Cuando la yihad sobrevuela Melilla


                  La amenaza del Estado inexistente

       Una de las tres novelas mas afamadas  de Italo Calvino se titula«el caballero inexistente», cuyo nombre nos sirve para hacer un  Iraq ya no existe, ni Siria, ni Libia. Los tres países estaban regidos por tiranos. Ellos, los antiguos tiranos,  ya no son nada. Sus países tampoco. El Estado ha desaparecido con todos ellos, y el territorio se lo disputan bandas armadas y etnias de diversos tipos y creencias, fanáticas algunas e innombrables otras. Ninguna de ellas constituye un Estado, Califato o nada que se le parezca.

        Lo que entendemos por Estado ya no existe, aunque el imperio del terror y del crimen constituya  un hecho innegable en esos territorios vacíos y en poder de bandas armadas de islamistas fanatizados.  El Estado Islámico es solo una etiqueta con la que se marcan los crímenes de grupos de diversa índole, que probablemente, tengan poco que ver entre sí. La destrucción de esos tres países tiene mucho que ver con la políticas de la llamada Comunidad Internacional, que en 2001 decidió la invasión de Iraq y el derribo del tirano Sadam Hussein, el otrora amigo de Occidente.

                                 La necesidad del enemigo

          Según cuenta Umberto Eco, el mundo siempre necesita enemigos. En la legendaria Grecia el enemigo era el Imperio Persa, en el Imperio Romano los bárbaros. En el siglo XX el enemigo fue el mundo comunista y en el siglo XXI el fantasma que se agita frente a nosotros es el de la Yihad islámica, término que es una redundancia en sí mismo. La Yihad, El IS  (Islamic State), y sus crímenes,  no tiene entidad suficiente para amenazar el orden económico y político mundial establecido e imperante, sin embargo, gran parte de la población mundial sí lo percibe como una amenaza real. Esto sirve de elemento de cohesión de la sociedad. Un ejemplo reciente y que todos conocemos es el de Corea del Norte y la «supuesta» amenaza que representa para ellos los Estados Unidos. Visto desde fuera resulta absurdo.

        Escribe el profesor Eco:  Al parecer no podemos pasarnos sin el enemigo. La figura del enemigo no puede ser abolida por los procesos de civilización. La necesidad es connatural también al hombre manso y amigo de la paz. Sencillamente, en estos casos, se desplaza la imagen del enemigo de un objeto humano a una fuerza natural o social que de alguna forma nos amenaza y que debe ser doblegada. Nuestra imagen se construye tanto con aquello que nos aportan nuestros aliados, familia o amigos, como por nuestra oposición frente a  rivales, adversarios  y enemigos.

                              La yihad virtual de Melilla

         Llamo virtual al yihadismo melillense porque todos/as los detenidos hasta ahora, parecen tener en común una cierta obsesión por acumular perfiles Facebook, o incluso blogs abiertos al público, en donde organizan sus actividades y planes secretos, para derrocar el orden económico mundial.

             Desde primeras horas de la mañana, el ruido de los  rotores de los helicópteros constituía nuestro sonido ambiente. En Melilla vivimos en una situación similar a la de Apocalypse Now, la legendaria película de Coppola. Nadie pensó inicialmente en algo distinto a un nuevo salto a la valla, y al ver a unidades especiales de la Guardia Civil en las calles,  no pensamos en otra cosa que no fuera un nuevo registro en la Ciudad Autónoma.

                No vivimos a salvo de ninguna amenaza, pero la imagen exterior de Melilla está completamente arruinada. Si sumamos los tres acontecimientos más repetidos en los últimos tres años (detenciones yihadistas, saltos de inmigrantes y registros en dependencia autonómicas), proyectamos una imagen cercana a uno de los lugares más conflictivos del Mundo. Para venir a bañarse a las playas ofertadas en Fitur, debe  pensárselo dos veces cualquier turista, o un crucero de tranquilos ancianos de la Tercera Edad europea. Bañarse entre el ensordecedor ruido de los helicópteros o el posible desembarco de una patera, resulta algo atemorizador.

       Lo de menos es que se haya detenido a dos o a cinco personas en esta operación. Lo preocupante es que estamos al nivel de los campamentos de reclutamiento de Afganistán o Pakistán, en cuanto a conocimiento público.

Lo que se lleva la corriente


         Quince años de trabajo en la desembocadura del Río de Oro, décadas cubriendo el delta  del río sin ningún resultado ni objetivo,  y los cuatros últimos de trabajos forzados, para nada. Apenas unos días antes de la gran tormenta y aguacero, habíamos fotografiado el lamentable estado de las aguas del  estuario melillense. Todo ese esfuerzo inútil, toda esa inversión baldía en la depuradora de aguas residuales, para que dos días de lluvias, arrojen toda esa porquería a la bahía de Melilla, esa misma en la que nos bañamos en verano y que obtiene las banderas azules de un modo un tanto cuestionable. Esta es la gestión que tenemos en la ciudad. Muy propagandística, muy costosa, pero de escaso resultado. En estas aguas cristalinas y turquesas o de color esmeralda, nos bañamos durante toda la temporada estival.

   Si recopilásemos todos los lemas y proyectos suntuarios acumulados en el último decenio, no helaríamos por su simplicidad y sobre todo, por su falta de resultados. Costaría muy poco mantener limpio el pequeño tramo de la desembocadura, y convertirlo en un espacio de ocio para los melillenses, al menos en los meses sin precipitaciones, que son casi todos. Solo hacen falta tres cosas: Voluntad, ideas y dinero. Se carecen de las dos primeras y sobra y malgasta  en abundancia la tercera.

Lo que lleva el río de Oro


                        Escombros y suciedad en el río de Melilla   

            Febrero lluvioso, aunque sea rabioso. Por primera vez en mucho tiempo, hemos visto al río de Oro y a todos sus afluentes (Farhana y Mezquita) aportar agua al cauce principal.  Hay muchos refranes referentes a la importancia del agua en febrero, pero ahora queremos hablar del cauce del río, de su limpieza, de su mantenimiento y de su conservación.

                    El río de Oro es ya un río sin caudal la mayor parte del año, por lo que su conservación sería fácil, además de poder constituir un espacio verde, muy necesario para la ciudad. En muchas ciudades se han adaptado partes de los secos cauces, para el uso y disfrute de los ciudadanos. Lo que no puede ser es que estos espacios naturales, de los que cada vez disponen menos las ciudades, se conviertan en vertederos y escombreras ilegales, como resulta ser el caso de nuestro río seco. No hay control en ninguna zona de la ciudad. Todo este área y su mantenimiento pertenece a la consejería de Medio Ambiente.

              Las fotos de contraste están hechas en un mismo punto, en la calle Cabo de Agua del Barrio de Hernán Cortés, en donde existe un acceso al cauce del río. Unas fotos están hechas en el mes de noviembre y otras en los últimos días. Cuando llueve, todo ese material es arrastrado hacia la desembocadura, y toda esa porquería y escombros pertenecen a la ciudad de Melilla. Es muy frecuente, cuando no se puede eludir una responsabilidad, achacar los males al entorno marroquí, en donde no se realizan limpiezas de cauces, pero es que en nuestra ciudad parece que tampoco. Es más fácil multar a un vecino que saca la basura a deshora en el centro de la ciudad, que demoler una casa y echar todos los escombros al río sin que nadie lo advierta, ni sancione. Toda Melilla está llena de escombreras ilegales. Cuando vienen las crecidas del río, todo ese material acabe en las playas que luego utilizamos en verano, las que ofrecemos a los turistas en la engañosa Feria de Fitur.

Palmeras al suelo


            Nada tiene de extraño que una palmera se seque en su tronco  por la acción del picudo rojo, y haya que cortarla y talarla. No sería un hecho anómalo, salvo que alguien hubiese escrito en el último día del pasado octubre, que esa palmera en concreto, tenía ya un serio problema de verticalidad, y que el cualquier momento, como un fuerte vendaval, acabase partiéndose y cayendo sobre algún ciudadano. Un ciudadano lo advierte, lo fotografía, lo escribe y deja avisado. Pasan uno, dos y hasta tres meses y los responsables de Medio Ambiente no toman ninguna medida. Bastante trabajo tienen los responsables de algunas consejerías con huir de la Guardia Civil o defenderse en los juzgados, como para preocuparse de una palmera con la verticalidad perdida, y llevar a cabo una acción preventiva.

             Al final ha sido Eolo, que no Crono, el que ha resuelto el problema tirando la palmera al suelo. Dejamos las fotografías y la entrada del mes de noviembre. Tal es el gobierno, tal es la gestión.

           Nota: https://elalminardemelilla.com/2014/11/01/la-llegada-del-picudo-rojo/ 

Imágenes de podas en Melilla


El agente naranja en el Cerro de Camellos

         El agente naranja era un herbicida y exfoliante que utilizó Estados Unidos en la selva de Vietnam, para evitar los escondrijos y los túneles del Vietcong, en su guerra contra el invasor estadounidense. El agente naranja o napalm, salvando las distancias, dejaba en la selva una imagen similar a esta, la de la devastación absoluta. Es solo un símil, pero alguien que vive en las inmediaciones del Cerro de Camellos, me aconsejó que me pasara por allí para que pudiese comprobar qué tipo de poda se había llevado a cabo. Siempre digo que en Melilla hay que mantener la capacidad para la sorpresa intacta, pero no me esperaba una imagen como esta que ahora comparto en El Alminar.

                Se que la zona estaba muy sucia (lo hemos escrito aquí), que había abundancia de roedores, que era refugio y zona de paso de maleantes o de gentes sin techo, que se realizaban actividades poco decorosas, que algo había que hacer. Sin embargo, en nuestra ciudad no hay términos medios, o se abandona un determinado lugar hasta que los árboles se le caen encima a los vecinos (también está escrito en El Alminar), o se llega y se arrasa la zona hasta la misma raíz, como es el caso. poco más hay que decir, solo ver, contemplar y admirarse.

                       Las fotografías están realizadas desde el mismo lugar, una en noviembre de 2014 y otra en febrero del presente año.

          Nota: https://elalminardemelilla.com/2011/10/01/un-arbol-cae-sobre-una-casa-en-el-tesorillo/

Carnaval frente a Cuaresma


                Los enemigos de almas son tres: el mundo, el demonio y la carne. Eso es lo que decía y dice la doctrina cristiana desde hace 21 siglos. La Cuaresma, tiempo de ayuno, oración y penitencia empieza el próximo 18 de febrero, miércoles de ceniza, símbolo de aquello en lo que nos convertiremos todo. Sin embargo estamos hechos de carne, vivimos en el mundo y estamos enfrentados a las tentaciones. Tenemos que convivir con ellas, con el mundo y con el demonio y sus asechanzas. Todo esto es cierto o no, según desde el lado en que se quiera mirar.

             El carnaval es,  aparte de una fiesta inmediata a los rigores de la Cuaresma y del invierno, en la que se conjuraban todas estas amenazas; una fiesta transgresora en la que se criticaba sin tapujos, tanto a la autoridad civil como a la eclesiástica, que eran las dos potencias rectoras de la época. Hoy todo es un pálido reflejo de lo que en su día fue, aunque tampoco hay que mitificar las cosas. Casi nada ha sido nunca como nos han dicho. Ahora la autoridad impide la crítica obligando a entregar previamente las letras de las canciones o coplas satíricas, con lo cual es imposible la crítica despiadada y siempre merecida, al poder. En cuanto a los rigores del infierno o de la condenación eterna, ya casi nadie les teme, entre otras cosas, porque todo el mundo es bueno o se considera así, con lo cual el diablo no tiene trabajo, o le sobran candidatos/as a vender su alma a él, sin necesidad de las tentaciones.

                                                      El Carnaval en Melilla

                Domesticado todo, y desprovisto de sentido, nos queda al menos una hora de espectáculo visual y de entretenimiento. El frío y el viento concedieron una tregua al desfile de carnaval y al menos se pudo disfrutar un rato, en el ciudad con menos cosas que hacer del mundo. La carroza del infierno, con humo y llamas fue  muy vistosa y resultó una de las más atractivas, junto con la del hombre cocinado en la olla de los caníbales. También muy originales algunos disfraces individuales. En una de las fotografías, conseguimos que una de las diablesas (al diablo no se le puede ver nunca), nos mirase directamente. Pese a la falta de apoyo, a la domesticación de cualquier acto lúdico, hay cosas que se resisten a desaparecer, pese a que ponen todo su empeño en ello.

El temporal en febrero


       En febrero, a lo largo de la historia, los temporales han sacudido con fuerza la ciudad de Melilla. Las noticias recopiladas en las hemerotecas así lo reflejan. En la primera semana del mes central del invierno, el temporal de viento y frío ha azotado de modo inmisericorde la ciudad. En febrero debe llover, como dice el refrán: Que venga febrero lluvioso, aunque sea rabioso. Hay otro que dice que «el agua de febrero mata al usurero». Queda claro que el agua es importante en este mes. El agua empapa la tierra y su tenue sol no la evaporaEn febrero hay tempestades  y también calmas. Sin embargo, la tempestad siempre es más atractiva desde el punto de vista visual. Así es febrero, ya se sabe: En febrero un rato malo y otro bueno. 

             Febrero, el mes femenino, el único dedicado a una diosa y con un santoral plagado de nombres de mujeres (Purificación, Águeda, Candeleria, Apolonia, Brígida, Eulalia, Lourdes). Hemos visto y recogido imágenes interesantes, desde gaviotas con su plumaje mojado y que se resignaban a ser fotografiadas sin levantar el vuelo, hasta los humazos de Endesa (la productora melillense de electricidad), cayendo hacia el suelo y inundando nuestros pulmones de humo tóxico. Hemos visto al barco siendo empujado hacia el dique de amarre, para que el temporal no lo sacase de su posición, y las aguas del mar revueltas y agitadas. Los tiempos están así. Calmas y tempestades van siempre unas detrás de otras.