Un mundo que ya no existe
Febrero siempre ha sido un mes importante en El Alminar, y también duro. Es el mes central del invierno, el más frío, pese a San Blas. En el presente año, hemos ido de menos a más. Justo un día después de la primera entrada del mes, en la que aludíamos a las purificaciones, se producía un acontecimiento en mi entorno personal más cercano, que iba a resultar determinante en el desarrollo de este corto, pero siempre decisivo mes. Laura, compañera de trabajo y una de las piedras angulares del complejo y a la vez delicado entramado del Alminar, era cesada en su relación laboral, y 11 años de relación personal y laboral diaria desaparecían en un solo instante, como el humo en medio de un monte, aunque queda la amistad y todo lo compartido.Ha sido muy difícil sobreponerse a un acontecimiento así, pero la vida obliga a continuar en el modo que sea. También todo tiene sus compensaciones y la historia del descubrimiento casual del «Cristo milagroso» de Melilla ha supuesto un hito en este mes tormentoso de febrero, incluido el aspecto climatológico . Ahora es necesario adaptar todo a las nuevas circunstancias.
Es pues hora de hacer un repaso a todas aquellas cosas que hemos conocido, que han sido parte importante de nuestras vidas, y que ahora ya resultan difíciles de explicar. Febrero ha sido un mes de sorpresas y de grandes finales, como el de la investigación de «la operación ópera» en Melilla, cuyas devastadoras y apocalípticas consecuencias todavía ni siquiera se han mostrado, ni puesto de manifiesto. Esto es el principio del fin, de muchos.
Durante 7 décadas, de 1917 a 1989 (fecha de la caída del muro de Berlín), los malogrados Estados socialistas intentaron ser un dique a la perenne dominación de la voracidad del sistema capitalista, cuyo último paso es el extremismo neoliberal. Hoy resulta imposible explicar a sobrinos o hijos de no más de 20 años, qué fue la Unión Soviética y su determinante en la derrota del nazismo en la II Guerra Mundial.
Estados como la República Democrática de Alemania, Checoslovaquia, la República socialista de Rumanía, Bulgaria, o la siempre recordada República Federal de Yugoslavia y su jefe de Estado, el mariscal Tito. Pero no solo eso ha caído, la lista de países desaparecidos y en vías de desaparición es interminable. También están las monedas nacionales, como los dracmas griegos, las liras italianas o los escudos portugueses.
Son tantas y tantas cosas vistas y desaparecidas en tan solo dos décadas, que lo que parece es que hablamos de otro mundo y de otro tiempo. Somos jóvenes, o de mediana edad, pero ya acumulamos mucho pasado. Pese a todo, en el mes de febrero rebasaremos las 24000 visitas, superando las 23.999 del pasado mes de enero, y eso pese a ser el más corto del año. Febrero se convertirá en el tercer mes con más visitas de la historia del Alminar, cuando dentro de unas horas, rebasemos la media noche.