El Cautivo se quedó en Trinidad


   El Cautivo es Málaga y los lunes de Semana Santa son del Cautivo. Es una imagen sencilla pero imponente. Se yergue suspendido sobre su trono, sin adornos de ningún tipo.  Sus ropajes y ornamentos no pueden ser más modestos. Procesiona desde su origen con una túnica blanca que se ve desde el momento en que entra en la Alameda malacitana.

  En una ciudad plagada de símbolos,  es difícil abrirse hueco,  pero está imagen lo logro tras su primera salida procesional. Hay otras cofradías con más patrimonio,  más ornamentadas, con más historia y más peso en la historia cofrade, pero El Cautivo le dio un matiz distinto al esplendor cofradiero de Málaga.

  Por eso es importante y trascendente que el Cautivo salga a la calle, con el acompañamiento o acompañando, a la Virgen de La Trinidad, la que da nombre a este modesto y centrico barrio, en la ribera occidental del Gualmedina. No es lo mismo una semana santa sin el Cautivo recorriendo Málaga y abriendo su semana de Pasión.

  Es la clave y lo saben todos, pese a estar tan alejado de los días centrales, jueves y viernes santos. Por eso había temor, porque se barruntaba lluvia y la suspensión le acechaba, en esta última semana de marzo. La pandemia dejó a todas las imágenes en los templos entre 2020 y 2021. Por eso se hicieron procesiones extraordinaria en los dos últimos años, por eso era vital el regreso en este año bisiesto de 2024.

    El Cautivo se quedó en Trinidad

Es una decisión difícil, tremenda,  porque se juega el trabajo de un año entero a una sola mano y a una sola carta. Por eso se vota,  para que la decisión sea compartida. Tres borrascas esperaban su salida,  como sus potencias. El aguacero no había dado descanso, ni muestras de debilidad desde el día anterior. 

  Una tras de otra se fueron anunciando las suspensiones procesionales y las nubes permanecían vigilantes.  Pasada la media tarde El Cautivo anunció su retirada, su renuncia a la carrera oficial, a su cita anual.  Cuando ya la oscuridad se aseguró su ausencia,  y la decisión era irreversible, las nubes levantaron su intimidante manto y las calles quedaron secas en apenas dos horas.

Ascendimos por la calle Trinidad (al filo de la media noche) tras el obligado paso por Mármoles,  hasta llegar al extremo superior,  en donde se encuentra la sede de la Hermandad, junto con otros cientos de personas que acudían a ver las imágenes suspendidas.  La perplejidad y la conmoción se notaban entre los integrantes de la junta directiva. No había vuelto a caer una sola gota de lluvia, esa misma que había detenido en seco las esperanzas de procesionaria al Cautivo y a La Trinidad. Atendían a la gente como podían,  que ya era bastante. La sensación era muy extraña, la noche estaba templada. Ahora sí.

  A Dios no le gusta que se le tiente, al diablo no le gusta que se le rete. Queda Mena, el jueves santo,  pero esa es otra historia.  A Mena no la tuerce el diablo.

Nota:https://elalminardemelilla.com/2016/03/22/el-cautivo-sobre-el-alminar/

 

Catilinarias y Filípicas


  La clase, y decimos clase en el concepto marxista del término,  no solo quiere parecer honesta,  sino también serlo. Parecerlo, depende de los medios de comunicación afines; serlo,  de ellos mismos. La clase política española es «la verdadera generación de cristal», al menos la actual. No soportan las críticas. En cuanto se dice lo más mínimo,  llegan las lamentaciones y el victimismo y la obsesión con las campañas difamatorias.

  Si hubiesen tenido a Tácito o Suetonio encima, ninguna estaría muy lejos de Nerón, Tibero o de Calígula, en cuanto a imagen pública.

    Nunca ha habido en la historia historiadores más parciales,  más de partido,  y los estudiamos como a clásicos. ¿Por qué?  Pues porque a los políticos hay que enfrentarlos a la realidad que ellos promueven. No puede prometerse una cosa, hacer lo contrario y luego pretender salir indemnes.  Una biografía justa pero implacable,  es a lo que debe aspirar cualquiera que se dedique a la política.  El rigor debe ser mayor conforme más alto se está en la escalera del Estado. Augusto paso a la historia como modelo de gobernante  y fundador del Imperio por sus hechos,  y no por sus dichos. En realidad fue el enterrador de la República romana, aunque se proclamara su custodio. Toda una obra de magia política,  en la que contó con la ayuda inestimable de su esposa, Livia Drusila.

  Demóstenes dedicó media vida a hundir la fama de Filipo II. Cicerón abrasó públicamente la carrera política de Lucio Sergio Catilina y sus modos dictatoriales, para el resto de la historia de humana. Catón el Censor, se enfrentó sin tregua a la élite política de Roma, representada por la familia de los Escipiones.  Aguantar durante años, que cualquier discurso parlamentario acabase con la frase «Cartago esse delemdam» (Cartago debe ser destruida), no está a la altura de la política actual.  Esa célebre frase puede considerarse la versión salvaje del  «váyase señor González» de José Mª Aznar.

   Todos lloraban, todos se lamentaban, remedando la frase de Salustio: Todos robaban, Todos saqueaban, el uno ambicionaba una casa,  el otro unas tierras y la ambición llevó a muchos hombres a hacerse falsos. Tales son las costumbres, ser compasivos con los ladrones del erario público.

Cala de la Virgen de Trápana


      La pista italiana de Trápani (Enrique Delgado)

  Los nombres salen de algún lugar, o son traídos o llevados por alguien. Trápana es un nombre de origen italiano, que nada tiene que ver con la geografía ni la historia de la zona de Guelaya. Trápani es una localidad de Sicilia, en donde existe una advocación dedicada a la Madonna  di Trápani. Trápana es el nombre de la cala más emblemática de Melilla, a la que se accede desde las Cuevas del Conventico.

  Todo tiene que ver con los misteriosos Frailes Mínimos, procedentes de Italia, que proporcionan a Fernando el Católico la imagen de la Virgen de la Victoria, que resultará trascendental para la conquista de Málaga en 1487, en un momento en el que la desesperación empezaba a abrirse camino, por la tenaz defensa musulmana de la ciudad. Fundados en la mitad del siglo XV por el eremita Francisco de Paula, estarán ya presentes en el episodio más importante de ese final de siglo, la conquista del Reino Nazarí de Granada, iniciada en 1482.

La vía italiana en la historia de Melilla había sido apuntada por el historiador y Cronista de Melilla Antonio Bravo Nieto, y por el historiador religioso José Luis Blasco López, en el número 1 de la revista Trápana, de la Asociación de Estudios Melillenses. El profesor Antonio Bravo, junto con el también historiador Sergio Ramírez González, rematarán la importancia del vínculo italiano, al descubrir los orígenes manieristas de la iglesia de La Purísima, templo patronal melillense, y su relación con el arquitecto italiano Gian Giacomo Palearo. En el citado número de la revista, Nieto destacará la vertebración de la historia de la ciudad con la presencia de órdenes religiosas, y Blasco relatará la historia de la orden más presente y destacada de nuestra historia, la de los Capuchinos. Todos pertenecientes a la Orden mayor de los Franciscanos.

En los primeros años de la conquista, tras la iglesia de San Miguel, la siguiente en ser mencionada es la ermita de La Victoria, mucho antes de la llegada de los frailes capuchinos. No es especular demasiado el decir que aunque no exista constancia documental, de momento, los misteriosos Mínimos debieron deambular junto con las tropas de Medina Sidonia, en los primeros meses y momentos de la conquista de Melilla en 1497. Parte de las tropas, incluso los propios oficiales al mando, serían los mismos que conquistaron las tres últimas capitales de la España musulmana. No es de extrañar que trajeran consigo las mismas imágenes que ampararon esos últimos hechos. El descubrimiento de una aldea llamada Melilla en la región de Calabria, reafirma la idea de la procedencia de esa advocación, que quedaría fijada bajo el nombre de Trápana, en la costa melillense.

Todo hubiese dormido ahí, de no haber encontrado una postal religiosa de la Virgen de Trápana, que se encuentra en el monasterio de las Mercedarias, en la localidad hispalense de Osuna. La comparación de las imágenes, la hace muy similar a la virgen titular de Málaga, la de La Victoria, que guarda a su vez relación directa con la imagen siciliana, de la iglesia de La Anunciación. La característica vinculante, además del alabastro, es que la madre y el niño se miran, no ambos hacia el frente, como suele ser habitual. En el caso de Melilla, lo que no puede asegurarse es que se trate de la imagen primitiva, que debió ser de menor tamaño. La virgen de Trápana es copatrona de la localidad turolense de Cuencabuena, y su festividad se celebra entre el 8 y 10 de septiembre. En San Cristobal de La Laguna (Tenerife) existe también esta advocación.

La pista italiana sigue presente y pendiente de transitar por ella. La hipótesis es clara. La Victoria parece una versión hispana de la de Trápani. La relación con los Mínimos es estrecha y la procedencia italiana casi innegable, junto con la de los frailes Mínimos.

CPM: Auto de terminación


Fue el filólogo Jon Juaristi el que ideó este sutil juego de palabras con el concepto «autodeterminación», empleado-por la izquierda abertzale. El Auto de procesamiento del Juzgado Penal 2 de Melilla, supone la liquidación de la formación localista Coalición Por Melilla, fundada en 1995, y sin que haya llegado a conformarse como partido político. La coalición formada por anteriores agrupaciones políticas como el PI-HB (Partido Independiente Hispano Bereber) está prácticamente disuelta, tras 3 décadas de ajetreado tránsito por las procelosas aguas de la política melillense. Nunca se había detenido y procesado a la totalidad de una lista política electa, en la Asamblea de Melilla. Nadie había cometido y acumulado tantos errores en tan poco espacio de tiempo, ni tampoco se habían saltado tantas líneas rojas, en la administración de la gestión pública. La falta de control y freno en la toma de decisiones, en la gestión de la contratación, y en cualquier otro orden posible, era total.

Ser un partido no garantiza nada, porque la vida militante apenas existe, y la falta de control sobre las ejecutivas es total. El carnet de afiliación a una formación política equivale a tener una sola acción participativa de una entidad bancaria, o de un club de fútbol. El Poder y su control, no se regala a nadie. Podemos demostró que el proceso de primarias puede ser tan manipulable y falto de garantías, como la designación directa del presidente nacional, de una formación política del viejo estilo. En estos 10 últimos hemos asistido al surgimiento y descomposición de dos formaciones que iban a renovar el viciado aire del bipartidismo, con propuestas nuevas y necesarias (los centristas de Ciudadanos y Podemos, que nunca fueron comunistas). Aunque haya sido un recurso genérico para descalificar, el comunismo ya no es ni siquiera una alternativa teórica, y mucho menos práctica.

La ciudadanía al no sentirse ya representada por las formaciones estatalistas, y la propia incapacidad de estas, ha generado o propiciado la identidad independentista, la provincial, o la localista. Aquí estaba encuadrada CPM, y sus intentos políticos de unión y afinidad con otras formaciones regionalistas, aunque el resultado haya sido la implosión de la coalición.

¿Melilla con 20 concejales?

El ayuntamiento es la entidad básica de la administración ciudadana, por lo que no puede ser disueltos ni desaparecer. La Asamblea de Melilla se rige conforme a lo dispuesto por la Ley de Bases de Régimen Local. Por tanto y como dictaminan algunas sentencias del Tribunal Constitucional, la sustitución de concejales que renuncien a su acta (es seguro que los 5 imputados renuncien a las suyas), y aunque ya no exista el partido o agrupación política matriz, la sustitución es automática en la lista presentada a las elecciones. Lo que también es probable, es que nadie quiera sustituir a los posibles renunciantes, por lo que podría darse la situación de que la Ciudad Autónoma de Melilla no puede cubrir esas 5 bajas. Ahora mismo nadie se pronuncia sobre cómo hacerlo, y si sería posible hacerlo mediante unas elecciones parciales, o una repetición completa. Estamos ante una situación jurídica y política nunca vivida en la ciudad, y que crea mucha inquietud social.

Sedes vacantes

En el año anterior a las elecciones de mayo de 2023, con un índice de voto por correo equivalente al de Estados Unidos, fueron las más escandalosas de la historia democrática de Melilla. La sede de Correos estuvo permanentemente custodiada por la Policia Nacional y la confrontación política alcanzó su extremo máximo. Decisiones judiciales en el límite de la Ley, evitaron el más grande asalto al tren, que se pensaba blindado, del voto electoral en España. Melilla lleva concentrando la atención nacional desde el pasado mes de abril. Sin embargo, la descomposición del gobierno tripartito era ya percibida por todos, cuyos integrantes ni siquiera se soportaban. Las guerras intestinas lo equiparaban a la política balcánica. Ninguno de los líderes de las formaciones integrantes del tripartito ha sobrevivido a la desaparición del «gobierno del cambio» y cada uno soporta la cruz de sus desaciertos, algunos con perfil judicial, porque eso es lo que se está viviendo en esta semana. La entrada a saco y auto, de la Justicia en el campo político, algo ya habitual.

Un siglo de escándalos

En 1908 y la crisis del Barranco del Lobo, Melilla y su área de influencia hicieron saltar la política española, activando la bomba del descontento social en Cataluña, y dando inicio a la Semana Trágica. Lo que no se resuelve busca su segunda oportunidad y apenas 13 años después, en 1921, el Desastre de Annual resquebrajó la monarquía de Alfonso XIII . Ya nada fue igual. El rescoldo del incendio quedó cubierto y aparentemente dormido. Esas brasas eran custodiadas por el Ejército de África, pero la cuestión de fondo distaba de estar resuelta.

El Estado republicano desapareció en la sublevación golpista de 1936, y la dictadura franquista tapó el debate sobre la forma de Estado. Las tensiones nacionalistas quedaron en un estado de obligado letargo, pero han vuelto a resurgir con renovada fuerza. La cuestión catalana, la ley de amnistía, los nacionalismos, buscan una nueva oportunidad, frente a un modelo monárquico que ha gobernado en España, casi sin interrupciones, en los últimos 5 siglos de historia común. Melilla y sus escándalos reclaman de nuevo su posición. Parece que esta ciudad norteafricana enciende siempre la mecha de las grandes transformaciones nacionales. Hay demasiadas sedes vacantes. No será la ultima formación política que vemos desaparecer, pero nos quedamos cada vez con menos, o casi ninguna alternativa.