Nadie pasea por Sidi Guariach
El fuerte de Sidi Guariach alto se encuentra en un paraje tétrico y sórdido. Se ha insistido poco sobre el lugar en el que «los menores marroquíes» son atendidos por los servicios sociales de Melilla. Es un fuerte de guerra, que se hizo famoso durante la Guerra de Margallo, a finales del siglo XIX. En sus aspilleras han disparados cientos de soldados españoles. Su foso e inmediaciones han visto caer a combatientes de uno y otro bando, en las guerras de Marruecos.
No es un lugar para nada. Está aislado de la ciudad y es en realidad una colina funeraria desde los tiempos más remotos. En sus inmediaciones y enrevesada vegetación, fue mal enterrado y luego descubierto, el cuerpo de Zineb Maanan en 2013, tras ser asesinada por quien la citó para mantener con ella relaciones sexuales bajo pago. En el fuerte de Sidi Guariach han ocurrido demasiadas cosas, más de las que pueden ser recordadas. Tras años de abandono y falta de uso, se convirtió en un improvisado centro de acogida de menores marroquíes, hace mas de una década. Todas las semanas acude allí un pequeño camión cisterna para rellenar los depósitos de agua. Como todos los antiguos fuertes exteriores, no están conectados a la red de saneamiento.
¿Qué sucede allí dentro para que casi la mitad de los menores marroquíes desamparados prefieran la calle a sus tétricos muros?. En el pasado se practicaron allí exorcismos, y también hubo alguna denuncia abusos sexuales de menores, cuando allí se acogían también a mujeres. Ahora las menores están en la Divina Infantita o en el Centro Asistencial. Hace no mucho murió allí un menor, al que hubo que hacer la autopsia, por si había sido objeto de malos tratos. Ahora llega noticia de un cuidador y presunto homicida. El antiguo fuerte de Margallo y sus inmediaciones solo es un lugar de paso, no es sitio para detenerse. Dos almacenes de áridos y una escombrera abandonada, son los únicos signos visibles de actividad en este antigua colina.
No es un tema fácil, pero es que la gestión es la misma desde el año 2000. Solo han existido dos consejeros de servicios sociales; Mª Antonia Garbín y ahora Daniel Ventura. El dinero del que se ha dispuesto ha sido inmenso, y las presuntas irregularidades administrativas también. ¿Porqué el Centro de Estancia para Inmigrantes ya no es un problema para la ciudad y el de Menores sí?. La respuesta es sencilla: El primero dispone de un modelo de atención y está regulado desde el Estado, y el segundo no tiene modelo de atención, ha habido ya varias empresas adjudicatarias: y está gestionado por la Ciudad Autónoma.