El nuevo eje comercial de Melilla


                           Melilla y el centro comercial Murias

Entrada nº 2000

                    Hasta ahora el eje comercial de Melilla estaba en su zona norte (el centro de la ciudad) y miraba hacia la península. Con la inauguración del Parque Murias, en los antiguos terrenos del cuartel de Valenzuela, no solo se produce un cambio físico, sino también de orientación. El nuevo polo económico de la ciudad se instala en su zona sur y se orienta hacia Marruecos. Hay hasta cambio de denominaciones. Ya nada queda de la antigua posada del Cabo Moreno, unida al pasado más bélico y oscuro de la ciudad,  y queda sepultada bajo el nuevo centro comercial, instalado por primera vez en Melilla, más de 2 décadas después de que se instalara la primera en España. En Málaga el centro comercial Larios abrió sus puertas en 1996, con 45.000 m² de superficie comercial, y en Almería, el centro comercial Mediterráneo abrió sus puertas en 2000, con 70.000 m² de superficie comercial. El centro comercial Murias de Melilla se inaugura hoy 30 de noviembre de 2017, con una superficie comercial de 34.000 m².

                         Las incógnitas económicas del cierre de Zara

           Sin embargo, la apertura del nuevo centro comercial ha quedado unida al próximo cierra de Zara en el centro de la ciudad, previsto para el próximo 30 de enero. La incertidumbre sobre el futuro económico de la ciudad sigue abierta. El empeoramiento y progresiva reducción de las comunicaciones con la península (barcos y aviones), apuntan también hacia el desplazamiento del eje económico de la ciudad. Zara y otras empresas del grupo Inditex (Stradivarius, Pull & Bear, Massimo Dutti, Zara Home) se empezaron a instalar en Melilla a partir del año 2000, siendo la primera Kiddy´s Class, que abrió y renovó el concepto de comercio en el desfasado centro urbano de la ciudad.

        Inditex reflotó el viejo hotel Avenida en febrero de 2007, que de otro modo ahora estaría vacío y camino de la ruina, como muchos otros edificios del centro urbano. La apertura de su firma estrella, Zara, el 24 de febrero, fue un acontecimiento social y un revulsivo para la que fue la tradicional zona comercial de la ciudad, que ya atravesaba una aguda crisis, por su incapacidad para adaptarse a las nuevas tendencias comerciales. El grupo Inditex ha superado los 26. 000 millones de euros de ventas el pasado año (el 17% de ellas en España) y emplea de modo directo a más de 162.000 personas. En la we oficial del grupo las noticias son las aperturas de los nuevos centros, y no de un cierre, como el de Melilla. El grupo Inditex tributó en España 870 millones de euros de modo directo y registra un crecimiento sostenido a lo largo de la última década. No hay explicación para el cierre en Melilla, aunque la mayoría de las empresas del grupo estarán en el parque comercial Murias, incluyendo su franquicia de bajo coste Lefties. Son 7292 tiendas en todo el mundo y 272 nuevas aperturas el pasado año, y un cierre, el de Melilla. El centro comercial Murias ha abierto hoy sus puertas, y más de la mitad de los comercios del centro urbano están cerrados.

                                  ¿Existe un lobby de alquileres?

      ¿Quién compra y quine vende inmuebles completos en el centro de Melilla?, ¿por qué hay tantos edificios vacíos, incluso los ya rehabilitados, y quiénes son sus propietarios?. Zara rehabilitó el hotel Avenida y pagaba un alquiler mensual que podría estimarse en los 20.000€. Nadie rehabilita un edificio para marcharse 11 años después, sin que medie una causa justificada. La burbuja de los altos alquileres del centro de la ciudad podría haber estallado, aunque sin una detonación ruidosa. Con la apertura del nuevo polo económico podrían haberse producido dos situaciones, la primera es que Zara hubiese intentado rebajar su oneroso alquiler o al contrario, que se les hubiese solicitado un incremento. Los comercios están cerrando en el centro, porque no existe actividad económica que resista el pago de entre 2000 y 4000 euros mensuales de alquiler. Existen grande propietarios de inmuebles, pero no parece que tengan una visión común. Lo que sí existe es un continuo movimiento de compra y venta, o de traspasos y arrendamientos, como el sucedió en la franquicia Granier, que ha cambiado de manos en apenas dos años de actividad.

     Lo que es un hecho es que la burbuja de los alquileres ha pinchado por completo, y que la marcha de Zara podría llevar tras de sí a alguna otra de sus franquicias, salvo que se produzca una rebaja sustancial de los arrendamientos.  De no cambiar la orientación, el centro de Melilla puede quedar desierto. La inversión pública de 707 plazas de aparcamientos en Isla de Talleres  puede acabar resultando un fiasco, ante un desplazamiento del eje comercial de la ciudad.

    Nota:https://www.inditex.com/

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Noviembre en El Alminar


            En noviembre quien no haya sembrado, que no siembre. Acabando noviembre, en El Alminar ya está casi todo hecho y dicho. Nuestro año acaba aquí, en las puertas del frío. Esto no quiere decir que no se escriba en diciembre, pero la tendencia y las cifras del trabajo del año ya están marcadas. Tampoco puede darse nada por cerrado, porque siempre hay acontecimientos imprevistos, pero un vuelco en los datos no es algo que suela darse. Es verdad que hasta el 31 de diciembre nada hay seguro. Sin embargo, la actitud hacia el último mes de año es distinta. Diciembre, el décimo mes romano, trae otros ritmos y dedicaciones.

       Este es el 6º año completo del Alminar, en el que se sigue consolidando y manteniendo la  tendencia que sitúa el blog por encima de las 200.000 visitas, rebasando siempre las 240.000. La publicación de artículos o entradas esta estabilizado en las 200 anuales en los tres últimos años, muy lejos de los dos primeros en los que el ritmo de publicaciones parece ya inalcanzable, con 413 en el año 2012 y 371 en 2011. Ahora todo es más estable, más cómodo y menos estresante. Para poder continuar hay que economizar tantos las fuerzas, como los tiempos disponibles

          A lo largo de este tiempo han existido muchas campañas contra El Alminar y el viento ha azotado con mucha fuerza su cúspide. El gran objetivo fue y sigue siendo la desaparición de los comentaristas, aspecto que nos define y marca la diferencia. Es cierto que cada vez hay menos ganas de comentar las cosas que ocurren en nuestro alrededor. Esta tendencia se ve hasta en las redes sociales. Cada vez se comenta menos, o se comentan cosas que comprometen poco. Temas livianos suscitan una gran reacción y los de más peso parece que espantan la opinión. No corren buenos tiempos para la expresión libre y pública. Los comentarios en El Alminar superan ya los 1100, aunque la cifra se ha reducido a algo más de la  mitad de lo que era habitual, los 2500 comentarios anuales. sin embargo, aunque la opinión expresada haya disminuido, el apoyo de público y visitas se sostiene, lo que quiere decir que nos leen y apoyan aunque no escriban. Es cierto que echamos de menos a muchos de los/as comentaristas que nos acompañaron en el pasado más reciente.

            Dejamos hecho ya el balance, no sea que después no haya tiempo. En apenas dos días alcanzaremos dos logros muy importantes. El primero es rebasar el listón de las 200.000 visitas, y el segundo alcanzar los 1,5 millones de visitas totales, en un contador no trucado. Esto, en aquel lejano mes de mayo de 2011, cuando El Alminar hizo su aparición pública, era algo en lo que no podía pensarse, ni siquiera en sueños.

         Por santa Catalina el frío se afina. Entra el frio en noviembre, y las nieblas y las nieves. El agua queda para diciembre.

 

Corrosión y deterioro en las calles


                 Antes de cumplir las obligaciones del buen ciudadano/a y arrojar un papel o un desperdicio  a una papelera, cuando se encuentre una en un radio inferior a 100 mts, hay que fijarse mucho en el estado del objeto urbano y de que sirve para el uso requerido, porque pudiera darse el caso de que el papel, las cáscaras de las castañas asadas o de las mandarinas, acaben igualmente en el suelo, ya que todo está lleno de papeleras sin fondo. En estos casos no hay vandalismo, sino el simple proceso de corrosión. Hemos detectado dos, una en la calle de La Legión y otra en la de Carlos de Arellano.

               En Carlos de Arellano, esquina con Héroes del Plus Ultra, existe una zona entrópica, en donde hay poste telefónico que ya es solo poste, y un buzón verde de correos completamente seccionado y del que desconocemos su utilidad. No se sabe si es para cartas urgentes o para telegramas. El estado del buzón es peligroso, porque si se usa como apoyo, puedes dar con todo el armazón óseo en el suelo.

                  La oxidación o la corrosión disgregan el metal, o sea que aumentan su desorden o entropía, en un  sistema (la papelera y el buzón) que eran perfectos y estaban en buen estado al salir de la fundición, pero la flecha del tiempo solo corre en una dirección, en la del avance. Para mantener en un estado óptimo se necesita mucho trabajo y vigilancia, y aun así no podremos detener el triunfo final de la entropía. El universo se convertirá en una masa fría al final de su existencia, en la que nada sobrevivirá.

                    La vigilancia de una ciudad; Melilla en este caso, debe ser constante si se quiere mantener en un estado óptimo o próximo. La realidad es que la papelera que cae, o el buzón , o el poste telefónico, no vuelven nunca a su estado inicial, con todos los átomos en su sitio y guardando su cohesión natural. Al final queda solo el hueco.

 

 

¿Edificios deshabitados?


Conservando el modernismo en Melilla

        La segunda ley de la termodinámica dice que la entropía (desorden) de un sistema aislado siempre aumenta, y que cuando dos sistemas se juntan, la entropía del sistema combinado es mayor que la suma de las entropías de los dos sistemas individuales. Esto quiere decir que el desorden en una ciudad siempre aumenta, lo mismo que en un gobierno que lleva demasiados años en su función, y que es más ineficaz con cada año que pasa. La combinación de estos dos factores hace que ese sistema conjunto, Melilla en este caso, tienda a convertirse en un agujero negro, salvo que se impongan las medidas correctoras suficientes para evitar el crecimiento de la entropía. «El que con el tiempo aumente el desorden o la entropía es un ejemplo de lo que se llama la flecha del tiempo»*. De un vaso que este siempre sobre una mesa, podemos afirmar que con el paso del tiempo acabará roto, salvo que gastemos una gran cantidad de energía en conservarlo.

         Un edificio arruinado y de aspecto lamentable nos indica que ya ha envejecido, que no hay cuidado alguno sobre él, y también nos muestra de modo inexorable la flecha del tiempo. Cuando más descuidado esté, quiere decir que más tiempo ha pasado desde su construcción o desde que nadie se ocupa de su mantenimiento.

           En la calle Duquesa de la Victoria hay solares eternos y edificios semiarruinados de los que nadie se preocupa. Toda la calle ofrece un aspecto lamentable y esto nos indica muchas cosas. la principal es que Melilla se encuentra en un estado entrópico puro, Los edificios antiguos y destartalados se desmoronan sin que nadie lo evite (hay tres consejerías responsables de que esto no ocurra), bajo la única mirada de los ciudadanos. Desde este modesto blog del Alminar ya hemos lanzado varias advertencias sobre estados absolutos de abandono. Son los ciudadanos y ciudadanas los que te cuenta o advierten de una situación, y también somos nosotros los que denunciamos ese estado catastrófico.

           Estos edificios modernistas en lamentable situación y tétrico aspecto y que parecen estar habitados, bien por los menores desamparados o por la población vagabunda. Melilla tiene su «Corte de los milagros». solo que aquí no estamos en el París de Victor Hugo. No estamos en el siglo XIX, sino en el XXI. Tampoco están Esmeralda, Quasimodo ni el archidiácono Frollo. Casi el mismo artículo que el de hace unos meses (1). La flecha del tiempo siempre apunta en la misma dirección.

   Nota:* Historia del tiempo, Stephen W. Hawking.

(1)https://elalminardemelilla.com/2017/06/17/asalto-y-ocupacion-de-edificios-en-melilla/

 

La ruina metálica de la Torres V Centenario


 

                          Torres del V Centenario, el camino hacia el fin

            Toda la estructura metálica de las Torres del V Centenario de Melilla están corroídas. En el verano de 2014 se tuvo que desmontar todo el armazón metálico del ascensor panorámico. Desde 2016 está prohibido el acceso a los balcones, al desprenderse en la Torre norte una de las barandillas metálicas. En no mucho tiempo se prohibirá el paso por los intercambiadores internos y se deberá abandonar el piso superior del platillo, en donde están los juzgados de lo Contencioso-administrativo.  La historia de la degradación paulatina de las Torres del V Centenario están suficientemente reflejadas en El Alminar.

               En enero de 2012 escribíamos lo siguiente*: En una obra pública importan tres cosas, la primera el cómo se acaba, la segunda si sirve a los fines para lo que se construyó, y la tercera es la que relaciona la utilidad y el dinero invertidoAsí pues, si evaluamos individualmente los tres conceptos que debe cumplir una obra pública, el suspenso total a esta obra es inapelable. Es un lugar inhóspito. El envejecimiento de los materiales es extremo para solo los 15 años que lleva construida. Mi vaticinio es que en no mucho más de ese plazo, (25 años) deberá ser abandonada y finalmente “demolida”.

                Nos encontramos a finales de 2017, con un deterioro irreversible, a tan solo 20 años de su construcción. Las Torres del V Centenario son la peor obra pública de la historia de Melilla. Este es el legado de una gestión ininterrumpida, cuya característica son las obras faraónicas y de alto coste. No le pueden echar la culpa a los agentes meteóricos. Las mismas condiciones de salinidad y humedad rigen para las Torres Petronas de Kuala-Lumpur y sus 485 metros de altura. La diferencia es que estas últimas sobrevivirán varios siglos, y  las de Melilla no tiene ya más de 5 o 10 años de existencia útil.

                   Desmontaje de los paneles metálicos de las emblemáticas Torres

         El pasado 20 de noviembre comenzó el desmontado de los paneles metálicos de las Torres del V Centenario. Los paneles cumplían una triple función, por un lado estética y por otro de protección de la superficie de cristal. Además aportaban sombra al interior y tenían una función de seguridad a la hora de limpiar los cristales y en las labores de conservación y mantenimiento. Sin embargo, el alto estado de oxidación de los paneles ha llevado a la Junta de propietarios, todos organismos administrativos, a llevar a cabo su desmontado completo, sin previsión de que sean sustituidos por ningún otro recubrimiento alternativo.

             Las Torres V Centenario se cimientan sobre pilotes, y los edificios se aligeraron todo lo posible en su carga, evitando tabiques interiores y exteriores, debido a la zona en donde fueron ubicadas. Cuando las cargas transmitidas por el edificio no se pueden distribuir adecuadamente en una cimentación superficial excediendo la capacidad portante del suelo. La cimentación sobre pilotes es obligada sobre suelos de baja calidad portante o  cuando la edificación está situada sobre agua o con la capa freática muy cerca del nivel de suelo y  en edificios de altura expuestos a fuertes vientos. como es el caso. Sin embargo no hablamos sobre las Petronas, sino de nuestras modestas Torres V Centenario.

             Un problema que está apareciendo es la fragmentación de las placas de embellecimiento al nivel de suelo, lo que podría indicar que el peso de edificio, pese a estar cimentados sobre pilotes, podría estar ejerciendo una presión superior a la prevista, o el suelo ofreciendo una menor resistencia de la calculada.

 

Nota:(1)https://elalminardemelilla.com/2012/01/17/torres-del-v-centerario-de-melilla/;(2)https://elalminardemelilla.com/2014/09/29/el-fin-del-ascensor-panoramico/

Hospital militar y amianto


              Amianto, uralita, fibrocemento. Los tres nombres y el problema del que no se habla ni escribe en Melilla, pese a que nos rodea. Hoy se han reiniciado las obras de demolición del antiguo hospital militar y todas sus dependencias y pabellones. Esto era un requisito que asumió en su momento el Gobierno de la Ciudad Autónoma. Las obras del nuevo hospital debían haberse concluido a finales del año 2013, pero el gobierno Popular de Mariano Rajoy las paralizó en abril de 2011. Con respecto a la finalización de la obra civil, se llevan 4 años de retraso. Este quiere decir que antes de 2021 no estará concluido el edificio. En esa época ya no estarán al frente de la ciudad ni del Estado, ninguno de los actuales gobiernos.

             Hoy han entrado las prisas para que se va actividad en la zona, pero no son la obras de reinicio del nuevo hospital. Es el acondicionamiento del terreno, eliminación del arbolado, derribo de muros y de antiguos edificios y pabellones del antiguo hospital del Docker. Es lo mismo que decir que tiene que despejar la zona para que la empresa adjudicataria de las obras del hospital, reinicie su labor interrumpida hace 6 años. Hay que repetir que el proyecto inicial estaba presupuestado en 41 millones de euros y que el acabado del actual alcanzará los 90, o sea, más del doble. Según la excusa ofrecida entonces, el Partido Popular paralizó las obras por negarse a aceptar una modificación del proyecto que incrementaba su cuantía en 8 millones de euros, lo que todavía deja una distancia de 43 millones entre aquella obra y la actual, cuando se reinicie.

                        Hospital militar y amianto

            Todo lo construido en España entre 1940 y 1990 llevaba el tenebroso material del amiento y la firma de la familia March, contribuyentes netos del golpe de Estado de 1936. Ya hemos dicho que el material letal se escondió bajo nombre como uralita, fibrocemento o asbesto, pasando así oscurecido hasta los tiempos actuales. Durante décadas hemos convivido y con este material sin saberlo. La uralita vuelve a recobrar su característica letal cuando se retira, fragmenta o deteriora. Luego hay que almacenarla, porque no se puede fracturar ni cortar. Hay un protocolo para la retirada del amianto, que dudamos que se esté cumpliendo o esté en marcha en Melilla. En todo este tiempo, desde que descubrimos el secreto en el mes de julio, hemos detectado algunas retiradas de material, y localizado una extensión enorme del mismo. Todas las dependencias del antiguo hospital militar o del Docker, están llenas de uralita, que es decir amianto. ¿Qué se va a hacer con este material, se va a retirar con las adecuadas de seguridad y con los protocolos exigidos?. Hasta el mes de julio pasado no sabíamos nada de esto. Ahora estamos absolutamente atentos. Lo tenemos todo fotografiado. No pueden mover una sola placa sin que podamos advertirlo.

Nada,τίποτα , nimic


            La nada absoluta existió, pero solo un instante, antes de que toda la materia del Universo concentrada en un solo punto estallara y diera origen al Big Bang y empezara a crearse el espacio y el tiempo. ¿Hay algo fuera de eso, más allá de la expansión?.  «He aquí, pues, que la nada se cierne en torno al ser por todas partes», decía Jean Paul Sartre. La nada es ese límite más allá del cual nada puede decirse o verse, como hoy, a primera hora de la mañana en Melilla. Nadie que no supiese previamente qué es lo que hay al otro lado de la niebla, podría afirmar cosa alguna sobre qué existe al otro lado de lo que se ve.

           Brandon Carter formuló el principio antrópico diciendo que: Tenemos que estar preparados para tener en cuenta el hecho de que nuestra ubicación en el universo es necesariamente privilegiada hasta el punto de ser compatible con nuestra existencia como observadores. Pueden existir otros mundos, otras formas de vida, pero nosotros solo podemos estar aquí y de esta forma. En cualquier otro lugar no seríamos nosotros ni en este modo.

          Las condiciones para la existencia de vida son muy exigentes, aunque el número de probabilidades sea también inmenso.  Los tiempos son enormes, escasamente comprensibles.  Son lapsos superiores a los 10.000 millones de años. Nada de lo que está más lejos de nosotros existe ya. Pudo haber vida y llevar ya centenares de miles de años extinguida, o pueden existir otras formas de vida pero tan lejanas que no haya posibilidades de conocerlas, ni de saber cómo son o se han desarrollado.

          En cualquier caso, y es de lo que habla el principio antrópico, se trataría de una forma de vida capaz de observar, porque si no hay observador, no hay hecho observado. Hay una nada absoluta, que lo envuelve todo, y también una nada parcial y cotidiana. La nada del olvido, de la pérdida del recuerdo, de la memoria de los hechos, esa es parcial, como la de Carmen Laforet. Ese es el tipo de nada que evita El Alminar. Contra esa nada se puede luchar y ganarle terreno, contra la otra, la absoluta, la que estaba antes o al otro lado del universo en expansión, no.

         Nota:https://elalminardemelilla.com/2014/05/09/frente-a-la-nada/