Elecciones en ciernes


El regreso de la brigada de bacheo

   La semana pasada, de modo misterioso, los miles de baches de las calles del Barrio del Real aparecieron rellenos de alquitrán, sin apisonar, lo que provoca que al pasar las ruedas por encima, los bajos de los coches se llenen de perdigones de brea, alcanzando algunos la carrocería. Hoy se estaban rellenando los baches de las calles del Barrio del Industrial y esta tarde los del Tesorillo. La brigada de bacheo es la principal arma electoral de la derecha popular en la ciudad, aparece siempre en los dos meses anteriores a la convocatoria de unas elecciones. Los cuatro años restantes hay que seguir soportando el desnivelado pavimento de la ciudad, sus zanjas, sus agujeros en el firme, los remiendos, las obras, los rellenos con distintos materiales  y otra innumerable serie de dificultades.

    La brigada de bacheo es uno de los instrumentos estrella de la milicia electoral popular. Luego le seguirá la tóxica y molesta brigada de pintado de pavimento, que realiza sus trabajos sin previo aviso y en horas punta. Todo es una inmensa apariencia, una representación de eficacia, gestión y mantenimiento, que luego no existe hasta la campaña electoral siguiente. 100 días de trabajo intenso, a cambio de 1200 de desidia.

Obras, baches y mentiras de vídeo


 Melilla, estado: en obras

          No es cierto que sea por nuestro bien, ni por mejorar la ciudad. Aguantar y salir indemne de este estado permanente de obras es poco menos que un triunfo. En cualquier lugar, en cualquier circunstancia espera el bache, la zanja o el socavón. Las obras se eternizan, no se cumple plazo alguno, se encadenan en una falta de coordinación absoluta entre las consejerías. El barrio del Industrial, el del Hipódromo, el del Real, el de La Victoria, y la zona Centro fueron reventadas hace no más de cuatro años para introducir en el suelo gigantesca tuberías de saneamiento. Ahora vuelven a introducirse otras, pero no sabemos si son para sustituir las anteriores, reparar algunas, o es porque éstas son nuevas. Los obras nuevas se confunden con las reparaciones y con las averías.

       Si todo fuese por nuestro bien, se coordinarían la obras, y no se esperarían a los seis meses previos a las elecciones para llevarlas todas a cabo, mediante la presentación de vídeos idealizados, que parecen ser de una ciudad distinta a la que padecemos a diario.

      Melilla parece una ciudad bombardeada. Son las mismas obras siempre, en los mismos lugares, o por sorpresa. Las reparaciones llegan tras las obras acabadas, el pavimento está reventado, mezclado el cemento con el asfalto, llenos de costurones, con placas fragmentadas y hundidas. Al igual que en el cuanto des sastre y el rey, ya solo es él, el único que ve su propio vestido. Ya nada se corresponde con la propaganda.

La brigada de bacheo


 

               La presencia de la brigada de bacheo y la de la señalización vial, que todos creíamos desaparecidas, han vuelto y eso indica la proximidad de elecciones. Es también un engaño dirigido a ofrecer una «sensación de gestión». En los últimos tres años han abierto con zanjas todas las calles de la ciudad y han mezclado asfalto con los rellenos de cemento. La situación es desastrosa en cualquier calle. Hoyos, fracturas, baches de todas las magnitudes, socavones, pasos de cebra desastrosos y ahora, en cinco meses pretenden darle una apariencia de normalidad a todo. Es un truco, muy viejo, que no puede seguir dando resultandos. Este tipo de gestión debe pasar ya al almacén de los libros viejos. No se puede tener toda una ciudad en situación tan deficiente y luego pretender que en cinco meses todas estas molestias se olvide. Aun así, el estado del pavimento y de las aceras es tal, que ni con 10 brigadas conseguirían tenerlo todo a punto y reluciente, aunque sea por un día, el de las elecciones.

Del paso seco al mojado


 

 

                     Melilla, ciudad de peatones

       Si Melilla desapareciese mañana, podríamos reproducirla de modo exacto gracias a los miles de fotografías existentes y almacenadas durante estos últimos años, no solo en los archivos del Alminar, sino también en el de otros blogs como el de La Otra Melilla. Gracias a esta labor, nunca reconocida, podemos mostrar la diferencia de las cosas, entre un asfixiante día de calor u otro de lluvia, como el de hoy.  Este es el paso de cebra de la calle Seijas Lozano, junto al Conservatorio de Música, ya de difícil tránsito en un día seco, pero intransitable en un día lluvioso. Los baches, hoyos y oquedades que nos pueden hacer caer en condiciones normales, son lagos infranqueables con la lluvia. El paso no se puede atravesar , y hay que dar saltos forzados, como los canguros.

         Los pasos de peatones son vitales, como su nombre indica, para los transeúntes, muchos de los cuales se mueven con dificultades o son personas mayores. Si están en este estado, la labor de caminar sin caer se torna muy dificultosa. En nuestro apartado: Melilla ciudad de peatones, vamos a mostrar todos aquellos obstáculos, trampas y dificultades, con las que se puede topar un peatón en nuestra ciudad.

      Nuestro consejo es siempre el mismo: ante cualquier caída provocada por el deficiente estado de las aceras, firme o calzadas, reclamar siempre los daños corporales al Ayuntamiento.

Melilla con baches


 

Melilla, ciudad de peatones

    La caída, el tropezón, el esguince o la extremidad rota nos acechan en cualquier lugar, esquina, acera, bordillo o incluso en los peligrosísimos pasos de cebra. Los baches existen pero no solo para los vehículos. La desastrosa y desorganizada gestión de la ciudad, con aceras y calles contínuamente abiertas han provocado una alteración total de la superficie urbana. Nada es recto, todo tiene ondulaciones y diferencias  de nivel en las que es muy fácil caer. Melilla con baches no es solo el título de una entrada, es también una nueva categoría dentro del Alminar. Llevábamos mucho tiempo sin crear una nueva. Vamos a dar cuenta de cualquier zona peligrosa, pero sobre todo nos fijaremos en las que afectan a nuestra condición de peatones, porque la de los vehículos ya está perdida.

          Este es el calvario que ofrece el estado de la ciudad a personas mayores, con impedimentos físicos,  con movilidad reducida o perfectamente sanas. Ya no es que estén mal pintados, que lo están, es que son casi intransitables.

Los pasos fragmentados


        Los pasos de cebra, las señales viales aparecen fragmentadas en muchos lugares de la ciudad. Todo parece un puzle y no se encuentra una explicación plausible. Además hay otro problema y es que no están dotados de la banda rugosa antideslizante, y al ser una pasta de pintura, en cuanto llueve, se convierten en una pista deslizante y peligrosa. Hay una única empresa que se dedica a la señalización vial de Melilla y que en la práctica, esta subsidiada al Ayuntamiento. Son las empresas rémoras, nacidas y crecidas al amparo de La Administración. No hay competencia posible. No sabemos si existe otra calidad u otro modo de hacer las cosas. En nuestra ciudad no hay competencia posible y a algunas empresas tradicionales, le salen esporas y acaban abarcando todo el ámbito de la gestión.

         En conjunto, la señalización de la ciudad aparece como deficiente. Pierde el brillo muy pronto y en algunos lugares ni se ve. Peligro de deslizamiento, de caídas e incluso de tropezones. Este es el estado de las vías para los peatones. La calle Jiménez e Iglesias presenta un lamentable estado en sus pasos de cebra y señalizaciones viales