La impudicia y los tocamientos de Luis Rubiales


Recurrimos al código penal y a los reglamentos, que no lo describen todo, ni lo tienen en cuenta todo, para poder opinar o posicionarnos sobre una acción inadmisible del presidente suspendido, de la Real Federación Española de Fútbol, en la ceremonia de entrega de premios de la final del Campeonato del mundo femenino y no encontramos una definición satisfactoria.

En viejos y antiguos tratados morales de comportamiento y de ética pública, encontramos las frases adecuadas para describir las acciones del representante del fútbol español, en una jornada que debió ser solo festiva y de gloria, que está enturbiada irremisiblemente por su impudicia. No se habla de otra cosa desde entonces.

Tocarse el propio miembro viril masculino, con delectación y de modo obsceno, a solo 3 metros de S.M. la Reina de España Doña Letizia, y a solo dos de S.A.R. la Infanta doña Sofía, y frente al resto del mundo, conllevaría la dimisión inmediata, o la destitución vía Decreto Ley, de tan impúdico y bestial personaje, dominado por una furia y euforia incontrolable. Transgredió de modo consciente, cualquier límite de comportamiento público. Lo sorprendente, es que no haya existido unanimidad en todos los sectores sociales y políticos, en exigir la destitución del descontrolado Rubiales, y hayan sido significativos los apoyos recibidos por este personaje. Estos apoyos, velados, firmes o dubitativos, fueron los que le permitieron emprender una huida hacia adelante, en donde pisó más charcos y rompió más cristales, en vez de pedir el perdón público y mundial, y dimitir inmediatamente después.

La impudicia consiste en tactos, tocamientos, besos impúdicos, palabras y gestos obscenos, hechos de manera torpe y grosera, en comunidad, con delectación y satisfacción personal, sin respeto alguno a la intimidad de los presentes, o incluso invadiendo el espacio íntimo y personal de otras personas, caso de la futbolista Jennifer Hermoso. No solo se recreó en la acción, sino que mostró al mundo su nulo respeto a la obligada distancia personal y corpórea, en un acto público, y en la obligada deferencia del cargo que ostentaba en ese momento. Las posteriores explicaciones en las que culpó de su propia acción a la futbolista, mostraron su ausencia de arrepentimiento y la carencia de límites morales o de frenos éticos. Su ósculo no fue inocente, sus torpes tocamientos «in partibus secretioribus» tampoco, aunque no hubiera gran conmoción de la carne. El personaje estaba fuera de sí, mientras todos los demás se comportaban como personas.

Los secretos del mundo del fútbol

De todos los deportes practicados por los humanos, el único que ha generado un industria universal es el fútbol, y es una de las actividades más rentables y lucrativas, pero no solo en los altos cargos de las federaciones nacionales e internacionales. Los dirigentes regionales, autonómicos y provinciales conforman una nomenclatura, muy opaca por lo general. En el mundo del fútbol corren ríos de dinero, que compran voluntades y espíritus. Esa es la explicación de los aplausos a la autojustificación de la fechoría de Luis Rubiales, y las desafecciones posteriores, pero llevadas a cabo con sordinas en las trompetas. No vaya a ser que el personaje vuelva y pase factura a los desafectos.

La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) se convirtió en entidad privada para escapar del control público en sus ingresos y gastos. El caudal monetario federativo fluye como los ríos, desde las alturas a la desembocadura y tiene sus propios afluentes o patrocinadores. Los sueldos y dádivas son vertiginosos. Se compran y venden campeonatos del mundo, se alteran votaciones, se trasladan campeonatos nacionales a sedes emirales se venden partidos o parte de ellos, se apuesta por todo, hasta por un penalti antes del fin de la primera parte. Cualquier cosa porque el dinero manda y ordena.

Ahora ya es una cuestión de Estado. La obscenidad fue cometida delante de la S.M. la Reina de España. A Luis Rubiales solo le espera la destitución. Él, por su propia idiosincrasia es incapaz de comprender el alcance de lo que hay hecho, incluida la jugadora Jennifer Hermoso. Es una cuestión de decencia y dignidad pública.

Nota: Pese a su notoriedad, y pese a que está grabado por medio mundo, no hay vídeos o fotografías de gran resolución de los tocamientos impúdicos del todavía presidente del futbol español. Es el tiempo de la censura universal. Solo queda loque quieren que veamos.

Interstellar en el Perímetro


Interstellar es una magnífica película de ciencia ficción, sobre la 5ª dimensión y la curvatura del espacio-tiempo. Si se pudiese viajar a través de un agujero de gusano, el tiempo no pasaría del mismo modo para el viajero, que para el que permaneciese observando. La película es del año 2014, y dirigida por Crhistopher Nolan. Como en todo en esta vida, hay cosas que solo nos producen un efecto en un momento determinado, y no antes ni después. El horizonte temporal cambia, aunque el espacio físico en el que vivamos sea el mismo. Se puede coincidir aunque alejados en el espacio, o no compartir el mismo tiempo aunque se viva sobre el mismo espacio. Separa el tiempo, no el espacio, y el tiempo puede no ser el mismo, ni su medida.

Este fenómeno ocurre en pequeña escala sobre la carretera perimetral de Melilla, que separa dos realidades físicas muy distintas, las de España y la de Marruecos. A esa carretera de 7 kilómetros de longitud espacial se la denomina como «el perímetro», porque lo es. Cuando se circula por ella y te captura el satélite marroquí, inmediatamente tomas una hora de diferencia con el interior de la ciudad. Esto sucede en la magnitud física medible, pero la distancia podría ser mayor, incluso de siglos, de aplicar otros sistemas, como los calendarios.

El caso es que Interstellar nos ha dado un clave para interpretar y definir lo sucedido en Melilla en la pasadas elecciones de municipales de mayo. El gobierno en ejercicio involucionó, se descompuso, y empezó a rotar descontroladamente, como una nave en ausencia de gravedad, creando un agujero de gusano. Ante la falta de nuevas opciones y pwrspectivas, con toda la legitimidad democrática del mundo, el electorado decidió que el pasado era la única posibilidad de futuro y decidió volver a 2019, para borrar así la realidad de un presente que no tenía que haber sucedido de esa forma, ni era el esperado.

En el caso del Alminar de Melilla el desfase producido es de 4 años, pues llevamos viajando en el espacio y en el tiempo desde el año 2011. No estábamos dispuestos a regresar a ese pasado que dejamos atrás, y seguimos nuestro propio horizonte temporal, que es el del 2023, respetando eso sí, la voluntad soberana del pueblo melillense. Por eso, el 7 de junio comunicamos en una entrada que nos íbamos, que no volveríamos a posar nuestra nave sobre la realidad cotidiana de la ciudad. La lámpara sigue encendida, alumbrado, pero viajando siempre hacia el futuro.

No nos ha ocurrido nada. Seguimos aquí observándolo todo, con nuestro candil situado en lo más alto, para que los que entren, vean la luz. Son muchos y muchas los que nos preguntan, pero no sucede nada malo. Seguimos nuestro viaje, apoyados, amparados y leídos por nuestra extensa y silenciosa comunidad alminarense. Somos también una Odisea en el espacio, y una Stargate (puerta de las estrellas). Todo eso y muchas más cosas están en el perímetro, nuestro horizonte de sucesos.

Nota:https://elalminardemelilla.com/2023/06/07/nos-vamos/


Luz Casal, sublime en La Granja


   Luz Casal ha impuesto un golpe de timón a su dilatada trayectoria artística, tanto en los temas, como en los ritmos musicales. Sin abandonar sus muchas esencias y sus diferentes tonos de luz, entra en una etapa más dulce, más firme, más plantada en el escenario y en la cabeza de todos.

   En España hay muchas pequeñas localidades que han decidido nuestra historia, mucho más que las grandes capitales. Hablamos de Móstoles, Aranjuez, Vich, Bailén o La   Granja de San Ildefonso. Si se viene a La Granja es para triunfar, y eso es lo que ha hecho Luz, en el patio de la Real Fábrica de Cristales, un 11 de agosto de 2023, día de Santa Clara.

Reinventarse, transformarse, evolucionar, sin perder las señas de identidad, sin renunciar a lo que se ha sido, pero manifestándose en el presente, para seguir aportando y viviendo. ¿Qué hacer si gana la derrota? Pues volver a comenzar de nuevo hasta llegar a ese momento dulce del que disfruta y que se nota encima del escenario. Tender la mano, buscar el apoyo de un amigo, buscar los recuerdos del pasado, pero sin aferrarse a él, porque siempre se es nuevo.

Tuvo que cantar Y te dejé marchar, porque nadie quería irse. Luz Casal empezó como una suave brisa y acabó como un vendaval que levantó al público de los asientos. Organizó el mayor coro conocido hasta la fecha, haciendo cantar al abarrotado patio, en donde no cabía una sola persona más.

Una artista entregada, en un espléndido estado de forma física y espiritual frente a un público dispuesto a seguirla hasta donde ella quisiera. Todos los asistentes éramos conscientes de asistir a algo más que un buen concierto. Ha sido una noche especial, mágica, en La Granja, de esas que se recordarán hasta el último día.

Luz Casal, la cantautora intimista del amor y sus desgarros, del amor entre espinos, de los sentimientos más íntimos, acabó lanzada sobre el escenario, acompañada por una magnífica banda de músicos, en una noche única, en la que todo funcionó.

Los temas del nuevo álbum, los de su golpe de timón, los temas antiguos, los clásicos, la apuesta por sus raíces personales y musicales. Cerrando un concierto en el que nadie la dejó marchar, con el siempre siempre sublime «Negra sombra» de Rosalía de Castro.

Quien quiera tocar el cielo debe antes besar el suelo. Ambas cosas las ha hecho Luz Casal en La Granja de San Ildefonso, en la que no ahorró nada, ni siquiera una sola de sus portentosas contorsiones.