Estrellarse contra un muro


Parábola de variada lectura

La lengua saca a la luz aquello que una persona quiere ocultar de forma deliberada, ante otros o ante sí mismo, y aquello que lleva dentro inconscientemente. Víctor Klemperer

Si algo ha quedado muy claro a lo largo de esta extraña semana, última de abril, es que la parte del Gobierno de la ciudad que representa Coalición por Melilla, es que no contaban con la posibilidad de no derribar el muro del Parque Hernández. Llevaban dos años pergeñando el asalto al muro, e incluso tenían un plan B, que era incluir su demolición bajo otro epígrafe y nombre. La operación fue detectada por el muy hábil diputado de la oposición, y anterior consejero de Fomento y Medio Ambiente, Miguel Ángel Quevedo, lo que obligó a la actual Consejería de Infraestructuras y Deportes a retirar el proyecto, en lo que calificó como error administrativo. Siempre existen administrativos que comenten errores.

Si algo ha quedado muy claro en la presente semana, es que el otro partido de gobierno, el socialista, y su Consejera de Cultura, Elena Fernández Treviño, han parado el proyecto de demolición, que venía avalado por un informe sociológico creado e instigado ex profeso, por al menos tres consejerías de ese mismo gobierno, y presentando con gran aparato mediático. De no haber una realidad tan cambiante y acelerada, este suceso daría para hablar meses. Aun así, todas las entrevistas y declaraciones merecer ser archivadas, incluido el propio informe (una joya del dirigismo), para ser analizadas con más reposo y detalle.

El informe de SyM Consulting y sus perlas

El estudio se basa en 1008 entrevistas, de las cuales 200 se han hecho en el barrio del Real, algo más de 100 en el Centro, 120 entre Paseo Marítimo e Industrial, 80 en el Barrio de la Victoria, 50 en Cabrerizas, 78 en Calvo Sotelo/Libertad, 50 en Cabrerizas, 40 en el monte de Mª Cristina y otras tantas en el Hipódromo y así hasta completar las 1008.

El informe juega intencionadamente con conceptos como accesibilidad, dinamización, integración, sostenibilidad, sin mencionar nunca la expresión «derribo del muro», porque eran conscientes del posible rechazo de la población a la eliminación de un muro, que básicamente ha mantenido al parque en su superficie actual desde 1914, y ha contribuido a su preservación ecológica, pese a la agresión que supuso los años de Feria en el interior del recinto. Curiosamente el informe no menciona este importantísimo dato de su historia, como tampoco su caracterización como lugar de encuentro familiar, y los mil y un acontecimientos que se han celebrado en él. Es un parque de los melillenses, sin ningún tipo de distinciones.

El informe científico descubre que los melillenses visitan el parque pero no el centro de la ciudad, y también su reverso, que hay gente que visita el centro pero no el parque; por tanto, acuña esta críptica propuesta: «dar al Centro un Parque y al Parque una zona peatonal de ocio y compras creando un espacio común novedoso y adaptado a las demandas actuales que permitan revitalizar el espacio». Parece que vislumbra la posibilidad de instalar «cosas» dentro de él, en detrimento del espacio peatonal y ajardinado. Lo curioso es que el informe detalla el número de encuestas realizadas en cada barrio o distrito, al ofrecer el grado de apoyo a la iniciativa de situar el parque como «parte activa del Centro», pero nunca pregunta por el derribo del muro, pero no pondera su respuesta, por lo que falla en su proporcionalidad y distribución de la muestra.

Según el informe: a los melillenses nos gusta coger el coche para ir incluso hasta la casa de enfrente, porque la gasolina aquí es más barata y los vehículos también, lo que nos hace dependientes del automóvil. Para eliminar esta dependencia el informe alude a una red de transporte público integral de la que no detalla nada más (metro, tranvía, autobuses urbanos). El estudio dice que los responsables del colapso circulatorio y de aparcamientos que sufre el centro se debe a: la apropiación de los mismos por las personas que acuden a trabajar al centro de Melilla, y a la ocupación de los mismos por un lapso de tiempo de 12 horas. Para evitar esta apropiación, propone «fuertes multas y una zona azul con limitación horaria». No resuelve ni el problema de los residentes, ni el de las zonas de carga y descarga, ni tampoco el del acceso de vehículos de emergencias o transporte público (taxis), a la zona de exclusión, cada vez más amplia. Lo que tampoco explica el informe, es qué ocurrió con la pregunta relacionada con la presunta pertenencia a las comunidades religiosas: ¿Quiénes están más a favor o en contra de la integración activa del parque en el centro de la ciudad, y de su dinamización y eliminación de barreras físicas, así como de su sostenibilidad y modernización?

Presión política dentro de la Comisión de Patrimonio

Dos consejeros (Distritos y Medio Ambiente), no pertenecientes a la Comisión de Patrimonio, intervinieron en la misma, presionando y discutiendo duramente con la Consejera de Cultura, Presidenta de la misma. Ninguno había sido convocado formalmente. La intención de esa inusual presencia no podía ser otra que la de ejercer presión política sobre los integrantes natos y con derecho a voto de la Comisión de Patrimonio. Alguno de los presentes la califica como «la peor situación vivida en los últimos 20 años«, con una presión extrema, insólita para integrantes de un mismo gobierno, y que tienen otros canales y modos de comunicación.

La frase del Consejero de Infraestructuras y Deportes Rachid Bussian acerca de que «la Consejera Elena Fernández sucumbió a la presión mediática» (opinión pública), deja entrever que no acepta el resultado de la misma, aunque deberá cumplirla. También insinúa que ahora los melillenses saldremos perdiendo, porque «trastoca un segundo plan de urbanización» que uniría el pabellón de deportes Javier Imbroda, con el centro urbano. Este alude a un mega plan urbanístico que ampliaría «la zona de exclusión centro», a las calles del General Marina y avenida de La Democracia, apoyado por asociaciones de comerciantes y empresarios, que como recordamos, siempre han tenido un sistema pendular de opinión, apoyando esto mismo o lo contrario, en según qué época y momento.

Si hay zona azul, con pago por estancia limitada, y multas y restricciones de circulación, luego no pueden hacerse gratuitos los aparcamientos públicos en Navidad (Plaza de las Culturas e Isla de Talleres).

La leyenda de Mariúpol


Putin enfanga a Rusia en el barro de Ucrania

No sirve de mucho conocer la historia, porque se acaba repitiendo igual. Cada tiempo, cada época, necesita de sus héroes y de sus villanos. La acería Azovstal, de Mariúpol, pasará a la historia con el mismo rango que la fábrica de tractores Octubre Rojo, o la de cañones Barricada, y el nombre de Stalingrado será sustituido en la historia de las generaciones modernas por el de la pequeña ciudad ucraniana de Mariúpol, junto a la orilla de mar de Azov.

La situación actual es la misma que en Stalingrado en 1942, con toda la ciudad dominada por los invasores alemanes, salvo el área de esas dos míticas fábricas. La resistencia de las fuerzas ucranianas se concentra en la acería de Azov. Suceda lo que suceda, ya es un mito y una leyenda. La ciudad es una ruina de lado a lado, como lo fue en su momento la ciudad del Volga, Volgogrado. El armamento de hoy en día no es el de hace 80 años, pero la desproporción de fuerzas sí. La Alemania hitleriana se lanzó al asalto de Stalingrado en agosto de 1942 y tuvo que rendirse en la ciudad 7 meses después. En aquel momento, uno de los errores alemanes fue el reducir la ciudad a ruinas, en los bombardeos previos al asalto, que causaron más de 40.000 muertos. No son comparables las cifras, ni los momentos, pero sí los hechos. Los escombros ayudaron a los defensores y entorpecieron el avance de los atacantes.

El ejército de Rusia ha repetido los mismos errores que los predecesores alemanes, aunque hoy, ni ucranianos ni rusos se defiendan del mismo enemigo. Los ucranianos siguen siendo los agredidos, pero el agresor actual es Rusia, lo que resultaba inimaginable.

Ucrania, la deshonra rusa de Vladimir Putin

Así tituló la periodista Anna Politkovskaya uno de sus primeros libros sobre la 2ª guerra de Chechenia en 2004. Ni siquiera ella pudo llegar a imaginar que 17 años después, Rusia intentaría un salvaje asalto a Ucrania, condenado al fracaso. Mi conciencia grita que no es posible que nuestras autoridades se obstinen de un modo tan estúpido en oprimir a las gentes que viven aquí. ¿Y los soldados? Se envía a la guerra a muchachos de 18 o 19 años, completamente analfabetos a causa del hundimiento del sistema escolar en la década de los ochenta. ¿Y los oficiales? ¿Cómo podrán reunirse después con sus familias y educar a sus hijos?, escribía la periodista asesinada.

Los dirigentes son los que son, y el mundo ha convivido con personajes muy extraños y sórdidos, incluso en algunos países del mundo democrático. Nunca nadie, en Rusia, ha vivido bajo un régimen o Estado democrático. Se ha aceptado la idea de que en su historia, solo pueden aparecer dictadores, zares o tiranos de diversa índole, como en casi todos los Estados de Asia y del Golfo Pérsico. Por eso los los líderes políticos de Occidente conviven con Jefes de Estado extrañísimos, con los que nadie se juntaría si solo fuesen personas comunes, el vecino o el tendero. Este es el motivo principal por el que había que aceptar a Putin, pese a la ausencia de características asociables a la democracia en la Rusia postsoviética, o en gran parte de los países del mundo.

Miles de muertos, ciudades arrasadas, y un país, Ucrania, devuelto al mismo estado económico y social de su salida de la Unión Soviética en 1991. Actualmente era uno de los más pobres de Europa. Lo peor de todo, es que Vladimir Putin ha aniquilado el prestigio acumulado por Rusia en las últimas décadas. Fue modélica la retirada de las fuerzas rusas de toda la Europa oriental en 1989, e igualmente modélica fue la disolución de la URSS en 1991. Estos hechos históricos se llevaron a cabo sin disparar un solo tiro y sin crear más resentimientos históricos.

Nunca sabremos en qué momento y por qué motivos, Putin, decidió tirar toda la historia de Rusia al cajón de sastre de la historia de Europa. No sabremos qué le llevó a escalar hasta el pedestal de los grandes villanos del mundo, en donde ya permanecerá siempre. Ha hundido a Ucrania y a Rusia para todo lo que queda de siglo. El 9 de mayo, Putin organizará su desfile tradicional en la Plaza Roja de Moscú, pero ya no celebrará victoria alguna. Ha llevado incluso a la Iglesia cristiana mas sufriente y santa de toda Europa (la Ortodoxa de Rusia), la que se enfrentó a Stalin, a su descrédito más completo.

Rusia ya no ganará nada en Ucrania. El mundo ha cambiado después de esto, en una dirección que no conocemos, aunque intuimos. Para Politkovskaya, la característica principal del régimen de Putin, «era que había convertido a Rusia (el Estsdo más plurinacional del mundo) en un estado racista«. Este es el gran problema del futuro y de ahí el ascenso de las opciones ultras.

Unidos por el Parque Hernández


El Parque Hernández es el símbolo de la ciudad de la expansión, la que surgió tras los Acuerdos con Marruecos de 1860, y la que se abrió a un terreno nuevo tras la larga noche de los 400 años (1497-1860). Tocar o alterar un símbolo es muy arriesgado. Desde este blog y a lo largo de más de una década, hemos denunciado algunas excentricidades que se han llevado a cabo en su interior, y la pérdida de árboles y de palmeras.

Existe una interesante Guía didáctica sobre el Parque, editada en 1990 por el Centro de Profesores de Melilla, y elaborada por los profesores/as : Adoración Perpén, José Mª Cano y Vicente Moga, con ilustraciones de Julia Picazo y Tala Moga. En la guía se relata toda su historia, su origen, su fundamento, su localización y su transformación.

El ingeniero militar que redactó el proyecto del parque en 1901 fue Vicente Garcia del Campo, materializando una idea del General Venancio Hernández, al que se considera como promotor intelectual del mismo. El parque, que desde su origen fue denominado con el sobre nombre de Hernández, se inauguró el 18 de mayo 1902. como recoge el historiador y militar Francisco Saro, en su obra: Notas sobre Urbanismo, Historia y Sociedad en Melilla (1996). Esta zona de la ciudad era nueva y estaba en constante transformación y delimitación, como el propio parque, que desde su inicio estuvo delimitado por un muro o verja. La plaza de España fue se materializó en 1915. El parque Hernández se urbanizó 1906 y el primer templete de música se alzó un año después. El cerramiento del parque se completó en 1914, año en el que se edificó su portada actual.

La cuestión del muro

Lo que identifica al parque es su muro, es más, hasta que no se completó su cerramiento, fue objeto de mordidas urbanísticas, surgidas la necesidad de crear nuevos barrios y su urbanización. Por tanto, el parque Hernández es un legado físico a la ciudad, que permanece en sus actuales dimensiones y entorno desde 1914. La defensa del muro que es también la defensa del parque, está siendo apoyada por entidades y personas de diversa índole y procedencia, en un movimiento transversal, que no puede identificarse como «un ariete contra el Gobierno actual», por más que algunos hayan intentado aprovechar esta circunstancia. De hecho, el Partido Socialista, que pertenece a ese mismo gobierno, apoya el mantenimiento del muro perimetral, que es realmente lo que lo aísla y protege del urbanismo extremo, en una ciudad con limitación de espacio. La convocatoria fue lanzada por Guelaya-Ecologistas en Acción y secundada por otros grupos, como el Movimiento en defensa del arbolado.

Lo que no se entiende, es la obcecación de la Consejería de Medio Ambiente en su derribo y transformación integral, algo que no sucede desde 1914. La ciudadanía, desde muy diversas procedencias, ha ofrecido todo tipo de razones para mantener esa delimitación física. El Parque Hernández ya ya sufrido muchas pérdidas y deterioros, como para consentir lo que probablemente sería la más agresiva, e incluso un primer paso para su desaparición futura. Es un símbolo de Melilla y también un legado de la etapa más ilusionante de esta ciudad, la de la expansión.

Los muros no siempre separan. Hay una parte por la que unen, y es el adarve o camino de ronda.

Clareo y epílogo del parque Lobera


El parque Lobera fue creado en algún momento anterior a 1930, sobre lo que era una loma pelada y árida, en la que existían multitud de barracones, que servían de alojamiento a decenas de familias del denominado «Ataque Seco«. Fueron necesarios tres años de trabajos y planificaciones para delimitar su terreno y realojar a los allí asentados. Dos edificaciones de la época franquista redujeron su tamaño. Las más agresiva de todas fue la construcción del Auditorium Carvajal, en la década de 1960, junto con el edificio de Correos y Telégrafos.

A partir de ahí conservó su perímetro y arbolado, sobre todo porque fue olvidado. Las reformas realizadas en toda la ciudad siempre lo dejaron al margen, y esa fue su mejor baza para preservar su frondosidad. El ambiente decadente le otorgó una aspecto bucólico que lo hacía distinto a cualquier otro lugar. Solo precisaba de mantenimiento y de unos cuidados mínimos. Era el parque más umbrío y fresco de toda la ciudad.

El «milenarismo» se fijó en él en el año 2011, para hacer un funesto proyecto de reforma, con «una fuente de 1000 colores», prometida por el entonces consejero de Medio Ambiente. La falta de presupuesto salvó al parque por unos años más, pero ya estaba sentenciado. En 2013 grabamos uno de los primeros vídeos del Alminar, que hoy ya tiene la categoría de clásico.

Sin embargo, y aunque parezca una redundancia, lo inevitable no puede ser evitado, por más que se advierta sobre ello. Nos mantuvimos vigilantes sobre la conservación del parque, sin escribir demasiado sobre él, para no llamar la atención. Pero lo inevitable acaeció en 2019, cuando el gobierno anterior pergeñó una oleada de 39 obras y proyectos, para dar un vuelco a la imagen de Melilla, entre los que se incluía este parque, con la intención de crear una onda de choque electoral.

Un parque casi centenar de años, crea un propio ecosistema y se mantiene en la adversidad, en un delicado equilibrio. Las máquinas retroexcavadoras, las palas y martillos hidráulicos entraron en el parque, removiendo el suelo a más de dos metros de profundidad, y alterándolo todo de modo inmisericorde. Había que dejar sitio para cientos de toneladas de hormigón, piedra artificial y solería nueva. Se abrieron zanjas para cableado y se instalaron tuberías de diámetros enormes. El camino a la destrucción estaba servido.

Fue un plato ideado por un gobierno y recocinado por otro, con un presupuesto millonario, como no podía ser menos. Por tanto, la responsabilidad es compartida. Han desparecido entre 15 y 30 árboles. El clareo asoma por cualquier lugar y todavía está todo a medio terminar. Existen amplias zonas que todavía están por hacer y eso que las obras se iniciaron en 2019. Las historias hay que terminarlas, y como hemos escrito sobre este parque en El Alminar, no podíamos dejar esa historia sin cerrar. el resultado es desolador y está a la vista de todos/as. También se eliminaron y taparon vestigios históricos, sin contemplación alguna.

Son ya 11 años de observación y de testimonio. En este blog siempre hemos tenido como norma el mostrar con imágenes aquello que intentamos describir, para que aquel que lea, saque sus propias conclusiones.

Nota: https://elalminardemelilla.com/2013/05/09/parque-de-candido-lobera-melilla/; https://elalminardemelilla.com/2019/10/22/remodelacion-en-el-parque-lobera/

El camino del Encuentro


Parábola del camino del Encuentro

Estaban todos/as los que han pasado la Semana Santa en Melilla y han seguido las procesiones. Estaban también todos aquellos/as que regresan a lo largo del fin de semana. Estaban todos los que acuden, como en un ritual, al encuentro de esta singular procesión, una de las más luminosas de Melilla, no solo porque se celebra a medio día, sino porque también suele marcar el inicio de la temperatura más cálida. Eso sí, cuando el fin de la Pascua cristiana acontece en la mitad del mes de abril, hecho que se repite cada tres años.

No hay otro camino que el del encuentro, cuya parte más vistosa es la que se produce en la plaza de España y en la Avenida principal de Melilla. Sin embargo tiene una parte menos visible, más dura, que es la del traslado de los tronos hasta su encuentro, y luego el regreso, casi en solitario, a sus templos de reposo y culto.

El simbólico encuentro de las imágenes del Resucitado y de la Theotokos (Madre de Dios), puede servir también como metáfora y parábola para la ciudad del «encuentro de culturas», que tiene una parte muy vistosa, y otra menos visible de trabajo constante para fomentar esa convergencia cultural sobre la ciudad común. Siempre existen roces y fricciones, unas casuales y otras con alguna intencionalidad, pero para el bien de todos, empieza a percibirse una naciente voluntad de superar todas esas dificultades y la intención de mantener ese espacio colectivo. No es un trabajo fácil y sí es una labor constante, muy exigente, diaria, en la que no se puede desfallecer, pero en la que pueden existir errores, como en toda actividad humana.

Este año han coincidido la celebración del Ramadán, junto con la Pascua judía y cristiana. El año que viene, que será electoral, se volverá a producir la misma circunstancia, porque la semana santa coincidirá con la última semana de marzo, y el adelanto anual del mes sagrado musulmán también tendrá una semana común con la conmemoración cristiana, que está indisolublemente unida a la Pascua del Pesaj. Es algo en lo que ya se puede ir pensando, porque una vez finalizadas, nos lanzaremos de modo irremisible a la cita electoral de mayo.

Las procesiones han vuelto a nuestras calles después de una ausencia, forzada por la pandemia, de dos años. Esperemos también que este año permita también el reencuentro de los melillenses con su Patrona, que no procesiona en la ciudad desde 2017, es decir, desde hace un lustro.

Detrás de cada Encuentro hay mucho trabajo, mucha labor callada y oculta, mucho esfuerzo constante y también la ley inexorable del azar. Todo es frágil. No siempre estaremos cerca, no siempre llegaremos a tiempo. Pero el encuentro siempre tendrá su camino.

Cuestiones en procesión


    Cada año salen las procesiones a las calles y se repiten, cual salmodia,  las retahilas de argumentos a favor y en contra, o las bulas de aquellos que intenta reducir todo lo que acontece a una sola expresión, o a ninguna, que tanto da.

   Expresión de fe, cultura, fenómeno religioso, tradición, religión al margen de la Iglesia, todo, nada, individual, colectivo. Es todo eso y también cualquier otra cosa que queramos, porque ni siquiera la religión explica toda la vida.

   Hay años en los que estaremos más pendientes, otros en los que menos. La olvidaremos durante un lustro, o no podremos vivir sin ella. Esperaremos a que regrese el año venidero o nos cogerá por sorpresa. Es igual, cada año permanecerá ahí, porque es todo eso que hemos dicho y también lo que ni siquiera hemos pensado. A quien quiera buscar en estas fuentes de sabiduría, encontrará tanto agua dulce como ajenjo.

  Acudiremos a las calles a ver sus ritos y su liturgia, ó a disfrutar de la contemplación de las imágenes en sus tronos o en sus palios. Nos aturdiremos y dejaremos llevar por los sones y acordes de clarines, trompetas y tambores, mientras nuestros sentidos se embriagan con las oleadas del incienso.

  A veces mirando no veremos y escuchando no oiremos, y aunque tengamos ojos y oídos, no entenderemos. Por eso se explican algunas cosas en parábolas.

  La Pascua judía y cristiana coincidirán siempre y hasta el final de los tiempos, porque Jesús, el Cristo, era un rabí judio, además del Ungido de Dios. Sin embargo, en esta ocasión , como cada ciclo de 31 años, coinciden las Pascuas de las 3 religiones del Libro, aunque técnicamente, no sean el mismo libro, ni la misma redacción.

  La coincidencia temporal se debe haber aprovechar para buscar lo común y no lo que diferencia. Si la religión, que es algo íntimo, se hace extensivo a la esfera pública, surgen los roces. Cuando lo religioso quiere ocupar todo el espacio, se acrecienta la distancia. El hecho religioso es parte de la cultura humana, pero no su totalidad.

Una de las cuestiones irrenunciables de las sociedades y Estados europeos, es la laicidad de las instituciones y de sus sociedades. Por ello resulta perniciosa la discusión acerca de la presencia de autoridades en la procesiones. El confesionalismo es para otro tipo de Estados. En toda religión hay una parte que se exhibe de cara a la calle, al exterior, y otra que se encuentra sumergida en donde no alcanza la vista.

No podemos saber cuál opción es más auténtica. Tampoco lo pretendemos. Quien busca en lo público la recompensa, allí la tendrá, quien la pretenda en lo secreto, alli la encontrará.

Reconocimientos, homenajes, distinciones


¿Es Melilla una ciudad que como Saturno devora a sus hijos? ¿Por qué costó tanto reconocer a Fernando Arrabal, por qué cuesta tanto aceptar el mérito de Javier Imbroda?

Cualquier reconocimiento, cualquier homenaje, cualquier distinción, debe estar precedida de un sentimiento popular amplio. Hacerlo desde el clan, desde el grupo, desde un sesgo político determinado, araña la popularidad y oculta el mérito de la persona.

El prematuro fallecimiento de Javier Imbroda, hijo de Melilla, ha sacado a la luz, como un relámpago, todos los méritos deportivos del que fuera entrenador del Mayoral Maristas, Unicaja, Real Madrid, selección de Lituania, y la selección absoluta de España de baloncesto, en donde ya es un mito inmarcesible. Todo ese pasado espléndido ha reverdecido en los labios y memoria de decenas de personas que convivieron y compartieron con él innumerables momentos y vivencias. La verdad es que no ha faltado nadie en destacar sus muchas cualidades personales y como entrenador deportivo del máximo nivel.

Los que no le conocimos, podemos hacernos una idea de su dimensión humana, leyendo y cribando todos esos recuerdos de personas de indudable calidad, como Pau Gasol, Valdemaras Chomucius o Nacho Rodríguez, quien publica en el diario Sur, una sentida y muy reveladora carta de homenaje.

Mientras todo el mundo habla, el silencio en Melilla es espeso y cortante. Hay una carta de la periodista Tania Costa: «Melilla espera más», que expresa muy bien ese sentimiento contenido y expectante.

El Alminar de Melilla es un blog de la ciudad, un legado para el futuro, y no podíamos quedar atrapados en ese silencio frustrante. Esta ciudad necesita nombres para el futuro, necesita ejemplos, y en un mundo que se fija en los deportistas y en el deporte como modo de superación personal y colectiva, el de Javier Imbroda deportista, es uno de esos ejemplos necesarios. Hacemos solo alusión a su faceta deportiva, porque en ella hay méritos objetivos e incuestionables para todas y todos. La autoproclamada ciudad y capital del deporte, no puede permitirse dejar escapar esta segunda oportunidad, para reconciliarse con uno de sus hijos más emblemáticos en esta faceta. ¿Qué es ese más que merece y por el que se preguntaba Tania Costa?

Lo vamos a decir muy claramente. No hay mayor honor para un melillense, que su nombre quede unido a la Medalla de Oro de Melilla, y también a alguna de sus calles más principales. Ambas cosas merece, porque este nombre seguirá apareciendo en los buscadores del futuro, ligado a la historia del baloncesto. Los reconocimientos en Andalucía van a sucederse en cascada, pero hay acciones que deben ser recordadas aquí.