Donado en 1927 por Concepción Prozurama
Enrique Delgado
En septiembre de 1927 se inauguró la capilla del Hospital de Cruz Roja, conocida hoy como de San Francisco Javier. La capilla se adornó, además de los exornos propios de las iglesias, con diversas imágenes de santos de los de mayor devoción en la ciudad. Todos sin faltar uno, se pueden ver actualmente en la capilla.
El dato que había caído en el más absoluto olvido, era que uno de los tres “crucificados” que la adornan y que está situado en la capilla lateral de la derecha, es una réplica en talla de madera del afamadísimo Cristo de la Agonía de Limpias y que fue donado para la inauguración por Concepción Prozurama, esposa del Comte. Gral. Arturo Castro Girona.
Lo sorprendente es que ese importante dato ha sido obviado por los que hasta ahora han sido considerados como los cronistas religiosos de Melilla, Fernández de Castro y Moya Casals. Ninguno de los dos hace referencia al importantísimo culto al Cristo de Limpias que se desarrolló en Melilla entre 1920 y 1989.
Moya Casals, autor del libro “Melilla piadosa y tradicional”, en el que relata la historia de cada iglesia, sus inauguraciones y sus imágenes, detalla la composición de la nueva iglesia de La Cruz Roja, pero inexplicablemente olvida el detalle de la donación de Concepción Prozurama, quien probablemente la encargó teniendo en cuenta lo arraigado que ya estaba el culto en la ciudad.
En 1922 “El Telegrama del Rif” publicaba una referencia acerca de la fama que tenía de milagroso, una reproducción del busto del Cristo de Limpias que existía en el cementerio y que posteriormente pasó a la Iglesia de San Agustín. En 1927, casi en las mismas fechas se matriculó un barco de la flota pesquera de Melilla con ese nombre.
No es de extrañar que “Conchi Prozurama” quisiera fijar el culto al Cristo de Limpias en Melilla, con una réplica de cuerpo completo del Cristo de la Agonía (nombre con el que era venerado en Cádiz), y de la que no existen demasiadas réplicas, pues lo que se comercializa y difunde por todo el mundo cristiano es sólo la reproducción del busto, de gran fama también, o casi mayor que la propia talla, a la que casi nadie ha visto.
Lo que no sabe tanta gente es que el Cristo de Limpias es una talla a cuerpo completo del año 1700 aproximadamente y de autor anónimo. Su singularidad estriba en que reproduce a Cristo en los momentos finales de su agonía, con la cabeza en una posición tan forzada y con tanto realismo, que la expresión del rostro cambia según la posición desde la que se mire, es más, si se recorre la imagen de derecha a izquierda parece seguir al observador con la mirada. Esto dio origen a las famosas miradas del Cristo en Limpias y dieron origen a los “celebérrimos milagros” que hicieron saltar la imagen a la fama mundial en 1918. El culto se inició en Cádiz, en donde se inició su fama prodigiosa. Finalmente la talla acabó en la localidad cántabra de Limpias, que es en donde se el venera y de la que ha tomado su nombre.
El manto del olvido cubrió a esta imagen y a su donante, pero también la protegió, pues visto lo sucedido en Melilla, en donde desaparecieron tantas imágenes en el período iconoclasta (1974-1989), esta réplica de estuco quedó a salvo, gracias a haber sido olvidada, pues de todos es sabido que si el Cristo de Limpias tenía centenas de seguidores, también poderosos enemigos.
El busto venerado en San Agustín durante 60 años, fue retirado del culto por decisión del párroco Jesús Hurtado y a su vez el busto desapareció para pasar a manos privadas. Todavía hoy sigue sin saberse el paradero final del busto, aunque la lista final de los posibles destinatarios finales no excede de tres personas.
PD: El clericalismo militante y el franquismo sobre todo, desvirtuaron la historia de la imagen e intentaron apropiarse de su fama, con lo que quedó vinculada a los sectores sociales más conservadores del País.
Nota: En la capilla en donde está la replica del Cristo de Limpias, puede verse, en el centro de la imagen, la figura del Resucitado que se procesionaba en Batería Jota, antes de ser sustituido por el actual.
Curioso descubrimiento…..si tengo la oportunidad de visitar Melilla iré a conocerlo.
Sólo aclarar que el esposo de Conchita Pozurama se llamaba Alberto y no Arturo.
Gracias y saludos
¡ Que interesante dato aportas, Inmaculada !. Parece como si conocieras a la familia. Me gustaría saber qué fue de Concepción Prozurama. Si lo deseas, puedes ponerte en contacto conmigo.
hhospitalariossja@hotmail.es