Melilla, realidad y frontera


                  

                                                       Lo que no volverá

            Hace poco escribíamos «Cosas que quedaron fuera», y ahora escribimos sobre aquello que no volverá. No volverán los tiempos de aglomeraciones en las fronteras de Melilla y Ceuta con Marruecos, con todo lo que ello significa.

                 En los últimos 10 años no ha habido Organización no Gubernamental, partido político o asociación de Derechos Humanos, que no se haya acercado hasta las ciudades norteafricanas de España, que no hay denunciado las imágenes del comercio medieval entre Ceuta y Melilla y Marruecos. Las noticias de muertes, apelotonamientos masivos entre las porteadoras han recorrido el mundo, sin que Marruecos ni su gobierno hayan opinado sobre el asunto. Sin embargo, sí estaban anotando todo, y enviando mensajes tantos a sus propios empresarios, como al gobierno español, aunque no conocemos en qué intensidad.

                   El cierre de la aduana comercial melillense en 2018, cogió a las autoridades españoles inmersas a un cambio de gobierno. La burbuja del comercio fronterizo creció de modo desordenado en la última década, provocando el colapso interno de Melilla, y el normal intercambio de ciudadanos con el entorno marroquí. En Marruecos ha provocado un enorme desplazamiento de sus ciudadanos, desde el centro del país hasta las áreas del Norte, lindantes con ambas ciudades. Melilla está rodeada por un cinturón humano de medio millón de personas.

                  Quien no haya prestado atención a estos mensajes es porque no ha querido. Ni la última Administración Autonómica, ni los gobiernos nacionales del PP, prestaron atención alguna a esas señales, como por ejemplo la construcción del puerto de aguas profundas de Bouyafar, la extensión de la línea de ferrocarril hasta Beni-Enzar, la culminación del puerto de Tanger-Med, el complejo turístico del Atalayón-Mar Chica o el de Cabo de Agua-Saidia. Distraídos pro el maná del comercio transfronterizo, y el tintineo del dinero fácil, no se preocuparon por desarrollar una alternativa económica que preservase el futuro económico de ambas ciudades. El borrego marroquí ya no va a volver nunca a la ciudad de Melilla, ya no lo hacía  la ciudad hermana de Ceuta, pero esta vez por propia decisión del gobierno de Marruecos.

                    La derecha española cuando está en el gobierno, siempre actúa con los viejos conceptos de superioridad de antigua potencia colonial, pero también es cierto que en la política marroquí existen dos líneas de actuación con respecto a las ciudades norteafricanas; una blanda, la de aceptación del status quo impuesto por la historia (aunque sin renunciar a sus reivindicaciones), y otras dura, que es la de desarrollar su propia política, sin contemplar acuerdos sobre ambas ciudades. La idea de plasmar acuerdos de «buena vecindad» por parte de la formación Coalición por Melilla, encajaría mal dentro de esta segunda línea, y quedaría solo en una expresión  buenas intenciones, si llega a consolidarse esa línea más inflexible.

                 Lo que tampoco puede volver a nuestra ciudad, es la del ladrillo y cemento a mansalva, entre otras cosas porque ya no va a existir esa vía de financiación que suponía el ipsi o impuesto de mercaderías. El mundo ha cambiado, el futuro será distinto a como se pensaba el 12 de marzo de 2020, día anterior al confinamiento social. Cuanto antes se sea consciente de esa nueva realidad, más posibilidades tendremos, No se puede convertir cada metro cuadrado de la ciudad en un nuevo edificio. Melilla tiene futuro, pero hay que empezar a pensar en él.

Nota:https://www.rtvce.es/articulo/politica/entrevista-sonia-moreno-periodista-espanola-marruecos/20200423162112010655.html

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El algoritmo inquisidor



      Escribimos, escribimos, pero un algoritmo nos controla. El algoritmo es una formula u operación matemática que permite resolver problemas de cálculo, pero también existen algoritmos rastreadores de grafía, también denominados como de «búsqueda voraz». La definición proporcionada por Wikipedia lo asemeja a un ente de ciencia ficción: En ciencias de la computación, un algoritmo voraz (también conocido como golosoávidodevorador o greedy) es una estrategia de búsqueda por la cual se sigue una heurística consistente en elegir la opción óptima en cada paso local con la esperanza de llegar a una solución general óptima. Nosotros escribimos palabras, pero el ordenador registra una combinación de cifras en sistema binario, con lo cual es posible rastrear en cualquier escrito, palabras que hagan saltar el algoritmo, se escriba en el idioma en el que se escriba. Si en un texto saltan varias palabras controladas por el algoritmo de paso, se despiertan las máquinas rastreadoras.

              Hay cientos de millones de ordenadores y de teléfonos inteligentes activos, pero los servidores y proveedores de internet no pasan de una decena en ningún país y en todo el mundo. Al final todo desemboca en un estrecho embudo en donde todo se rastrea, detecta y analiza. Es la ley de seguridad a cambio de la moneda del control. Escribimos porque nos dejan, en servidores que nos fiscalizan.

            Normalmente nadie escribe o hace nada que colisione con el derecho a la libertad de expresión, pero en tiempos de pandemia y estado de alarma, ante la presencia masiva de bulos y de cuentas falsas con el único objetivo de desinformar, y de confundir a la opinión pública, los algoritmos se activan al máximo para impedir el paso de ciertas palabras. Esta sería la activación mecánica, y otra sería la del colaborador anónimo, que activa la denuncia sobre una cuenta de una red social. Se persigue la mentira, pero también la verdad.

                                De la Inquisición al algoritmo

         El conocido «derecho romano» solo afectaba al 10% de la población, pues el resto no tenía tales derechos. Tras la caída del Imperio Romano se abrió camino la Edad Media, etapa en la que la poca justicia existente solía ser brutal. Se carecía de derechos frente a los señores feudales. Cualquier acusación por parte de un miembro de la nobleza o del clero acababa con la liquidación del siervo, y a menudo ni siquiera hacía falta la formalidad de la acusación.

       La Inquisición fue el primer instrumento moderno de represión y control al servicio de un Estado, que luego se fue desarrollando a lo lardo de la historia, hasta producir grandes monstruos represivos. Uno de los que menos se habla es el de la STASI, o policía política de la República Democrática Alemana o Alemania socialista. Un enorme instrumento de control dirigido por un hombre siniestro Erich Mielke. Sin embargo, lo que más inquietud provoca de la Stasi, de la que la gente podía defenderse, era la amplia red de colaboradores voluntarios y anónimos, que proporcionaban información cotidiana de las actividades de los ciudadanos. Eran vecinos denunciando a otros vecinos, pero de manera secreta. Algo de esto ha sucedido en estos días de confinamiento, con vecinos increpando a otros desde los balcones, la mayor parte de las  veces sin causa justificada.

                  La red de colaboradores voluntarios de la Stasi nunca se ha destapado, pese a los más de 30 años desde la desaparición de la RDA. Esto es lo que relata la escritora australiana Anna Funder en STASILAND. Ahora muchas de esas funciones las realizan algoritmos, pero sigue siendo necesaria la colaboración humana. Una cosa que hemos descubierto estos días, es el enorme parecido entre el edificio de la Stasi en Berlín, y el hotel Ánfora, incluso en su color primitivo.

Expediente Covid-19


                               La amenaza de Andrómeda

       Las armas biológicas existen y Saddam Husein  las tenía y estaba preparado para emplearlas contra el mundo, tal y cual nos aseguró el ex presidente más resentido de la Democracia española, José María Aznar. Luego se demostró que el presidente iraquí no tenía en sus manos ni siquiera una capsula para provocar viruela inactiva, y la ONU (Naciones Unidas) lo sabía.

             Hay dos novelas que anticipan una catástrofe planetaria por un microbio o virus traído a la Tierra por una de las innumerables expediciones espaciales. La primera es La amenaza de Andrómeda (1969) de Michael Crichton (2008†), novela siempre presente en la biblioteca de mi hermano Fernando y a la que nunca presté demasiada atención. La otra novela es The eyes of darkness (los ojos de la oscuridad- 1981) de Dean Koontz. En este otra novela nos encontramos frente a un virus que se escapa accidentalmente de una base de experimentación biológica en la provincia de Wuhan, y cuyo agente patógeno es bautizado primero como Gorki-400 y finalmente como Wuhan-400.

           Nos encontramos frente a dos novelas anticipativas escritas con 20 años de diferencia, pero la primera escrita hace 50 años, y 30 la segunda. En el espacio exterior, que sepamos, no hay vida, pero es que el virus Covid-19 no es un organismo vivo y resiste prácticamente todo, incluido el frio, y si algo hay en el espacio, es frio.

                                   Catástrofes universales

             Probablemente nos encontremos frente a una catástrofe accidental como consecuencia de la actividad humana (Chernobyl-1986, Fukushima-2011) aunque esta última como consecuencia de un terremoto previo, eso sí, sucedido el 11 de marzo, justo dos días antes de nuestra fecha de confinamiento, el 13 de marzo.

                   La energía nuclear es una actividad industria segura, pero que entraña grandes y muy peligrosos riesgos, tanto si hay una manipulación irresponsable como en Chernobyl, o acontece una catástrofe natural como el maremoto de Japón. Todavía hoy es imposible saber cuanto gente murió de modo directo en la explosión del Reactor 4, o como consecuencia de la radicación y de enfermedades derivadas. La amenaza de la radiación liberada seguirá acechando a la humanidad durante los próximos 100 años como mínimo.

                             Laboratorios de guerra bacteriológica

               Los laboratorios de investigación bacteriológica con fines bélicos existen, y son los lugares más peligrosos del mundo, porque tratan con microorganismos de tamaños difíciles de imaginar. El personal civil y militar que trabaja en ellos pasan controles constantes tanto a la entrada como a la salida. El riesgo de contaminación accidental o de un incidente por escape, no es posible controlarse a un 100% de seguridad. Son las armas más peligrosas de mundo, muy por encima de las nucleares, en donde el riesgo de un accionamiento involuntario parece no existir. Sin embargo, los microorganismos infinitesimales en algo que no vemos.

                Este es un párrafo de La amenaza de Andrómeda: «Estas consideraciones me hacen pensar que la primera interacción humana con una vida extraterreste consistirá en contactos con organismos similares —si no idénticos— a las bacterias o los virus terrestres. Las consecuencias de tales contactos le alarman bastante a uno, si recuerda que el 3 por 100 de todas las bacterias de la Tierra son capaces de obrar un efecto deletéreo en el hombre».

         ¿Qué han hecho ahí fuera?. Tanto en la Estación Espacial Internacional (ISS), como en la Estación Espacial de China Tiangong (Palacio Celestial), hay tripulaciones permanentes realizando todo tipo de experimentos, de los que desconocemos absolutamente casi todo. La versión oficial es que se experimenta con microorganismos con fines médicos y científicos y esto es algo reconocido, pero no sabemos nada de su evolución o mutaciones  en condiciones de gravedad cero. Esto es lo primero que apareció en la red social China Weibo: Según varios usuarios de la red social china Weibo: Los delegados norteamericanos que participaron en los Juegos Mundiales Militares que se celebraron en Wuhan, en octubre, fueron quien introdujeron el virus en China. “Quizás se produjo una mutación en el virus, lo que lo hizo más mortal y contagioso, y causó un brote generalizado”. Las redes sociales están lo suficientemente desacreditadas en cuanto a su contenido de verdad, pero serían el lugar indicado para colocar una verdad y que no se distinga de una mentira.

             En el lado antagónico, los EEUU, es el propio Presidente Donald Trump el que habla del «virus chino» y de que pronto estarán en condiciones de probar qué ha ocurrido, y esto nos situaría en la hipótesis de Wuhan. No estamos ante teorías de conspiraciones, sino ante acusaciones formales y directas entre líderes mundiales. La temprana acusación China y la inmediata respuesta de los EEUU, sugiere que ambos estaban siguiendo una misma línea de investigación biológica, y conocían perfectamente dónde señalar para guiar la atención mundial. El General Mark Milley, del Estado Mayor estadounidenses, afirmó que la posibilidad de que el Covid-19 fuera un virus «creado» no era concluyente. Claro que una cosa es creado, y otra potenciado de modo artificial, por causa de un investigación científica. Pero ambos países parecer tener claro hacia dónde dirigir sus sospechas.

          Por si faltaba alguien por echar más leña al fuego de las sospechas, esta mañana las agencias reportaban unas declaraciones del Presidente de Francia Enmanuel Macron en las que decía lo siguiente: El presidente de la República francesa ha exhortado a no ser «ingenuos» con el que caso de China, ya que «sin duda han pasado cosas que desconocemos».

           Científicos y políticos cercanos a estas cuestiones  en el mundo entero, afirman que «no se trata de una creación de biotecnología», con lo cual están afirmando que sí existen esas creaciones, que saben como son, y por eso descartan ese origen para el Covid-19. Ahora, esta afirmación solo descarta una posibilidad, pero abre la posibilidad de otras muchas, y como afirma Enmanuel Macron, «algo ha ocurrido».

            Todo apunta hacia una misma dirección, pero sea lo que sea, se ha cargado el mundo y su sistema económico. El silencio del presidente de China Xi Jinping es absoluto.

Nota:https://www.forbes.com/sites/brucelee/2020/03/17/covid-19-coronavirus-did-not-come-from-a-lab-study-shows-natural-origins/#286d0e753728

 

In memoriam: Carlos Seco Serrano


 Últimas cartas con Carlos Seco Serrano

           En 1999 internet era un recurso incipiente, no accesible al mundo común como ahora. La única forma de ponerse en contacto con alguien era la guía telefónica y la dirección postal. Eso hice y así contacté con Carlos Seco Serrano para dedicarle un capítulo a su padre, el comandante del batallón de Ametralladoras Edmundo Seco, presente en la Comandancia General de Melilla en la tarde del 17 de julio de 1936. En aquella habitación y reunión hubo grandes traidores, que alcanzarían los máximos grados en el Ejército de Franco.

               En la violentísima reunión en el despacho del General Manuel Romerales, y ante su pregunta de: ¿Pero quién me odia a mí?, el comandante Zanón, de una manera brutal le increpa: «Todo el ejército, mi general». En ese crucial momento, intervino el comandante Edmundo Seco, y ante la amenazadora mirada del jefe de la conspiración en Melilla, el coronel Solans Lavedán, afirmó: «Todos no, mi general, ni Ferrer, ni Rotger, ni yo. Nosotros estamos con usted». Eso es valor y lealtad en estado puro, y sigue sin ser reconocido.

              Hoy 12 de abril de 2020, se ha comunicado el fallecimiento del ilustre historiador, y con él vuelve a morir su padre, Interventor Civil de Villa Sarjurjo (Alhucemas), al que siempre profesó veneración.

                                                     El 17 a las 17

             Este fue el título de un artículo escrito por Carlos Seco Serrano sobre el levantamiento militar en Melilla, solicitado por Manuel Fraga, para una edición conmemorativa sobre los XXV años de Paz, que es como denominaba el régimen a su silencio mortal. Era muy difícil ser historiador en en periodo más negro de la España de Franco.

             Don Carlos, como yo le llamaba, me envió todo, una fotografía de su padre, la carta de su última voluntad y una copia del artículo mencionado, que fue censurado en su 2ª parte, en el diario El Telegrama de Melilla. El artículo era muy extenso y solo se publicó la 1ª parte, pues el director, no autorizó la 2ª. Corría el año 2000 y el búnker franquista ejercía una enorme presión en nuestra ciudad. Entonces no existían los escáneres y tras publicarlo, le devolví los originales.

          En 2002 volvía escribir un relato sobre los últimos días del comandante Edmundo Seco, esta vez en El Faro de Melilla y esta fue la respuesta de Carlos Seco. «Querido amigo: Celebré mucho poder conocer personalmente a usted con motivo de mi reciente estancia en Melilla, y deseo reiterarle mi agradecimiento por sus artículos dedicados a la reivindicación de la figura de mi inolvidable padre. El último artículo, que tuvo la bondad de entregarme, me conmovió profundamente». Hasta ese encuentro que se produjo en el Parador de Turismo, nos habíamos escrito una decena de cartas y llamadas telefónicas.

            Los comandantes Ferrer Madariaga y Rotger Canals, ambos mallorquines,  fueron fusilados el 3 de diciembre de 1936 en Rostrogordo. Seco Sánchez fue trasladado a Ceuta, en donde estuvo preso en el castillo del monte Hacho (junto al teniente Fernando Arrabal, padre del insigne melillense Fernando Arrabal), hasta que fue fusilado el 15 de junio de 1937.

            Entresaco este párrafo de su carta de despedida: «Duéleme, en cambio, la triste estela que en la sociedad en la que viví deja mi nombre, porque he sido calumniado con verdadera saña. Todos me atribuyen cosas que solo han imaginado o que escucharon a otros que no hicieron sino imaginarlas. Los que me conocían saben bien cómo yo era y quizá llegue la hora de la justicia y de la reparación. Y perdono a los que consciente o inconscientemente contribuyeron a mi descrédito y a mi muerte». Adiós. Edmundo. El Hacho.

         Nota: Entre 1995 y 2007, Carlos Seco Serrano estuvo a disposición de la Ciudad de Melilla, para diversos proyectos culturales o editoriales, visitándola en varias ocasiones. En ella residió la familia, hasta que se trasladaron a Madrid tras su fusilamiento en Ceuta. Podemos asegurar, que en esta despedida final, solo hubiese deseado que escribiéramos sobre su padre, al que nunca olvidó.

 

                         

 

Mongolia


            La República de Mongolia, capital Ulan Bator. Esto es casi todo lo que sabemos de este país de las estepas, situado entre China y Rusia, y muy cercano en su frontera norte al lago Baikal. En el décimo año de existencia del Alminar, solo se han producido 7 visitas desde allí hasta este blog, en el que en alguna ocasión, ya han entrado casi todos los países del mundo.

            Es un país de clima frío extremo, poblado solo por 3 millones de personas, aunque su territorio se encuentra el desierto del Gobi. Mongolia proporcionó un nombre al mundo, pero imborrable, el del Gran Gengis Kan, que extendió su imperio desde la estepas de Asia oriental, hasta las mismas puerta de Europa, en Hungría. Fundó un imperio similar en extensión al de Alejandro Magno o el mismísimo Imperio Romano.

                 La creencia religiosa mayoritaria es el budismo, que profesa algo más del 50% de la población, mientras que el siguiente grupo lo constituye la «irreligión» o ausencia total de cualquier creencia, y que engloba al 38% de sus habitantes. El islam y el cristianismo son casi irrelevantes, sumando apenas un 5% entre ambas creencias.

                  Mongolia está hoy en el mapa mundial del coronavirus por una razón, tiene solo 16 + casos y ningún fallecido, de los cuales solo 12 son activos. Pasados ya dos meses de la expansión de la epidemia, se puede observar como en los países asiáticos tiene una incidencia muy baja de infección por covid-19. Incluso en los países en donde más ha azotado la epidemia, como Irán, la cifra de víctimas mortales (4357) está muy alejada de las de los países europeos como Italia, España o Francia.  Turkmenistán y Tajikistán, no tienen ningún caso confirmado. La expansión e incidencia es más lenta en los países de Europa oriental. El arrasado Yemen, tiene un solo caso confirmado.

            La epidemia de Peste Negra del siglo XIV (1346), vino a lomos de los jinetes mongoles, desde las lejanas estepas da Asia, durante el asedio a la ciudad bizantina de Caffa.

                Escribimos anteriormente y lo volvemos a hacer, diciendo que la expansión de la pandemia, que dista mucho de estar concluida, aportará muchos datos sobre la desigual incidencia, tanto en países próximos al foco, como en los más alejados. Hay hechos que ahora mismo son muy difíciles de explicar. El Covid-19 parece haber saltado países enteros, y estallado con especial magnitud en la franja sureuropea  occidental.

 

Cosas que quedaron fuera


              La verdad, nos estará esperando siempre ahí fuera y volveremos, pero a un mundo que siendo el mismo, será ya diferente. Son muchas las ocasiones en las que escribimos que algún día se lamentaría todo el dinero del que dispuso esta ciudad en los últimos 20 años, y que se gastó sin tasa, y sin tino. El estado de obras permanentes, que se heredó sin discusión alguna, y que no sirve  para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Antes del primer día de confinamiento, que para beneficio de los melillenses se inició el día 12, pues el 13 fue festivo y ya estábamos en casa y con casi todo comprado, teníamos un abundante stock de fotografías en los archivos del Alminar, sobre obras incongruentes, que empeoran y dificultan la circulación por nuestras vías urbanas.

                                                   Los pasos estrechos

                  El diseño, trazado y anchura de las calles de Melilla se hace a partir de los inicios del siglo XX, en lo que entonces sí era un mundo sin coches. Además, lo coches de aquella época y hasta la década de 1980, eran de unos tamaños considerablemente más pequeños que los actuales. En las casas de esa época con plazas de garaje, apenas caben los vehículos actuales. Eran un ciudad peatonales, pero porque no existían otras alternativas, con suficiente espacio para los autobuses urbanos e incluso para los tranvías, que sí perdieron el paso con respecto a los transportes actuales.

                   En todas las ciudades que conocemos y transitamos, que son muchas, se han peatonalizado vías urbanas, se han arreglado aceras,  carriles para bicis, pero con una funcionalidad real. En Melilla solo se han llevado a cabo con una intención económica. Si no hay un número de kilómetros de carril bici mínimo, no se entrará en el siguiente cupo de subvenciones. Ya avanzamos, que habrá una buena parte de ellos que no serán transitados nunca. No son funcionales, no llevan a ninguna parte, e incluso hay dudas ciertas sobre su legalidad vial.

                    Lo que no hemos visto en ciudad alguna, es que se estrechen vías de circulación, con una inusual extensión de los pasos de peatones, que dificultan el paso del autobús urbano, e incluso de los vehículos de emergencias. Esto ha ocurrido en la calle del Padre Lerchundi, en donde se han extendido los pasos de peatones, con instalación de vallas incluidas, que están al límite del tamaño de los camiones de gran tonelaje y de los autobuses de la COA. Hay que recordar que esta calle es una vía obligada para la circulación de vehículos pesados, que deben subir por el cerro de Mª Cristina hacia la carretera de Horcas Coloradas. Se han arreglado esos pasos de cebra, sin tocar la accesibilidad de las calles, ni reparar el estado de las aceras. Para el futuro, resultará casi imposible el giro de un camión de bomberos al final de Padre Lerchundi, en dirección a la Avenida de Castelar.

                           El transporte público, el autobús urbano o COA, está ya expulsado de la mayor parte del trazado de la ciudad, y es esto, lo que convierte a una ciudad en sostenible o no, en una ciudad con movilidad urbana. Por este modelo no se está apostando, más bien todo lo contrario. La acumulación de rotondas, el cerramiento de giros de escape, como en la calle Duquesa de La Victoria, está fomentando la aparición de puntos negros de tráfico, como el que da acceso a la Avenida de La Democracia y Luis de Sotomayor. Todo esto y mucho más, nos estará esperando ahí fuera, después del Covid-19.

 

 

Tiempo de profecías y de profetas


                       Propone Miguel, un integrante de la comunidad del Alminar, que seleccionemos un texto procedente de la «Biblia prohibida» o Reina-Valera, y hay recursos que nunca fallan: El profeta Isaías y el Apocalipsis de Juan. Hacemos esta selección previa y luego damos la opción al azar para que nos proponga los textos adecuados.

          Isaías 24. Juicio del Señor sobre la tierra

        4 La tierra estuvo de luto y se marchitó, enfermó, se amustió el mundo; se marchitaron los nobles del pueblo de la tierra. 5 Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque transgredieron las leyes, violaron el estatuto, quebrantaron el Pacto sempiterno. Por esta causa la maldición consumió la tierra. 10 Quebrantada está la ciudad desolada, toda casa se ha cerrado para que no entre nadie.

        Juan 6. Apocalipsis

      1 Y vi cuando el Cordero abrió uno de sus sellos. Ven y mira. 2 Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una «corona», y salió venciendo y para vencer.

        Poco hay que añadir a la selección del texto de Isaías. El Pacto sempiterno es el que relaciona al ser humano con la naturaleza, que es su origen y habitat. Se han violado todas las leyes y todas las reglas de la relación humana con su entorno natural, y en solo un mes, el covid-19, la peste del siglo XXI, ha devastado toda la economía mundial, acumulando cientos de miles de enfermos y de víctimas mortales. Ni un solo día antes, nadie era capaz de predecir semejante desastre planetario. Toda la economía de consumo, todo el sistema del capitalismo depredador, ha sido puesto en estado de alarma, por algo que ni siquiera puede verse. Es una amenaza que está en cualquier lado, que cambiará nuestro modo de relacionarnos y de vivir, a partir del primer día que salgamos a la calle.

          El segundo texto, el de Juan, es siempre más enigmático, pero menciona una palabra clave, la corona, que el es ofrecida al primer jinete, y que le fue dada para vencer. ¿Se vencerá al virus de la corona?. Parece que sí, aunque reaparecerá una y otra vez. Este es el motivo por el que cambiará nuestro modo de vivir y nuestra economía. Los virus no son seres vivos, pero mutan y se transforman, reapareciendo como nuevas amenazas de modo periódico. Los recursos de los países ya deberán prepararse para enfrentar estas oleadas. Se vencerá esta vez, y por ello el día 1 de abril apareció el arco en el cielo. La naturaleza, de momento nos avisa. En un solo mes, la salud del Planeta ha mejorado más que en toda la última década, de medidas y acuerdos contra el Calentamiento Global. El impacto de la vida humana sobre el clima es un hecho irrefutable. La alteración de la naturaleza solo trae estas consecuencias, el envenenamiento universal.