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- Tesorillo, reparación urbana
- Barrio Industrial, obras
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Melilla, estado: en obras
No es cierto que sea por nuestro bien, ni por mejorar la ciudad. Aguantar y salir indemne de este estado permanente de obras es poco menos que un triunfo. En cualquier lugar, en cualquier circunstancia espera el bache, la zanja o el socavón. Las obras se eternizan, no se cumple plazo alguno, se encadenan en una falta de coordinación absoluta entre las consejerías. El barrio del Industrial, el del Hipódromo, el del Real, el de La Victoria, y la zona Centro fueron reventadas hace no más de cuatro años para introducir en el suelo gigantesca tuberías de saneamiento. Ahora vuelven a introducirse otras, pero no sabemos si son para sustituir las anteriores, reparar algunas, o es porque éstas son nuevas. Los obras nuevas se confunden con las reparaciones y con las averías.
Si todo fuese por nuestro bien, se coordinarían la obras, y no se esperarían a los seis meses previos a las elecciones para llevarlas todas a cabo, mediante la presentación de vídeos idealizados, que parecen ser de una ciudad distinta a la que padecemos a diario.
Melilla parece una ciudad bombardeada. Son las mismas obras siempre, en los mismos lugares, o por sorpresa. Las reparaciones llegan tras las obras acabadas, el pavimento está reventado, mezclado el cemento con el asfalto, llenos de costurones, con placas fragmentadas y hundidas. Al igual que en el cuanto des sastre y el rey, ya solo es él, el único que ve su propio vestido. Ya nada se corresponde con la propaganda.
Padeciendo su incompetencia a la hora de llevar los niños al colegio, a la hora de ir a trabajar, a la hora de recogerlos. Por la tarde nuevos atascos… ¿hay alguna hora que no sea hora punta?
Yo quiero vivir en esos proyectos que presentan.
Es una pesadilla perpetua de la que no podemos salir. No se puede pasear sin pisar mierdas de perro o suelos empercudidos de suciedad o contenedores apestosos, o rincones de apestosos orines…el camino desde mi casa al paseo marítimo para «andar» es un puro delirio. Por no hablar de ir a pasar un domingo a los pinos y encontrarte allí con que el sonido de los pájaros ha sido sustituido por unos gigantescos baffles y Los Chunguitos o similares a todo trapo sin que nadie lo impida. Que la gente (alguna) se pase la prohibición de hacer fuego por el mismo sitio que el de no molestar con su contaminación acústica.
Muchas cosas están cambiando , pero en el medio de todo esto, hay personas que viven, o aceptan o se acostumbran … nos hemos encontrado muchas buenas personas en MELILLA, ricos o pobres, que tenemos este sentimiento . pero si sabemos que hay otros que no son así …ese muy duro ver las cosas asi, hay tambien cosas bonita, las cosas féas existen tambien…eso lo sabemos….