En la Tuna del tiempo


 

 

                        Encuentro de Cuarentunas en Melilla

      Existe un libro:  Mitos y evidencia histórica sobre las tunas y Estudiantinas, de Félix O. Martín Sárraga, en el que se deshace cualquier mito sobre el origen de las tunas estudiantiles, y en el que se aclaran todos los datos históricos disponibles sobre su existencia. Las tunas son lo que son, pero no otra cosa.

     No hay relación histórica con los juglares medievales, ni con trovadores, ni con goliardos, ni nada por el estilo. Quevedo no fue integrante de ninguna tuna, ni Cervantes tampoco. La tunas más antiguas existentes se remontan a los primeros años del siglo XX, y se relacionan con las «estudiantinas» de finales del siglo XIX. Su origen está relacionando con «los carnavales», y con la «crítica política». Los uniformes y trajes de los tunos no tienen relación con trovadores, monjes vagabundos o juglares, sino con disfraces carnavalescos.

     Quienes promueven el libro, quienes lo editan e incluso quien lo escriben son tunos, esto es, músicos universitarios, que aplican el rigor científico a la historia. Pretenden darle al fenómeno de los músicos estudiantiles su propio valor, sin necesidad de recurrir ni a leyendas ni a mitos. El autor también hace notar que las agrupaciones de música escolar no tenían continuidad, y que precisaban de constantes refundaciones, desapariciones o de nueva creación tras cada año. Destacando siempre la presencia de crítica y la presencia de mujeres entre sus integrantes. Como tal, el fenómeno de las tunas fue común a varios países europeos. La Tuna Académica del Liceo de Évora, 1903, es la más antigua de la que se tiene constancia y continuidad histórica. En España, la llegada del franquismo en 1939, arrasó con cualquier tradición y evolución anterior.

     Entre las conclusiones del excelente libro de Félix O. Martín Sárraga, destaca que el franquismo creó un conflicto de género en las tunas, haciendo desaparecer a las mujeres de ellas. También que las Tunas del Sindicato franquista de Estudiantes (SUE), sirvieron como vehículo de adoctrinamiento ideológico, intentando además controlar a las que escapaban a su nefasta influencia. Su supuesto origen medieval es absolutamente falso. Hay buena música en las tunas, y muy buenos músicos, y también una imagen que no se corresponde con los tiempos. En el mundo también hay «tunas de mujeres».

         Las cosas por lo que valen, aunque se quiera aprovechar este tipo de certámenes, para dar una determinada imagen de la ciudad, muy aferrada a un pasado que ya tuvo su momento.

El paso infernal


                  Hubo un tiempo en el que la excelencia convivía con la cochambre en la ciudad. Ahora la excelencia se reduce de manera ostensible, mientras que lo mugriento y cochambroso aparece por cualquier lado, sin que nadie le de solución. La entropía siempre tiende a aumentar en el Universo, y Melilla es su centro. La entropía es el gran agujero negro que devora la ciudad, por cualquier parte en la que uno se fije.

              Este punto es uno de los más cochambrosos de la ciudad. Está situado en el Paseo de ciudad Málaga. Otro absurdo, porque de los mil nombre posibles, a nadie se le ocurriría casi repetir un nombre que ya existe en la ciudad *, salvo claro está, a san Abundio.

            Tres contenedores situados de modo estratégico sobre la acera, a la que estrechan el paso, y esparcen sus olores e insectos, sobre todo en los meses calurosos. Están situados a solo muy pocos metros del Burger King, y del HiperSol de la explanada de San Lorenzo (sin multifuncional). Colindan con un terreno baldío que supuestamente es una zona ajardinada de la urbanización privada adyacente.

          La maleza y las ramas, creciendo de modo  irrefrenable impiden el paso, incluso a personas de mediana estatura. Lo más normal es compartir el paso con personas sin hogar y mendigos que rebuscan en los contenedores. En la noche es una zona adecuada para acechar o para cualquier tipo de encontronazo no deseado. En realidad nadie pasa por allí, ni siquiera a plena luz del día. La infección y los malos olores, además del aspecto del lugar no ofrecen una imagen atractiva, ni siquiera confianza para el paso.

   Nota:https://elalminardemelilla.com/2011/12/16/melilla-el-absurdo-en-las-calles/

Palmeras en salmuera


             Todo esto que conocemos como Parque Hernández era el mar, en los tiempos remotos. Mucho antes de que nadie pensara en vivir aquí. El cercano cerro de San Lorenzo marcada uno de los puntos de la bahía natural de Melilla, un verdadero delta de la cuenca del río de Oro (imposible saber de dónde salió este nombre) y sus afluentes.

             Para hacer el vecino aparcamiento subterráneo de Isla de Talleres tuvieron que desecar hasta casi el mismo centro de La Tierra, porque en este suelo, compuesto de antiguos lodos y depósitos fluviales, en cuanto se excava, aparece el agua, con un alto índice de salinidad. No es agua dulce.

            La plaga del picudo rojo dejó demasiados huecos en el centenario parque, del que hemos encontrado una fotografía anterior al «fuentismo», una de las dos plagas que han caracterizado el desarrollo urbanístico de la ciudad en las dos últimas décadas. En la fotografía se puede apreciar el primitivo emplazamiento de la estatua del doctor y naturalista Félix Rodríguez de la Fuente. La fotografía está firmada por Trainspotting y podría proceder del infausto foro de Infomelilla, la caída plataforma digital de información. También hay otra fotografía reveladora de la anterior frondosidad del parque, cuando tenía un arbolado más natural y acorde con un parque urbano.

            La palmera resulta un árbol socorrido y resistente en un medio agresivo y salino.

El aparcamiento magno


                   Las impresionantes cifras del vacío

    A lo largo de los seis años de existencia del Alminar, hemos dado buena cuenta de la impresionante obra que supuso la construcción del parking de Isla de Talleres. Son 5 plantas excavadas bajo tierra, con 3200 plazas de aparcamiento, de las cuales 707 (muy extraña cifra), fueron compradas por la Ciudad de Melilla, por la cantidad de 13.750.000€, o sea a 19.500€ cada una. Eso quiere decir que además de las dos plantas que vemos, existen otras 3 más, con 2493 aparcamientos, que suponemos igual de vacías que las del aparcamiento público.

    Uno de los grandes problemas de Melilla es que existe mucho dinero en circulación, tanto en la economía oficial, como el la oficiosa o atípica. El dinero lo distorsiona todo y crea contigüidades invisibles entre Poder y negocios.

      La Ciudad Autónoma intentó crear el hábito de «pagar por aparcar», pero la realidad es que no hacían falta tantas plazas de aparcamientos de titularidad pública. La otra cuestión es que a las arcas municipales les da igual rentabilizar o no la inversión realizada, algo que no sucederá hasta pasado el año 2300, cuando ya nada de esto importe, y el destino de Melilla ya no esté en nuestras manos. El centro de la ciudad no tiene población y queda vacío pasadas las ocho de la tarde, por lo que ante cualquier acontecimiento público de gran magnitud, se encuentra suficiente sitio libre para aparcar. Nada de esto fue una previsión acertada.

     Las fotografías están realizadas con ocasión del acontecimiento de La Carrera Africana, y si ante un evento así, las dos plantas de aparcamiento están así de vacías, entonces queda demostrado que no eran necesarias. Nunca habrá tanta gente en el centro de Melilla como en una ocasión como esa, salvo la Cabalgata de Reyes o la de Carnavales.

     El otro problema es el acceso, complicado en la entrada, dada la dimensiones de los coches actuales y teniendo en cuenta el tipo de vehículo preferido en la ciudad: los mastodónticos 4×4. La salida es sencillamente infame. Eso sí, hay que agradecer que el árbol no esté situado en el centro del carril.

      La obra, fue prácticamente financiada con la inversión público, sin embargo el mejor acceso a los aparcamientos, los de la parte privada, fue construido gracias a una cesión generosa de terreno público, para lo que hubo que desmontar el patio de la antigua Casa de Socorro. Son las incongruencias de ésta ciudad, en la que el dinero sobra, para ser derrochado.

     El resto de las cifras magnas son estas: 29.000 m³ de hormigón; 20.000 m² de parking; 8800 metros lineales de muro pantalla (Trump debería tomar nota); 100.000 m³ de tierra evacuadas; 88.000 m³ de gua achicadas( el pantano de Las Adelfas); 3500 Tm. de hierro utilizado ( 1/2  Torre Eiffel). Y todo esto para el uso y el beneficio que se ve en las fotografías.

    Nota:https://elalminardemelilla.com/2012/03/01/tocando-fondo-en-isla-de-talleres/

25º aniversario del asesinato del juez Falcone


 

                    La corrupción, al igual que la mafia, acaba pudriéndolo todo. La corrupción no existe sin el dinero: Tampoco existen los corruptos sin los corruptores, muchos vinculados al sector empresarial, y que acaban contaminando al sector público, que es el que está o debería estar al servicio de todos. Vivimos un intento de mitificación de lo privado y del empresario, pero lo que debería fortalecerse es la idea del servicio público. Sin el Estado, solo existe la selva. Sin el Estado, gran parte de la actividad empresarial no existiría. La última y más potente crisis ha sido una crisis empresarial.

              En abril de 2015, un empresario enloquecido por la quiebra, Claudio Giardiello, disparó en la sala judicial de Milán, contra su propio abogado, un testigo y contra el juez Fernando Ciampi. Es la última víctima judicial italiana frente a la actividad fraudulenta.

               Las lecciones de Giovanni Falcone y de su amigo y compañero el juez Paolo Borsellino son inmensas, tantas que siguen vivas a los 25 años de sus asesinatos, casi paralelos. En su libro de conversaciones con la periodista Marcelle Padovani, Falcone cuenta como un día Borsellino entró en su despacho y le pidió la combinación de la caja fuerte, y al preguntarle para qué la necesitaba, Borsellino le dijo: ¿Cómo quieres que la abramos cuando te maten?.

             Giovanni Falcone fue fulminado por una potente explosión en la autovía de Palermo el 23 de mayo de 1992. Desde la misma creación del Alminar en 2011, ese día se dedica solo a su memoria, y ya van transcurridos 6 años. El 23 de mayo no se encontrará en el El Alminar  otro tema que no sea el recuerdo y el homenaje a la «memoria del juez Falcone» y de su compañero Borsellino, abatido por un coche bomba apenas dos meses después, concretamente el 19 de julio.

             Italia es una de las principales economías mundiales y una República fuerte, pero hubo un tiempo en que estuvo a punto de ser rendida por la actividad económica fraudulenta. La obligación de un Estado, y del poder judicial es poner coto y límite a ese tipo de actividad. No es que se la vaya a vencer o hacer desaparecer, pero nunca debe situarse por encima del Estado ni contaminar o infiltrarse en el Poder público y político, lo contaminar la economía oficial. La mafia al igual que la corrupción, opera solo en beneficio de sus propios miembros, de la familia, del grupo. ¿Dónde acaba el Estado, dónde empieza la actividad ilícita? ¿Quién es el corruptor y quién el corrompido?. Son líneas de sombra en donde si no se tienen principios firmes, puede no llegar a saberse en qué lado se está. Como decía Falcone, «son dos sociedades, una enferma y otra sana, que conviven en completa proximidad, en contigüidad. Vive en perfecto equilibrio sobre la miríada de protectores, cómplices, informadores, deudores de todas clases, chantajistas, gentes intimidadas o a las que se ha exigido el pago de un rescate, que viven en todos los recovecos de la sociedad». Corrupción y mafia se parecen mucho.

       Hay varios errores que no se pueden cometer, uno de ellos es «creer que los mafiosos son monstruos, cuando en realidad son parecidos a nosotros». Son hombres de honor, con rígidos códigos morales. Tampoco se puede pensar que «el pagar o cobrar una comisión es un acto inocente, pues en realidad significa reconocer a la autoridad mafiosa » o ilícita.  El error definitivo es creer que estas prácticas se circunscriben a un área geográfica determinada. Los Estados deben defenderse en conjunto, eliminando paraísos fiscales, o áreas bancarias opacas.

     España debe tomarse en serio el problema de la corrupción. Italia estuvo a punto de ser vencida por la mentalidad y actividad mafiosa. Hay una pregunta que hacerse, y es que cómo hombres y mujeres totalmente corruptos, aparentan ser honestas personas de familia, sin contradicciones aparentes, sin ni siquiera conciencia de culpabilidad, o incluso religiosos. la respuesta la ofreció un juez italiano, Roberto Scarpinato: «El dios de los mafiosos es el familismo amoral. El reino de la ética se agota en el interior de la familia (del grupo). Fuera de ese grupo hay una total discrecionalidad ética. El estatuto de ser humano es solo reconocido a los miembros de la tribu”(1).

        Nota: (1) Los curas y la mafia, Isaia Sales. Ediciones Destino.

 

 

 

 

Sin rastro de solución


     Un rastreador es aquel que sigue la pista de animales o personas por el rastro que dejan, ya sean pisadas, cenizas, olores, sonidos, deposiciones. El Rastro de Melilla tiene rastro. El primero y principal es el enorme ruido que produce, y el segundo es el olor de la venta del pescado en la calle. Sin ser un rastreador cualquier melillense sabe reconocer que se está acercando al Rastro.

      La pista del Rastro se atenúa en invierno, pero con la llegada de mayo y del calor el barrio huele desde larga distancia. Las garcillas y gaviotas lo saben desde hace mucho y acuden allí a proveerse de un pescando tan fresco como el de  «Ordenalfabetix» en el poblado de Las Galias. ¿Es la oferta la que atrae la demanda o ésta última es la causa de la primera?. Si a lo habitual se une una rotura de conducciones de aguas fecales, entonces la zona se convierte en un pozo.

       La realidad dice que la oferta de pescado y fruta fresca existen porque no hay intención ni capacidad de acabar con semejante práctica, impropia de una ciudad moderna, ya sea africana o europea. Da igual. Esto no es propio ni aceptable en el siglo XXI. Ocurre porque no hay gobierno ni gestión, con lo cual la ciudad se ordena a su propia manera. Hay ineficacia y desidia.

         Hace unos años, cuando todo el comercio estaba en manos de cuatro, podía existir una excusa. La realidad es que hoy las fruterías proliferan como hongos y justo al lado de donde se comercia  en la calle, hay una pescadería con precios más baratos que los del Mercado Central. Con las panaderías sucede otro tanto. Hay muchos despachos de pan, y ya no hay necesidad de comprarlo en el suelo. Las tortas de «pan moruno» o techni ya es una realidad consumible en las panaderías de la ciudad.

             Hemos denunciado esto muchas veces, ahora ya solo lo comentamos. Es imposible que el Rastro remonte. No hay plan urbanístico. Es un caos de tráfico permanente sin escapatoria posible. Una vez rebasada la línea de la calle comisario Valero, ya no hay posibilidad de escapar. Las calles de Margallo y Gran Capitán solo conducen hacia el centro del barrio y a la carretera del Tiro Nacional.