Paradojas de la ciudad sostenible


 

            La única alternativa razonable al vehículo privado es el transporte público, y la única ciudad del mundo en donde éste reduce su radio de acción es Melilla. Hay cinco líneas de transporte urbano (COA) y tres de ellas comunican el centro con las fronteras. Solo dos líneas unen barrios periféricos con el centro de la ciudad, la de Cabrerizas y la de los barrios del Real y Victoria.

             Melilla es un espacio físico sin posibilidad de ampliación, así que cualquier reforma en su trazado de tráfico, solo puede ser realizada si se piensa en el conjunto, algo que no se hace. En el plan de movilidad sostenible, integrado por asociaciones autorepresentadas, se están diseñando medidas que no cuentan con la opinión de los vecinos a los que van dirigidas. Antes que conductor o ciclista se es peatón. El presunto carril de bicicletas del Paseo Marítimo es absurdo y está fuera de los parámetros exigibles para este tipo de viales. Solo hay que ver cualquiera en cualquier otra ciudad de España comparar uno con otros. Ese diseño de carril pone en peligro sobre todo a los peatones, que deberán atravesar dos viales de circulación para pasear por el paseo marítimo de la ciudad o acudir a la playa. Esperemos que se exija a los ciclistas el seguro correspondiente, ante la posibilidad de atropellos o colisiones con peatones, que están aumentando en todas las ciudades.

               Curiosamente, todo el distrito del paseo marítimo, barrio del Industrial y del Hipódromo, quedan fuera de la posibilidad de utilización del transporte urbano, con lo que se premia al vehículo privado del residente en la zona. Quien dice que solo hay que recorrer unas manzanas hasta llegar a las paradas de la calle Álvaro de Bazán, está claro que no utiliza, ni es usuario de este tipo de transporte. El transporte urbano es usado mayoritariamente por personas que ya no conducen o no pueden conducir, pero tampoco que pueden peregrinar por toda la ciudad en busca de una parada.

                Las últimas reformas urbanas han desplazado y dificultado la movilidad y utilidad de los autobuses de transporte público. En una ciudad en donde no hay más de 3 kilómetros entre sus puntos más alejados, no se puede tardar casi media hora, en ir desde el centro de la ciudad al barrio del Real, si se utiliza la línea clásica que pasa por el barrio de La Victoria. En el Alminar somos defensores del transporte urbano y además somos usuarios. Muchos de los que defienden las últimas reformas, no. No existe un intento por conocer la opinión real de los barrios o de los residentes. Por todos lados pululan asociaciones pantallas que se autoarrogan la representación vecinal.

                  No es homologable el presunto carril bici, pero tampoco las casi inexistentes paradas de autobuses, que mayoritariamente son un simple poste en una acera, y que obliga a la espera a pie, algo que resulta difícil  para muchas personas.

                                                    El Barrio del Real

               El Barrio del Real tiene un trazado que ha aguantando un siglo, desde su conquista en 1909, hasta bien entrado el primer cuarto del siglo XXI. Las reformas ya realizadas o en curso, no aguantarán ni siquiera una década. El transporte urbano ha sido expulsado de la vía principal del barrio, algo insólito. El barrio se ha extendido hacia las antiguas huertas, y los residentes en esa nueva zona tienen que recorrer un buen trecho hasta encontrar las casi inexistentes paradas. Luego deberá someterse a esperas de 30 minutos para poder coger una COA o autobús. Insistimos, quien diga que no importa recorrer dos, tres o cuatro manzanas para llegar a una parada, es que solo usa el vehículo privado y no se ha subido jamás a un autobús. Nos gustaría escribir otra cosa, pero no es posible. Esto solo es un apunte del tema.

      Nota:https://elalminardemelilla.com/2011/10/17/viaje-en-la-coa/

 

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Camino de la nada


 

            Desde el punto de vista arquitectónico, lo que se vaya a construir aquí tiene tanto valor como lo que se derriba. Sin embargo, se echa abajo una planta para construir tres más y los bajos comerciales. Lo que importa es el suelo, ese es el gran tesoro de Melilla, el gran mercado con valor al alza porque cada ves queda menos, aunque eso sí, hay al menos dos centenas de casas por derribar.

           Se dijo en su momento, que se mantendría la tipología de los edificios, la esencia bajo la que se construyeron estos barrios. Nada de eso se está cumpliendo. La piqueta, la pala excavadora, o el derribo por desmoronamiento no entienden de sutilizas, esencias o leyendas. No hay dos edificios iguales en los barrios del Tesorillo, Real, o en cualquier otro en que se esté derribando y construyendo. No existe patrón ni uniformidad de ningún tipo.

           No siempre da tiempo a adelantarse a lo que se va a derribar, para fijar por lo menos una imagen. En este caso se vieron las intenciones y se puede seguir el proceso de desaparición. Es muchísimo lo que ha sido demolido en estos 7 años, incluidos edificios firmados por Enrique Nieto, o de otros no menos afamados arquitectos. Un proyecto arquitectónico, una idea de ciudad se está disolviendo en la nada, sin que sea relevada por otra. No es la sustitución de un modernismo por otras obras de valor y categoría arquitectónica superior. Es pura y simple especulación urbanística, con la rentabilidad como único horizonte.

             Este nuevo presente no dejará ninguna obra emblemática, ningún edificio para la posteridad, ninguna obra nueva, ningún recuerdo arquitectónico que merezca ser destacado. Cualquier cosa que merece la pena en Melilla tiene ya 100 años. No sucederá lo mismo dentro de un siglo. Hemos escogido este edificio solo como símbolo.   Este presente dejará tras de sí el vacío. Será olvidado al día siguiente de pasar.     

           Nota:https://elalminardemelilla.com/2018/03/13/edificios-historicos-de-melilla/

 

La última nota de Enrique Gozalbes


 

               Enrique Gozalbes Cravioto, era y es el único autor de un libro sobre historia antigua de Melilla, imprescindible para todo aquel que quiera adentrarse en el pasado histórico de la ciudad con rigor científico, y alejado de leyendas de difícil demostración. La ciudad antigua de Rusadir se publicó en 1991, bajo el patronazgo de la entonces Fundación Municipal Sociocultural y del también incipiente Servicio de Publicaciones de la ciudad.

                La destrucción, las guerras, la voladura de la colina de San Lorenzo, y la reutilización constante de materiales, arruinaron para siempre la posibilidad de averiguar cuál era el urbanismo de partida del primitivo asentamiento de Russadir. Lo mismo ocurrió en otras zonas y colinas de la ciudad. Todo el posible material arqueológico para su posible estudio fue arrasado sin contemplaciones, para el acelerado desarrollo del  neourbanismo melillense del siglo XX.

                 Quedaba algo, muy poco, en la zona de Sidi Guariach, en una breve incursión realizada en lo que denominamos como «La colina del silex» *. La exploración coincidió con la reedición de Los Apuntes de prehistoria Norte-Marroquí de Angelo Ghirelli, a cargo de Enrique Gozalbes, y bajo el patrocinio de la Consejería de Cultura y del Archivo General de Ceuta.

                  A cuenta de esta exploración, me puse en contacto con Enrique Gozalbes, y le hice llegar las fotografías  y comentarios. Con la humildad y sencillez de los sabios atendió y opinó sobre lo «explorado», con atentas y académicas respuestas. El artículo sobre la colina del sílex fue publicado el penúltimo día de enero de 2018.  Pasados dos meses, el 9 de abril,  recibí un correo suyo en el que me comunicaba que había aspectos interesantes en aquel reportaje que quería comentarme. Tras las consiguientes respuestas, el pasado 19 de mayo recibí esta última comunicación suya:   Hola Enrique: muchas gracias por el interés. Pero es una contrariedad que en bastante tiempo no podré volver por Melilla. Cuando lo pueda hacer no dude que volveré a contactar con usted. Un cordial saludo, Enrique Gozalbes

            El pasado 13 de julio, el director del Archivo de Ceuta, JL Gómez Barceló, comunicaba a través de su página el prematuro fallecimiento del profesor Gozalbes Cravioto. Queda ya aquí, en El Alminar, su recuerdo y ese interés por algo que ya no podremos saber en la colina del sílex, pero que llamó su atención. Que descanse en paz

               Nota:https://elalminardemelilla.com/2018/01/30/la-colina-del-silex-en-melilla/

 

El fuerte de los menores ambulantes


 

                                     Nadie pasea por Sidi Guariach

                    El fuerte de Sidi Guariach alto se encuentra en un paraje tétrico y sórdido. Se ha insistido poco sobre el lugar en el que «los menores marroquíes» son atendidos por los servicios sociales de Melilla. Es un fuerte de guerra, que se hizo famoso durante la Guerra de Margallo, a finales del siglo XIX. En sus aspilleras han disparados cientos de soldados españoles. Su foso e inmediaciones han visto caer a combatientes de uno y otro bando, en las guerras de Marruecos.

                  No es un lugar para nada. Está aislado de la ciudad y es en realidad una colina funeraria desde los tiempos más remotos. En sus inmediaciones y enrevesada vegetación, fue mal enterrado y luego descubierto,  el cuerpo de Zineb Maanan en 2013, tras ser asesinada por quien la citó para mantener con ella relaciones sexuales bajo pago. En el fuerte de Sidi Guariach han ocurrido demasiadas cosas, más de las que pueden ser recordadas. Tras años de abandono y falta de uso, se convirtió en un improvisado centro de acogida de menores marroquíes, hace mas de una década. Todas las semanas acude allí un pequeño camión cisterna para rellenar los depósitos de agua. Como todos los antiguos fuertes exteriores, no están conectados a la red de saneamiento.

                 ¿Qué sucede allí dentro para que casi la mitad de los menores marroquíes desamparados prefieran la calle a sus tétricos muros?. En el pasado se practicaron allí exorcismos, y también hubo alguna denuncia abusos sexuales de menores, cuando allí se acogían también a mujeres. Ahora las menores están en la Divina Infantita o en el Centro Asistencial. Hace no mucho murió allí un menor, al que hubo que hacer la autopsia, por si había sido objeto de malos tratos. Ahora llega noticia de un cuidador y presunto homicida. El antiguo fuerte de Margallo y sus inmediaciones solo es un lugar de paso, no es sitio para detenerse. Dos almacenes de áridos y una escombrera abandonada, son los únicos signos visibles de actividad en este antigua colina.

                    No es un tema fácil, pero es que la gestión es la misma desde el año 2000. Solo han existido dos consejeros de servicios sociales; Mª Antonia Garbín y ahora Daniel Ventura. El dinero del que se ha dispuesto ha sido inmenso, y las presuntas irregularidades administrativas también. ¿Porqué el Centro de Estancia para Inmigrantes ya no es un problema para la ciudad y el de Menores sí?. La respuesta es sencilla: El primero dispone de un modelo de atención y está regulado desde el Estado, y el segundo no tiene modelo de atención, ha habido ya varias empresas adjudicatarias: y está gestionado por la Ciudad Autónoma.

 

 

 

 

Firmas contra obras indiscriminadas


 

                                                Cambios de sentido

         El proyecto de remodelación de la calle Mar Chica, en su parte alta, prevé cerrar de modo completo la posibilidad de giro en la calle Valencia. Ante esta situación, lo residentes en las calles de la zona han iniciado una recogida de firmas, para que el cierre del giro y la ampliación del paseo, sea sustituido por una isleta, como se ha hecho en la intersección de la calle Cataluña. Cerrar estas intersecciones supone una dificultad para los vehículos de emergencia, y una saturación de tráfico en aquellas zonas en donde no se eliminen la posibilidad de cambio de sentido. Esto supone que muchos más coches recorren la calle de modo completo, buscando la posibilidad de girar, lo que aumenta el volumen de tráfico.

           Nadie está en contra de que se arreglen aceras, que las zonas de paso de peatones se pongan al mismo nivel que el de las acera, pero sí contra el cierre indiscriminado de giros en calles principales del barrio del Real, al menos en donde la calle principal, Mar Chica en este caso, tiene sus intersecciones con las vías transversales.

             La pérdida de aparcamiento en las últimas y no controladas reformas, está haciendo que los residentes en el barrio, el más populoso de Melilla, deban buscar acomodo para sus coches en zonas no habilitadas para ello. No hay un plan de tráfico global para la ciudad, ni siquiera para cada barrio. Las obras se deciden y se llevan a cabo sin consulta previa a los residentes, ni sin tener en cuenta las necesidades específicas de cada distrito.

            Las obras de la calle Mar Chica y calles colindantes, en la que no se están arreglando las destartaladas y sucias aceras, están eliminando puntos de giro que llevaban más de un siglo diseñados, para prolongar el paseo central. No es demasiado grave en lo que se refiere a las vías menores, pero sí a las intersecciones de las vías principales, como la de la calle Castilla con Mar Chica, que se ha eliminado de modo casi total. Solo se ha dejado, tras la reclamación de los vecinos, el sentido de tráfico que procede de la calle Huerta de Cabo, el que procede del centro comercial y el polígono industrial o de almacenamiento.

                Es cierto que en esta intersección se aparca de modo indiscriminado y se dificulta la visión de los vehículos que cruzan, y que en este punto se han producido muchos accidentes. Su conversión en una isleta mejoraría el tráfico, impediría el aparcamiento, y no saturaría otros puntos, ya sea en la parte alta o baja de la calle.

          El problema de aparcamiento se sigue agravando, por las reformas indiscriminadas, por el aumento de la población del barrio y por la falta de previsión de aparcamientos públicos. Si no se actúa de un modo global, solo se trasladan los problemas de un punto a otro. El estrangulamiento del Paseo Marítimo, la calle Montemar y el corte en el puente sobre el Río de Oro, tenía estas consecuencias sobre la única vía de salida, junto a la explanada de San Lorenzo.

                   En el año 2014, hace cuatro, ya reclamábamos un solución para las intersecciones de Mar Chica. Cuatro años sin hacer nada, pero ahora llegan las elecciones.

  Nota:https://elalminardemelilla.com/2014/03/13/las-intersecciones-del-barrio-del-real/

 

El canto de la cigarra


 

          Ayer, 16 de julio, se oyó por primera vez en la ciudad el canto de la cigarra  o chicharra. Esa es la señal más clara del calor. El batir de las alas de la cigarra produce un sonido muy constante, atronador, del que es imposible librarse. Unido al efecto del calor en las zonas secas, provoca una sensación de aturdimiento, de agobio. En julio es gran tabarra el canto de la cigarra, dice el refrán.

            Ese calor que adormece, ese canto de la cigarra o estridulación,  que no permite pensar en otra cosa, ofrecen una cálida sensación de protección, de calma frente a la canícula. No hay nada que hacer y todo invita al descanso bajo una sombra protectora. No suelen oírse las chicharras en Melilla, salvo en algunos lugares muy escasos. Las cigarras suelen estar camufladas entre las hojas secas de los árboles y no es fácil distinguirlas. Dicen que ese canto o sonido tan especial tiene como finalidad atraer a las hembras. No le gustaba este sonido a san Josemaría, quien decía: ¿Qué te importa cuando vas derecho a tu fin, el clamor del viento, o el cantar de la chicharra, o el mugido, o el gruñido, o el relincho?.

          Ayer vimos imágenes que merecen ser compartidas. La nitidez del día permitía ver la población de Karia y el canal de la Mar Chica. En los días de poniente la visibilidad es muy grande en el entorno de Melilla, y esto quiere decir muchas cosas. También nos encontramos con árboles secos en Los Pinos, que ya es un «paleopinar». Hay que ir pensando en una repoblación de esta importante y casi única zona de esparcimiento de los melillenses. Se trata de casi el único punto de contacto con la naturaleza en nuestra ciudad.

          En el Alminar sí nos gusta el envolvente canto de la cigarra, como también la perseverancia del borrico en la noria: Siempre los mismos temas, siempre los mismos pasos, un día tras otro, pese a las mil y una circunstancias que inducen y empujan al desaliento, pese a a ese calor de julio o de agosto, la chicharra canta, no permite fijarse en otro sonido.

 

 

 

Marlowe, Mefistófeles y Savonarola


 

                                   El poder de la oscuridad

Existen misterios cuya solución los hombres solo pueden vislumbrar, misterios que, por mucho tiempo que pase, solo resolverán a medias. Bram Stoker, 1897

       El autor más conocido es probablemente el mayor pseudónimo de la historia, nos referimos William Shakespeare, que sería el sobrenombre escogido por Christopher Marlowe para poder seguir escribiendo, con una identidad oculta, aunque esto es solo una hipótesis imposible de comprobar.

      Los pseudónimos que se escogen son también parte de la propia personalidad literaria, nada hay de malo en ellos, como dice hoy Jesús Motos en su artículo dominical de El Faro (15/07/2018). Tiene razón cuando afirma que «la conmoción ha sido inmensa» al descubrirse su personalidad, por los inquisidores y cazadores de disidentes. En España es necesario el sobrenombre cuando se quiere escribir sobre determinadas cosas, uno de ellos, muy conocido, es Jesús Ynfante, azote del Opus Dei durante décadas. Todavía hoy su nombre real no es conocido por la mayoría de las personas.

        Sin embargo, el émulo de Marlowe no es un troll, nombre que describe a todos aquellos que entran en los debates de los foros de internet, para desviarlos, reventarlos, llenándolos de groserías y zafiedades. Marlowe parece ser un integrante del círculo íntimo del poder Local, lo que le da otras connotaciones al suceso. El mayor troll de esta ciudad es alguien que escribe con nombre y apellido. Aquí nos da igual si la personalidad descubierta era esa u otra, como en el caso no resuelto de Lisbeth Salander*, y que llegó hasta los diarios digitales como El Confidencial, y de prensa escrita como El País. ¿Quién fue Lisbeth Salander, una o varios?. Hasta el día de hoy todo son conjeturas. Lo que parece claro es que todas esas filtraciones proceden de la descomposición y desafección de un poder esclerotizado y demasiado largo en el tiempo. Todas estas disidencias y críticas proceden del interior.

        Hoy y entonces se buscaba a un opositor, a un enemigo al uso para poder empalarlo públicamente, como hacía Vlad Tepes y han vuelto a encontrarse con la disidencia. El disidente, como en el antiguo Estado soviético, procede siempre del interior, del régimen. Girolamo Savonarola fue un grandioso disidente eclesial, azote público de Los Médici y de la propia Iglesia. Obtuvo, eso sí, un final a la altura de su desafío, sublime, como las llamas que lo consumieron en una plaza de Florencia.

                                 Vender el alma al diablo del Poder

          En tiempos pasados, la conciencia importaba. Hoy todo está anegado por la moral paralela. Hay una moral pública y otra privada. Existe una práctica muy corrupta en el ejercicio del Poder y nadie siente que nada de eso le alcance, aunque los delitos de los que se les acusen y juzguen sean de gran calado. La moral paralela, la conciencia de pertenencia a un grupo, familia o clase anega cualquier atisbo de duda o remordimiento. La sensación de haberse corrompido, en alguna forma, no existe, no abre grietas en la conciencia.

          El límite que no debe resbasarse es el de la descalificación personal, algo que siempre se ha evitado en El Alminar. Todo lo demás es libertad de expresión, por mucho que les pese. Atravesar esa línea hace imposible algunas defensas, aunque en nuestra ciudad, algunos, quizá muchos, consideren que la libertad de expresión empieza a partir de ahí.

        En el Fausto de Marlowe, o en el de Goethe, se habla de aquellos que venden su alma al Poder, a la riqueza, a la sed de dominación. Otro gran personaje literario que narra parecidas vicisitudes es Mesfistófeles. El diablo tiene muchos nombres, muchos servidores, y su reino es siempre la oscuridad. A veces ocurre que alguien, educado en la vieja escuela, siente remordimientos, necesita aliviar su culpa, y vuelca sus confesiones en público, como si fuerza posible separar una parte buena de aquello que solo es malo. Los autores clásicos intentaron advertir sobre la «atracción fatal» del Poder y de sacrificar todo a su ejercicio y a su conquista.

      La única manera de evitarlo es decir siempre no a la ambición del Poder, porque una vez que se diga sí, ya se estará perdido.

       Nota:https://www.elconfidencial.com/espana/2018-06-09/melilla-lisbeth-salander-imbroda-montecristo_1576254/