La caída de la torre sin nombre


Derrumbe en la Avanzadilla

Hemos consultado todos los libros de los historiadores que en Melilla han sido, y no hemos hallado nombre para esta torre, de ladrillo rojo, y que arquitectónicamente planteaba muchas cuestiones. Dentro de una fortificación de piedra, aparece una torre de planta cuadrada y edificada con ladrillo rojo y piedra caliza. Es en toda esta zona en donde el ladrillo rojo es más visible, material que conforma la puerta de santa Ana, que deja atrás la aun más extraña capilla de Santiago.

Esta es la plaza de la Avanzadilla, porque en Melilla la Vieja y sus recintos, todo tiene nombre, menos algunas cosas. Son de sobra conocidas nuestras discrepancias con la historiografía oficial y su interpretación, por lo que no vamos a insistir en ello. Lo que sí nos asombra y desconcierta, es que se derrumbe un torreón completo, que daba carácter a la plaza de la Avanzadilla, y no se emita ni una sola nota de prensa, ni se informe del suceso.

En la actualidad, está completamente cerrado toda el recorrido entre el túnel de santa Ana y la puerta de Santiago. La causa más probable del colapso de la torrecilla, ha sido la serie de seísmos soportados por la ciudad desde el pasado mes de marzo, que tuvo su pico máximo en el mes de agosto de 4,5M. En los últimos 3 meses, la ciudad ha registrado una docena de movimientos sísmicos > 4, y de Intensidad III, de categoría media, pero suficientes para colapsar y provocar el derrumbe de construcciones débiles o muy antiguas, como es el caso.

Sin embargo, todo esto sigue dando igual. La torre desaparecida de la plaza de la Avanzadilla ya ha sido desescombrada en su totalidad, y no existe ninguna noticia o información al respecto. La información emitida y disponible es = a 0, lo que resulta inquietante y extraño. Se ha retirado absolutamente todo del lugar, incluidos los lanceros de Estopiñán, y el busto del emperador Carlos V.

Era una torre extraña que casi nadie se molestaba en fotografiar. Ya no es nada. Ya no precisa de explicación alguna.

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La hora del Estado en Melilla


¿Hay un problema, se nombra una comisión. ¿Hay una Comisión? Hay una dietas. ¿Hay unas dietas? Hay un dictamen inacabable; pero no hay jamás un solución al problema. Porque España es el país de las Comisiones y las dietas. Quien así se expresaba era el parlamentario socialista Indalecio Prieto en 1921, en los debates parlamentarios tras el Desastre de Annual.

«Os dije antes el grado de corrupción al que se había llegado», decía el diputado Prieto, en una serie de discursos en el Parlamento, en los que destacaba lo que él llamaba «el vicio de Melilla«. Lo que en principio no estaba corrupto, lo acababa estando, y lo que eran cientos de millones en origen, acababan siendo decenas en destino. A toda esta situación se llegó por la tolerancia del contrabando, la lenidad de los castigos, la sensación de impunidad ante cualquier fechoría, que acababa minando la moral de la ciudadanía. La conclusión de Prieto en su último discurso parlamentario no pudo ser más demoledora: «Confirmé que la Comandancia de Melilla era una charca pestilente, formada por toda clase de inmoralidades y vicios».

A lo largo de la última década nos hemos sobresaltado antes los registros en el Palacio de la Asamblea, ante el rosario de presuntos delitos cometidos, ante la lista interminable de «practicas irregulares» en la gestión administrativa, que no se han acabado sustanciando en ni siquiera un reproche formal. Esto es la sensación de impunidad. «No hay ejemplo más demoledor para la conciencia de un país que la impunidad de todas estas tropelías. El problema de España es de moral y de decencia pública», decía Prieto en los discursos referenciados. Identificados «los focos corruptores», hay que actuar contra ellos de modo inmediato. También hemos visto detener consejeros, ingresar en prisión, y luego acabar todo en sobreseimientos.

No pueden existir zonas de sombra, zonas a las que no llegue la acción del Estado, su regulación, su igualdad de trato y su justicia en la distribución. En esta situación, ya detectada hace 100 años, no se puede proseguir. Melilla no puede seguir al margen de la fiscalidad del Estado y de su acción. Es ese hecho diferencial, el que crea situaciones que parecen permitidas en esta parte del territorio nacional, y no en el resto. Esa diferencia y su mantenimiento nos lastra.

El Estado debe tomar las riendas de la regulación económica de la ciudad, porque no puede permitirse que subvenciones se pierdan por la incapacidad de gestionarlas, o que las decenas de millones de euros para el futuro económico de Melilla se acaben disipando, sin que alcancen el fin al que fueron destinadas, porque el dinero se acaba tarde o temprano. Empresas creadas «ad hoc» ante la nueva situación, proyectos absurdos como el aeropuerto sobre el mar, la ampliación del puerto sobre el papel, o la creación de la «isla de artificiales» frente a Horcas Coloradas, la red de hoteles en lugares imposibles, o la construcción de colmenas en los cuarteles cedidos por Defensa, no pueden acaparar los fondos que se van a recibir. No pueden darse subvenciones a empresas, que no estén al menos constituidas y con actividad reconocidas, al menos desde dos años antes. Lo contrario es especulación y captación de fondos. La información privilegiada circula muy rápido en la ciudad.

Melilla carece de lo básico. Hay que subvencionar el transporte porque si no, desaparece. Las navieras cambian de nombre y dueño cada año. Hay zonas urbanas con infraviviendas, mientras se planifican nuevos proyectos especulativos. La situación se torna insostenible y es el Estado el que debe tomar la riendas de la armonización económica de la ciudad. Tiene capacidad, información, poder suficiente y sobre todo, el deber de hacerlo. Cuando el GIL marbellí llegó al gobierno en 1999, el Estado le retiró al Ayuntamiento las competencias de urbanismo. En la etapa anterior, la Delegación renunciaba a su capacidad de gestión, y se la entregaba al Gobierno local, y se situaba un paso por detrás.

En esta semana que entra, nos jugamos el gobierno autonómico de Melilla, y el de 2023. Si la enorme crisis que se va a abrir no se soluciona con contundencia, tendremos una gestión moribunda hasta las próximas elecciones. Hay una parte muy sana de este gobierno local, pero no podemos olvidad de la máxima de san Bernardo: “Creedme: Lo que se ha podado retoña; lo ahuyentado vuelve, lo extinguido se enciende; lo adormecido despierta otra vez. Poco es, pues, podar una sola vez; es necesario podar muchas veces, continuamente, si es posible; porque, si bien te examinas, siempre hallarás alguna cosa que podar”.

Contamos con un buen Presidente de Melilla, Eduardo de Castro, una buena Delegada del Gobierno, Sabrina Moh, y una irreprochable Vicepresidente, Gloria Rojas. Tres ejemplos de moralidad y decencia pública, incluyendo a José Miguel de los Santos, un Comandante General ceñido a sus misiones militares.

Nota: https://elalminardemelilla.com/tag/san-bernardo-y-la-poda/

La romanza de la prisionera


Carlota O´Neill en Victoria Grande, la reparación necesaria

«Pegadas a las losetas, durante el paseo, las sombras siempre van en vanguardia». Las sombras persiguieron a Carlota desde que saliera de Melilla en 1941. Las sombras nunca la abandonaron. Tampoco a su hija, de igual nombre, cuando quiso presentar los versos de su madre en Melilla, en 2015. La anterior consejera de Cultura, de la que jamás escribiremos el nombre, le negó el derecho de hacerlo, entre estas mismos muros, en donde estuvo presa su madre.

Han pasado 6 años y otra Consejera de Cultura, Elena Fernández Treviño, de la que sí escribimos el nombre, repara esa afrenta, y mediante la magia del teatro, Carlota O´Neill regresó al mismo patio del que nunca creyó salir, y al que dio tantas vueltas sin sentido.

De la mano de Sibila Teatro y de la actriz que da vida a Carlota, todos los presentes compartimos durante una hora y media, parte de los sufrimientos padecidos por Carlota O´Neill en el fuerte de Victoria Grande (1736), y de todas las mujeres que estuvieron allí encerradas, durante los años duros de la represión franquista. Luego, el infernal fuerte se convirtió en la prisión provincial de Melilla, hasta 1996.

La representación de Romanza de las Rejas, llega justo 80 años después de la Liberación de Carlota, la escritora que fijó la memoria de la represión en nuestra ciudad. En apenas dos años, se han dado pasos fundamentales y necesarios en la compensación moral de la violencia absurda ejercida contra una mujer, que a su vez es la voz de todas las mujeres que estuvieron con ella. Sin ese testimonio, casi todos los nombres y hechos se hubiesen perdido en las sombras del olvido, las que siempre persiguieron a Carlota: Entre este pórtico y la romanza de las rejas, hay un puente. Lo pasé en Melilla siendo una chamaca.              El primer año, solo quise morir; incrustarme en aquellas mismas piedras rezumantes de morbo. la muerte se hizo sorda.             El segundo años quise vivir, salir, abrazar, así, con fuerza, con todas mis fuerzas, con mi sangre, a mis dos pequeñas cachorrillas que seguían enronqueciendo llamándome. El tercer año, después del consejo de guerra, fui condenada. El cuarto año me adapté a la cárcel. Alguien me llevó libros. Recuperé mi herencia. Leí.  En el quinto año…¿Cómo fue? Sí. Un día sentí deseos de escribir. Había publicado dos novelas, de niña prodigio; artículos de prensa de Madrid y Barcelona. Era escritora, también por herencia. Lo iba  a ser, por necesidad.

Marina Requena se metió de lleno en el papel de Carlota, tanto que parecía ella. Carlota Mª Vilches hizo un acompañamiento de canto y baile sublime.

Nota: Romanza de las Rejas, reeditada en 2015 fue presentada en Melilla por Vicente Moga en Melilla, con la presencia de Carlota Leret (Medalla de Oro de Melilla en 2019)

Santiago


En las últimas semanas parte de la atención ciudadana está concentrada en las laderas del cerro de Santiago, y en la extraña batalla que allí se libra. En los primeros días de septiembre llegaron las máquinas y talaron un eucaliptal frondoso, refugio de aves rapaces, que necesitan árboles altos para anidar. Esto ocurría en el lado Oeste, el de poniente. El lado de las máquinas.

Justo en ladera opuesta, la Este, la de levante, se concentran desde esas mismas semanas, los defensores de los árboles. Es un curiosa antítesis. En este lado se defiende la vida, la de la flora y la fauna, mientras que en el otro prosigue los zarpazos del imperio del asfalto. Todo es opuesto, igual que los dos vientos dominantes en la ciudad.

Los eucaliptos de Santiago, antes de caer, de ser sacrificados, lanzaron un mensaje a la adormilada ciudadanía de Melilla. «Si se quiere algo, un futuro verde, con memoria, hay que luchar por ello». Nadie regala nada en estos tiempos. Si se cede todo el espacio a la construcción, se adueña de él . Si se abandona la memoria y el recuerdo, «la nada», como en La Historia Interminable, se apodera de todo y borra cualquier rastro.

La lucha no se desarrolla en las mismas condiciones, ni con la misma equivalencia de fuerzas, pero por encima de todo debe prevalecer la voluntad de resistir. El tiempo oscuro fue largo y duro, y por ello, ver este resurgimiento de la voluntad ciudadana, es muy gratificante. Melilla está viva, y ha despertado de un largo letargo. En Santiago nos jugamos todo: o un futuro verde y amable, o la dureza implacable del cemento y la losa.

Santiago, el cerro histórico no solo ha despertado conciencias, sino que ha unido voluntades de muy diversas índoles. Melilla es una ciudad por la que merece la pena luchar. Necesitamos unos días de descanso. En los orígenes del Alminar, dábamos cuenta de nuestros periodos de cansancio y abatimiento. Ahora debemos parar, pero no por fatiga, sino para preparar un regreso, en el que el esplendor de Santiago quedará de manifiesto.

En este cerro está nuestra historia común. Debemos conservarlo para toda la ciudad, como centro deportivo, como espacio verde, como lugar de memoria, como Centro de Interpretación de la Historia de Melilla., como espacio ciudadano. Los eucaliptos perdidos y lo que mostraremos, nos ofrecerán una oportunidad que no se repetirá. Hacia dónde quiera llevarse el futuro de esta ciudad, se decidirá aquí. Será Alfa ó Omega.

Nota: Firma para salvar el palmeral de Santiago, https://chng.it/FY9FyNGb

A los 10.000 de Annual


Con un desfile homenaje en Melilla (16/10/2021), concluyen los actos del centenario de Annual, con pocas autoridades de Defensa y del Estado, salvo la presencia del JEME (Jefe del Estado Mayor del Ejército) Amador Enseñat y Berea (1960), acompañado por el Comandante General José Miguel de los Santos (1961), y del Presidente de Melilla, Eduardo de Castro. Tampoco hubo representación de la Casa Real.

La casi totalidad de los regimientos militares que intervinieron en la defensa de Melilla en 1921, han desaparecido, salvo La Legión, Regulares y el Rgtº de Caballería de Alcántara, hoy mecanizado. El desfile y homenaje, llevado a cabo en la Plaza de España, quiso ser un viaje a ese pasado que es imposible de olvidar, entre otras cosas porque alteró por completo el desarrollo político de España, y cambió de modo indudable su historia, influyendo en ella de un modo decisivo. Annual dio al traste con 10.000 vidas de soldados y militares españoles, y también con la monarquía de Alfonso XIII.

Todo estuvo realizado con la solemnidad necesaria. Llegada de las tropas de desfile, presencia de los guiones de los regimientos, jefes militares, mandos superiores de las fuerzas desplegadas, ofrenda a los caídos al pie del monumento a los Héroes de las Campañas, bajo el soldado desconocido y junto al friso de la Madre Patria, y las salvas de artillería rituales. El alumbrado público se encendió tarde. En la media hora previa al desfile conmemorativo, era difícil ver en todo el círculo de la plaza de España.

En honor y recuerdo de los 10.000 caídos en Annual

A estas alturas, y cumplidos ya 100 años de la hecatombe de Annual, se ha echado en falta la publicación de la cifra oficial de víctimas. Solo tenemos el recuento del parlamentario socialista Indalecio Prieto, que hace oscilar las cifras entre 8668 y 11.140, si se incluyen las bajas de los rifeños que murieron al lado de los españoles. Son muchos, para que pasado un siglo, no sepamos la cifra exacta ni la relación nominal de víctimas (que publicaríamos gustosamente en este blog). ¡Qué menos que al menos queden los nombres de los muertos!

Todo lo leído y escrito

Se ha reeditado todo lo ya conocido y que todavía sigue conservando su valor, pero hubiese sido la ocasión de las publicaciones oficiales y la apertura de archivos del Ministerio de Defensa y de material fotográfico inédito. El único libro que ha buscado una visión nueva, la que incluye a ambos contendientes bajo la misma perspectiva, ha sido la de El vuelo de los buitres, de Jorge Mª Reverte, que ha sido refrendado con el éxito de ventas, aunque desgraciadamente ha resultado ser el libro póstumo de este historiador, periodista y escritor.

Ya no es hora de reprochar nada a nadie, ni de ajustar cuentas con un pasado ya consumando, pero sí le pediríamos al Ministerio de Defensa, que promueva la creación de un archivo digitalizado sobre Annual, en donde se puedan consultar toda la documentación oficial sobre este trágico hecho histórico, tan decisivo en la historia de España. Se podrían incorporar todas las fotografías disponibles, nos consta que los militares hicieron muchas , y se también se podrían incorporar todos los libros escritos sobre el tema, y que ya no tengan vigentes los derechos de autor.

Como colofón a tanto escrito sobre Annual en este blog, decir que si en algún lugar los muertos están en paz, cuidados, venerados y honrados por los ciudadanos, la mayor parte de ellos de manera anónima, es en Melilla. Otro asunto importante queda hoy cerrado, aunque la última palabra siempre esté por escribirse.

Hic iacet Don Pedro de Estopiñán


En el décimo año del Alminar estamos saldando cuentas pendientes con acontecimientos de la historia de la ciudad y de las que hasta el presente, no habíamos escrito sobre ellos. Estamos continuando también con las historias que siempre nos han distinguido y que constituyen nuestra seña de identidad, y también concluyendo otras historias, como la del fundador de la Melilla hispana.

La historia de este blog es también la de sus comentaristas, lectores/as y colaboradoras/es. Una de esas colaboradoras, Feliciana Torralbo, nos ha permitido llegar hasta el mismo lugar en donde reposan los restos del Contador de la Casa de Medina Sidonia, Pedro de Estopiñán. Muchos ven por nuestros ojos, y nosotros vemos con la ayuda de otros o de otras, como en este caso.

Pedro de Estopiñán era un excelente contable, de esos que si gastaban diez, ponían diez, y no 13 ni 25, y esto le granjeó probablemente muchas enemistades. El porqué de esto, es algo que se entenderá fácilmente en nuestra ciudad, tan dada a malgastar, casi desde su misma fundación.

En 1957, con ocasión del 450 aniversario de la conquista de la ciudad, se organizó en Melilla un Congreso sobre su historia, en el que participaron historiadores franquistas e historiadores en el franquismo, como Hipólito Sánchez de Sopranis. Poco aclararon sobre la enigmática figura del fundador de la Melilla hispana, salvo que estuvo en la ciudad en septiembre de 1497, junto con Martín Galindo, Martín Bocanegra, Gómez Suárez de Figueroa o capitán Andino , Gonzalo Mariño de Ribera y Bernal Francés. Los primeros pobladores de Melilla alcanzaron la cifra de 700, todos varones y en su mayor parte de profesión militar.

En aquellos tiempos, un varón como Estopiñán, debía tanto manejar una pluma como un sable, contar escrupulosamente los gastos o repartir mandobles con ambas manos. Es innegable que tuvo un papel importante en la conquista, aunque no esté claro si mandó la flota de desembarco. Lo que sí es un hecho es que nada podía moverse sin su conocimiento. La conquista costó dos millones de maravedíes y el apunto dos. Hoy en día el precio final hubiese sobrepasado los 6, con los errores contables, de los que tanto sabe el Tribunal de Cuentas.

Pedro de Estopiñán era un enlace habitual entre la Casa Ducal y la Corona de España. Se le reconoce en compañía de la Reina Isabel y del Rey Fernando, y también con sus sucesores, la Reina Juana y Felipe el Hermoso. Parece ser que organizó otras expediciones en la zona de Orán, para combatir a los piratas berberiscos. Era uno de los integrantes del Consejo de 24 de la ciudad de Jerez. Se casó con Beatriz Cabeza de Vaca y tuvo al menos 7 hijos. Su fecha de nacimiento es desconocida, y Sopranis conjeturó que podría situarse en 1470. Lo que sí está clara en la fecha de su muerte, el 3 de septiembre de 1505, en el Monasterio de Guadalupe, de forma repentina.

¿Infarto o envenenamiento? Nada se sabe, pero dejó una viuda muy joven, con hijos pequeños y con abundantes deudas. ¿Qué ocurrió? parece ser que su escrupulosidad contable dio al traste con una expedición de conquista que querían llevar a cabo los Guzmanes, señores de Jerez. Estopiñán identificó barcos en mal estado, dudosa capacidad de las tripulaciones y algunas cosas más, que desbarataron un pufo en toda regla a la Corona, y quizá ahí se granjeó alguna enemistad africana.

La angustia de su situación económica, una expedición malograda a Mazalquivir o quizá un plato demasiado cargado de condimentación, acabaron con su vida en 1505. Los frailes jerónimos del monasterio guadalupano se compadecieron del finado, probablemente bien considerado y con cierto carisma como hombre de corte, y decidieron evitarle el anonimato de la fosa común, esculpiéndole una lápida en la capilla de Santiago, en cuya cripta reposa desde entonces.

Con estas fotografías, damos por concluido uno de nuestros principales temas, aunque nunca puede afirmarse que se ha escrito la última palabra sobre algo, y menos aún si se trata del personaje más homenajeado y desconocido de la ciudad de Melilla.

12 de Octubre en Melilla


Fiesta Nacional. Descubrimiento de América. Crispación política

El descubrimiento y conquista de América es un hecho histórico que se hubiese producido de todos modos, y si no lo hubiese hecho España, lo habría hecho cualquier otra nación. De todas las experiencias de conquistas sucedidas a lo largo de los siglos, la más violenta fue, con gran diferencia, la de Roma. La violencia de las legiones romanas era extraordinaria.

Estamos empeñados en la historia del absurdo, en la petición de perdones por hechos que nada tuvieron que ver con nosotros, aunque sea cierto que la conquista española de América no fue de las mejores posibles, pero tampoco lo eran los sacrificios humanos de los aztecas. Hubo mucha codicia y mucho violencia contras los pueblos indígenas, pero también hubo un movimiento paralelo dentro de los conquistadores, para respetar la dignidad de los indios americanos y sus deslumbrantes culturas. Bartolomé de Las Casas es el gran ejemplo de ese movimiento.

Revisar la historia es necesario, sobre todo para retirar de ellos los aditamentos ideológicos adheridos durante el franquismo, pero eso no nos puede llevar a rechazar el 12 de Octubre, o a considerarlo como una infamia, porque de hecho, «la conquista» empezó muchos años después de esa fecha.

Colores y símbolos de una nación

Los colores rojo y gualda están presentes en 4 comunidades históricas de España ( Aragón, Cataluña, Valencia y Baleares) porque las banderas nacionales tienen su evolución y no surgen de la nada. Estos colores se comparten con el de la bandera de España. El color rojo se comparte en casi todas las demás. Como dato, hay que decir que la 1ª República española mantuvo los que ya eran considerados como colores nacionales (rojo y gualda). La franja morada de la 2ª República fue un recurso, sin sostén histórico alguno, de un color que solo fue utilizado en alguno de los cuarteles de los pendones castellanos. Los colores rojo y oro sí están presentes en la evolución histórica de las banderas, de casi todas las comunidades españolas. La izquierda política debe revisar también algunas de sus rémoras conceptuales.

La cuestión radica en la apropiación exagerada de estos colores y símbolos, por la parte más nacionalista e intransigente de las ideologías peninsulares, y por su identificación única y excluyente con ellos, lo que lleva a la autoafirmación de los otros nacionalismos hispanos (catalán y vasco sobre todo) con símbolos opuestos pero igualmente excluyentes. Cualquier nacionalismo adolece siempre de los mismos defectos. España es una país integrado por nacionalidades diversas e igualmente históricas. No deben hacerse ni filias excesivas, pero tampoco fobias.

La crispación política

Por cuestiones de agenda, el viernes 8 de octubre, se celebró junto a la Comandancia General de Melilla, el acto público y no suficientemente publicitado, del arriado de la bandera nacional, con el que se conmemoraba la Fiesta Nacional de España en nuestra ciudad. Nos fijamos mucho en que los representantes políticos de la oposición, no intercambiaron saludos, siquiera protocolarios, con los representantes del Gobierno de Melilla. No hubo charlas ni saludos entre ellos.

Esto es la consecuencia de la crispación política, que se inició con José Mª Aznar, con su oposición crispada a Felipe González. Con el tono hosco que impuso a su presidencia, y con el actual, que es de resentimiento absoluto. Todos esas actitudes calan y se trasladan a la sociedad, y de ahí el estado actual falta de respeto entre los líderes de las formaciones políticas, y en los debates de los medios de comunicación. Hay muchas crispación, nula voluntad de entendimiento, y nada de esto es bueno.