Al finalizar agosto


 

       El mes de agosto tiene verbo propio: agostar. Lo que ha sobrevivido al mes de julio, no lo hará al de agosto. De éste mes se dice que guarda el secreto de doce meses completos. En la sabiduría popular existe lo que se denomina el cálculo de «las cabañuelas», según el cual, en los doce primeros días de agosto se ejemplifican lo que va a ocurrir en el resto del año. El día primero marca lo que ocurrirá todo el mes de agosto, el día 2 señala a septiembre, el tres a noviembre y así hasta el duodécimo día, que marcará lo que ocurra el mes de julio, pero del año siguiente. El cálculo también puede repetirse en enero.

       La tradición, o la leyenda dicen que «las cabañuelas» toman su nombre de las costumbres de los sucesivos invasores de la península ibérica, que iban talando y despejando bosques para ganar superficie para la agricultura y ganadería, y que al aproximarse septiembre iniciaban la construcción de cabañas o cabañuelas, para pasar los meses de otoño e invierno.

        Atravesar la península en agosto resulta desolador, por la cantidad de superficie, casi provincias completas, desprovistas de cualquier resto de masa forestal (Córdoba, Jaén, Ciudad Real, Toledo, Valladolid, Almería, Albacete). Todas estas y algunas más, conforman una inmensa superficie yerma de bosques, que componen lo que muy bien pudiera llamarse «la pampa española».

           Pese a que el mes de agosto pierde casi una hora de luz entre su principio y su final, el implacable sol del mes tiene tiempo más que suficiente para abrasar amplias superficies del hemisferio norte. El sol de agosto es un inmenso brasero sobre el cielo. Cuando algo se acaba y llega a su final, se dice que se agosta.

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La llegada de la bruma


    Hemos visto en ocasiones como la ciudad aparecía cubierta por la bruma, pero verla llegar, desbordando  el litoral, rebasando los acantilados y alcanzando la parte de la ciudad más cercana al mar es más difícil de ver o de coincidir con ella. La bruma costera se forma cuando una masa de aire templado y cargado de humedad pasa por encima del agua del mar y está más fría. La meteorología distingue entre niebla y bruma, que son fenómenos distintos y que tienen diferentes causas, incluso para  cada uno de ellos.

     El día anterior hizo un calor extremo, la evaporación del agua es mayor y al encontrarse con una masa de aire cálido y húmedo, se produce la saturación y se forma la bruma. Al entrar en contacto con el suelo  ardiente la humedad  se disipa, se queda sobre la tierra y no penetra más allá del borde litoral. Ha sido una circunstancia momentánea.

       Como metáfora cabe decir que hasta los entendimientos más claros puede nublarse en un instante. Una vida puede oscurecerse en una hora. Un periodo histórico puede sumergirse en la neblina en un día. La niebla acecha hasta en los días más claros.

El patriarca en su otoño


            

         

                      Fabio, las esperanzas cortesanas
                       prisiones son do el ambicioso muere, 
                       y donde al más astuto nacen canas.

           Sobre  Juan José Imbroda, Presidente de Melilla, se ha escrito muy poco en términos que no sean hagiográficos o de claro culto a la personalidad. Hay miles de fotografías suyas, en cualquier parte y actividad, pero todas son «posados». Apenas hay fotografías que le muestren en actitudes cotidianas y sin que él mismo perciba que está siendo observado.

           En El Alminar mantenemos un equilibrio escrupuloso entre los actos de su gobierno, que juzgamos con dureza, y el respeto a su persona, a la que no juzgamos en momento alguno. La simbiosis es perfecta, porque cualquier imagen no preparada del Presidente melillense supone un éxito numérico en las visitas al  blog, pero sin que ello suponga ningún otro beneficio, aunque tampoco perjuicio.

           Nos consta, desde hace mucho, que el Presidente Imbroda lee cualquier referencia a a su persona, y que si ésta tiene la más mínima traza de verdad, se cuida de atenderla o desmentirla en cuanto le es posible.  Si hay algún integrante del Ejecutivo local que se puede ver paseando por la playa, o andando en  lugares en los que otros integrantes de su gobierno no se atreven, es al Presidente Imbroda. Desconozco hasta qué punto es una imposición propia o una actitud personal, pero es un hecho.

                                 La máfora del Poder

       Ver abdicar a un rey, renunciar a un Papa, o cesar por propia voluntad el mandato de un político, son anomalías. Hay contados casos a lo largo de la historia. El poder es una pasión que rara vez se abandona. Solo cataclismos sociales, revoluciones, o la propia naturaleza retiran a un dinasta o jerarca.

          En el año 2011 concedió una entrevista en la que dijo  lo siguiente: veo próximo mi retiro, quiero disfrutar de lo que he conseguido. probablemente se trate de la expresión de un sentimiento real, que no ha podido llevar a cabo porque está atrapado por las circunstancias «personalistas» de su propio poder.  Todo depende de él y todos/as dependen de él. El Presidente Juan José Imbroda se encuentra en el otoño de su vida y en el otoño de su poder. Es la mejor época para disfrutar de aquello que se ha conseguido, siempre y cuando uno se encuentre en óptimas condiciones físicas y mentales, lo que parece ser el caso, aunque pudiera seguir ganando elecciones otros  «doscientos años».

          Frente al vendaval de las sospechas e imputaciones judiciales, frente al calor del verano y a las críticas sobre el estado de las playas, el Presidente de Melilla, acompañado de su esposa y también diputada local Francisca Conde, recorrió el litoral melillense desde un extremo hasta el otro. Como cualquier otro ciudadano, recogió un trozo de cristal o algún elemento peligroso de la arena y lo depositó en el cubo de basura más próximo. Hace solo dos días habíamos escrito que los altos cargos melillenses no se dejaban ver por las arenas melillenses.

           Como siempre, todo fue casual, simplemente estábamos ahí. Ni demasiado lejos, ni demasiado cerca, en el fino equilibrio del Alminar.

      Nota: https://elalminardemelilla.com/2012/09/28/coloso-o-gigante-con-pies-de-barro/

Cuestiones sobre los barcos


 

Motril defiende su línea y Melilla en riesgo con  las suyas

          Solo a los efectos de la gestión de un gobierno, el ver cómo entra y sale del puerto de Beni Enzar el buque rápido de Acciona, es la mayor humillación posible para las Consejerías correspondientes ( Fomento y Turismo). Si el Presidente de ese gobierno conservase alguna capacidad de maniobra, habría cesado inmediatamente a los responsables de ambas áreas, el mismo día en el que el buque de Acciona entró por primera vez en el puerto marroquí.

          El gran problema de Melilla es cómo regresar a ella, o incluso cómo salir. Motril, municipio similar al nuestro, defendió y consiguió su línea marítima entre su puerto y el de las dos ciudades norteafricanas (Melilla y Nador), con lo que ha conseguido una parte de la cuota del Paso del Estrecho. Esta afluencia de viajeros en tránsito ha supuesto una importante reactivación de la zona colindante al puerto, e incluso el de la propia ciudad, a la que se acercan todos los que esperan la salida del barco. Es lógico que el municipio motrileño, puerta de entrada de Granada y ciudad equidistante entre Málaga y Almería, defienda con «uñas y dientes» la presencia de la naviera Armas en su costa, a la que ha revitalizado económicamente.

        Sin estación marítima, sin gastos multimillonarios, sin la petulancia de nuestra Autoridad Portuaria, Motril tiene  muy bien organizado el tránsito de los barcos, con abundante personal y señalización para encontrar desde la autovía, el camino hasta el puerto sin perderse.  Esto no sucede en Melilla.

            Sin la línea de Motril, la situación del transporte marítimo hubiese sido catastrófica en nuestra ciudad, en donde ya ha habido problemas para conseguir billetes y hay muchos días sin billetaje para las próximas fechas.

              Las bofetadas de Acciona al gobierno de Melilla

            Un amigo, entendido en los asuntos marítimos y en las peculiaridades de las navieras, me contó que estas compañías no suelen pisarse las zonas de navegación. Trasmediterránea lleva más de un siglo transitando el mar entre el sur de España y el Norte de Marruecos y la naviera Armas está muy asentada en Canarias. Las navieras pertenecen a familias inménsamente ricas y son difícilmente presionables.

            Las navieras tienen catálogos con los barcos disponibles y realizar un pliego de condiciones de transporte marítimo, en el que ninguna de las dos compañías tenían los barcos requeridos, muestra un alto grado de irresponsabilidad. Alguien, no sabemos quién, quiso jugar fuerte contra Acciona, pero lo hizo de farol y sin cartas que le respaldasen. Al final se han estrellado y a toda Melilla con ellos.

             Acciona ha dejado dos veces el pliego de condiciones vacío, y eso son dos bofetadas. Armas, como ni le iba ni le venía el asunto, ni siquiera tuvo intenciones de presentarse al concurso. Como no hay dos sin tres, Acciona lanzó la tercera bofetada al Ejecutivo melillense, que ya reconoce no saber qué hacer, paseando el barco rápido a lo largo del verano por delante de nuestras narices y en dirección a Nador.

              Es verdad que el Ejecutivo socialista consiguió un contrato de mínimos con la familia Entrecanales, propietaria de Acciona, pero es que este gobierno no ha conseguido ni siquiera eso.

         Nota: (1) https://elalminardemelilla.com/2013/04/21/el-contrato-maritimo-de-melilla/

                   (2)  https://elalminardemelilla.com/2014/01/30/las-verdades-del-barquero/

 

Regreso al hogar melillense


 La oleada de las medusas

      Hasta bien entrado en mes de junio, o incluso los primeros días de julio, las playas melillenses distaron mucho de estar en estado óptimo. Antes de marcharme de vacaciones pudo vivir un día de banderas rojas. En todas la ciudades y pueblos de costa hay problemas de gestión. En Melilla lo que no hay es gestión. Muchos melillenses no pueden salir de la ciudad y solo tienen las playas. Si pudiesen salir y comparar, simplemente con las de ciudades y pueblos pequeños, podrían ver que lo que se nos ofrece a los melillenses es casi nada, pese a las ingentes y desmesuradas cantidades presupuestarias que maneja nuestro Ayuntamiento/Ciudad Autónoma.

     Tras la primera toma de contacto con nuestras turísticas y publicitadas playas, la sensación es desoladora, aunque se vuelva con el ánimo sereno y dispuesto a reconciliarse con nuestra ciudad. La comparación resulta lamentable y siempre en nuestra contra. El mobiliario urbano playero lleva sin renovarse demasiados años. La arena de la playa está cada vez más sucia, llena de anzuelos y todo presenta un aspecto muy deteriorado.

        Por si fuera poco, los problemas para aparcar en la zona de La Hípica (la playa estrella), son tercermundistas, a lo que debe añadirse las obras de saneamiento, que solo podían realizarse en la temporada de baños, para dar mayor  sensación de abandono y falta de gestión ordenada.

        En el agua, que varía según la franja de la playa y las horas, hay zonas de espeluznante suciedad, con el agua muy próxima al estado  de chapaote. Por si faltaba algo en el regreso, llegaron las medusas en oleadas. Las controladoras de playa cumplían con su misión, que es ninguna. No es culpa de los trabajadores.

         Nuestro gobierno, diputado y senadores, regresan poco a poco y ofrecen ruedas de prensa. Por el aspecto broncíneo  y uniforme de su moreno, se nota que ninguno ha pasado en Melilla sus vacaciones, al menos en nuestras playas.

Córdoba cierra su mezquita en domingo


 

  La decisión del Cabildo de Córdoba causa gran incomodidad al turismo

          Cada domingo, desde hace unos años, el Cabildo de Córdoba cierra el acceso a la gran mezquita omeya, entre las 11 de la mañana y las tres de la tarde, y a partir de las seis. Esto quiere decir que uno de los monumentos más atractivos de Europa, solo es visitable en domingo entre las 8 y las 11 de la mañana y entre las 3 y las 6 de la tarde. Esto sucede los domingos, que es el día de mayor afluencia de visitantes. Cualquiera que conozca Córdoba, sabe que visitar la mezquita a partir de las 3 de al tarde, es someter al visitante a un castigo extraordinario en verano, dada las extremas temperaturas del legendario verano cordobés. Hacer eso es invitar a no visitar la mezquita los domingos. La excusa y la causa coinciden en este caso, y es la celebración de 4 misas de culto cristiano en la catedral, que está empotrada dentro de lo que sigue siendo una mezquita, aunque ya sin culto islámico por razones históricas y obvias. Es el revanchismo cristiano del Cabildo Cordobés. A las tres de la tarde cierran la mayor parte de las tiendas de recuerdos de la zona de la judería, por lo que el turista que se arriesgue a deambular por allí en verano, no encontrará casi ningún lugar en donde comprar un recuerdo, pilas paras sus máquinas de fotos o una botellita de agua con la que paliar la deshidratación.

         En todas la catedrales de España, durante las horas de culto no se impide el acceso de los turistas, pero sí se recomienda el no hacer fotos ni ruido. Solo se cierran transitoriamente las zonas de culto. Lo visto en Córdoba supera todas las normas de descortesía. Nadie visita Córdoba para ver su catedral, y todos lo hacen por ver su mezquita. Las catedrales son focos de atracción turística, y gracias a eso La Iglesia española obtiene unos jugosos y pingües beneficios. El caso cordobés es único, pues se trata de un templo cristiano encajado dentro de lo que fuera una de las mezquitas más espléndidas de la España islámica, junto con las de Sevilla y Almería, si hacemos caso de las referencias históricas.

         Hay una anécdota histórica, atribuida al emperador Carlos I, al que se pidió permiso para edificar la catedral cordobesa, que al visitarla y solicitársele su opinión sobre la nueva obra, afirmó: «habéis destruido algo único en el mundo, para hacer algo que pude verse el cualquier lugar». No se puede decir más, con menos palabras, algo muy propio del gran monarca español.

                                                 De monumento público a propiedad privada

         Un educado miembro o colaborador del Cabildo catedralicio, nos explicaba a los turistas presentes, que poco hay por lo que protestar, pues la mezquita-catedral de Córdoba ya no es un monumento turístico público, sino una propiedad privada ( inscrita en el Registro de la Propiedad por 30€ gracias a las reformas legales del Partido Popular gobernante).  Al explicarle que esta situación no había sido así siempre, mi anónimo interlocutor me dijo que tenia razón, pero que el Obispo de Córdoba, no aclaró si el actual o el anterior, había tomado esa decisión por considerar que el ruido y el habla de los turistas, convertía el oficio religioso de la misa en un mercado.

        Lo que sí es un mercado es recaudar 8 millones de euros anuales por las visitas a la mezquita, sin tributación como ingreso, y considerar que los domingos sí es una catedral. Todo un ejemplo de soberbia e intolerancia de los que se proclaman los seguidores de Jesús, el Cristo. ¿Debemos pagar tributo al César?, le preguntó un miembro del sanedrín al rabí Jesús, a lo que respondió: A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Alguien se ha olvidado ya de esto.

El retiro del gran explorador


    Con   Miguel de la Quadra Salcedo en Sotosalbos

                Las cosas siempre suceden en un orden determinado. No siempre lo más interesante es el inicio ni lo peor el final. Todo ocurre cuando ocurre. Hay que evitar la tentación de amplificar solo aquello que nos ha gustado y reducir lo menos atractivo. Todo puede ser escrito, pero en el orden en el que sucedieron, para alterar el recuerdo lo menos posible.

              En Sotosalbos, el lugar en el que puede suceder cualquier cosa, pude encontrarme con Miguel de la Quadra Salcedo, en su merecido y escondido  retiro. Hay un antes y un después de la exploración contemporánea  en España tras la aparición de Miguel de la Quadra.  Su abuelo, José Miguel de la Quadra Salcedo, fue un gran arquitecto, fallecido en 1952, que desarrolló casi toda su obra en el Protectorado Español de Marruecos, concretamente en la ciudad de Tetuán. Según me contaba su nieto en su retiro de Sotosalbos, el mercado de Melilla lleva la firma de su ilustre antepasado. La familia tiene concedido el marquesado de Castillejos.

             Poco hay que decir sobre este hombre, pues su nombre habla por sí solo.  Pocas personas hay en España, de mediana edad, tanto mujeres como hombres, que no recuerden el gran bocado que le lanzó la anaconda en el río Amazonas. De la Quadra Salcedo y Félix Rodríguez de la Fuente revolucionaron el mundo de los documentales y de los viajes en España. Hay unos proverbios que dicen que: uno abre el pozo y mil beben de su agua, y otro muy parecido que afirma: uno abre el muro por el que otros pasan. Ambas afirmaciones describen perfectamente la actividad profesional de este singular periodista y gran persona, a la que la fortuna, me ha permitido conocer y saludar, aunque sea en la época de su retiro, que es cuando más se agradecen y necesitan los reconocimientos, aunque sean así de fugaces.