La deconstrucción en Melilla


Al ver la deconstrucción (le tomamos prestado el término a Derridá) de este edificio en la calle Mar Chica, nos vino una imagen clara hasta El Alminar. A final del presente siglo, Melilla se parecerá más a Hong Kong que a otra cosa. Edificios cada vez más altos para compensar la insuficiencia de terreno. El crecimiento de la población se ha ralentizado, y mientras cae cualquier otra actividad económica, la construcción no cesa, pero esta actividad es solo especulativa y está concentrada en muy pocas manos. La imagen también sirve para el futuro económico de la ciudad: «un país, dos sistemas fiscales», porque cuando decaigan las ideas excéntricas, como hacer micro islas como las de Dubái frente a Horcas Coloradas, habrá que afrontar una alternativa económica seria, y con futuro para la ciudad.

Los antiguos cuarteles, liberarán más de 100.000 m2 de terreno en suelo urbano, algunos sobre zonas urbanísticamente muy apetecibles, como el cuartel de Caballería de Alcántara, o el de Santiago. En este caso los terrenos pertenecen al Ministerio de Defensa, que ya es muy exigente en los convenios de cesión de terrenos. El escándalo del «pelotazo» del antiguo cuartel de Valenzuela, en donde casi todo el terreno acabó en manos privadas, y la multiplicación por 10 de su valor crematístico, todavía resuena en la sede del Ministerio, en la calle Bretón de los Herreros, en Madrid. En el solar de Valenzuela se deberían haber construido viviendas públicas y zonas de equipamientos urbanos. Hoy no hay nada de eso.

Algunos barrios, como el del Industrial, ya no disponen de un solo m2 libre para áreas de esparcimiento urbano. Es una zona importante porque es la de las playas, y no hay un solo aparcamiento público, ni ya es posible de entre el autobús urbano de transporte público. La zona presenta una imagen de abigarramiento y congestión, imposible ya de resolver. Pronto se iniciará la construcción de un nuevo edificio en donde estuvo el restaurante Los Salazones, lo que incrementará la presión urbanística en la zona. La zona ya no es Corea, es Hong Kong. La densidad de población en algunos barrios melillenses, supera a los de la emblemática ciudad de China.

Solares y edificios en el Real

El barrio del Real es el más populoso de la ciudad, aproximándose a los 15.000 habitantes. Las zonas públicas están desapareciendo y el colegio público del barrio está al límite de su capacidad y con unas instalaciones obsoletas, sin posibilidad de extensión. El problema es que por cada casa que se sustituye por una obra nueva, como esta de la calle Mar Chica, se incrementa la habitabilidad, pasando de una vivienda de una o dos familias como máximo, a otra de 6 como mínimo, mientras que en la calle se reduce el espacio público disponible para paseos y aparcamientos urbanos, sin que se habiliten nuevas zonas disponibles. La seudo peatonalización del Real, llevada a cabo en el gobierno anterior, más el incremento de las terrazas de hostelería y las nuevas edificaciones, ha hecho que uno de cada cuatro plazas de aparcamientos se haya volatilizado. También ha desaparecido el transporte público de las 3/4 partes del barrio. Esto no es una ciudad peatonal o que se acerque a la movilidad urbana sostenible.

Entre viviendas próximas a desaparecer, edificios arruinados, y solares que esperan en estado inane, la próxima publicación del Plan General de Ordenación Urbana, se cuentan más de 50 unidades, en alguna de las tres categorías, que a su vez se transformarán en nuevos edificios de 3 o 4 plantas cada uno. La imagen que presenta el barrio es de caos edificativo, sin unidad estética ni urbana. Tampoco queda suelo público disponible, por lo que las dificultades de habitabilidad aumentarán.

En la próxima remodelación del Gobierno de Melilla, debería compartirse también el Área de urbanismo e infraestructuras, con un nuevo apartado de «planificación y desarrollo urbano».

Nota:La manzana de oro del Barrio del Real | El Alminar de Melilla

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