La llamada del almuhédano



Los contrastes de Melilla

Son cinco rezos diarios llamados: Fajr, Duhur, Asr, Magrib e Isha. Durante ocho siglos, las llamadas a la oración de los almuhèdanos se escuchó desde la línea del Duero hasta el límite del Mediterráneo. En 1086, la reconquista cristiana estableció la frontera en el río Tajo, con la conquista de Toledo. La caída de Sevilla (1248) y Córdoba (1236) llevó el límite al río Gualdalquivir. En 1480, los Reyes Isabel y Fernando iniciaron el asalto final al Reino Nazarí de Granada. En 1492 la voz del almuhédano (vocablo español), se extinguió para siempre.
Melilla y Ceuta son las dos únicas ciudades españolas en donde se escuchan las cinco llamadas a la oración de los almuhédanos, no exentas de cierta polémica, sobre todo la primera, con el Sol naciente, y con la última, al filo de la media noche.
Esta que he recogido en el vídeo es la del Duhur, en el medio día, con el Sol en su cenit, en la hora máxima de calor. Todo está cuidado en este vídeo. Es la mezquita u oratorio del Mantelete, en la calle de Santiago. Es el primer lugar en el que se permitió el rezo de los musulmanes que entraban a Melilla en los inicios del siglo XX. Fue creado por un grupo de comerciantes «fesíes» ( ciudad de Fez). Está justo debajo de la puerta de Santiago. La vieja ciudad española está justo detrás, con sus banderas de España y de Melilla.
En el resto de las ciudades españolas vuelven a abrirse mezquitas para el culto musulmán, pero no se permite la megafonía de los almuhédanos, ni su llamada a la oración. En la democrática Suiza, en referendum, los ciudadanos se mostraron contrario a la construcción de alminares. También escribimos de eso en su momento. Estos son los contrastes que hacen distinta y única a Melilla, y son las cosas que hay que defender.

Nota: https://elalminardemelilla.com/2011/08/28/la-edificacion-de-mezquitas-en-espana/

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7 comentarios en “La llamada del almuhédano

  1. Queda muy «multicultutal» la llamada a la oracion desde las mezquitas… pero si vives junto a una de ellas ni tiene que hacer mucha gracia si ese sonido te despierta, despierta a los crios…
    Con tanta religión esta ciudad no podrá nunca avanzar….. Vamos hacia el mediveo… solo nos falta alguna quema de brujas en la Plaza de España

  2. Que bonita elección, la Mezquita de la calle de Santiago.
    Una de las cosas que más me gustan cuando voy a Melilla es escuchar el almuhédano, aunque reconozco que no sé si pensaría lo mismo si viviese allí.

  3. Si molesta la llamada del almuhédano, que me decís del carillón de Santa María Micaela junto al hospital comarcal.
    Campanas de Melilla que fueron silenciadas en el templo arciprestal aplicando la legislación de actividades molestas e insalubres.
    Años después las colocó de nuevo el Sr. Mohatar.
    Mas que las campanas y el canto del almuhédano molestan los ruidos de la música del Pueblo hasta altas horas de la noche.

  4. En Melilla molesta todo, menos lo que realmente debe molestar. En Melilla, la gente se movilizó contra el croar de las ranas del Parque Forestal y las eliminaron, o contra la llamada a la oración de los alhumédanos, o contra las campanas de las iglesias, y luego se traga todo lo que se está tragando en Melilla (enchufismo, nepotismo, despilfarro, falta de profesionales médicos, viajes tercermundistas en avión o barco).
    Lo último que quedaba por ver y oír, es que la Consejería de Seguridad Ciudadana, acepte la ampliación de horario nocturno para los locales de hostelería, como bares de copas y con música de karaoke, que están instalados en los bajos de los edificios, y la gente también se trague eso. Pero claro, el minuto, porque no dura más, de la llamada a la oración del almuhédano les resulta intolerable a algunos.

  5. Buenas tardes Hospitalario y al resto de colaboradores: He visto una fotografía del Cementerio de Melilla. Y me ha llamado la atención el que haya dos monolitos dedicados, a los españoles fallecidos durante el Protectorado, de Segangan y de otros lugares. En la fotografía y sobreimpreso aparece el nombre de Alminar de Melilla. Hago este comentario, porque a un paisano nadorense residente en Badalona, le gustaría saber noticias sobre ello. Referente al tema del que opináis, recuerdo a mi querido y añorado Nador, de mi infancia alegre,Cuando sentía al almuédano des de el alminar, las campanas de la Iglesia de Santiago Mayor y cada sábado veía a la colonia judía celebrar el Shabat en la sinagoga. También había otros compatriotas que no eran católicos practicantes y sin embargo eran unas bellísimas personas, pero claro pertenecían al bando de los vencidos. Un saludo cordial de un nadorense agrqadecido.

  6. «En Melilla molesta todo, menos lo que realmente debe molestar.» ¡Se puede decir más alto pero más claro imposible! Con todo, limito mi afán crítico. Termino con una historieta verdadera, casi refrán. A un vecino del barrio el sonido de las campanas de la iglesia le molesta y ha corrido a denunciarlo. ¡Corrido! Yo puedo entender que un forastero venido de un país donde las campanas son culturalmente ausentes le incomode dormir con un sonido que no perdona ni una, pero me sorprende que la queja venga de un natural que ha convivido con las campanas desde el día que tocaron para anunciar que era bautizado. Y si no fue él bautizado, lo fueron parientes suyos; y bien que entonces no se quejó y comió confites. Conozco un montón de gente que vive a la sombra de un campanario o, para hacerlo menos literario, en el campo de expansión sonora del minarete de la mezquita. Parece que deberían tener todo el día la cabeza como un bombo y – perdonen pero no me puedo resistir no tocar ni cuartos ni horas, pero son y se comportan como los demás ciudadanos. Estamos tan acostumbrados, que ni las sentimos. Esto tampoco es bueno, porque la llamada a la oración y las campanas se han hecho para ser oídas. El vecino no ha dicho que las campanas hagan ruido. Si hubiera dicho ruido, menos. Dijo que producen «contaminación acústica». ¡Contaminación!, santa palabra. Los ecologistas sólo de oírla han puesto en alerta como si tocaran a rebato. Entiendo que los defensores de las campanas estén preocupados y tengan miedo de ver perdidos el badajo y la batalla. ¿Al contenedor de qué color se tiran las campanas?

Acostúmbrate a sufrir con paciencia las contrariedades, a escuchar en silencio lo que desagrada, a estar sosegado entre los turbulentos y a permanecer tranquilo entre el estrépito del mundo.

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