El culto al soldado de los milagros en Melilla


                     Una antigua foto de la tumba del soldado Benito,

       En una de las tardes de las reuniones familiares navideñas, se abren cajas de fotografías y se rebusca en el pasado. En una de esas tardes en las que no se sale de casa, apareció esta vieja fotografía de la tumba del soldado Benito López Franco, muerto en Melilla en extrañas circunstancias en 1950, en las dependencias del cuartel del Regimiento de Infantería de Melilla. Hoy ya está fuera de toda duda que Benito, murió como consecuencia de una paliza, propinada como castigo o disuasión por sus posibles relaciones con la hija de algún oficial de la guarnición de la ciudad. Quizá la paliza se les fue de las manos y tuvo las fatales consecuencias conocidas, aunque en el parte de fallecimiento conste solo la palabra «suicidio».

      El soldado Benito, o soldado de los milagros, murió el 17 de enero de 1950. El pasado 17 de enero, una comentarista, Elsa, escribió este texto en una de las fotos que tengo colocadas en El Alminar: Que tu alma inunde el mundo eternamente de tu luz Benito. Hasta hoy no he caído en que el comentario está escrito en el día de su fallecimiento, fecha a la que no se le suele prestar atención informativa de ningún tipo.

     A la historia del soldado de Cetina el falta absolutamente todo. Conocemos el final, pero no el por qué.  El inicio de su culto,  su consolidación a lo largo de los años y otro buen número de preguntas siguen sin encontrar quién las responda. Su posible novia, o incipiente amor, o quienes sepan qué ocurrió todavía pueden estar vivas/os. Estoy seguro que todavía hay quienes guarden las llaves que abran la caja del secreto mejor guardado de Melilla. Hay una cosa que es cierta, en lo que dice Elsa. La luz de la historia de Benito López Franco recorre el mundo y quizá, gracias al alcance de internet, de su poder de comunicación, y del anonimato que facilita, todavía estemos a tiempo de resolver si no todo, sí parte del misterio.

    PD: La familia del soldado benito edita años tras años estampas que reparten en nuestra ciudad y tiene los derechos de imagen en su propiedad, pero también hay ciudadanos que elaboran las suyas, con motivo devocional o para dar cumplimiento a promesas. También puede verse una pequeña y rústica capillita, hecha en madera, con la imagen del soldado de los milagros, del que se han cumplido 54 años de su muerte o asesinato.                                                           Nota: La fotografía puede ser de la década de 1980.

   (1) https://elalminardemelilla.com/2011/09/14/el-soldado-de-los-milagros/

           

Los misterios de Melilla en la radio


Consejería de Hacienda, vestíbulo

No todo lo que sucede puede explicarse y hay cosas que no tienen explicación. Aunque cada vez menos, todavía hay un amplio campo para el misterio. El pensamiento racional es un sólido muro por el que rara vez atraviesa el misterio. Si algo sucede y puede probarse o demostrarse, es porque tiene una explicación. Melilla es una ciudad de leyendas, pero es verdad que todo se va perdiendo, sobre todo, por la dificultad de probar las cosas, catalogadas como «esotéricas», de las que oímos constantemente hablar. Fotos dudosas, grabaciones video-sonoras, sucesos sin explicación. Casas en las que suceden cosas, o eso dicen, porque la repetición de fenómenos suele ser bastante complicada, sobre todo cuando hay muchos observadores y mucho interés concentrado sobre algo. El exceso de atención ahuyenta el misterio y también hay que decir, que hay mucho aprovechado intentando sacar tajada de las gentes sencillas y comunes, que son o somos, la mayor parte de la población. No hay que desdeñar nunca a nadie ni a nada, pero también es cierto que «cizaña y trigo crecen juntos» y hay que saber separarlas.

En los últimos días, los responsables del programa de radio: http://www.enlabusquedaradio.com, Yolanda García y José Antonio Roldán, se han puesto en contacto con El Alminar de Melilla, para que relatemos los casos escritos en la categoría de Melilla esotérica. Personas que buscan otras cosas, nos han encontrado, porque previamente estábamos ahí. Es un estímulo para El Alminar, porque es una prueba evidente de que traspasamos fronteras y descubrimos y nos descubren otras personas.
En Melilla hay gente que saben muchas cosas, que han sido testigos de lo que hemos escrito, y también de otros sucesos a los que todavía no hemos llegado, o en los que todavía no hemos podido profundizar. En la década de 1990, compartí muchas tardes casi en soledad, con Imparcial en la Asociación de Estudios Melillenses. Son tardes de charlas que recuerdo con agrado, fueron también los tiempos en que la AEM se convirtió en la improvisada capilla de La Virgen de La Victoria, mientras rehabilitaban el templo patronal. Todavía lamento no haber hecho fotos de La Patrona en los almacenes de San Juan. El caso, es que muchas tardes, mientras hablábamos de los temas que fuesen, hileras completas de luces de las escaleras se apagaban, para volver a encenderse o no, pasado un tiempo; mientras otras veces se encendían y apagaban de modo intermitente. Siempre lo comentábamos, pero tampoco le buscamos explicaciones.
Los lugares de culto, cuando había espacio para ello, se emplazaban buscando determinadas características, intentando concitar la confluencia de energías positivas, como la presencia de luz solar en una determinada posición, orientando el edificio, o edificándolos sobre otros anteriores, en la creencia de que esos factores positivos perduran, independientemente del culto que se ofreciese en ellos. El feng sui, es la ciencia china que estudia los flujos de energías y su influencia sobre las casas y las personas que las habitan.
Sea cierto o no, esto quiere decir que si existen energías positivas y se estudian y se intenta promoverlas, también lo sería la presencia de energías negativas en nuestro entorno y el modo de evitarlas. Este sería el caso de edificios o lugares, que en el pasado albergaron sucesos lúgubres, y cuya influencia negativa parece extenderse a lo largo del tiempo. Hay lugares que todo el mundo evita y producen rechazo o malas vibraciones, y lugares que son justo lo contrario. De eso se trata, nada más.
Nota: En cuanto el programa se emita, colocaremos el correspondiente enlace al mismo.

La historia del edificio de Cruz Roja en Melilla


¿Hay sucesos paranormales en la Consejería de Economía de Melilla?           

             El edificio de Cruz Roja de Melilla fue proyectado como grupo escolar en el año 1915.  Falta solo unos pocos años para que se cumpla su centenario. Las obras quedaron paralizadas por falta de presupuesto y el inmueble no estuvo terminado hasta 1919.  Diversos sucesos impidieron su uso para el fin proyectado y en 1921, con la Campaña de 1921 y el  Desastre de Annual, fue utilizado como improvisado Hospital de Campaña. Los sótanos se utilizaron como depósito de cadáveres y ahí se origina la «leyenda negra», de la que todos hablan en la ciudad, pero de las que muy pocos dan datos o testimonios.

          Sabemos que la característica de la ciencia es que un mismo experimento siempre puede repetirse en diferentes condiciones y ante distintos observadores, obteniendo siempre los mismos resultados. Lo paranormal no es una ciencia, pero incluso entre la comunidad científica existen los fraudes, incluso entre premios nobel. Cualquier resultado siempre puede ser alterado para obtener la conclusión apetecida, y muchos  tardan muchos años en descubrirse.

                            En el interior de la antigua Cruz Roja

           Desde 1922 y hasta 1990 se convirtió en el Hospital Civil de Melilla. A partir de esa fecha empezó su estado de abandono y práctica ruina. Desde 1992 y hasta 1996, fue el  «refugio oficioso» de los inmigrantes centro africanos que empezaron a llegar a nuestra ciudad. Durante ese tiempo y hasta su total abandono, acogió la guardería de Cruz Roja y su Asamblea Provincial. En el estado de mayor abandono posible, se rehabilitó entre 2008 y 2011. El paso del tiempo hace olvidar muchas cosas, entre ellas los sótanos, que fueron redescubiertos y obligaron a un modificado del proyecto, que lo encareció más. La rehabilitación puede calificarse de «excelente», aunque mejor hubiese sido que las cosas no hubiesen llegado hasta ese extremo.

         Para la realización de esta visita o reportaje, hemos contado con toda la colaboración posible por parte de la Consejería de Economía, que no puso impedimento alguno para que pudiésemos acceder a cualquier lugar, incluidos los afamados e inquietantes sótanos.

                           En busca de sucesos sin explicación

           Los amplísimos ventanales crean  juegos de luces y sombras. Cuando se transita por los pasillos, parecen verse o intuirse cosas. Hay sombras inexistentes que parecen seguirte, o figuras luminosas que se desvanecen con una visión atenta. Nos fijamos detenidamente en las zonas ajardinadas en donde alguien creyó ver una figura blanca, similar a la de una virgen.

              El inmenso hall del edificio produce todo un conjunto de haces de luces, y resulta muy diferente según la zona desde la que se observe. La escalinata refulge en toda su magnificencia. Es en esta zona en donde alguien dijo ver, o haber hablado con la enigmática monja, que casi nadie ha visto, pero de las que todos han oído hablar.

                                          Los sótanos

              Los sensores de movimiento hacen saltar las alarmas durante la noche, sin que luego las cámara registren nada, ni siquiera la presencia de roedores. Hay voces que parecen venir desde nadie sabe dónde, y que están registradas y grabadas, en horas en las que el edificio está cerrado al público. Hay personas que trabajan allí y  que no bajan a los sótanos por ningún motivo. Hay vigilantes que durante las obras de rehabilitación, preferían hacer las guardias en el exterior del edificio. Muchos prefieren que no les toquen los turnos de noche.

         Los sótanos son lugares sombríos, el aire dentro de ellos es espeso. Recorrimos ambos yno vimos ni percibimos nada extraño, aunque  no los son lugares en donde pasaría una noche.  Pese a todo, son lugares codiciados para los buscadores de sucesos paranormales. Hemos podido saber que el programa  Cuarto Milenio de Iker Jiménez solicitó autorización para grabar en ellos, y no fueron autorizados.

           El edificio reúne todas las condiciones posibles para dar pábulo y albergar todo tipo de historias. Desde su misma torre del reloj. Pocas cosas hay tan clásicas en el mundo del esoterismo, como una torre con un reloj parado. Todo esto confirmará la leyenda o la hará desaparecer para siempre. Siempre sucede así.

    Nota: En octubre de 2012 ya nos ocupamos de este asunto. (1)https://elalminardemelilla.com/2012/10/12/la-monja-de-la-cruz-roja-de-melilla/. La historia del edificio está unida a la de su capilla, (2) https://elalminardemelilla.com/2012/04/22/capilla-del-hospital-de-cruz-roja/

Tras el rastro de la Melilla mágica.


                   La ciencia, la sociedad de la información y de la comunicación, los mil y un modos de fotografiar cualquier cosa, van dejando muy pocos lugares acotados  para los misterios. En la década de 1980, la  Semana de Cine de Melilla estaba dedicado a la parapsicología. Los mitos radiofónicos de la época pasaron por nuestra ciudad desvelándonos secretos del Más Allá, y ofreciendo psicofonías de lugares malditos, como Antonio José Alés o German de Argumosa. Hoy apenas queda nada de eso. En nuestra ciudad se mezclan todo tipo de cultos religiosos, y se entrecruzan diversos tipos de cultos nada ortodoxos, con respecto a cualquiera de las religiones. Melilla es tierra de santones, morabitos, cultos milagreros y sortilegios de todo tipo, mezclándose a la vez elementos de brujería y magia tanto rifeña,  como cristiana, e incluso judía. Cualquiera que investigue un poco, tendrá noticias de «brujas,  brujos y curanderos/as » de cualquiera de las tres religiones.

              Hablar se habla mucho y se escucha de todo, pero en cuanto se intenta el acercamiento  a las pruebas,  o documentar mínimamente cualquiera dato referente a un lugar concreto, todo se desvanece como la niebla cuando se penetra dentro de ella.  En estas últimas semanas hemos escuchado relatos sobre «la casa del toro» en la frontera de Farhana, sobre una mujer que se pasea sobre una azotea de la calle Alta, en Melilla La Vieja, sobre sucesos ocurridos  con el fantasma de la calle Gral. Astilleros, el viejo edifico de Correos, o la antigua casa del capellán del cementerio. Hemos entrado en sótanos, y buscado sombras entre las ventanas de casas desvencijadas, sin toparnos, de momento, con ninguna prueba. Lo oculto huye de la luz, y de la excesiva atención. Exactamente lo mismo que ocurre en la larga batalla del Alminar contra la sombra.

                                   IV Milenio y Más Allá

          En El Alminar vemos con cierta frecuencia el programa IV Milenio del periodista y leemos también la revista Más Allá, dirigida por Carmen Sánchez Fraile y Javier Sierra. Buscamos enlaces y difusión para nuestros misterios. Sabemos que ya existe atención sobre nuestra ciudad, y que muchos desean visitar los lugares ocultos. Junto al Área 51 arqueológica, tenemos una extensa zona de fantasmas y espíritus, alojada en la cuarta dimensión. Los misterios se desvanecen, no hay comunicación posible con el pasado, y que se sepa, nadie ha venido nunca desde el otro lado, para ofrecernos un aviso real sobre un acontecimiento futuro.

            La paradoja es que lo que es una certeza, constituye la base del misterio y del enigma. Más débiles cada vez, hasta que acaben desapareciendo del todo. En el mundo moderno, del estrés y de la escasez de tiempo, ya no hay n casi ni un instante, para detenerse ante nada. Solo existe lo que se ve, y a veces ni siquiera eso creemos.

           En nuestro ciudad hay de todo, magos/as, brujas/os, adivinos/as, pero es un mundo en el que es difícil entrar. Hay una tradición de consulta a santones y magas, que se pierde en la noche de los tiempos. Todo el mundo quiere conocer algo de su futuro, pero éste es absolutamente inextricable.

                                         Lugares del pasado

          En el terreno llano de Melilla, el de la ampliación, hay pocas leyendas o lugares supuestamente mágicos, salvo el de la desaparecida mezquita de La Higuera, en el  cerro de Santiago. Lo que resulta algo más inexplicable es la ausencia de esas leyenda en el terrero antiguo, tanto el peñón rocoso, como en el cerro de la alcazaba. Parece ser que la Plaza de Armas fue un ancentral lugar de culto, eso afirmó el arqueólogo Noé Villaverde, pero la explanación y alteración de la zona en 2001, eliminó cualquier vestigio del pasado. Pese a todo, si parece quedar, en la plaza, una pequeña cueva, convertida en almacén, que en el pasado perteneció a una zona de culto. Allí se encontró el famoso exvoto, que luego fue hecho desaparecer.

        Nota: (1) https://elalminardemelilla.com/2012/01/05/el-cementerio-de-los-malditos/. (2) https://elalminardemelilla.com/2011/06/04/%c2%bf-quien-robo-el-exvoto-de-plaza-de-armas/.

La monja de la Cruz Roja de Melilla


 

    ¿Existen lugares malditos, es la antigua Cruz Roja uno de ellos?

       Es un asunto latente en nuestra ciudad, del que se habla pero pocos ofrecen datos. En donde menos se habla de «la monja» como ya es conocida, es en la sede de la Consejería de Economía de Melilla, antiguo hospital de la Cruz Roja hasta 1990, fecha en que quedó cerrado y abandonado hasta su reciente rehabilitación. Durante las obras de recuperación del edificio pasó allí de todo. Unos oían gritos, otros golpes, el caso es que parece ser que los vigilantes emitieron partes con los sucesos extraños vividos  y algunos preferían hacer las guardias en el exterior del edificio. Hubo muchos problemas con las obras, se necesitó un modificado de proyecto e incluso se redescubrió  un sótano olvidado, y  que algunos identificaban con la antigua morgue.  Las obras de rehabilitación y acondicionamiento de la Consejería se demoraron mucho tiempo, tanto que superaron al de la propia construcción del edificio, que primero fue un grupo escolar y posteriormente el primer hospital civil de la ciudad.  Allí estuvo enferma y prisionera la escritora Carlota  O´Neill, en su obra: «Una mujer en la guerra de España», en donde relata los pormenores de su cautiverio en nuestra ciudad entre 1936 y 1941.

                     Las apariciones de la monja de la Cruz Roja

     No hay testimonios de su presencia o de apariciones durante el tiempo en que duraron las obras, salvo los ruidos, los alaridos y los golpes. Todo cesó tras la inauguración del antiguo hospital, reconvertido en flamante Consejería de Economía. Desde entonces es cuando se han detectado las apariciones de «la monja». Hay dos testimonios, uno aportado por funcionarios de la Consejería que refieren como un ciudadano les refirió el magnífico estado de la restauración, añadiendo: «Es preciosa la estatua de la virgen blanca del jardín».  La estupefación de los funcionarios fue absoluta, pues es verdad que parte del antiguo jardín aparece por detrás de las cristaleras de los antiguos pasillos de Cruz Roja,  pero no hay estatua de virgen alguna. Esto sucedió hace dos semanas.

          La segunda «aparición»  data de esta misma semana. Un ciudadano acude a las dependencias de recaudación y entra de modo directo al pasillo del lado derecho. Al preguntarle la funcionaria porque no ha cogido el número correspondiente para ser atendido, el ciudadano responde que le ha indicado el lugar «la monja» de la puerta. Ningún trabajador realizó comentario alguno y quien me cuenta el caso, además de amigo, estaba en la mesa contigua abonando algunas tasas.

                        Lugares malditos, palacios y casas encantadas

         Sabemos o creemos saber que todo estos sucesos son físicamente imposibles. Solo nos hacemos eco de lo que circula, en círculos restringido por la ciudad. Días atrás, alguien intelectualmente solvente, me dijo que quería hablar conmigo sobre algo que había escrito sobre la Cruz Roja de Melilla. Al no producirse el contacto no volví a pensar en el asunto, hasta que esta misma mañana me han contado los dos sucesos que transcribo. ¿Virgen o monja?. Han pasado muchas más cosas de las que yo he podido contar. A veces ocurre que una vez descubierto, la sugestión aumenta y la apariciones se multiplican. En otras ocasiones sucede justamente lo contrario.

                   Lugares malditos, palacios y casas encantadas existen en cualquier lugar del mundo y en España conocemos infinidad de casos. En Melilla hay muchos más de los que se cree. Nada puede decirse o afirmarse, pero es verdad que algunos edificios provocan cierto desasosiego nada más verlos, otros en cambio, producen la sensación contraria, la de sosiego y tranquilidad.

¿ Quién fue el soldado Bueno Espinosa ?


                        El monumento del soldado desconocido

    Si hay alguna ciudad de España en la que su cementerio esté integrado en la vida de la ciudad, esa es Melilla. Todo melillense cristiano, acude al menos media docena de veces al año al cementerio, por uno u otro motivo. Pero además, están los «viernes» melillenses, en los que se acude al cementerio a recorrer las diferentes rutas de las tumbas milagrosas o de «favores». En esas rutas hay una serie de tumbas que son visitadas por casi todos y otros distintas, según con quien se vaya.   

    Hay un monolito o pequeño mausoleo, que destaca por la gran inclinación de la columna que sirve de recuerdo y conmemoración de la muerte del soldado Fernando Bueno Espinosa. En el callejero de la Asociación de Estudios Melillenses, editado en la etapa de José Luis Blasco como presidente, se pueden recoger los pocos datos que sobre este soldado existen. El monumento o monolito, que consta de una columna partida apoyada sobre un basamento labrado e inclinado, fue costeado por los jefes y compañeros del «Batallón Disciplinario de Melilla», al que pertenecía este soldado.

      En la parte frontal hay una lápida, partida e ilegible en un tercio de la misma, en la que  está inscrito el nombre de Bueno Espinosa y también un poema o largo epitafio como dedicatoria. Debería intentarse recuperar todo el texto antes de que se pierda. Ya ni siquiera puede verse la fecha del fallecimiento, que parece se produjo en el Barranco de Cabrerizas en 1892.

        Está colocado en una posición privilegiada que hace que siempre se vea, se vaya a la parte del cementerio a la que se vaya, pues está en el camino central. Está claro que con el paso del tiempo, todo nombre, toda gloria, por muy grande que esta haya sido,  está destinada a perderse y disolverse en el tiempo. Si he traido esta tumba a El Alminar, es porque no se trata de ningún muerto en acción de guerra, ni en batalla heróica alguna. Se trata de un simple soldado peninsular, fallecido en unas circunstancias extrañas, dicen que fue encontrado muerto por apaleamiento en Cabrerizas.

            Según Gabriel de Morales, el más grande historiador que haya tenido Melilla, muerto trágicamente en Annual, Fernando Bueno Espinosa murió al intentar perseguir a dos prisioneros fugados y vigilados por el Batallón Disciplinario. Al parecer rebasó los límites de Melilla en la persecución y fue capturado por los rifeños, que lo mataron por apaleamiento. Su cadáver fue objeto de intercambio entre los cabileños y la plaza de Melilla. Murió el 31/03/1982.

        Está integrado en la ruta de los viernes, y se depositan claveles rojos en su tumba. En un tiempo también se le consideró milagroso. Tiene una calle dedicada en Melilla.

  

En la casa del curandero de Melilla


          

              Ayer creíamos una cosa, hoy estamos seguros de otra. Nadie puede presumir de poder decir la última palabra sobre un asunto, porque siempre aparecerá un dato  nuevo. La apariencia oculta a menudo la realidad. A veces, lo que parece más oculto, está solo cubierto por un fina capa de polvo. Solo basta apartar unas cuantas ramas y  la verdad asoma por una rendija. Ayer creíamos estar en lo que pudo ser la casa de Antonio Moreno, el curandero de Melilla. Hoy, gracias a un colaborador, sabemos que tan solo esuvimos a unos escasos metros. La casa de la calle del General Astilleros, la nº 50, estaba tan solo oculta por un cambio de numeración, pero sigue estando tal cual, abandonada eso sí, pero conservando imágenes y los ecos del pasado.

     Hoy sabemos algunas cosas más, como que Antonio Moreno realizó su último viaje, en un coche fúnebre tirado por cuatro caballos, de ahí que el cortejo fúnebre empezara su camino en «El Tropezón», legendaria casa de comidas melillense, que disponía de una posta de caballos. Antonio Moreno Cervilla, el curandero, falleció a las tres de la tarde del día 30 de enero de 1945, víctima de un derrame cerebral. Desde 1956 le acompaña en su última morada una mujer, Ana Martínez, familiar probablemente de Catalina Delgado Martínez, la mujer que comprara a su nombre la propiedad de la sepultura. Son todavía pocas cosas, pero algunas importantes. El difuso tapiz que ocultaba la vida de Antonio Moreno, empieza a tomar formas y colores.