- Almería, murallas de Jairán
- Estela del barco
«A vosotros os ha sido dado el misterio del Reino de Dios, pero a los otros de fuera se les dice todo en parábolas, para que mirando no vean, oyendo no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados». Marcos 4, 11-13
Es una necesidad, si se quiere sobrevivir. La parábola es una narración de la que se deduce, una enseñanza moral o un suceso importante. Es necesaria para transmitir algo sin mostrarlo, o para hablar de aquello que no puede ser dicho. También es una manera de mostrar algo, pero sin señalarlo claramente, para que cada cual, escoja aquella parte que le es necesaria.
Hay una frase inmensa de Cristo ante los clérigos judíos, doctos y conocedores de La Ley, que ante la pregunta de: ¿Tú quién crees ser, que no tienes 50 años y ya crees haber conocido a Abraham?; les responde: «Ante de que existiera Abraham, yo soy».. Le preguntan por el pasado, les habla del pasado, pero les responde en presente, porque para Él, todo es presente. Quiero decir que todos éramos antes del Alminar, y lo seguiremos siendo después. Llegará un día en el que no estemos aquí detrás, o en el que todo sea de otra forma.
Yo escribo que: antes de que existiera El Alminar, yo estaba. Nada surge por azar, todo tiene un camino y un recorrido. Con esto quiero decir que yo estuve casi medio año, escribiendo en El Alminar, casi para mi solo. En los 4 primeros meses no llegué a superar el centenar de visitas diarias, sin embargo, no falté casi ni uno solo ante esta extraña comparecencia ante el mundo. Antes, mucho antes del Alminar, llevaba escribiendo de modo asiduo en la prensa de Melilla desde hacía dos años. Quizá, como dijo un amigo,que es obispo, tenga «un don», pero lo he ido puliendo y sacando a flote, y no es fácil. Pensar, estar atento, fotografiar las cosas, quedarse con los matices y luego describirlas, no ya para mí, sino para otros, y que todo resulte atractivo, e ir creciendo.
Hay quienes han atacado este Alminar sin descanso, luego se fueron y no volvieron más, al menos en apariencia. Hay quienes lo siguen con pasión, pero aconsejo que todo se enfríe y se repose, porque solo vale aquellos que veamos con nuestros propios ojos, y aun así se debe estar atento, porque muchas cosas de las que vemos, son solo una apariencia. El engaño también es una profesión.
¿Quién eres, quién crees ser?, solían preguntarle, y a una pregunta así de directa, no se puede responder. Son muchos/as los/as que me han interpelado de modo directo, y no siempre he respondido de modo directo. Lo más adecuado es siempre responder con otra pregunta, ¿quién crees que soy, qué crees que es El Alminar?. Todo es muy complejo. Tras el regreso todo será diferente. Para que todo pueda seguir, algo debe acabar en algún momento. Yo, en este instante, estoy cansado, nos han vapuleado mucho y sé que hay gente perpleja por este extraño debate de tres reflexiones seguidas, y quienes están encantados/as con ellas. Pese a todo, una de las frases que más me gustan es aquella que dice: a tus pies Señor, nunca a tu altura,. No quiero envanecerme en modo alguno, aunque a veces, no me cueste nada escribir.
Ahora, el final es el principio, ahora sí.