Sobre el espíritu de la Navidad


La parte socialista del gobierno partido de Melilla ha conseguido un logro publicitario difícil de repetir, y es la presencia en la ciudad de la Orquesta y Coro de RTVE, dos de los conjuntos musicales más afamados y de más calidad de España. El viernes la Orquesta de Radio Televisión Española ofreció un concierto memorable, según refieren los asistentes, que pasará a la historia local de la música, en el teatro Kursaal Fernando Arrabal. Sin embargo, la ausencia de publicidad institucional específica para esta campaña , no autorizada desde la Consejería de Hacienda, ha provocado que los medios locales de comunicación no cubran ni mencionen los eventos. No entramos en más detalles, solo mencionamos el hecho.

El sábado el Coro de RTVE, el coro profesional más antiguo de España ofreció una representación en la iglesia del Sagrado Corazón, de piezas clásica en latín, el idioma litúrgico, que resonaron de modo esplendido en el centenario edificio, lleno hasta las columnas, y en el que pudimos ver al diputado por Melilla Díaz de Otazu (que está logrando una significativa progresión en el mundo OTAN), junto a muchas otras caras conocidas y con significativas ausencias, que el espíritu navideño nos impide mencionar. Lo importante es la proyección del nombre de la ciudad, que se completa con la retransmisión de la misa dominical, en el día de hoy, desde el mismo templo Arciprestal.

El calendario de eventos y acontecimientos de esta Navidad es uno de los más completos de la última década, después de la suspensión total de 2020 y de la recuperación parcial de 2021 provocadas por la pandemia de la COVID19, que todavía sigue presente a nuestro alrededor y en todo el mundo y sigue causando estragos, tanto económicos como humanos.

El Coro, dirigido por Marco Antonio García de la Paz, y con Jorge Otero y Ángel Cabrera en el piano a 4 manos, interpretó tres motetes de Anton Brukner, tres himnos sacros de Alfred Schnittcke, tres piezas de Franz Schubert y una de Brahms. Los dos conciertos serán retransmitidos por la 2ª Cadena de TVE los días 18 y 25 de diciembre. La salida ordenada y la colocación de las cuerdas de un coro, siempre es un instante muy bello.

La ciudad gana y mucho con esto, después del daño sufrido en el mes de junio por el trágico salto a la valla del día 25, y por todo lo relacionado con la Comisión Parlamentaria de investigación por esos hechos. No se puede evitar la repercusión de ese tipo de hecho, de gran alcance e impacto internacional, pero sí debe fomentarse y divulgarse acontecimientos culturales o religiosos, como los que se han llevado a cabo este fin de semana. Melilla es una ciudad multicultural, de convivencia, politeísta, y multirracial y ese es el hecho diferencial que debe promoverse, pese a los palos en las ruedas del carro, que algunos insisten en colocar, desde todas direcciones.

Nos quedamos con estos conciertos, con su imagen, aunque culturalmente no pertenezcan individualmente a todas las comunidades, pero sí al acervo cultural común de la ciudad. Ese es el espíritu conciliador y de entendimiento de la Navidad, de la Januká o del Ramadán.

Esto es lo que no puede verse en muchas otras ciudades y el único camino posible, el del espíritu común.

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Los peones de Melilla la Vieja


Hacer guardia en la Ciudad Vieja es difícil, incluso para dos peones o soldados de a pie broncíneos, como los que guardan la entrada del túnel de santa Ana y la capilla de Santiago, en lo que fue el «non plus ultra» melillense hasta casi la mitad del siglo XVI. Una cruz grabada sobre la piedra indicaba claramente que a partir de ahí, solo la protección divina podía garantizar la salvaguarda de la vida. Volver a dormir entre los recovecos de la ciudad era algo en lo que ya intervenía el azar.

Fueron allí instalados en el año 2011, en el periodo duro de las mayorías omnímodas, por una cantidad de 114.000€, sin que quedase muy claro qué categoría militar tenían (peones, piqueros, alabarderos). Como no existía consenso entre los eruditos de la historia militar melillense, los calificamos como lanceros de Estopiñán. En aquellos años contábamos con el inestimable asesoramiento de Corona 71, que aunque ya no escribe, sabemos que sigue atento al blog y a sus andanzas.

Para los padecimientos que sufrieron los melillenses en la larguísima noche de los 400 años, los lanceros estaban demasiado gruesos y faltas de forma, cuando en Melilla lo normal era no comer y sufrir hambre y muchísimas penalidades. Tampoco podía tratarse de presos o de galeotes, porque entonces estarían en un estado más lamentable aún.

El caso es que pasada casi una década desde su instalación, se han incorporado al paisaje pétreo y les hemos cogido cierto afecto, quizá porque no han faltado un solo día a la guardia, aunque sí les acompañan los gatos. También sea porque su parecido con el singular Sancho Panza, les hace merecedores de una mayor atención.

Una ya tiene la lanza rota de tanto batirse con los fantasmas, que seguramente se habrán llevado un buen descosido en la sábana. A su compañero, que parece más aguerrido, se la han intentado arrancar también, pero solo han conseguido doblársela, lo que tiene mayor mérito. No solo ha mantenido la posición, sino también el arma, lo que no es fácil sin ayuda.

Nota: https://elalminardemelilla.com/2011/12/20/los-lanceros-de-estopinan/

Luciérnagas en Isla Canela


 

       En cualquier lugar puede sorprender el arte y la elegancia de años de trabajo, método y entrenamiento. La animación en los hoteles de verano, como el Barceló de Isla Canela, suele tener un nivel medio correcto, sin demasiadas pretensiones, o con la nada desdeñable pretensión de entretener a los cientos de personas que allí se alojan, sobre todo los niños y niñas. Grupos de música, animadoras/es, alumnos/as de los conservatorios y todo tipo de artistas anónimos intentan que la estancia en los hoteles sea lo más apacible posible para los alojados. Son buenas y dignas manera de conseguir dinero para los estudios o de ganarse la vida. Casi nada dejará más huella que la propia extensión del verano.

             Sin embargo a veces sí aparece algún grupo, artista o artistas que llaman la atención, cuyo trabajo sí merece perdurar o que alguien se tome el trabajo de reflejarlo, de relatarlo. En El Alminar estamos para este tipo de cosas, ese es nuestro trabajo y nuestra vocacion.

Firefly, la cuestión del nombre

            El grupo se llama Firefly o luciérnagas y está integrado por gimnastas procedentes de Alemania y Croacia. Se nota la dedicación y horas de entrenamiento que hay detrás de los ejercicios. Pese a la dificultad de ascender por la gasa de ejercicios hasta lo más alto de la percha, y la potencia que se requiere para ello, la sensación que transmitían era la de un movimiento liviano. No hay nada más difícil que luchar contra la fuerza de la gravedad. Se requiere mucha potencia y músculo. Camuflar todo eso para que parezca una ascensión a los cielos, es cruzar la línea que separa lo común, de lo que no lo es.

             Las luciérnagas ofrecieron un espectáculo con composiciones muy bellas con ejercicios muy coordinados y trabajados, resueltos con mucha elegancia y sutileza. Todo lo que hacían era difícil y sin embargo parecía sencillo.

          Un nombre es la mitad de todo. La escenografía estaba relacionada con las luciérnagas y la música escogida resultaba muy adecuada. El único problema es que el nombre de firefly, luciérnagas o fuego volador, está totalmente oscureciendo por la serie homónima.

Tráfico ordenado en el Rastro


              Una y otra vez, con la perseverancia del borrico en la noria (san Josemaría dixit), hemos criticado el caos circulatorio del Rastro, en la confluencia de las calles del Gran Capitán, general Margallo, alférez Montes Tirado y la bajada de la carretera del Tiro Nacional. La situación se ha mantenido así desde mucho antes de la creación del Alminar (ab alminare condito) en 2011.

              En enero de 2014 * propusimos una solución que se puede leer en el artículo de enlace. Básicamente consistía en un isleta central que separase la circulación ascendente y descendente, reorganizar el tráfico en la zona, cambiar alguno de los sentidos de la circulación, e incluso impedir algunos giros y maniobras.

             Han pasado cuatro años. A finales del mes pasado se comunicaba el inicio de las obras en la zona y desde entonces hemos permanecido en silencio pero atentos. En el día de hoy hemos acudido a ver el resultado de una obras a las que no se les ha dado demasiada importancia en su resolución. No tenemos noticias de si han sido inauguradas o de que los miembros del gobierno hayan acudido a visitarlas.

            La sorpresa ha sido muy grande al contemplarla. La obra está bien hecha y sigue en 3/4 partes la propuesta elaborada por El Alminar hace casi 4 años. Se ha creado una isleta central que separa ambos sentidos del tráfico. Se ha creado un carril específico para facilitar el giro de la COA (autobus urbano de Melilla) y se ha construido una pequeña rotonda para facilitar los cambios de sentido. Por primera vez se han creado unas pocas plazas de aparcamientos que facilitan la carga y descarga, y además se han cambiando el sentido de la circulación en la calle Montes Tirado.

             Apenas ha llevado un mes el realizar este proyecto y hasta su coste entre dentro de lo aceptable. Es una autentica lástima que se hay tardado tanto tiempo en llevarlo a cabo y que todo lo que hay alrededor (un entorno degradado) no acompañe con lo que es una zona comercial, perteneciente al centro de la ciudad.

             Escribimos en una ocasión que si nos encontrábamos con algo bien hecho, lo diríamos sin mayor dilación y sin confusión alguna. Esto está bien hecho. Muy tarde, sin tiempo para casi nada más, pero bien.

        Nota:https://elalminardemelilla.com/2014/01/25/el-gran-lio-del-rastro/

 

La Libertad guiando al pueblo


 

                Tres días en Melilla de actividades solidarias y de concienciación. Son 450 personas que han venido a Melilla utilizando recursos propios, con los gastos lo más ajustados posibles, y procedentes desde todos los lugares del Estado. Han pagado entre 70€ y 200€ según la distancia de procedencia. Están agrupados en más de 200 organizaciones entre las que Podemos solo es una más.

                   Han sido hostilizados desde el Poder y la ciudadanía les ha mirado con recelo. Se les ha vigilado día y noche, y pese a ello, «se les ha acusado de quemar los contenedores» que ayer ardieron en las calles de Melilla. Podríamos comparar lo sucedido con el trato que se dispensa a cualquier otro colectivo que visita la ciudad (eso sí, a gastos pagados), pero no merece la pena.

                Cuando la Libertad guía al Pueblo, produce imágenes hermosas, como las de estar tarde, ante la estatua que envenena Melilla y cuyo fantasma sigue alterando la vida de gran parte de España.

               Mujeres y hombres de todas las edades, han recorrido todo el espacio que conforma el universo melillense, y han conocido la realidad de la ciudad, viéndola con sus propios ojos, sin que nadie se la falsifique ni edulcore. Sin campañas de publicidad ni propaganda pagada. Melilla abierta y sin fronteras.

               Esta tarde, bajo el implacable sol africano, y frente a la estatua del Tirano, jóvenes y adultos se han subido sin miedo a su pedestal, para poner en evidencia el anacronismo que supone para la ciudad que semejante estatua, sea ya la única que sigue erigida en todo el Estado Español a su funesta memoria. Un grupo de ciclistas ha increpado a los concentrados, desde un vehículo se han dado «vivas» al dictador, y se ha arrojado agua desde lo alto de la muralla.

              En tres días, la caravana de Abriendo Fronteras ha hecho historia en Melilla. Las imágenes que han ofrecido quedarán para la historia. Desde El Alminar les agradecemos haber dedicado tres días a la solidaridad, y a conocernos.

El último día del Banco Popular


                                  

                                          Génesis y ocaso del Banco de Dios

      En el mundo de la política, en el del deporte, y en otros muchos, el pez chico se puede comer al grande, incluso en el relato Bíblico David derribó a un gigante de una pedrada. En el mundo de las finanzas, y de la banca, de la economía salvaje, esto no sucede. El pez grande, el tiburón blanco, siempre se come al pescado pequeño y obtiene su botín.

      Ayer, 6 de junio, efeméride del desembarco de Normandia en 1944, el conocido como Banco de Dios, el que salvara al Vaticano tras la quiebra del Banco Ambrosiano, sucumbía en el precipicio de los activos tóxicos, los bonos basura y el ladrillo envenenado. Una intuición me llevó a hacer la foto, en un día que había sido muy agitado y en el que ya se barruntaba el gran zarpazo.

       En sus tiempos fue un bocado muy apetecible, pero siempre se resistió a las fusiones y al harén bancario que ha hecho desaparecer a tantos bancos y cajas (Caja Postal, Argentaria, Caja San Fernando, Caja del Duero, Caja de Ahorros de Antequera, Vizcaya, Meridional), incluido el  Banco Pastor, una filiar del Popular y que estaba lleno de toxinas.

      El Banco Popular Español nació en 1926, con el nombre de Banco Popular de los Previsores del Porvenir, siendo su fundador Emilio González LLana y Fagoaga, siendo sucedido por Millet Maristany. A partir de 1947, el Banco Popular recibió a consejeros y accionistas del Opus Dei (Obra de Dios).

      El año 2014 caía depredado en Portugal el Banco do Spirito Santo. En España el nombre del Banco estuvo asociado a los hermanos Valls Taberner, uno de cuyos familiares, Joaquín Navarro Valls fue durante dos décadas portavoz del Vaticano y de Juan Pablo II.

         Era un concepto de banca diferente, casi familiar, que apreciábamos hasta ayer, quienes hemos sido clientes del Banco Popular. A partir de hoy, ya es un banco más. La historia del Banco Popular, se acabó ayer 6 de junio de 2017.

 

La marca africana de Melilla


La carrera de La Legión

            La Africana es la carrera de La Legión, así lo dice de modo inequívoco el lema que colocan sobre la fachada del Casino Militar. Cinco años después, lo que se inició como una prueba básicamente militar, con acceso a corredores del mundo civil, se ha convertido en una «marca» para la ciudad, y una de sus principales señuelos turísticos. En los dos primeros años se extendía a lo largo de dos días, pero los organizadores (La Legión), han ido puliendo los aspectos logísticos, y la han concentrado en un solo día.

            La ciudad de Melilla aporta la infraestructura urbana, pero la organización corre por entero a cargo del Tercio Gran Capitán y de sus voluntarios. Es una carrera de las conocidas como «extremas», en donde se ponen a prueba los límites físicos y anímicos de los participantes, de los que gran parte son militares de los distintos cuerpos del ejército existentes en la ciudad. Se recorren 55 kms en carrera o a paso de marcha, y 75 si se elige la bicicleta. No es la más dura de las que se organizan, pues ese hito lo tiene la 101 de Ronda, en donde se recorren 101 kms, y se cuenta con un día para hacerlo, bien en bicicleta o en carrera pedestre. Sin embargo, la prueba melillense está más concentrada en el tiempo, con un máximo de 10 horas para completar cualquiera de las modalidades del recorrido.

            Se supone que en este tipo de pruebas se extraen datos antropométricos, biométricos sobre endurecimiento  y resistencia, muy útiles en el ámbito militar. Lo paradójico es que se hayan extendido a la sociedad civil, y se hayan convertido en fenómenos turísticos de primera magnitud para las ciudades en donde se llevan a cabo. Existe también un turismo deportivo, y en él ha quedado encuadrada esta prueba.

               La carrera en Melilla se integra casi completamente en el ámbito urbano, porque la ciudad, en su desarrollo, se extendió hacia el campo exterior, al que hizo desaparecer casi por completo. Melilla es una ciudad africana, desde los inicios de su existencia histórica. La Legión nació en éste continente y para las Guerras de Marruecos. Su presencia histórica en la ciudad  y en África, camina hacia el centenario, que se cumplirá en 2021.

             Como siempre, para mostrarla, hemos buscado un ángulo nuevo, en esta ocasión desde la cafetería del Hotel Ánfora.