En el interior de los barrios
La construcción no se detiene en Melilla, la ruina y el derribo tampoco. No se está construyendo para el futuro. Muchos de los edificios nuevos del barrio del Real, en el Hipódromo, en el monte de La Libertad, faldas de Camellos y en otras zonas de la ciudad tienen unas condiciones de habitabilidad mínimas, con escaleras casi impracticables, con accesibilidad nula y sin ascensores. Si la ley exige que con tres plantas ya debe existir un ascensor, la normativa se elude con una entreplanta y un primer y segundo piso. Muchos de esos nuevos edificios no durarán lo que los antiguos. Si se tratase de la selva no habría nada que decir, pero cuando existe una administración que debe velar por el cumplimiento de la normativa, es cuando surge la perplejidad. Algún día mostraremos el nuevo urbanismo insólito.
Decenas de solares surgen como esporas por toda la ciudad. Se han construido edificios de gran tamaño, con decenas de pisos, que permanecen vacíos y sin ninguna prisa para su venta. Los precios del alquiles se disparan sin control, convirtiéndose en un producto inasequible y existen barrios con viviendas de aspecto y condiciones medievales. Edificios que una vez derribados permanecen décadas como solares, sin la menor utilidad ni fin proyectado.
Edificios del Real
Existe una normativa del año 1975, probablemente inconstitucional, que obliga a que la Administración, en este caso la Delegación de Gobierno, autorice cualquier compra y venta de inmueble en la ciudad, entre particulares. No se sabe el alcance de esta «vigilancia», pero no está evitando que casi todo el suelo disponible, y edificios completos, se estén concentrando en apenas unas decenas de propietarios.
En el interior de los barrios caen edificios todas las semanas, y solo en algunos casos la construcción es inmediata. Este edificio del centro del barrio del Real está arruinado. Parte del techo de la azotea está caído y una gran parte de la 2ª planta se encuentra a cielo abierto. Existe una estructura que protege el paso de los peatones por encima de la acera. En el bajo subsisten dos negocios , uno de ellos emblemático, que deben tener los días contados. No parece existir la más mínima intención de rehabilitación. La situación es anómala, no tiene explicación, o el edificio está en ruina o se rehabilita, pero no se puede mantener así, en espera de cualquier cosa. Un poco más arriba hay solares eternos, y en los laterales hay edificios ya vacíos, en espera de que se desmoronen solos, y así resultará más barato el desescombro.
Nota: https://elalminardemelilla.com/2017/09/10/sucesos-extranos-en-melilla/