El avión sin carga


Estamos tan acostumbrados a utilizar los aviones, que casi pensamos que son coches y que pueden usarse en casi todas las condiciones posibles. Un avión no. Una aeronave debe portarse a sí misma más la carga, o sea, los pasajeros más sus equipajes. La aeronave que opera en Melilla es el ATR 72, de fabricación italiana y francesa. Entre sus características se dice que: tiene unas prestaciones excepcionales en cuanto a maniobrabilidad, sustentación y capacidad para volar en aeródromos limitados.

El aeropuerto sin nombre de Melilla es un aeropuerto limitado, con características específicas que limitan el tipo de aeronaves que pueden operar en él. Justo a un puñado de kilómetros existe una montaña de casi un kilómetro de altura, que crea un fenómeno meteorológico denominado como panza de burro o acumulación de nubes de baja altura. Cuando esto ocurre y las nubes descienden por debajo de los 100 metros, impiden el aterrizaje en el aeropuerto de la ciudad. No puede instalarse un sistema de aproximación ILS porque implicaría la instalación de balizas y su mantenimiento en territorio marroquí, lo que resulta imposible porque implicaría tener dependencia estratégica con un tercer país, y estar pendiente de sus vaivenes.

Ampliaciones de pista y otras historias

El aeropuerto de Melilla fue inaugurado el 31 de julio de 1969, con una pista inicial de 750 metros. En 1974 se amplió la pista hasta los 975 m., que estuvieron operativos hasta 1982, en que otra ampliación la hizo alcanzar los 1080m. Otras dos ampliaciones posteriores elevarían su recorrido hasta los 1433 m. de la actualidad. Esto hace que el ATR 72 sea ahora mismo, el mayor avión que puede aterrizar en la pista melillense. Transporta hasta 72 pasajeros con los 20 kgs. de carga individual, lo que supone un total de 6000 kgs. de carga. Es un avión turbo hélice de 6 palas en su nuevas versiones, que van mejorando las prestaciones de vuelo y transporte. Puede alcanzar una velocidad cercana a los 500 kms/h.

Excesos de carga

Los transportes deberían ser un tema consensuado entre las diferentes opciones políticas y no un campo de batalla. Las características limitadas del aeropuerto hacen provocan la suspensión de vuelos, o el desalojo de pasajeros y de carga, como ocurrió ayer en el vuelo IB8288 de Granada a Melilla. El excesivo calor levantó bruma sobre el mar y la aerolínea anunció un leve retraso en la salida, que no llegó a producirse. Lo que demoró la salida del vuelo fue el exceso de equipaje. Algunos se habían excedido con el material portante. Al final el comandante del vuelo decidió no transportar la carga, y embarcar a todos el pasaje. Esto debería controlarse, y el exceso de equipaje marcarse con una determinada etiqueta, para que en caso de sobrecarga, se priorice a los pasajeros que llevan el equipaje requerido: 20 kgs por persona y un pequeña maleta de cabina. Nunca deben dejarse pasajeros en tierra, solo el equipaje excesivo.

Nota: En la zona de Romilla la Nueva, en donde se sitúa el aeropuerto de Granada-Jaén, Federico García Lorca, con 40º de temperatura, comprendimos lo duras que pueden llegar a ser las condiciones de trabajo de los pilotos de aeronaves, en su exiguo habitáculo.

El colmo de la ineficacia


El edificio nuevo de la Policía Local

Escribimos esto porque lo que no se relata no se conoce y lo que no se sabe no existe. Es preferible que te lean un pequeño grupo de personas y ya quede para el futuro, que dejar que algo así quede 3 en el olvido

Cada gobierno se señala, a su pesar, por una obra que en su momento consideró emblemática. Esto ocurrió con la fuente de la desembocadura del Río de Oro, que fijó el límite de un gobierno vanidoso, pero esto nos retrae a 2019.

Ahora, en 2023, tenemos un gobierno que ya no existe, ni en funciones, porque ya ha cambiado la Asamblea que lo sustentaba. Están en estado de agonía prolongada, por el recurso habitual de impugnación electoral, de uno de los partidos que lo formaban, y que siempre lo interpone cuando los resultados le son adversos. Este hecho jurídico mantiene en «vida artificial» a un gobierno, más incinerado que la hoguera de San Juan de 2023.

El nuevo edificio de la Policía Local de Melilla constituirá el paradigma del gobierno que desaparecerá el próximo día 7 de julio, esto es, hacer una obra que luego no fueron capaces de inaugurar ni poner en servicio. ¿Qué ocurrió? Nadie lo sabe, porque hemos padecido uno de los gobiernos más herméticos y con menos capacidad de comunicación de los últimos decenios.

Ha pasado un año desde que se instaló allí una placa que dice que «este edificio fue inaugurado tal día por tal y por cual». No es cierto. Como mucho aquel día se acabaron las obras, pero tampoco es seguro. Lo mismo no hay ni cédula de habitabilidad. No fue inaugurado ni nada. Sigue sin uso, y sin explicación alguna sobre lo sucedido, que no han sido capaces de explicar. Ahora serán otros quiénes lo acaben, inaugure, y pongan en servicio.

Por eso esto es el colmo de la ineficacia en una gestión. Dejárselo hecho a otros.

Ceres Machado, la historia en el Kursaal


Isabel Martínez López, viuda del padre Jaén

Isabel Martínez era alguien especial. Su tono de voz, su calma y paz interior. La tormenta había pasado y ella estaba allí, para contar su historia a quien quisiera escucharla. No buscaba la compasión de nadie, ni reconocimiento alguno, solo que no se olvidara el nombre de Diego Jaén Botella. Fui muchas veces a verla, siempre con su hija Manuela, el vivo retrato de su padre. En 1999 no había cámaras digitales, ni teléfonos móviles, por eso no tengo ninguna foto con ella. Cuando me dio las cartas originales (escritas por otro preso) de su marido, era la primera vez que se desprendía de ellas en 60 años. Las llevaba siempre encima, pegadas a la piel. Me las dio con confianza absoluta, solo me dijo: «No me las pierda, esas cartas son mi vida». Esa misma semana se las devolví, tras hacerle las correspondientes fotocopias en color. Tras reintegrárselas, me dijo: «No las publique hasta que yo muera«. Publiqué las cartas el 20 de enero de 2002.

Todos conocemos el fuerte de Rostrogordo y el campo de fusilamiento. Allí llevaron a Isabel Martínez en la madrugada del 7 de octubre de 1936, fecha de la ejecución del Padre Jaén. Pasó con él sus últimas horas, se despidió de él, y cuando regresaban camino de Cabrerizas en el coche oficial, escuchó, como un trueno, la descarga de fusilería que abatió a su marido. Con mucha serenidad me dijo: Mi vida se acabó en aquel momento, no podré olvidar ese ruido mientras viva. Desde aquel momento ya solo tenía a sus hijas, y vivió solo para y por ellas. Luego vino su hijo Antonio, y esa es también otra historia.

Una historia de Ceres Machado

Ceres Machado, la más prolífica autora teatral de Melilla, ha dado forma a la historia más oculta y vergonzosa del último siglo en nuestra ciudad. Si algo pude percibir en 1999, es que de lo sucedido con el ex sacerdote ilicitano, y político socialista, nadie iba a contar nada, más allá de lo que era públicamente conocido y publicado, en Una Mujer en la Guerra de España de Carlota O´Neill. El modo en que esta ciudad se vengó de ese pobre hombre, resulta aterrador incluso para nuestros días. Fue perseguido, detenido, torturado, escarnecido públicamente, y finalmente ejecutado.

Ceres Machado tiene una habilidad especial, y es que conecta con el pasado, con esos personajes y consigue traerlos al presente, de modo que a lo largo de la representación vuelves a verlos y sentirlos. Te introduce en la historia poco a poco, y su magnífico elenco de actores se transforman en aquellos a quienes representan y vuelven a cobrar vida. Esa es la magia de Ceres Machado, de sus obras de teatro, y de sus actores y actrices de Sibila Teatro, que insuflan vida en la historia. Eso es una creadora.

Han pasado casi 100 años de la mayor villanía de nuestra historia, y esta obra, en la recreación de Isabel Martínez, ha conseguido una justa y necesaria reparación. Necesitamos que un monolito , monumento o lápida conmemorativa, recuerde e identifique el lugar en donde estuvo exhibido, como una fiera, el dignísimo padre y político Diego Jaen Botella. Mientras tanto, ya tenemos la recreación de Ceres Machado.

La soledad del final


El presidente De Castro en el Hospital del Rey

Ahora ya solo es tiempo de reflexiones, porque todavía seguimos viviendo este final, este desmoronamiento por etapas, por días, por actos. Dentro de no muchas semanas todos será recuerdo u olvido de un sueño que transmutó en pesadilla, según cuentan los que estuvieron allí dentro, según muchos de los que lo vimos desde fuera. Importa el final e importa mucho, lo hemos escrito en otra ocasiones. Ya no es momento de defender a nadie, porque se van a emitir muchos juicios sobre lo sucedido en esta ciudad, pero tampoco de hacer leña alguna del árbol a punto de caer.

Eduardo de Castro es todavía el 5º Presidente de Melilla. Para la historia, para la ciudadanía, para los medios de comunicación, para casi cualquier ámbito, es el gran villano de esta historia política que ahora concluye, pero no es ni con mucho, el mayor responsable de la sucedido, ni el único, y casi podría decirse que los verdaderos y grandes culpables se están ocultando tras las cortinas.

Lo vimos ayer, en el que será uno de sus últimos actos públicos, en la despedida de Vicente Moga como responsable del Archivo Central de Melilla, y como director del Servicio de Publicaciones y de la Fundación Melilla Ciudad Monumental, en el antiguo Hospital del Rey. Los últimos galardonados por la Fundación fueron Jose Luis López Belmonte, José Martín Cano y Vanessa Martínez.

Es el único que está hablando y expresando opiniones de decepción y frustración ante la magnitud del desastre electoral, cosechado por el que fue considerado como «gobierno del cambio» y que acaba «perseguido por la Justicia» en algunas de sus áreas. Ante esta situación nadie está hablando, salvo él. El resto del gobierno calla, en una situación completamente insólita, sobre todo en la que respecta al partido que aspiraba a gobernar en solitario. No solo no ha hablado nadie, sino que tampoco han vuelto a convocar ruedas de prensa, ni a mostrarse en público. Estas borrando las cuentas oficiales de las redes sociales, y congelando y vaciando las que son personales. Los últimos mensajes existentes son del 26 de mayo, en aquellos que todavía las mantienen.

Así pue, el único que merece ser destacado en este final, es el Presidente Eduardo de Castro, que está dando la cara por «un gobierno ya inexistente» que va a ser borrado del mapa, y que no se ha ocultado cobardemente, como otros muchos. Como está escrito en La Conjuración de Catilina del escritor romano Salustio, al final mostró un valor digno de mejor causa.

Ya nadie se acuerda de Ignacio Velázquez, primer presidente de Melilla, ni de como acabó. Ya nadie se acuerda del voto al GIL, ni del regreso del lobo bajo las siglas de PPL (Populares en Libertad) ni de todos los que le secundaron, ni del enorme cansancio que existía en 2019, tras 19 años de gobierno del mismo Partido Popular, que ahora regresa para gobernar. En los finales se muestra también la verdadera condición humana y también en la generosidad con el vencido.

Aquí ha habido mucho mal, muchas esperanzas, frustradas en su conjunto, como el propio presidente ha reconocido. La derrota es muy amarga. Algunos se salvarán, aunque no todos. Detrás de su salida vendrán otras muchas. Desde este blog, el veredicto es de absolución, o no culpable, como les gusta decir en los Estados Unidos,.

¡ Nos vamos !


La dura voluntad popular

La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado. Es el artículo más sencillo, pero también el que más miedo da. Toda la obsesión de los partidos políticos es limitar la potencia de este artículo, mediante mil añagazas y artimañas. Sin embargo, cuando la voluntad popular se expresa , derrumba carreras, prestigios, gobiernos enteros y descose el mapa del todo el territorio nacional. Solo se nos pide consulta cada cuatro años, en teoría, salvo los adelantos electorales, pero con ese poco, se hace mucho. La evidencia es que los analistas políticos se desconciertan intentando analizar qué ha pasado y porqué, sin acertar demasiado. No hay ninguna opinión que satisfaga enteramente y como mucho, definen solo verdades muy parciales, no extrapolables a ningún otro territorio salvo al propio. Ganar saben muy pocos, perder casi ninguno.

Retorno al pasado en Melilla

Hemos vuelto a la situación preexistente en 2011, al año del origen del Alminar. Lo que quiere decir que la mayor parte de este viaje político no ha tenido sentido. Ni la década perdida (2011-2019), ni el gobierno del cambiazo (2019-2023). Todo ha regresado al mismo punto, con las mismos actores y con diferentes testigos. En estos 12 años Melilla se podría haber transformado en el territorio con más expectativas de todo el territorio autonómico español. Sin embargo, no se ha conseguido formar ni una mayoría política nueva, se han auto terminado las más prometedoras y otras siguen estancadas en el mismo punto del que salieron. Nos volverá a gobernar la antigua lista, casi con los mismos nombres y personas, pero como lo ha decidido la voluntad popular, no se puede hacer objeción alguna. Ninguno de los que han perdido, pese a estar en el gobierno, porque se ha perdido desde allí, ha sido capaz de construir la más leve autocrítica, porque el que gana no necesita hacerla, pese a que no haya aportado novedad alguna.

Mayo el mes profético

Mayo es nuestro mes, el de este blog, que siempre ha sido y es un mes profético. No hemos borrado ni alterado nada en 12 años de historia, salvo corregir erratas y algunos errores de sintaxis. Y esto es porque queremos que lo escrito quede, para que lo opinado no pueda manipularse. Ese ha sido nuestro interés desde el principio, desde el mismo 3 de mayo de 2011. Así, los que no regresaremos al pasado seremos nosotros. En mayo publicamos 10 artículos, dos de los cuales pasaron a la prensa escrita. En total 2637 artículos desde nuestro Big Bang inicial, también en periodo electoral, tiempo político al que ha regresado la ciudad o la han hecho regresar. Vamos a seguir vigilando la ciudad, porque nos importa, pero ya no nos ocuparemos de su baches, de sus infinitas corruptelas, de los negocios, de los pelotazos, ni de sus aconteceres diarios. Todo está aquí para siempre.

Alfa y Omega, cuando el final es el principio

Miguel de Cervantes quiso enterrar a su Quijote, para que nadie pudiese levantarlo y hacerle hacer cosas que no quería, como en el pseudo Quijote de Avellaneda. No va a ocurrir eso con el Alminar, porque vamos a seguir dentro de él, y porque tampoco queremos verlo derrotado, como a don Quijote en las playas de Barcelona, en un episodio muy triste, pero necesario para su posterior inmortalidad, en el más grande de todos los epitafios: Tuvo a todo el mundo en poco; fue el espantajo y el coco del mundo, en tal coyuntura, que acreditó su ventura morir cuerdo y vivir loco.

Ni morimos cuerdos, en El Alminar, ni vivimos locos, aunque sí hemos sido el coco del mundo. Nos acompañaron tantos y ya quedan muy pocos, así que como dijera don Quijote: Vámonos yendo Sancho, que en los nidos de antaño, no quedan pájaros hogaño. El mundo del pasado necesitará otros narradores. Nos vamos para seguir.

Escribiremos de lo que queramos y seguiremos estando, pero esta explicación era debida, para todos los que han formado y formarán siempre nuestra comunidad alminariense. La que nos ha acompañado en esta odisea en el espacio, tanto física como temporal. Desde «La Campaña final» (12/05/2023), hasta «El hundimiento» (29/05/2023); nada hay escrito que no se haya cumplido, incluso para nosotros mismos: El final siempre te alcanza aunque lo retrases. No lo demoremos más. Los signos han sido muy claros. No es El Alminar, lo que ha cambiado.

Y nos vamos el verdadero Día de Melilla, el 7 de junio, el día por el que siempre apostamos.

Nota: https://elalminardemelilla.com/2011/06/07/7-de-junio-el-verdadero-dia-de-melilla/