La deconstrucción en Melilla


Al ver la deconstrucción (le tomamos prestado el término a Derridá) de este edificio en la calle Mar Chica, nos vino una imagen clara hasta El Alminar. A final del presente siglo, Melilla se parecerá más a Hong Kong que a otra cosa. Edificios cada vez más altos para compensar la insuficiencia de terreno. El crecimiento de la población se ha ralentizado, y mientras cae cualquier otra actividad económica, la construcción no cesa, pero esta actividad es solo especulativa y está concentrada en muy pocas manos. La imagen también sirve para el futuro económico de la ciudad: «un país, dos sistemas fiscales», porque cuando decaigan las ideas excéntricas, como hacer micro islas como las de Dubái frente a Horcas Coloradas, habrá que afrontar una alternativa económica seria, y con futuro para la ciudad.

Los antiguos cuarteles, liberarán más de 100.000 m2 de terreno en suelo urbano, algunos sobre zonas urbanísticamente muy apetecibles, como el cuartel de Caballería de Alcántara, o el de Santiago. En este caso los terrenos pertenecen al Ministerio de Defensa, que ya es muy exigente en los convenios de cesión de terrenos. El escándalo del «pelotazo» del antiguo cuartel de Valenzuela, en donde casi todo el terreno acabó en manos privadas, y la multiplicación por 10 de su valor crematístico, todavía resuena en la sede del Ministerio, en la calle Bretón de los Herreros, en Madrid. En el solar de Valenzuela se deberían haber construido viviendas públicas y zonas de equipamientos urbanos. Hoy no hay nada de eso.

Algunos barrios, como el del Industrial, ya no disponen de un solo m2 libre para áreas de esparcimiento urbano. Es una zona importante porque es la de las playas, y no hay un solo aparcamiento público, ni ya es posible de entre el autobús urbano de transporte público. La zona presenta una imagen de abigarramiento y congestión, imposible ya de resolver. Pronto se iniciará la construcción de un nuevo edificio en donde estuvo el restaurante Los Salazones, lo que incrementará la presión urbanística en la zona. La zona ya no es Corea, es Hong Kong. La densidad de población en algunos barrios melillenses, supera a los de la emblemática ciudad de China.

Solares y edificios en el Real

El barrio del Real es el más populoso de la ciudad, aproximándose a los 15.000 habitantes. Las zonas públicas están desapareciendo y el colegio público del barrio está al límite de su capacidad y con unas instalaciones obsoletas, sin posibilidad de extensión. El problema es que por cada casa que se sustituye por una obra nueva, como esta de la calle Mar Chica, se incrementa la habitabilidad, pasando de una vivienda de una o dos familias como máximo, a otra de 6 como mínimo, mientras que en la calle se reduce el espacio público disponible para paseos y aparcamientos urbanos, sin que se habiliten nuevas zonas disponibles. La seudo peatonalización del Real, llevada a cabo en el gobierno anterior, más el incremento de las terrazas de hostelería y las nuevas edificaciones, ha hecho que uno de cada cuatro plazas de aparcamientos se haya volatilizado. También ha desaparecido el transporte público de las 3/4 partes del barrio. Esto no es una ciudad peatonal o que se acerque a la movilidad urbana sostenible.

Entre viviendas próximas a desaparecer, edificios arruinados, y solares que esperan en estado inane, la próxima publicación del Plan General de Ordenación Urbana, se cuentan más de 50 unidades, en alguna de las tres categorías, que a su vez se transformarán en nuevos edificios de 3 o 4 plantas cada uno. La imagen que presenta el barrio es de caos edificativo, sin unidad estética ni urbana. Tampoco queda suelo público disponible, por lo que las dificultades de habitabilidad aumentarán.

En la próxima remodelación del Gobierno de Melilla, debería compartirse también el Área de urbanismo e infraestructuras, con un nuevo apartado de «planificación y desarrollo urbano».

Nota:La manzana de oro del Barrio del Real | El Alminar de Melilla

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Bajo el amianto. Casetas de la Hípica


La chapas de fibrocemento o amianto, permanecen estables tras su fabricación, pero aunque se le denominó como «el material eterno», no lo es. Cuando se deteriora o degrada, en su capa superficial por exposición al Sol o a los agentes erosivos, se forma una fina capa sobre su superficie, que puede liberar las partículas letales. La zona denominada comúnmente como las casetas de la Hípica, están cubiertas por chapas de uralita, el nombre bajo el que se esconde el veneno.

Cuando se intentan retirar sin el control y las medidas adecuadas, se fragmentan, y vuelven a liberar sus partículas venenosas. Son muchos los cientos de metros cuadrados de chapas de amianto que hay sobre estas casetas de verano, en una zona de recreo a la que acudimos gran parte de la población melillense. Siguen ahí, su periodo de vigencia concluyó en 2002, fecha en la que la Unión Europea ordenó el inicio de su retirada. El problema es muy grave, porque deben ir tal cual a vertederos controlados, en donde deben permanecer así por siempre. No se pueden destruir, triturar o alterar en modo alguno. Constituye uno de los principales problemas medio ambientales de la ciudad.

El amianto apareció en el uso común de Melilla en julio de 2017, cuando al renovar parte de las tejas destruidas de la cubierta de la plaza de toros, aparecieron las chapas de uralita bajo ellas. Las obras se paralizaron y el tema pasó al conocimiento público. Eso sí, no sabemos a donde fueron las placas descubiertas.

Ese año y en ese mes, El Alminar empezó a mirar a los tejados, con el resultado de descubrir que las chapas de la temida uralita, están extendidas por toda la ciudad, pero asentadas sobre todo en los cuarteles . Son muchos miles de m2 de este material, los que existen sobre muchos edificios. También están los famosos bidones, presentes en toda la zona centro de Melilla, además de en las cañerías de desagüe.

El 30 de mayo de 2018, casi en una de sus últimas comparecencias como director provincial del INGESA, Instituto de Gestión Sanitaria, Francisco Robles advertía de un repunte en el cáncer de pulmón en la ciudad, pero responsabilizaban solo al tabaco, como posible causa. Nadie hablaba del amianto, del humo de la planta incineradora, de los humos de la central eléctrica, o de la alta circulación de vehículos diésel, demasiado antiguos.

En 2012 no buscábamos el amianto, solo la denuncia de que una de las zonas de recreo más frecuentadas de la ciudad, la de las casetas de la Hípica, mantuviera cerrados y sin uso, unos vetustos aparcamientos oficiales para vehículos militares, pese a su evidente estado de deterioro y corrosión. Una de ellas, la que se sitúa de manera contigua a la caseta del Estado Mayor de la Defensa, tenía las cadenas y el rótulo de «prohibido estacionar, propiedad militar», pese a que era evidente que allí no estacionaba nadie. Esta zona de aparcamientos, mejor cuidada y recientemente pintada, tenía completa su cubierta de uralita, que todavía no relacionábamos con el amianto, pese a que lo era.

El misterio del aparcamiento

¿Qué pasó con la uralita del aparcamiento del Estado Mayor? No sabemos, pero en 2012 la cubierta de uralita estaba íntegra, como muestran las fotos. En el pasado verano, cuando pudimos volver a la playa, faltaba el 90% de la cubierta, mientras que las abrazaderas de sujeción estaban rotas y en el suelo. Todo lo demás sigue inamovible, tanto las cadenas como los pivotes metálicos, siempre en perfecto estado de pintura, lo único que preserva del óxido. El resto de las casetas presenta un estado muy variado, de las claramente abandonadas, a las que están todavía en uso, que no deben llegar a la mitad. Hay una zona en mejor estado y menos visibles, las próximas a la entrada de la estación depuradora.

Zona peatonal y de ocio

Toda esta zona, bien acondicionada, debería haber sido la zona peatonal, de bicicletas y de recreo. Hubiese sido muy fácil acondicionar la parte sin uso, la de los eucaliptos, para aparcamiento, y dejar el resto libre de vehículos y de polución. A cambio, se prefirió destrozar el tráfico del Paseo Marítimo, única vía de salida para la mitad de los residentes del barrio del Hipódromo e Industrial. Además se impidió cualquier tipo de acceso al autobús urbano, que hubiese podido transportar, en temporada de verano, a los posibles bañistas hasta las playas, desde otros barrio. Melilla es de las pocas ciudades que carece de transporte público en las inmediaciones de su paseo marítimo.

Esto ya lo escribimos en 2013. Había otras alternativas, pero esta zona debía seguir siendo intocable, pese a estar baldía. El actual estado del carril de bicicletas no satisface a casi nadie. Lo único inseguro en toda la zona, es ser peatón. Hay que atravesar dos tipos de tráfico, para llegar hasta la playa.

Nota:El carril de bicicletas de Melilla | El Alminar de Melilla

Los edificios chechenos


Las bombas de amianto

Estuvimos por allí en mayo de 2019, apenas unos días antes de las elecciones. Nadie nos podrá achacar intencionalidad de ningún tipo, salvo la preocupación por la ciudad. Es un edificio histórico entre las calles del teniente Mejías y la del pintor Benlliure. Han pasado dos años. Todo sigue igual, pero algo peor. Esta vez, un vecino del edificio colindante, nos invitó a subir a la azotea, por las escaleras, sin entrar en las viviendas.

Siempre nos provocó asombro, como en Melilla los edificios en la ciudad se derrumban por dentro, sin que apenas se perciba desde el exterior, salvo el deterioro de las fachadas y la evidencia de su abandono. En este caso es de al menos una década. Su estado es ya irrecuperable.

En las fotos de las guerras, hay algo que produce asombro, y es como los edificios se desploman, bajo los efectos de «las bombas revienta edificios» pero mantienen en pie sus fachadas, algo difícil de comprender, pues han perdido cualquier elemento de sustentación interior. Solo queda la autosustentación por efecto de la gravedad de la propia pared. Para no remontarnos a periodos más lejanos, denominaremos a estos edificios como chechenos, de los que existen muchos en la ciudad. La alta devastación de Grozni, la capital chechena, provocó imágenes impactantes por el grado de destrucción de los edificios.

En la azotea de este edificio histórico, abandonado a su suerte, existen dos inmensos bidones de fibrocemento, colocados sobre la débil superficie del techo del hueco de la escalera, que en caso de fracturarse, caerán como bombas sobre el demolido interior. Al fracturarse, el fibrocemento o amianto, libera su carga mortal de partículas cancerígenas.

Hay hasta 70 veces siete, de edificios en esta situación en estas dos zonas urbanas del centro, y por toda la ciudad. Solo con el derribo de estos inmuebles, y la renovación de otros muchos camino de la ruina, mantendrán activo el mercado de la construcción y el inmobiliario, hasta final del presente siglo. En el enlace de la visita al lugar de hace dos años, se puede observar que los dos bidones de la terraza, están en pie.

Nota:Edificios | El Alminar de Melilla

El paradigma del Holocausto


El paradigma es el ejemplo o modelo de algo, y es en sí mismo una categoría. La serie de crímenes que conformaron el Holocausto, la industria de la muerte pensada y creada por los nazis, es el paradigma de la barbarie humana. Como categoría criminal supone la magnitud máxima. No habrá nunca nada que pueda superarlo, y tampoco nada que se le pueda equiparar. Tanto el Gueto de Varsovia, como la red de Campos de Exterminios, suponen un cenit de la crueldad y del crimen. Intentar ponerlos en relación o compararlos con cualquier otro episodio histórico, pasado o actual, es intentar rebajarlos de esa categoría máxima, que ostentarán, desgraciadamente, en la Historia de la Humanidad. Negarlos es imposible, porque es delito. Es algo que intentó el filósofo francés Roger Garaudy y por ello no solo fue condenado, sino que también su obra reposa en el almacén del olvido absoluto.

El conflicto palestino-israelí y las comparaciones

Las comparaciones son necesarias, pero deben hacer entre elementos o circunstancias equivalentes. El artículo del consejero del Menor y Familia Abderrahim Mohamed (20/03/2021) está lastrado por las comparaciones que establece entre la acciones del Estado de Israel y las de la Alemania (nazi): «A pesar de que lo que se hizo a los judíos es de hecho un crimen de lesa humanidad, los crímenes de expulsar y desposeer a un pueblo (el palestino) por parte israelí, constituye también un crimen de la misma especie». La comparación es tremenda, porque aun siendo cierto que Israel ha desplazado ilegalmente a la población palestina de territorios que le pertenecían por derecho, el Tercer Reich de Adolf Hitler, lo hacía exterminando a la población mediante asesinatos en masa.

Las Einsatzgruppen o brigadas de «sustitución de poblaciones», eran una organización criminal, y no son comparables con nada, ni siquiera con los bárbaros y también criminales traslados de poblaciones llevados a cabo por los bolcheviques, en época estalinista, y que provocaron mortandades espantosas. Los traslados forzosos de población son acciones ilegales, que se convierten en criminales, si se producen muertes en ellos. Pero eliminar físicamente, mediante un plan especialmente concebido, a poblaciones completas, incluyendo ancianos, niños, mujeres y varones, por criterios étnicos, no solo es criminal, sino también monstruoso. No hay una categoría más allá.

El origen político de los conflictos de Palestina se inicia en 1918, con la sustitución del Imperio Otomano por la administración Británica, que se mantendrá hasta 1948. Evidentemente nadie preveía en 1918, que estallaría otra Guerra Mundial y con tan terribles consecuencias. Hasta los más recalcitrantes, reconocen hoy en día, que la división del Territorio en dos Estados en 1947, fue un error de cálculo y de planteamiento, forzado quizá por el resultado final de la II Guerra Mundial.

La evolución de la situación hasta la actualidad, es un cúmulo de errores políticos, violaciones del Derecho Internacional, y de incumplimientos sistemáticos de las resoluciones de la ONU, muchas por parte de Israel. Pero todo esto se encuentra en los manuales de historia, no tiene sentido traerlo a colación y menos de una manera tan sesgada. Dentro del propio Israel, existen fuerzas políticas contrarias a las acciones bélicas de su Estado, y que han sido muy críticas con ellas, como el profesor israelí Ian Pappé, profesor de la Universidad de Haifa, que documenta lo que denomina como «Limpieza étnica de Palestina», el traslado forzoso de casi medio millón de palestinos, y la destrucción de sus aldeas, hacia otras zonas del territorio. Eso sí, aunque sucedieron episodios que pudieran ser calificados como «crímenes de guerra», en ningún caso la población desplazada forzosamente fue conducida a campos de concentración, y luego exterminada. Tampoco fueron traslados al modo estalinista.

La siguiente frase del texto del consejero, provoca perplejidad, aparte de que no se sustenta en nada: «A juzgar por los mismos estándares, Israel y Alemania (nazi), son culpables de crímenes odiosos de alta magnitud». O sea, que acciones condenadas por la ONU del Tházal (Ejército de Israel), e investigadas por el Tribunal Penal de la Haya como presuntos crímenes de Guerra, están en el mismo nivel, que las acciones de las Waffen SS. Se olvida también en el artículo, que ese mismo Tribunal Penal Internacional, investiga paralelamente, la exposición de la población civil por parte del movimiento islamista de Hámas, como escudos humanos, con la misma categoría, la de crímenes de guerra.

La convivencia de dos Estados en Palestina es posible y un deber

La razón moral del conflicto político está, en su mayor parte, sobre las manos de la Autoridad Nacional Palestina. El sufrimiento de la población de Gaza y Cisjordania es inadmisible. Se debe retroceder, lo más posible, a la situación de la resolución de la ONU de noviembre de 1947, en la que se fijaba la partición del territorio. También poner fin a la política de asentamientos en territorio de la ANP. Lo siguiente sería reconocer por parte del Gobierno de Palestina, el derecho a la existencia del Estado de Israel y el reconocimiento mutuo, y del sufrimiento causado, así como compensaciones económicas y reparaciones morales por parte de la Comunidad Internacional. En esa agenda, debería está incluida la desaparición de Hámas, y la renuncia total a la lucha armada, como hicieron las FARC en Colombia o el IRA en Irlanda del Norte. Lo que no parecía necesario era trasladar ese debate aquí, a nuestro presente.

Nota: Israel y Hamás tendrán que rendir cuentas ante la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra | Público (publico.es)

El día del levantamiento del asedio


19 de marzo de 1775

El 9 de diciembre de 1774, tras haber declarado previamente la guerra a España, apareció en las inmediaciones del fuerte de San Lorenzo, el sultán de Marruecos Sidi Mohammend Ben Abd-Allah, con la intención de poner fin a la presencia española en Melilla. Dos hechos resultaron trascendentales, uno el inmenso poder de la artillería española, que seguía siendo de las mejores del mundo, aunque el Imperio español empezaba a declinar. Para estar fuera de su alcance había que situarse bastante lejos, restando eficacia a los disparos de la artillería marroquí, el otro fue el sistema defensivo abaluartado, que resulto decisivo.

Ningún cañón de la época podía elevar el ángulo de disparo por encima de los baluartes. Aparte, las balas todavía no eran explosivas, solo proyectiles de piedra o metal, lo que limitaba mucho el posible daño sobre las defensas. La única posibilidad para rendir una ciudad era ponerla bajo asedio y rendirla por hambre. Si se observan las proporciones de las defensas abaluartadas de Melilla, se comprende la imposibilidad de conquistar la ciudad mediante un asalto, o por la destrucción de sus murallas, que aún así tenía uno de sus puntos más débiles entre los baluartes de san José el de san Fernando.

Las fuerzas del Emperador de Marruecos alcanzaban los 20.000 hombres, pero tenían una artillería deficitaria. No podían acercarse a la plaza de Melilla, y necesitaban disparar sobre la ciudad desde la altura, para conseguir dañarla. Los morteros, la fusilería, las minas y el bloqueo terrestre provocaron grandes daños en la ciudad, que sin embargo y con muchas dificultades logró ser abastecida por mar. La población civil fue evacuada el 12 de diciembre. El bloqueo marítimo no existió, como en Constantinopla.

La misa del levantamiento del Sitio de Melilla

El 16 de marzo de 1775, vista la imposibilidad de la rendición de Melilla mediante el bloqueo y fracasado el intento de conquista, el Sultán Mohammed Ben Abd-Allah, dio por finalizado el cerco y comenzó a retirar sus tropas. El día 19 de marzo evacuó las inmediaciones de la ciudad el último contingente marroquí, por lo que pasó a considerarse este día como el del “Levantamiento del Sitio”. El 2 de septiembre de 1775, se acordó celebrar una misa anual cada 19 de marzo, como recuerdo y homenaje a los que defendieron la ciudad, y a los que murieron en su defensa. Es una efeméride indudable de la historia de Melilla, y una obligación  ineludible la celebración de la misa. Nada más. No es incompatible con nada. No es necesario que sea un día festivo y ya es una efeméride muy lejana.

El baluarte

El baluarte puede considerarse un avance tecnológico de los ingeniería militar del siglo XV. conocido como la trace italienne*. La muralla plana y longitudinal siempre podía ser batida por la artillería y provocar su derrumbe. El baluarte, con sus flancos, revellines, fosos, carpas y contraescarpas, sus coronas, puntas y ángulos, resistían cualquier tipo de ataque con artillería, y asalto frontal, salvo que se quisiese quedar atrapado en los fosos, sin posible salida y a merced del fuego desde la altura. Esto es lo que ocurrió en Melilla entre 1774 y 1775. Una técnica constructiva y de defensa muy moderna y desarrollada, frente a un sistema de ataque medieval y obsoleto. Constantinopla sucumbió en 1453, porque tenía unas murallas potentes pero medievales. De haber contado con un sistema abaluartado, Mehmet II no la hubiese conquistado nunca. El baluarte tenía una fácil defensa.

Sin embargo, el primer ejército del mundo, el español, se encontró con el mismo problema en las campañas de Flandes. El asalto español sobre Maastrich en 1579, fue el último que consiguió el triunfo, por el sistema de asedio y rendición por hambre, tras un brutal asedio de 4 meses, impuesto por el más poderoso ejército de la época.

A partir de ahí el sistema de baluartes se desarrolló con rapidez, y las guerras se convirtieron en penosísimas campañas de asedio e intentos de rendición por hambre. Muchos asedios de los Tercios españoles fracasaron del mismo modo en que fracasó aquí, el sitio impuesto por el Emperador Sidi Mohammed.

Todavía en 1800, con la Grande Armèe de Napoleón, seguía vigente el sistema de asedio bárbaro y demolición a cañonazos de las defensas de las ciudades. El último gran sitio con derribo total y entrada al asalto, fue el de Zaragoza en 1809.

Nota:*Geoffrey Parker; El ejército de Flandes y el Camino Español.

El Estatuto, frente al Asedio


Entre el 13 y el 19 de marzo

La celebración del 13 de marzo de 1995, o Día del Estatuto, es una imposición de Coalición por Melilla, que no ha sido discutida en lugar alguno, probablemente tampoco en su Ejecutiva nominal, que no efectiva. La coalición que cambió la historia política de Melilla, no es un partido político, o no ha conseguido estructurarse como tal. Celebrar algo que no se ha conmemorado desde su aprobación, carece por completo de sentido. Este año ni siquiera ha habido premios ni distinciones, salvo el de Rosa Narváez Ferre, ni participación alguna de la ciudadanía. El 13 de marzo nació bajo el mal agüero del viernes 13, y apenas pudo celebrarse nada, y marcó el inicio del confinamiento pandémico, que todavía nos preside.

El 19 de marzo fue la fiesta franquista de san José obrero, porque en el Estado social y católico de Franco no podían existir trabajadores ni celebrarse el 1º de mayo. El 19 de marzo de 1775, fue el día en el que el emperador de Marruecos Sidi Mohamed Ben Abdallá, decidió levantar el asedio al que sometía a Melilla desde el 9 de diciembre de 1774. Al terminar aquel sitio, el más duro al que fue sometida la ciudad desde su conquista en 1497, la cifra de víctimas mortales ascendía a 105, y a 584 los heridos*. No hay datos de lo ocurrido en el campo marroquí. Tras concluir el sitio de Melilla, se acordó que para la posteridad, se celebraría una misa en recuerdo imperecedero a los defensores, a los muertos y a los heridos.

La evolución de las festividades

En 1991 llegó al poder municipal en Melilla el que posteriormente sería su primer presidente, Ignacio Velázquez, procedente del sector más conservador del Partido Popular de Granada. Bajo su mandato se hicieron cosas, que ni siquiera durante el franquismo habían sido pensadas. Una de ellas fue la declaración del 17 de septiembre como Día de Melilla, y el 19 de Marzo como festividad, no por San José, sino por el día del levantamiento del Asedio. También proclamó a la Virgen de la Victoria como Alcaldesa. Fue un giro muy conservador y muy nacionalista.

Puede entenderse que Coalición, como agrupación política, no quiera que el 19 de marzo sea festivo, pero debería proponerlo de una manera clara, y en mesas de debate en la Asamblea de Melilla, no mediante maniobras palaciegas, porque los melillenses nos damos cuenta de todo, y puede malinterpretarse una oposición a un acontecimiento histórico, con una acción de rechazo a la españolidad de la ciudad, que sabemos que no es el caso. Un partido, una ciudad, no pueden dirigirse desde la tramoya. La Democracia es luz y taquígrafos. Así pues, en pleno mes de marzo nos encontramos con dos conmemoraciones que nadie quiere celebrar. Mientras fue festivo y obligatorio, nadie acudía al 19 de Marzo, como tampoco ahora acude nadie al día 13, y no solo porque estén prohibidos los encuentros de más de 6 personas.

El Estatuto y el Presidente de Melilla

Celebrar el Estatuto es una cuestión y cumplirlo otra. El artículo 12, apartado c, dice que : La Asamblea de Melilla elige al Presidente entre sus miembros. Eso fue lo que sucedió en julio de 2019, y en todos los Plenos anteriores. Los pactos éticos entre los partidos, impiden que un diputado o parlamentario condenado por la Justicia, aunque se inocente, puede acceder a un cargo público, en tanto que esa condena no sea revocada. Eso es lo que ocurrió con Mustafa Aberchán en las últimas elecciones. No existen presidentes en la sombra, y los líderes políticos deben a su vez su posición a las asambleas de afiliados, aunque en la realidad sean órganos de trámite.

El capitulo II está dedicado a las funciones del Presidente, cuyo nombramiento es refrendado por el Rey. El presidente delega funciones en los consejeros, que a su vez deben reproducir las mismas acciones de transparencia , pues se deben a un Consejo de Gobierno, al Presidente, y a los ciudadanos. Las camarillas y taifas no suelen producir buenas sensaciones. El absolutismo ejercido desde la democracia es abominable. Un gobierno sin control, como los padecidos en las últimas décadas, hacen desaparecer la fe en la democracia. Tampoco se puede gobernar desde las nomenclaturas y clanes.

Al Presidente solo se le puede destituir mediante una moción de censura (Ignacio Velázquez (1998) y Mustafa Aberchán (2000), algo previsto en el artículo 19, puntos 1 y 2. Aunque no se explicita en ningún lado, siempre cabe la posibilidad de una renuncia personal.

Eduardo de Castro es el Presidente de la Ciudad de Melilla, nombrado legítimamente por la Asamblea. Su puesto no debería estar en discusión, porque el Pacto Antitransfuguismo refrendado en noviembre de 2020, impediría incorporar al gobierno al edil transfugado desde VOX, Jesús Delgado Aboy.

Maniobras orquestales en la oscuridad

El Gobierno del cambio necesita cambios en el gobierno. La erosión de la pandemia ha desgastado algunas áreas más que otras. De un mal, el obligado cese de Aberchán por la inhabilitación del Tribunal Supremo, puede sacarse un bien, como es la entrada de una nueva diputada, Cecilia González Casas, que además puede asumir competencias de gobierno. Cecilia González es maestra y una política experimentada, pues ya desempeñó áreas funcionales en el pasado (1999). La maniobras maquiavélicas tabernarias y de pacotilla llevadas a cabo en Murcia, Castilla-León y Madrid, pueden sumir al país en el caos, y según sean los resultados, provocar un adelanto electoral del gobierno de Pedro Sánchez .

Debería aprenderse de los ejemplos próximos y pasados, y no iniciar movimientos convulsos en Melilla. Hay que dar entrada a un nuevo diputado y remodelar el gobierno. Nada más. «En tiempo de desolación, nunca hacer mudanza»; y como dice el refrán: No hay quinto malo.

Nota:https://www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/territorial/Paginas/2020/111120-transfuguismo.aspx

La fina línea que separa el destino


El retorno de los Idus de Marzo

Enrique Delgado

El éxito y la derrota se deciden en una estrecha línea y se deciden con apenas un escaso margen de horas, Los afectos y sentimientos humanos están también separados por esa misma fina línea. El recuerdo y el olvido; la felicidad y la tristeza; la confianza y el recelo; el amor y el odio; la lealtad y la traición; la vida y la muerte. Aun así, las cosas son de una u otra manera según en qué lado se esté y ambas suceden a la vez. Wellington y Napoleón estaban estaban sobre el mismo terreno, Nelson y Churruca sobre el mismo mar, Julio César y Junio Bruto pisaban el mismo suelo, Hamlet vivía acosado por el fantasma de su padre, pero en diferentes dimensiones.

Grandes parejas crearon grandes cosas juntos, pero luego algunas de ellas quedaron separadas por la enemistad, como Stalin y Trotsky, como Felipe González y Alfonso Guerra, como Pedro y Pablo, los de la Iglesia católica, no los del Gobierno de la Nación. Es la teoría de los pares. El par de Luis XVI era María Antonieta. Marie-Charlotte Corday d´Armont fue la mujer que mató Jean Paul Marat. Hay pares positivos y pares opuestos. La evolución del mundo no hubiese sido igual sin Cleopatra y Marco Antonio.

Lo que corona una obra es su final*

Si el final es el éxito, nada recordaremos de los entresijos, apenas unos cuantos datos para contextualizar la historia. Sin embargo, si lo que preside todo es el fracaso, entonces, hasta el más mínimo detalle quedará enlazado a la biografía y a su historia. Cuando el general en jefe, en este caso Pablo Iglesias, se lanza al campo de batalla, significa dos cosas, la primera es que el adversario le ha sorprendido con su movimiento, la segunda es que ya no quedan más opciones. Los Idus de marzo, que no suelen ser tenidos en cuenta en la época moderna, porque ya no se cree ni en el azar ni en el destino, suelen ofrecer opciones contrapuestas, o llenas de gloria o letales.

El destino está en Madrid

Los campos de Jaén (1212 y 1808) y la ciudad de Madrid, han decidido el destino de España. El 2 de mayo fue el aldabonazo para que el resto de España iniciase la guerra total o de La Independencia contra la invasión francesa. La caída de Madrid en marzo de 1936, puso fin a la II República. Lo que ocurra en Madrid el próximo 4 de mayo, puede significar el fin político de Iglesias y de su formación, a la que las encuestas daban 0 diputados antes del desembarco desde el caballo gubernativo, del líder extremo e indiscutible. El fantasma que persigue a Pablo Iglesias Turrión es el de Errejón. ¿Ser o no ser? o seguir siendo, esa es la cuestión. Quien fantaseaba con juegos de tronos, ha acabado atrapado en las conspiraciones de Elsinore.

El que venza gobernará durante décadas en el solar patrio. El que pierda, arrastrará en su caída a todos los que vayan con él. Esto ya es todo o nada, tras el fracaso de la operación murciana. Penélope y Ofelia esperan. El Manzanares será el Rubicón o el Beresina. No habrá descanso a lo largo del 2021.

Nota: https://elalminardemelilla.com/2016/12/26/podemos-en-la-iglesia-de-pablo/. * Muestra mi cabeza al pueblo; François-Henri Désérable