Holodomor, la hambruna de Stalin


¿Fue planificada la hambruna de Ucrania en 1932-33?

El conflicto de los «guardias rojos bolcheviques» con los campesinos ucranianos venía de lejos, casi desde los primeros años de La Revolución. La obsesión por la colectivización iba a tener una de las peores consecuencias posibles. Los Kulaks o kulaki, o lo que es lo mismo, campesinos propietarios de tierras, eran considerados los enemigos «del pueblo socialista» y de su paraíso en la tierra.

Las hambrunas eran habituales y periódicas desde el tiempo de los zares. Las malas cosechas provocaban grandes mortandades y también acumulación de alimentos por parte de aquellos que los tenían. Los revolucionarios bolcheviques creían tener la solución a todo: la colectivización. La imposición mediante medidas forzadas, expropiaciones, asaltos y detenciones en masa, iban a tener como resultado una de las peores catástrofes humanas de toda la historia de Ucrania, el Holodomor, o Hambruna Roja, como la denomina la historiadora estadounidense Anne Applebaum. En un solo año (1932-1933), cuatro millones de personas murieron de hambre en Ucrania.

Los bolcheviques veían enemigos y contrarrevolucionarios hasta debajo de su sombra. Lo que se planificó fue la colectivización, no la matanza o la mortandad. Es verdad que todas las decisiones que se adoptaron desde Moscú solo incrementaron la catástrofe humana, sin paliativos de ninguna clase. Por tanto, es normal que en estos países, nadie quiera hablar del comunismo o del periodo soviético. Los dirigentes comunista rusos no se caracterizaban por tener compasión alguna hacia la población.

Los esfuerzos por equiparar el Holodomor, como intentara el actual presidente ucranio Volodymyr Zelenski, con el Holocausto, con las autoridades de Israel, no han tenido éxito alguno, porque la bestialidad nazi no tiene equivalencia posible. Es el tope máximo en la escala de la maldad humana. La imágenes dejadas en Ucrania y en toda Europa por las Waffen SS y las Einsatzgruppen no tendrán comparación nunca, por más esfuerzos que se hagan en esa dirección. Intentarlo es no haber comprendido todavía lo que fue la planificación del exterminio de toda la población judía de Europa. Polonia, Ucrania, Alemania, Hungría, Países Bajos, son países cuya historia fue alterada para siempre.

La colectivización forzada de los Kulaki*

La colectivización se decidió entre 1929 y 1930. Una primera oleada expropió tierras, confiscó iglesias, confiscó cereal y animales, se arrestó a granjeros y a líderes locales que pudieran oponer resistencia. En apenas unos meses se había arrestado a 15.985 contrarrevolucionarios. La resistencia y la rebelión frente a la colectivización hizo enloquecer a los bolcheviques y al propio Stalin. Las deportaciones y los traslados de poblaciones se hicieron en masa, también hacia el Gulag o campos de trabajo esclavo, que no de exterminio. Eso sí, los muertos suman igual, y las cifran alcanzan millones. Muchos campesinos aceptaron bajo presión el traslado a las granjas colectivas, pero la colectivización había fracasado, aunque todavía no lo sabían. A finales de 1930, el gobierno de los Soviets se decide por la exportación de cereal para obtener divisas y los graneros se vaciaron.

Ya no había freno para lo que iba a pasar. La mala climatología y los deficientes datos de la nueva cosecha, la de 1932, situaban en el horizonte una nueva hambruna. Las previsiones se habían hecho en base a deseos y no de realidades. Los dirigentes ucranianos advertían del inicio de la hambruna, de los robos y de la ausencia de alimentos básicos en las tiendas. Se ordenó la incautación de todo el cereal existente y su traslado a las granjas colectivas. Se elaboraron listas negras de aldeas, de granjas y de empresas que no cumplían con los objetivos de producción, pero la gente ya empezaba a morir de hambre. Personas hambrientas, en estado cataléptico, deambulaban por las calles, hasta que se derrumban y morían, en cualquier lado. Estaba prohibido intentar escapar de Ucrania.

Se intentó salvar a la población, pero buscando antes a los culpables, con lo que se perdieron esfuerzos y tiempo. Tampoco se decretó una petición de ayuda internacional, porque en el país de Los Soviets eso no podía estar pasando. La purga alcanzó a unas 200.000 personas. La Iglesia Autocéfala ortodoxa de Ucrania fue disuelta. El robo de campanas e iconos se convirtió en norma. El catálogo de horrores padecido por la población resulta estremecedor. Nadie te mataba, morías solo, en la calle, de mil maneras posible. La locura e incluso el canibalismo, se abrieron paso. Hasta la primavera de 1933, los campos ucranianos se llenaron de muertos, hasta los 3,9 millones de personas. Nada de esto se pudo investigar en tiempos soviéticos, entre otras cosas porque se vaciaron archivos, registros y se eliminó toda la información existente. Los investigadores ucranianos lo califican como genocidio y probablemente lo es, como el armenio, perpetrado por Turquía, pero que tampoco reconoce.

Solo desde la independencia de Ucrania en 1991, se inició el proceso de investigación del Holodomor. Sin embargo, apenas una década después, Ucrania y toda Rusia se enfrentaron a una experiencia mucho más atroz que la padecida, la del extermino planificado de la población judía y eslava, llevada a cabo por la Alemania nazi, y con ellos ya no había posibilidades de salvación. Si quedó algún archivo o documento, desapareció. En solo 4 años (Rusia, Bielorrusia y Ucrania), y los territorios Bálticos, directamente afectados por la invasión nazi de 1941, se perdieron 30 millones de vidas.

Nota:* Hambruna Roja, Anne Appelbaum. Debate

El fin de la casa del bosque


La ciudad se mueve

El bosque nos llevó hasta las casas, la primera semi oculta, la segunda sobre la esquina. El tramo final de las obras en el acuartelamiento Gabriel de Morales, llevará a la eliminación de los muros y a la nivelación de la zona. Lo que ahora no vemos quedará a la vista, y lo que vemos desaparecerá. ¿Desaparecerá con ellas el bosque de Pizarro y sus 21 árboles?

Los más de 15.000m2 del acuartelamiento de automovilismo se han transformado en un nuevo centro de Enseñanza Primaria, con su zona deportiva y en nuevos viales de aparcamiento y circulación. Sin embargo, en su aledaños quedan pequeñas islas, una residencial, que probablemente sería las viviendas de altos oficiales del cuartel, de algo más de 600m2 y otra de suelo, que es sobre el que se asienta el pequeño bosquecillo de cipreses, de casi 1000m2. Estos dos parcelas son «oro» en nuestra ciudad.

La vivienda que conforma la esquina del cuartel, ya deshabitada y vandalizada, está expedita y presta a caer. Hemos entrado allí por última vez, pues alguien se llevó las ventanas y las rejas. El reciclado de materiales tiene sus propias reglas y conductos. Algo más complicado, pero también con los días contados, sucede con la vivienda contigua, que en realidad eran varias, en origen. Las fechas de construcción remontan a 1972, o incluso anteriores. En ella todavía reside una última familia, que espera una alternativa para poder dejar la casa en la que vive desde hace décadas.

En el mes de diciembre pudimos entrar en la todavía residencia familiar, y fotografiar detalles de lo que ya solo es pasado, y también observar la magnitud de la obra y del solar excavado, en el que tampoco se ha encontrado una sola chapa. La esperanza, al menos, es que toda esa arena, esté siendo utilizada para áridos de construcción, y que la consejería correspondiente obtenga al menos un puñado de euros por ella.

No nos hemos movido de nuestra posición original, la de observadores e interpretes de las cosas.

Nota:https://elalminardemelilla.com/2021/09/20/el-bosquecillo-de-francisco-pizarro/

War machines


Ucrania y las mentiras mundiales

Si la gente supiera el poco cerebro con que se gobierna el mundo, moriría de miedo. Ivo Andric*

Hemos repasado toda la información disponible y no hay una sola verdad que llevarse a la boca. Nada. Podemos descartar cosas, pero nada más. Todos los opinadores universales se alinean en un bando u otro, cargados de referencias históricas que ya no vienen al caso, pero nadie sabe ni lo que está pasando, ni cuáles son los verdaderos intereses que mueven la actual dinámica bélica. Pero la peor la impresión dan la mayoría de los dirigentes de las naciones que supuestamente velan por nuestros intereses colectivos.

Todos los movimientos y desplazamientos de armamento y material del Ejército de Rusia están siendo seguidos por satélites y aviones que sobrevuelan constantemente la zona. Todos estos movimientos, que son numerosos, se están llevando a cabo dentro del territorio de la Federación Rusa. Las tropas más cercanas están a 50 km. de la frontera con Ucrania.

Es evidente que no se puede invadir países soberanos (Ucrania), pero tampoco se puede destruirlos (Iraq, Siria, Libia). Hace apenas un año, Azerbaiyán, con el apoyo de Turquia, se anexionó parte del territorio de Armenia, y la Comunidad internacional de países libres, no dijo ni una sola palabra. En todas estas guerras intervienen mercenarios de ideología diversa y grupos yihadistas.

La Unión Soviética se disolvió en 1991 en 11 países independientes, y casi todos se fueron sin despedirse. Conociendo ya en qué consistió la experiencia comunista colectiva, es normal que se separaran así. Sin embargo, en Ucrania, con mucha población rusa, quedaron cuestiones territoriales y poblacionales sin resolver, que originaron los conflictos del Donbás en 2014, y la guerra con Rusia. Todo no se puede resolver separando a la población por etnias y por las diferencias religiosas, como en Croacia, Bosnia o Kósovo. En Ucrania puede apreciarse ahora la misma división política que puede verse en países de la propia Unión Europea como Bélgica, Inglaterra o incluso España, en el caso de Cataluña.

La cuestión que hace diferente todo, es que aquí están por medio los Estados Unidos, el único país al que no se puede desafiar en cuestión alguna. No lo hace ni siquiera China. Los intereses de Estados Unidos rigen en todo el planeta y los vigila con celo extremo. Ya ha quedado claro que la ONU no sirve para nada , y que ahora hay otras instituciones mediadoras más eficaces, como el Pacto de Normandía. También es evidente que Europa va por detrás de EEUU, y que la OTAN son ellos.

Anacronismos

Ya no quedan en el mundo Estados con sistema económico comunista o socialista. Ya no es una tendencia a la que dirigirse, en ningún caso. Los dos que todavía se proclaman así son dos ruinas (Cuba y Corea del Norte) y la República Popular de China es un claro capitalismo de Estado. El Pacto de Varsovia ya no existe, y el COMECON o Pacto de Asistencia Mutua de la Europa socialista tampoco. Salvo en España, Alemania y Francia, ya no quedan partidos políticos con la definición de socialista o comunista. Estas denominaciones están prohibidas en aquellos países que realmente lo fueron. Todo esto acabará también transformándose. Llega un mundo diferente en el que está amenazada la propia democracia y lo que hay que ganar es la batalla de las ideas sociales, renovándolas.

La ultraderecha y los populismos autoritarios ganan terreno sobre las democracias. «Gracias» a Hannah Arendt, la gente equipara al comunismo con el nazismo, y esa sola etiqueta, provoca la animadversión. Rusia ya no es comunista, pero la etiqueta es eficaz.

Estrategias

Invadir Ucrania, el país más grande de Europa, con más de 1200 km. de frontera común con Rusia, y 46 millones de habitantes, es imposible. Si alguien sabe que Ucrania es una tumba militar para quien intente invadirla, son Alemania y la propia Rusia. Con 100.000 soldados, en su mayoría muy jóvenes, según los vídeos que hemos visto, es absurdo siquiera intentarlo. Guerra ya la hay, en el Donbás desde 2014. Lo que estás en juego aquí son cosas que no sabemos y todos estos movimientos tácticos no conocemos a qué responden. Estados Unidos necesita restañar la imagen de liderazgo mundial, en entredicho tras el final de la guerra de Afganistán en agosto de 2021. Rusia quiere demostrar que puede plantar cara al coloso estadounidense, pero sin irritarlo demasiado.

Son war machines y esperamos que no todos estén tan locos como aparentan. Alemania, que conoce muy bien la zona, se ha moderado mucho, pese a la actitud inicial beligerante de su Ministra de Exteriores Annalena Baerbock. Alguien le habrá aconsejado, que cuando menos mencione Ucrania, mejor, no sea que haya que recordar cosas, no demasiado lejanas.

Nota: * Y llegó la barbarie. José Ángel Ruíz Jiménez

El muro del referéndum


No es país para referéndums

En 1986, Felipe González derivó a la ciudadanía la responsabilidad sobre la permanencia de España en la OTAN. Está claro que él quería continuar con esa pertenencia y que había cambiado de opinión, pero por si las cosas salían mal, quiso compartir esa responsabilidad mediante un referéndum. Años después Felipe González reconoció su error, entre otras cosas, porque hay cuestiones que no se pueden decidir con un sí, o un no. Los referéndums siempre dividen a las sociedades. Así sucedió en Gran Bretaña con el Brexit, el error de Cameron, y con el de Cataluña, que aunque ilegal, dividió igualmente a la sociedad catalana, y envenenó la política española.

El muro del Parque Hernández

Todo esto nos sirve como antecedente al lío en el que se ha metido la Consejería de Medio Ambiente, de Hassan Mohatar, al organizar el prometido referéndum sobre el derribo del muro perimetral del Parque Hernández. Lo enrevesado de algunas preguntas recuerdan a la redacción de las del Referéndum OTAN: «Estaría usted de acuerdo en que en determinadas condiciones, y sin que eso signifique que está de acuerdo con la peatonalización total del centro, y sin que eso implique el establecimiento de una zona azul, en integrar el Parque Hernández en el centro de la ciudad, en el que ya se encuentra». No se menciona derribo del muro por ningún lado.

La jurisprudencia está devorando a la Justicia, y la judicialización sustituyendo a la política. La clase política, los gobiernos, tiene miedo a tomar decisiones, por miedo a las denuncias. Un gobierno, este o cualquier otro, tiene suficientes competencias legales para poner o quitar un monumento, como hacía el anterior. Un gobierno tiene capacidad legal para cambiar el nombre de 100 calles a la vez, y proponer los que les de la gana, como también hacía el anterior, sin necesidad de ampararse en Ley de Memoria Histórica alguna, que está para cosas de más altos vuelos. Algunos nombres y monumentos deberían salir del callejero y de las calles de la ciudad, sin necesidad de protecciones específicas. Un acuerdo del Pleno de la Ciudad es un acto legítimo en sí mismo.

Esto mismo ocurre con el muro del Parque Hernández, restaurado y embellecido en su aspecto actual por Mustafa Aberchán, cuando fue consejero de Medio ambiente en otro gobierno pluripartidista. Si la Consejería de Medio Ambiente quiere derribar el muro, que lo haga, pero deberá asumir las consecuencias electorales, si las hubiera. El pulso de la ciudadanía es claramente contrario, pero en este embrollo se han metido ellos solos. No se puede preguntar a los ciudadanos sobre qué precio consideran adecuado para un parking, tema que merecerá un espacial del Alminar. ¿Quieren eliminar todos los aparcamientos del centro urbano para que utilicemos los parkings ruinosos? Que lo hagan , estarían en su derecho como gobierno, pero no se atreven porque no saben por qué modelo decidirse.

La última opción del Referéndum Muro Perimetral lo muestra claramente: » si tiene alguna otra idea más, porque nosotros estamos secos, a pesar de todos los altos cargos que hemos nombrado, y es tan amable de decírnosla, escríbala aquí. Eso sí, si se derriba, se pueden guardar trozos de recuerdo, como en el Muro de Berlín. Ya hemos dado una idea.

La parrilla de San Lorenzo


El regreso a las fuentes del agua

San Lorenzo, el laureado, probablemente un santo español, fue asado en una parrilla en Roma el 10 de agosto de 258. Suele asociarse con el momento más tórrido del verano.

No es muy arriesgado pensar que el nombre de San Lorenzo sería escogido por los castellanos en 1497 para esa zona, por ser una de las más ardientes. Hoy la plaza multifuncional es conocida como la plancha de san Lorenzo.

Por este motivo y en una ciudad que ha renunciado a crear una piscina pública o alguna instalación veraniega refrescante, habíamos decidido desde El Alminar, apoyar la iniciativa perdida de las fuentes de agua de San Lorenzo. El calor llega pronto a la ciudad y la plaza se torna insufrible en las horas centrales del día.

Se trata de una parcela urbana, de uso singular, sin división horizontal, de 27.908 m2 creada en el año 2009 como plaza multifuncional, para esparcimiento, eventos deportivos y como recinto de la Feria de Melilla, que algún día volverá. Segregar una parcela constituiría una misión casi imposible, que precisaría de una propuesta, una comisión y un acuerdo de Pleno. Además, en el año y medio que queda de legislatura, solo daría tiempo a aprobar el proyecto. Parece una propuesta ilusa e ilusoria, pero en Melilla cualquier cosa es posible, hasta que un gobierno se haga oposición a sí mismo.

A pesar del elevado coste de 500.000€ para la restauración de las fuentes, no nos pareció una mala propuesta, porque ver todo arruinado y oxidado resulta deprimente. Nos encontramos en una ciudad que no es capaz de mantener nada de lo que crea o construye. Entre rehacer o cubrir todo con cemento y losa, preferimos lo primero, aunque sea a precio de oro.

Parece que en la carrera electoral algunos/as creen que estas se ganan solas. Eso sucedería si las listas fueran abiertas. Pero se vota en equipo y si se quiere repetir coalición, única posibilidad de que todos sobrevivan, no se pueden hacer escapadas en solitario, porque al final, el pelotón siempre te da caza. Quizá en San Lorenzo alguien se abrase más que el propio santo. Todo resulta extraño, habiendo tanto cuartel enajenado. Por terrenos no es.

En busca del Neolítico melillense


El Neolítico espera en la calle de Carlota O´Neill

Lo que sabemos es porque nos lo han enseñado, lo hemos aprendido y porque lo hemos buscado. Tenemos respuesta al porqué en un pasado reciente no se buscó el pasado arqueológico y geológico en la comarca de Melilla, pero no podemos responder al porqué no se hace ahora.

Este verano ha sido el de los hallazgos arqueológicos en el mundo entero. Se realizan obras y aparecen nuevos restos en todas partes, o se encuentran restos porque había interés en buscarlos. La única excepción es nuestra ciudad, en donde se remueven miles de m3 de terreno y no aparece una sola raspa de pescado, un hueso, un trozo de cerámica o si quiera una vulgar moneda de cobre.

Tenemos la certeza de que en el desmonte de las lomas de Santiago hay restos que han desaparecido para siempre, así como en muchas otras obras públicas o privadas de la última década. Lo anómalo es que no se detecte nada y eso es un indicio de lo contrario.

El regreso a la colina del Sílex

En la etapa final del Paleolítico, incluso en el Neolítico, el sílex era oro. Tenemos testimonios de hallazgos en el pasado, tanto de viajeros como de especialistas (Pallari, Ghirelli). La comarca de Melilla, con abundantes cuevas, tierras fértiles y abundantes arroyos e incluso un río, con estuario, era una zona más que adecuada para la población humana. El hombre y la mujer del Neolítico. Lo insólito es que se estén dejando perder todas las evidencias, que podrían nutrir con mucha mayor profusión nuestro Museo, que todas las campañas de llevadas a cabo en Las Chafarinas.

Todos los días se abren terrenos para la construcción de nuevas viviendas y viales, y se intenta recuperar o estudiar algún resto arqueológico, sobre todo en zonas sensibles, como el cerro de Sidi Guariach y zonas adyacentes. No conocemos siquiera los nombres originales. Buscar todo eso sería hacer mucho por la cultura autóctona o amazigh. Pero todo se perderá como lágrimas en la lluvia.

Desde el arroyo de Alfonso XIII, cota mínima de la zona, el terreno ascendía de modo continuado hasta la llamada Loma de Camellos. Hoy presenta diferencias de nivel e interrupciones, por las obras llevadas a cabo en el último periodo (1910-2010). Sin embargo, un terreno abierto es equivalente a un libro abierto, aunque le falten páginas. Permite leer, reconstruir la historia, interpretar y formular teorías.

La gran cima volcánica del monte Gurugú, contaba con pequeños conos de apoyo en toda la región, dos de ellos en el interior de Melilla, según relató el geólogo Alfredo San Miguel Arribas, tras su paso por Melilla. A pesar de que han pasado más de dos millones de años, todavía impresiona ver algunas de las bombas de basalto arrojadas por el Gurugú. Resto de coladas e incluso de mal país, son identificables en nuestro territorio. Hemos localizado láminas de basalto fracturado, rocas con posibles restos de azufre en su borde, y otras manchadas con capas exteriores de cenizas. En este resto de cerro, queda muy poco, si hay una oportunidad es ahora. Hay mucho material lítico y sobre todo mucho sílex. Habría que estudiar si algunos de esos fragmentos con formas parecidas a herramientas, con bordes lisos y cortantes, se deben a una fragmentación manual o meteorización mecánica.

El principal hallazgo ha sido el nombre de Carlota O´Neill en una de las nuevas casas allí construidas, en una denominación otorgada por el anterior gobierno.

Parábola de los tres sobres


El antiguo edificio de Correos

Se vaya por donde se vaya, solo se ve desolación. Las campañas de obras solo son una huida hacia adelante. Todo parece que será mejor después de las obras, pero eso ya se ha intentado y padecido, y no ha dado resultado, porque seguimos sin modelo. Esto recuerda una antigua historia de la extinta Unión Soviética, en la que al acceder un nuevo Jefe de Estado accedía al Poder, recibía tres sobres numerados correlativamente con esta indicación: ¡ Ábrelos cuando tengas problemas !.

El solo cambio de gobierno no llegaba a contentar a la población pasados unos meses, así que el nuevo jefe del Kremlin abría el primer sobre, que tenía escrito el siguiente consejo : «Echa la culpa de todo al gobierno anterior». Se iniciaba una campaña intensiva de inmediato y surtía efecto durante un tiempo, pues la gente abría los ojos y entendía que se arrastraban situaciones y problemas muy difíciles de resolver, culpa del anterior gobierno. Eso apaciguaba la situación pero no resolvía mucho, así que había que acudir al siguiente sobre.

El sobre 2 decía: «Inicia una campaña de realizaciones, de obras y de transformaciones». Dicho y hecho. Se anunciaban proyectos sin fin, islas surgidas de la nada, aeropuertos estratosféricos. Vuelos a Marte, piscinas y estadios nuevos. Una transformación radical. La gente se ilusionaba, solo se hablaba de las nuevas realizaciones, se hacían cosas, se veían cambios. Sin embargo, no todo lo proyectado podía realizarse, y lo realizado no se correspondía con lo prometido. El desánimo volvía a crecer y ya solo quedada un sobre. Pasado un tiempo de duda, se abría el sobre 3 y este decía: «Prepara otros tres sobres».

La pandemia ha machacado el final de un año y el inicio de otro. No se ve salida al túnel y la recuperación económica y social dilata sus plazos. En Melilla todo parece torcerse, y la marcha de Air Europa de nuestras pistas de vuelo no parece el mejor augurio posible. El melillense necesita sobre todo, poder entrar o salir de la ciudad cuando necesite. Lo mismo ocurre con las familias o parte de ellas, que están fuera de Melilla. Estar estrangulados y condenados a una situación de embudo permanente, no nos beneficia, porque si algo necesita esta ciudad es dinamismo. Entrar y salir cuando se necesite y no cuando nos impongan, adaptando también los horarios a las necesidades y frecuencias más óptimas.

La vandalización de la ciudad

Nunca hemos entendido porqué es mejor abandonar y dejar arruinarse un edificio hasta su demolición, antes que mantenerlo en uso y reformarlo según las necesidades. La otra alternativa, la de la rehabilitación onerosa, ya se llevó a cabo con el edificio principal del hospital de la Cruz Roja, cuyo costo final decuplicó la obra original, e incluso el de derribarlo y volverlo a hacer de nuevo. Ha pasado más de una década desde el abandono del edificio de Correos nadie ha sabido proponer un uso adecuado en todo este tiempo. El edificio está vandalizado hasta el último metro cuadrado, y ya solo se usa para dejar allí cachivaches, troncos de árboles, o cualquier otro artefacto inservible, como las gradas utilizadas en Semana Santa. Las puertas de la zona exterior están abiertas y hemos encontrado un lugar difícil de describir.

Ahora sí queda ya solo un año, que es a la vez mucho tiempo para algunas cosas, y muy poco para otras. Todo va a cambiar, pero en sentidos difíciles de predecir, o no tanto. Que nadie de por seguro nada.