El bulevar del Barrio del Real


                 No es que cualquier tiempo pasado fuera mejor. No se trata de afirmar semejante cosa, porque todas las épocas tienen sus dificultades. Se trata tan solo de mostrar que los barrios de las ciudades surgen por algo, y también desde su origen adoptan un determinado carácter y estilo. El barrio del Real surge tras la campaña de 1909, cuando el ejército español conquista el territorio para dar cumplimiento a los acuerdos de Wad Ras sobre la ampliación del territorio melillense. Allí acampa el ejército y se diseñará un tipo de barrio determinado, que no se ha sabido ni querido mantener. Lo último ha sido la desfiguración absoluta del bulevar central del barrio. La comparación de las fotos del origen del barrio del Real,  resultan siempre en detrimento con la situación actual.  Como es norma en El Alminar, las fotografías no van marcadas.

La grúa flotante embarrancada


       Un temporal de levante en la noche del 12 al 13 de diciembre de 1949, con efectos acrecentado por la inexistencia del dique marroquí de Beni Enzar, arrancaba una grúa autopropulsada de su emplazamiento, y la lanzó hacia la playa de San Lorenzo, en donde quedó embarrancada. En aquella época era normal ver barcos varados frente a la línea de playa de la ciudad. En más de una ocasión, los temporales barrían los barrios del Industrial y del Hipódromo, anegando calles y provocando graves daños en las casas.

               El salvamento de la grúa fue muy complejo y precisó de la elaboración de un informe técnico, en donde se especificaban las características de la grúa, de 80 Tm. de peso, su casco plano,  y su gran manga de 16 m. Para desencallarla fueron necesarias las habituales labores de draga, a las que se  recurría en casos extremos por ser muy onerosas, y a la acción más frecuente  de los remolcadores de palas cambiables. Por lo general, tanto los remolcadores, como los  especialistas pertenecían a  empresas privadas, lo que encarecía aún más las labores de rescate.

               Los trabajos se prolongaron a lo largo de tres meses y se repararon 23 vías de agua en el interior de la grúa flotante. Hubo que construir un dique seco alrededor de la misma, apuntalar el caso, instalar tuberías para el drenaje de agua y los mencionados canales de dragado, utilizando gran cantidad de peones tanto de día como de noche. El coste de la operación fue de casi dos millones de pesetas de la época. El informe concluye con una interesante descripción de las características de las corrientes en el interior del litoral melillense.