La piqueta desfigura Melilla


             El inexorable avance de las demoliciones

          El Pleno de La Asamblea de Melilla del día 29 de septiembre, ordenó paralizar nuevas licencias de obras y detener las demoliciones de edificios, hasta que esté aprobado el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Justo un día después de ese anuncio las demoliciones siguen a buen ritmo por cualquier zona de Melilla. Se supone que son las ya autorizadas. Sin embargo, la sensación es de que la Consejería de Fomento no controla al 100% todo lo que sucede en la ciudad. Hay demasiados solares abandonados durante años, demoliciones constantes y en algunos caso, el inmediato inicio de la nueva construcción, sin que aparezca el preceptivo cartel de «licencia de obras».

     El problema no es que se derribe lo viejo, es que se construye sin la más mínima armonía y sin que los barrios se configuren de una manera orquestada y armónica. Los barrios se despersonalizan y se ha pasado de «estilos muy característicos» en cada barrio, al todo vale y al puzzle arquitectónico. Hay edificios de distintas alturas en una misma calle, de diferentes alturas y los voladizos más parecen dientes de sierra que otra cosa. La sensación del ciudadano, es que antes de acometer cualquier reforma que asegure y consolide el edificio, lo que se busca es la ruina estructural y posteriormente la demolición. Al final se despersonaliza el barrio y la propia ciudad.

   Hubo una época en que el catálogo de edificios modernistas y de estilo Art Decó, se extendían por toda la ciudad. Hoy ya apenas quedan unas pocas muestras en cada barrio, de lo que intentó ser «un diseño de ciudad» extendido y característico.

    Hace apenas un mes se derribó un edificio muy característico junto al HiperSol. El derribo fue tan rápido que apenas me dio tiempo a hacer esta fotografía y capturar la última parte del inmueble, suficiente para que aparezco el recuerdo. Hoy me he fijado en la demolición de este edificio del Tesorillo, el último de la calle General Pintos. He hecho las fotos para tener al menos una última imagen del mismo.

           Pero lo que me ha producido el mayor asombro, son las condiciones de seguridad en las que se está llevando a cabo la demolición. Nulas. No existen. ¿Dónde está la Consejería?.  ¿Se respeta alguna normativa en Melilla?. ¿Estamos ya en la Ley de la selva?-

  Nota: Fijense en la 3ª fotografía. No hay comentarios

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Un árbol cae sobre una casa en el Tesorillo


    

         Enrique Delgado

       Las laderas y vertientes del cerro de Camellos está en situación de emergencia desde hace años, no sólo por la suciedad de la zona, sino también por los desprendimientos constantes del terreno, cada vez más degradado por la falta de conservación y por los desmontes que se realizan en los bordes, para construir nuevas viviendas. Se autoriza la construcción de viviendas justo en el límite de la ladera y no siempre se realizan con las debidas garantías técnicas. Esta vivienda ha recibido el impacto de la caída de un árbol y afortunadamente no ha habido que lamentar ninguna desgracia personal, pero a la vista de  las fotografías, podría no haber sido así.

      Las fotos que se han publicado muestran el árbol desde el interior de las casas y aunque son ya de por sí impresionantes, no queda tan explícita la peligrosidad y la situación de la zona, como con estas fotografías realizadas por El Alminar de Melilla.

     Hemos descendido, acompañados, por las laderas del cerro de Camellos, viendo la  suciedad (aunque las laderas fueron objeto de limpieza hace menos de un año), pero sobre todo, hemos podido comprobar la debilidad del terreno, muy degradado y en peligro de próximos desprendimientos. La ausencia de vegetación degrada la tierra con rapidez y la hace muy vulnerable a las riadas. Con la llegada de las lluvias, la tierra absorbe el agua, aumenta de peso y al no estar retenida por la vegetación, se desmorona. Las raíces de los árboles están a la vista en varios puntos y vaticinan próximas caídas, como la de este árbol caído sobre la casa, que ofrece una imagen espectacular. Hay restos de antiguos contrafuertes de la época del protectorado y evidencias de “apropiación” del terreno para pequeñas huertas y corrales.

       La acentuación del talud de la ladera para la construcción de viviendas y el desmonte del terreno para ganar superficie constructiva, son claramente la causa del desmoronamiento constante e inevitable, de las laderas del Cerro de Camellos. La actuación debe ser urgente y decidida sobre las laderas, cuya titularidad pertenece al Mº de Defensa, que es tanto decir como el Estado. Son ellos los que deben actuar y rápido. La situación no admite demora alguna.