo de esto es el llamado «baluarte de San José bajo», que fue rehabilitado en el año 2006 y reinaugurado por la entonces ministra socialista de Cultura Magdalena Álvarez, y hoy ya no queda ni la placa, porque un conveniente e intencionado golpe hizo añicos el recuerdo rehabilitador que se llevó a cabo con el dinero del «malvado gobierno socialista». Ese es otro tema del que hablaremos proximamente, porque este Gobierno de Melilla, está llevando a cabo las obras más grandes, como dinero del Estado o de Europa.  Ocurre que luego saben vender muy bien esa gestión y convencer a los ciudadanos de lo que hacen, aunque eso sí, cada obra nos cueste como si hubiésemos hecho tres cosas.

         El baluarte de San José bajo y todo el frente de Santa Ana y San Fernando, es lo que más recuerda en su aspecto a las antiguas fortificaciones musulmanas, es más, si se compara con otros frentes de la muralla,  éste tiene muy poco que ver  con el resto. Lo primero que lo distingue de otros es su forma trapezoidal procedente de la anterior fortificación musulmana. Lo segundo es que dentro alberga los restos de un antiguo silo de grano, de factura claramente musulmana o bereber, aunque luego está enteramente recorrido por las galerias de comunicación que llevaron a cabo los ingenieros españoles. Para mí es uno de los más llamativos e interesantes. En tiempos, estaba instalada a sus piés la antigua Comisaría de La Policía Nacional, y es una pena que al derribarla, las reformas se tragaran los contrafuertes de ladrillo rojo que lo sustentaban y que procedían, seguramente de la edificación de la Melilla islámica.

            Hoy, cinco años después de aquella obra rehabilitadora, está a punto de derrumbarse el amurallamiento de piedra que rodea el peñon rocoso sobre el que se sustenta, La recosntrucción es del siglo XVIII, pues anteriormente sufrió varios derrumbes por terremotos, aluviones del río y temporales.

Playas de Melilla. ¿ Expuestos a todo ?


          La rotura de un colector contamina las playas de Melilla

         A cualquier gobierno le puede pasar que se le rompa un colector de aguas fecales y contamine las playas o las áreas de baño de una ciudad de costa. Eso es un accidente que le puede pasar a cualquiera. Lo que no es admisible es tanta ineficacia, tanta mala gestión y tanta falta de atención al ciudadano al que supuestamente se sirve.

     Estamos ya como en la época de Franco, en dónde había que leer los comunicados del Gobierno pero al reves. Si se dice o comunica oficialmente que se reabren las playas, es porque antes habían estado cerradas pero no se comunicó. Si se informa a los ciudadanos de que en tal calle «se ha completado y mejorado la señalización vial» (transcribo la frase textual de los comunicados del Gobierno de Melilla), debemos enteder que ya no existía esa señalización o que estaba en tal lamentable estado, que ya no se distinguía. Y así con todo, hasta hacer un catálogo.

       Lo que nadie entiende es que ayer domingo (26 de junio), no se cerraran las playas totalmente y que éstas aparecieran llenas de gente. Lo que no se entiende es que no se suspendiera » la travesía a nado del Puerto», o que los socorristas estuvieran en sus torretas como si tal cosa, y que sólo informaran a la gente cuando se acercaba a preguntar, porque los rumores y las noticias iban creciendo entre los bañistas. No se entiende que se celebrara «La travesía», cuando la «pseudo playa» del Club Marítimo sí prohibe bañarse en unas aguas a las que sí llegaron «los nadadores». No se entiende esta absoluta falta de responsabilidad, y no  se entiende que alguno de estos «eficaces gestores» vayan a ser recompensados con la renovación en sus cargos «sine die», porque este desastre medio ambietal en el que se encuentran las playas de Melilla, nuestro supuesto escaparate turístico, implica a varias áreas.

                 El estado de las aguas y de la arena en el inicio de la temporada de baños era y es mas que deficiente. Tanto en el blog de :»La otra Melilla», como en este mismo, se advertía de que la realidad era muy distinta a la de la propagandística «bandera azul». Este viernes, después del funesto inicio de los fuegos artificiales de 2011, se veía que algo pasaba en la zona de la desembocadura del Río de Oro, porque había allí trabajando máquinas excavadoras. La desembocadura había sido dada por contaminada un día antes, pero comunicándose solamente que había cesado la contaminación.

       Diez, quince, veinte años después no puede seguir esta desembocadura del río en este estado, dadas las cantidades ingentes de dinero que se han dilapidado por toda la ciudad. La propaganda dirá lo que quiera, pero la realidad es absolutamente distinta. Con esta gestión «centrada en nosotros» estamos expuestos a enfermedades epidérmicas, grastrointestinales y sabe Dios cuantas cosas más.

     El domingo tenían que haber estado los «Agentes Medioambientales» dentro de la playa impidiendo el baño de cualquier persona y en el exterior, los «Agentes de Seguridad» repartiendo hojas informativas a los bañistas informándo de qué estaba ocurriendo. Por algún sitio y en primera fila debería haber estado el Consejero del Área, al frente de todo ese despliegue, que sin embargo, nunca se produjo. Eso hubiese sido hacer las cosas bien.