Cuando Melilla fue Mesopotamia


                «Abril que termina lloviendo, a mayo llama riendo». Los refranes y dichos populares de los agricultores hacen constantes referencias a las lluvias de este mes, y tambien a cambiante climatología.  Toda la lluvia de este mes es buena, y sobre todo, si continúan  en mayo, para que junio y el verano no sean demasiado secos, porque el tiempo del calor es largo, y luego se echan de menos las tardes frescas, que no frías de abril.

              «El abril de las aguas mil, si no al principio, al fín» y esto es lo que ha ocurrido en este final de mes en Melilla, en el que hemos vuelto a ver los cauces del río de Oro y sus afluentes,  los arroyos de Mezquita y Farhana llenos de agua. ¿Cómo fue la comarca de Melilla en el pasado remoto, cuáles eran sus nombres?. No lo podemos saber porque no hay registros, y los castellanos cuando llegaron a la región renombraron todo lo que encontraron. Los geógrafos que visitaron la ciudad como El Brekri, no aportaron nombres para la historia.

             Mesopotamia significa «entre ríos» y esa definición sería la más adecuada para describir el territorio melillense como enclave neolítico africano o mauritano. Una serie de colinas ya muy rebajadas o casi desaparecidas, y una cuenca fluvial de arroyos y torrentes con el río de Oro como cauce principal.

             La comarca de Melilla está formada por diversos accidentes geográficos, entre los que destacan sus cerros (Camellos, Cabrerizas, Horcas, Sidi Ouarich), la meseta de Beni Chicar, de la que Rostrogordo es la parte melillense y grandes barrancos de roca caliza, incapaces de retener el agua por sí mismos, situados la mayor parte de ellos  en la margen izquierda del río (Nano, Hidúm, Cabrerizas, Horcas y Carmen). Los habitantes neolíticos tendrían que situarse en las zonas altas de los cerros, junto a embalses naturales, en donde el suelo compuesto de arcillas y limos impermeabilizase el terreno y formase pequeñas balsas de agua.

              Todos esos depósitos conformaban un terreno muy fértil y de arenas rojas, distinguibles en las obras actuales del barrio del Real, a ambos lados del cauce antiguo del Mezquita, con cabecera y desembocadura propias. El arroyo que procede de Farhana, es el principal afluente del río de Oro en su margen derecha.

                 Los más de 70 litros por m² caídos durante los días 25 y 26 de abril han vuelto a hacer circular el agua por los secos y sucios cauces de la comarca de Melilla.

 

 

Edificios fantasmas


         La cochambre es noticia en Melilla porque edificios en zonas muy transitadas, se perpetúan en estado de ruina durante años sin que la consejería competente actúe o realice acción alguna, hasta que una denuncia ciudadana la pone de relieve o la muestra.

           Cuando caiga este edificio entre las calles Álvaro de Bazán y general Polavieja, liberará un solar de gran valor crematística. La demolición y la construcción son dos actividades que corren parejas en la ciudad, y que no han decaído en ningún momento durante la crisis.

            En el momento en el que la piqueta, o las palas excavadoras derriben esta cochambre, desaparecerán dos lugares, con dos tipos de recuerdos distintos. El restaurante Fornos deja tras de sí muchas centenas de buenos recuerdos durante sus años de actividad. El otro es justo lo contrario, uno de los pubs y puteríos más infames de la historia de la ciudad, y al que preferimos no nombrar.

              Durante el tiempo en el que han permanecido cerrados, menor en el casado del restaurante de comida asturiana, han sido objeto del vandalismo y de la residencia ilegal, por parte de los merodeadores melillenses, las gentes que viven en la calle. En el caso del pub, resulta tanto más sorprendente que la antigua barra del puterío, permanezca en el mismo estado en el que se sirvieron allí copas, con las botellas vacías y los vasos sin limpiar.

            Todavía y hasta que sean demolidos, les quedan unas semanas hábiles para los residentes fantasmas, eso si deciden correr el riesgo de caminar entre las ruinas y escombros. La imagen es absolutamente fantasmal, y eso que no se ha hecho más allá del quicio de la puerta, no sea que algún cliente deambule por el interior, en busca de una última consumición, o incluso de pagarla.

           Durante los debates parlamentarios de 1921, a cuenta del Desastre de Annual, el parlamentario socialista Indalecio Prieto hacía alusión a los dos elementos que habían socavado la moral y la integridad de las tropas, en  lo que él llamaba «el vicio de Melilla». Uno era la prostitución, que parece no haberse ido, y el otro es el juego, que ahora parece regresar, de la mano de los Presupuestos Generales del Estado.

Gefangen in Melilla, atrapados en Melilla


                 Air Nostrum bloquea a 20 estudiantes alemanes en la ciudad

      Lo primero que hay que decir es que los 17 estudiantes de intercambio educativo y sus dos profesoras están ahora descansando en el Hotel Melilla Puerto, y disfrutando de su primer día de Sol en la ciudad, tras una semana de bloqueo aéreo por razones climatológicas.

       Los estudiantes alemanes, tras 9 días de estancia en Melilla tenía listas sus tarjetas de embarque para partir hacia Málaga y luego iniciar su regreso hasta Stturgar, via Zurich, sin que nadie les advirtiese de que su vuelo ya estaba cancelado, y que había desaparecido de las pantallas. En los mostradores de facturación del aeropuerto, al que habían llegado a las 08h 00, no les podían ofrecer explicación alguna, pese a que la cancelación del vuelo, les dejaba sin todas las conexiones posteriores.

      Ni el aeropuerto de Melilla, ni Air Nostrum ofrecían la más mínima explicación, pese a que el resto de los vuelos iban entrando y saliendo de modo regular. Air Europa ha operado sin incidentes a lo largo del día, tras una semana de colapso.

     ¿Por qué desapareció el vuelo fantasma de Air Nostrum?. Nadie ha ofrecido explicaciones, salvo achacar la suspensión a unas dificultades meteorológicas que no afectaron a ningún vuelo mas. En fuentes oficiosas se hablaba de que el vuelo suspendido hacía superar las «horas de vuelo» de la tripulación, muy saturada tras la reanudación de las conexiones aéreas, y la reducción de las bolsas de pasajeros atrapadas en ambos lados de la costa mediterránea.

                         La situación de las comunicaciones aéreas 

       El sistema de aproximación  al aeropuerto de la ciudad no se corresponde con la situación geográfica de Melilla, al pie de una montaña muy elevada (monte Gurugú), y que retiene gran cantidad de nubes que dificultan la visibilidad. En el último tramo de la aproximación, por debajo de los 200 metros de altura, ésta se realiza de modo visual. O sea, que o se ve la pista o no hay aterrizaje. Un sistema de aproximación mediante GPS reduciría las suspensiones de vuelos a la mitad, con cielos encapotados de nubes.

        Sin embargo, en los últimos 20 años no se ha hecho nada en este sentido, ni tampoco en ningún otro. La realidad es que las frecuencias de vuelos están reducidas al mínimo. Solo hay conexiones con dos ciudades, Málaga y Madrid. En estas condiciones esta ciudad no puede aspirar a casi nada (sede de congresos, aspirar a la ACB, receptora de turismo). Esta mañana ninguna autoridad local o estatal se ha interesado por los estudiantes atrapados, ni por facilitarles ayuda para restablecer sus enlaces hasta Stuttgar.

        En otros tiempos, Air Nostrum gozó de una subvención publicitaria de 1,2 millones de euros al año, que a  la larga no han servido para nada, porque la filial del grupo Iberia ha ido reduciendo la frecuencia de sus conexiones con la ciudad. Si no se deshacen de más vuelos es porque no pueden.

       La realidad es esta, por más que otros sueñen con subvenciones del 75% a los billetes, y que encima no se les ocurrió a ellos pedirlas, porque es una idea copiada de otra autonomía.  Afortunadamente para los estudiantes alemanes, ya habían recibido sus tarjetas de embarque y Air Nostrum no pudo desentenderse de ellos, ni de sus reclamaciones.

En tela de juicio


                       Observaciones a la sentencia de «la manada»

     La expresión «en tela de juicio» expresa las dudas acerca de un hecho, suceso u opinión. Está claro que los jueces de la Sección 2ª de la Audiencia Provincial de Pamplona no han creído a la víctima de la violación en serie por parte de los integrantes de la autodenominada como «manada» (conjunto de animales de una misma especie que andan reunidos), y le han impuesto la menor pena posible que tenían a mano, la de «abuso sexual», en lugar de la de «agresión».

      Puestas así las cosas, y contando con el testimonio del voto particular de un magistrado, que no se ha creído nada y así lo ha puesto de manifiesto, podemos decir, en justa correspondencia, que nosotros no nos creemos su sentencia, ni la aceptamos, ni la compartimos y la ponemos en «tela de juicio». Acatarla sí porque no queda más remedio.

         Los magistrados han impuesto la misma pena a todos los integrantes de la incalificable manada, lo que indica que no han apreciado como circunstancia  agravante el que dos de sus componentes fuesen o bien fuerzas de orden público (guardia civil), o pertenecientes al estamento militar (soldado profesional). O sea, por aclarar las cosas, que dos individuos que deben velar por el cumplimiento de la Ley y proteger a los que no pueden defenderse por sí mismos, participen y promuevan una violación salvaje, grupal, con evidente abuso de su condición, a una mujer joven, que en ninguna circunstancia podía hacer frente a tamaña amenaza y violencia.

          Por su condición profesional, por el número de participantes (5), por su descomunal superioridad física, constituían una amenaza, tanto individual, como colectiva, que ejercieron y propiciaron una situación intimidatoria, de gran violencia, en la que humillaron y vejaron a su víctima cuanto quisieron. Esto no lo han sabido ver los magistrados de la Sección 2ª de la Audiencia Provincial de Pamplona. O sea, sin enredos jurídicos, que no han sabido interpretar en su sentencia, lo que toda España, y el 100% de las mujeres sí ha apreciado desde el primer momento. era una violación en grupo.

               La sentencia supone volver a victimizar a la mujer que ya fue víctima de la manada. El mensaje que se envía es claro: no se puede volver a denunciar una violación, un abuso, o una agresión sexual. No compensa. Ella vive escondida y sin poder darse a conocer, porque será escarnecida. El voto particular del magistrado discrepante es estremecedor. Abochorna leerlo.

                             Concentraciones de mujeres en toda España

            Las mujeres no obtendrán justicia en España, pero ya no se callan y se articulan en defensa de sí mismas y de sus compañeras. Esta aberración ha provocado una respuesta inmediata de indignación en todas las ciudades del País, y a la larga hará que tengna que modificarse y definirse claramente algunos delitos. Hace algunos años, un magistrado amigo de gran relevancia pública, nos decía que «la mejor ley es aquella que deja el mínimo margen de interpretación al juez», porque el error conceptual que contiene  esta sentencia radica en eseamplio margen de interpretación que existe entre abuso y agresión, entre intimidación y violencia.

          Habrá que volver a redefinir conceptos como violencia, violación, prevaricación o robo, para que no queden márgenes de duda.  Esto no es Justicia patriarcal, como decían las mujeres concentradas esta tarde en Melilla y al igual que en toda España, es que no es ni siquiera «justicia». Es una sentencia judicial, eso sí, pero que ni repara el daño a la víctima, ni castiga claramente a los culpables.

 

La ermita de Santa Fe de Mondujar


               Enrique Delgado 

     Una Real cédula de los Reyes Católicos estipulaba que las mezquitas aljamas o principales transformadas al culto católico, lo fuesen bajo la advocación de «La Encarnación». Esto da una pista muy clara sobre cual fue el pasado de las actuales iglesias bajo esa denominación, en el territorio del antiguo Reino Nazarí de Granada, conquistado entre 1482 y 1492.

                 Sin embargo, a veces las cosas no están tan claras, porque los antiguos edificios musulmanes se fueron derruyendo o transformando para otro uso. Aparte, las sucesivas guerras de Las Alpujarras (siglos XV y XVII), acabaron con la mayor parte de los vestigios del pasado, con los archivos y casi con cualquier clase de documentación o resto de cualquier tipo. Quedaron los nombres y poco mas.

                  Santa Fe de Mondujar, Gádor y todo el valle del Andarax es un entorno mágico y de poderoso atractivo. Hay muchos restos de pasadas civilizaciones, como la de Los Millares. Santa Fe de Mondujar, el nombre se repetirá en Granada, tiene 429 habitantes según el censo del INE de 2017. La Guerra de las Alpujarras no dejó nada en pie.

                      Existe una pequeña ermita que tiene su origen en un pasado remoto y otra que fue concedida a la familia Almansa como panteón familiar. Finalmente quedó abandonada  tras ser restaurada. La otra ermita, a la entrada de la población, está puesta bajo la advocación de la Virgen del Carmen. En ella se sigue celebrando una romería anual, que llega hasta la propia ermita de reciente edificación, aunque de pasado brumoso.  Llevábamos mucho tiempo pendientes de escribir sobre ella, porque hay un detalle que llama mucho la atención, y es su cúpula o qubba, de clara raíz musulmana. A lo largo de los siglos, y con los añadidos posteriores, se mantuvo la cúpula, probablemente original.

                     En Almería hay muchos restos históricos pendientes de restaurar y mantener. Hay muchos convenientemente datados y clasificados, pero sobre esta pequeña ermita no existe demasiada información, y hay alguna hasta confusa. Sin embargo, este pequeña capilla, sobre la misma ribera del Andárax llama siempre la atención. Son municipios muy pequeños, de escaso presupuesto, que no pueden hacerse cargo de mantener y restaurar estas edificaciones, pese a su indudable importancia. La historia de ambas ermitas es reflejada con datos confusos

                          Visitamos el lugar por primera vez en 2011, y desde esa fecha ya hemos pasado por el lugar en otras dos ocasiones. En el año 2015 la cúpula da la capilla de los Almansa estaba parcialmente derruida y su pequeña y singular «qubba» ya se había hundido. Insistimos en la belleza del entorno, y en lo singular de esta capilla que merece ser restaurada, conservada y convenientemente datada. Por eso la damos a conocer al mundo.

                             Santa Fe de Mondujar tiene un torreón nazarí como atractivo histórico, y a 5 kilómetros en Gador, se encuentran los pocos restos del castillejo o antigua alcazaba musulmana. Los romanos ya tenían un asentamiento en la zona, porque es lugar de tránsito y de vigilancia.

           Nota:https://elalminardemelilla.com/2011/12/29/santuario-de-santa-fe-de-mondujar/

 

Filtraciones en el «aparcamiento magno»


                               El agua se filtra en Isla de Talleres

         El agua siempre se filtra. Esto lo aprendí en curso online sobre construcción de presas de la Universidad Politécnica de Madrid. Por este motivo no se puede edificar presas sobre rocas calizas, porque no retienen el agua. Existen varios errores así en la geografía nacional. Por ello hay que buscar suelos impermeables, o impermeabilizar los materiales. Todas las presas tienen en su interior filtros y drenes que desalojan el agua por debajo del núcleo central impermeable o del muro pantalla, porque el agua siempre se filtra. Esto es lo que está ocurriendo en Isla de Talleres, en la planta subterránea tercera de su aparcamiento.

          Nada de esto nos importaría si la Ciudad Autónoma de Melilla no hubiese invertido aquí 14 millones de euros en la compra de 707 plazas de aparcamiento, que apenas se utilizan, y de las que una cantidad apreciable, casi un 10%, son de tamaños demasiado reducidos para los vehículos actuales, o por estar delimitadas por un número excesivo de columnas. Esto es lógico porque en realidad se trata de la sustentación de las otras plantas y del edificio que hay encima.

        La planta s3, de color verde,  casi nunca se utiliza y solo se abre en casos excepcionales como durante la celebración de la Carrera Africa de La Legión, o en épocas festivas, en las que se prevé una mayor afluencia de público al centro urbano. Claro que en un Gobierno Local que dice apostar por el transporte público (aunque le ponga cada vez más obstáculos en su recorrido), las rutas pedestres, o el uso de medios alternativos como la bicicleta, y que obstaculiza a diario el acceso al centro de la ciudad en coche; no resulta congruente que  gaste esa desmesurada cantidad de dinero en unas plazas de aparcamiento, que a todas luces son excesivas. Parece más bien una subvención encubierta a una  empresa constructora. Las plazas de garage no se utilizan, porque pese a las campañas en contra, el vehículo solo se utiliza en Melilla cuando es necesario. Desde el sábado a medio día hasta el lunes a primera hora, Melilla es una ciudad casi sin coches.

            Lo que resulta sorprendente, es que estas dos plantas que vemos, sean solo una cuarta parte de las 3200 que existe y que se encuentran en no se sabe qué lugar. Quizá cerca del infierno, aunque esas son privadas y no nos interesan. El caso es que la mitad de las plazas públicas de aparcamiento se encuentran en una planta en que la humedad y el agua ya han aparecido. Al no utilizarse, no funcionan los extractores de aire y el ambiente es muy denso y cargado de humedad. La planta parece un gigantesco y deshabitado condensador de agua. Afortunadamente la iluminación de la planta es verde, porque si hubiesen escogido el naranja, parecería la mismísima entrada del averno. Ahora parece una pecera o un acuario.

 

 

 

Las cuentas del hospital de Melilla


                       Se detuvo en abril. 2200 días de paralización

     Las cuentas del Hospital universitario de Melilla no salen, o sí salen, pero hay que hacerlas. En un lejano artículo del 18/04/2012, dábamos cuenta de que las obras del hospital llevaban una semana interrumpidas. Es una noticia que en principio, debido a las medidas de censura de prensa, no se dio a conocer. En aquel momento se llevaban más de 700 días de trabajo, casi dos años, y quedaban al menos otros dos. De haber continuado las obras, el edificio hubiese estado finalizado hacia finales de 2014, o como máximo en algún momento del año 2015.

       Haber acabado el edificio en ese plazo hubiese significado iniciar de modo inmedioato la dotación de áreas, que es un proceso que puede durar entre 2 y 4 años. Esto quiere decir que las áreas básicas podrían estar ya en funcionamiento, porque un hospital no se sustituye por otro, ni en un solo día. Hay un tiempo en el que conviven el nuevo y el viejo. Lo mismo sucedió con el antiguo hospital de Cruz Roja y el Hospital Comarcal, inaugurado en 1990.

     Nos encontramos pues en el 6º aniversario de la paralización del nuevo hospital, que podría estar ya en servicio. El daño hecho a la ciudad es inmenso, pues la sanidad en Melilla ha vuelto a los tiempos del franquismo. La situación actual quiere decir que las obras, cuando se reinicien, no finalizarán antes del año 2020, y que el hospital no comenzará a funcionar hasta el 2023, como mínimo.  Las cuentas son así de claras, pero en ningún lugar pueden leerse, salvo en El Alminar.

        Cuando llegue ese momento, ninguno de los responsables de esta paralización estará ya en Melilla, ni en una ni en otra fecha. Ni cuando acaben las obras, ni cuando se inaugure el hospital. Muchos ya ni siquiera vivirán en la ciudad. Estarán probablemente en Málaga, la segunda Melilla, y quizá ni se molesten en acudir a su puesta en marcha.

         En este 6º aniversario de la paralización, abril de 2018, han acabado o están a punto de hacerlo, la obras de acondicionamiento y urbanización de la parcela, algo imprescindible para reiniciar la obra. Toda la zona se está vallando con una doble intención, la primera para evitar las intrusiones al inmenso y abandonado edificio. La segunda intención es para que no se observe que en lo que queda de año, allí no se va a hacer absolutamente nada. Ahora queda revisar cual es el estado del edificio, antes de poner fecha a un posible reinicio de la edificación. Eso sí, en 2019 y conforme se acerque la fecha electoral, se escenificará una puesta de «la segunda primera piedra». Todo concluirá a la vez, el nuevo hospital y la ampliación ficticia del puerto marítimo.

        Solo es recordar las cosas, los hechos, los acontecimientos. No hay ninguna intención más. Es casi el mismo artículo, pero 6 años después. El único dato que no habíamos mencionado es que lo que entonces estaba presupuestado en 48 millones, ahora lo está en 95, y solo referido a la edificación, sin entrar en la dotación del edificio.

        Nota:https://elalminardemelilla.com/2012/04/18/hospital-universitario-de-melilla-2/