Con el Laurel de los Héroes


El Estado arropa a Carlos Esquembri en Melilla

La escueta nota oficial presentada por la Agencia Estatal de la Administración Tributaria solo decía que el suceso que ha conmocionado a Melilla, el fallecimiento en acto de servicio de Carlos Esquembri, se había producido a 750 millas al oeste de Canarias, o 1350 kilómetros en distancia terrestre. Eso es el más allá marítimo, lo que se conoce como Atlántico Norte y por debajo de Las Azores. Se supone que la distancia se indica a partir de la isla más alejada hacia el Oeste, Santa Cruz de la Palma o El Hierro.

Hacemos todas estas indicaciones para que se perciba el enorme esfuerzo realizado por la tripulación del Fulmar, la patrullera de altura de la AEAT, que ha recorrido la inmensa distancia que separa el lugar del suceso de la ciudad de Melilla, y que han recorrido en cuatro días de navegación constante para traer a su compañero hasta la que es, para siempre, su ciudad. Desde el pasado día 18, cuando llegó la noticia desde el océano Atlántico, Melilla ha vivido en completa tensión y dolor por la tragedia.

A las 16h 00 del día de hoy, la proa del Fulmar despuntaba sobre la bocana del Puerto, seguido del Alcaraván V, otra patrullera de pequeño tonelaje de la Agencia Tributaria, con base en Almería, de la que Carlos Esquembri era su capitán. En el Fulmar era su primer oficial. Esta patrullera era denominada como «Alca» por su tripulación. Sobre ambas embarcaciones sobrevolaba el helicóptero, que les daba escolta desde la capital almeriense. Así han entrado con rigurosa puntualidad en el puerto melillense.

El largo regreso a casa

Fondeados ya en los muelles del Puerto, primero el Alcas y luego el Fulmar, en donde venía Carlor Esquembri, ambas tripulaciones formaron frente a sus embarcaciones, y en el lado opuesto una formación de honores del Cuerpo Nacional de Policía, que había participado en esta operación. En el mar estaba la lancha del Grupo de Operaciones Subacuáticas de la Guardia Civil. Presidiendo el acto estaban las autoridades del Ministerio de Hacienda y de la AEAT, el Presidente de Melilla Eduardo de Castro y la Delgada del Gobierno Sabrina Moh.

Al haber fallecido en acto de servicio, Carlos Esquembri fue descendido a hombros, con el féretro cubierto por la bandera de España y sobre ella la corona de laurel reservada a los caídos en combate o en acto de servicio, según la terminología civil, porque en realidad esto es «la guerra al narcotráfico» y el Fulmar se diferencia muy poco de una patrullera militar. La tecnología de la que está dotado el Fulmar es puntera en todos los sentidos, y se le conoce como «el terror de los narcotraficantes».

Un bello día y mar completamente en calma esperaban al melillense caído en aguas del Atlántico Norte. El puente de mando del Fulmar, llevará desde ahora su nombre por expreso deseo de su tripulación. En los barcos rigen normas propias, bajo el mando del capitán y de los deseos de sus tripulantes. La familia del mar, como ellos se denominan, tiene otras reglas, solo entendibles para los marinos.

Carlos Esquembri ya está en casa para siempre, no de la forma y en el tiempo que hubiésemos deseado, pero en el mar rigen otros sucesos. Ahora ya ha alcanzado la gloria de los inmortales, el laurel reservado a los héroes. Lo que más le hubiese gustado a Carlos, era haber podido disfrutar y ver todo esto. A él, enamorado del mar, de sus dos familias, de su tierra, de la defensa del Estado. Lo hemos hecho nosotros por él y algún día se lo contaremos, si no es que lo sabe ya. Descansa ya en paz para siempre, amigo.

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A Carlos Esquembri Hinojo


¿Qué consuelo nos queda en una sociedad humana como ésta, plagada de errores y penalidades, sino la lealtad no fingida y el mutuo afecto de los buenos y auténticos amigos? San Agustín, La ciudad de Dios

Hay amigos que son más que amigos, o lo son en un sentido pleno, y que son casi tanto como hermanos. En esta categoría se encontraba Carlos Esquembri desde mi llegada a Melilla en 1979, cuando formamos la pandilla del parque Hernández. Allí íbamos tarde tras tarde, sin faltar una, tras el fin de las clases del Instituto. Desde esos 18 años, Esquembri, quería ser marino y estudiar Ciencias del Mar en Cádiz, objetivo irrenunciable que mantuvo pese a los «locos y contrarios» consejos de todos los que éramos sus amigos. La Mar Océana era su pasión y a ella dedicó su vida. Primero en los petroleros con los que cruzó el mundo, desde Alejandreta (Turquía), hasta Nigeria y Sudamérica, hasta su regreso a Melilla, que era su otra pasión después del mar y el océano.

Estuvo casi una década en el Capitán Mayoral, barco perteneciente a la Compañía de Mar hasta el 2010, en el que fue dado de baja y enviado al desguace. Él formó parte de la tripulación civil contratada por el Ministerio de Defensa, para abastecer a los Peñones e Islas de soberanía española. Estar vinculado a la legendaria unidad que desembarcara en Melilla en 1497, le llenó de orgullo y satisfacción. Unos años antes, enterado del próximo cese de ese servicio marítimo, decidió preparar las oposiciones de Vigilancia Aduanera, como tripulante de embarcaciones y con la categoría de primer oficial de puente. Y si estaba satisfecho como su pertenencia a la legendaria unidad en la que llegaron los conquistadores de Melilla, su orgullo se hizo pleno cuando pasó a formar parte de los patrulleros de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria, en su lucha contra el narcotráfico y el contrabando. En esta actividad ha permanecido a lo largo de más de dos décadas. En el mundo de la mar abarcó todo cuanto le fue posible.

Amigo entrañable y melillense de talento

En el origen del Alminar estuvo él, que ya tenía su blog de Al Sur de Alborán, y que siempre me animó (y lo he escrito) a que creara mi propio blog. Carlos Esquembri coincidía plenamente con El Alminar y sus objetivos, aunque él, siempre tan prudente, se llevaba las manos a la cabeza cuando publicaba alguna de las más osadas opiniones e investigaciones publicadas aquí desde hace 12 años. «Un día volveré y del Alminar no quedarán ni los ladrillos», solía decirme. Pero él regresaba siempre y mi blog siempre estaba. Y así ha sido siempre hasta ayer, el funesto día 18 de marzo de 2023.

Porque la clave de todo, para nuestra amistad, para su familia, era que él siempre regresaba. La cena de rigor entre ambas parejas de amigos/as; en la que comentábamos todos los disparates y esperpentos sucedidos en Melilla durante sus ausencias, era esencial para la puesta al día y su actividad literaria. No solía darle excesiva importancia a sus arriesgadas persecuciones marítimas de narco embarcaciones, pese a que eran muy largas y exigentes. En algunas ocasiones atravesaron la línea del Ecuador o llegaban más allá de aquella zona en la que en los mapas antiguos se escribía: Hic sunt dracones (encontrarás dragones).

Y ha sido justo allí, a 750 millas marítimas de no se sabe dónde, en una persecución durísima, en un océano embravecido, con una narco tripulación que se resistió hasta el límite, en donde Carlos Esquembri Hinojo, 1er oficial de Vigilancia Aduanera, se encontró con el terrible dragón de la muerte, de modo heroico y defendiendo su divisa de Servidor del Estado, a bordo del Fulmar, el buque estrella de la Agencia Tributaria. Porque su muerte ha sido heroica y ahora espero que el Estado al que sirvió recompense y enaltezca su memoria, porque otra cosa ya no puede devolverle.

Barruntos

La última cena conjunta fue el pasado 4 de marzo, apenas hace dos semanas. En última intervención, en el mes de febrero, apresaron un carguero con 4500 kilos de cocaína. Las misiones eran cada vez más continuas, largas y arriesgadas. Se le notaba el cansancio y la preocupación. Solo disponían de dos patrulleros de altura, el Fulmar y el Petrel, y las tripulaciones justa para tan arriesgadas misiones. En el vídeo difundido por la propia Agencia Tributaria del último abordaje, se puede apreciar la peligrosidad del mismo. Para hacerlo debían abandonar el barco y embarcar en una lancha zodiac, que es la que dicen que ha volcado y que le ha costado la vida. El lunes 13 fue el último día en que lo vi y conversamos en las calles de Melilla. No me dijo en ningún momento que volvería a salir. Solían llamarle los martes.

Su faceta literaria y de investigación histórica

El tiempo que pasaba en Melilla lo dedicaba a su familia y a su ciudad. Tenía otro blog:https://melillaizquierda.blogspot.com/, y es autor de numerosos artículos de investigación histórica. Publicó un biografía del diputado por Melilla Carlos Echeguren, y una historia del sector pesquero melillense. Tenía publicados importantes trabajos sobre la Historia de Chafarinas y sobre el poblamiento del «campo exterior». Pertenecía a la Asociación de Estudios Melillenses.

El último viaje a Melilla

Las tripulaciones son como familias, eso me contaba. La supervivencia depende de la suma de cada uno de ellos, de su cohesión. Llevaban a un mes juntos en alta mar sin posibilidad de ir a ningún lado. El apoyo mutuo y el hacer vida familiar resultaba imprescindible. Su tripulación no ha querido dejarle en ningún lado. Lo traen sin interrupción desde ese más allá marítimo en el que navegaban, hasta Melilla, a la que llegarán (D.m.) en la tarde del miércoles 22. Luego ya se quedará con nosotros para siempre.

El rescatador del Rocío y del Cautivo


Sebastián García: In memoriam

Los primeros pasos en busca de la densa historia de la semana santa de Melilla me llevaron invariablemente hasta la casa de Sebastián García y Loli Arjonilla. Si alguien merecía que la calle en donde vivían llevase su nombre era esta singular y ya irrepetible pareja, porque le daban sentido colectivo a esta calle. La falta de reconocimiento en esta ciudad hacia alguno de sus personajes más representativos y que más han hecho por ella, empieza a ser un mal endémico. Es más, merecerían haber disfrutado de ese honor en su vida conjunta.

Solo el exdiputado melillense Antonio Gutiérrez Molina se ha atrevido a hacer una elegía post mortem u obituario, del que fuera hermano mayor de la Cofradía del Cautivo y de la virgen del Rocío, advocaciones a las que veneraba sin medida. Hablo de él porque es el que ha fallecido, pero en realidad eran ambos, en el mismo modo que lo eran Isabel y Fernando y su célebre Tanto monta, monta tanto. Esa otra frase que tanto repetimos de «hacer Melilla» cobra sentido en la actividad humana, social y vecinal de Sebastián García.

Su contribución a la recuperación y rescate de la semana santa melillense y de esta cofradía es fundamental, sin ningún matiz posible. Sin él, no hubiera sido posible, o la evolución de las cosas hubiese sido totalmente distinta. Sin embargo, el que Sebastián y Loli se encontrasen en un cuarto oscuro, allá por por 1983, con los restos abandonados de las dos imágenes más veneradas de Melilla, cambió la historia. Era el año 1983 y los pasos procesionales todavía no habían regresado a las calles, desde la prohibición eclesiástica de 1974. El miedo a los iconoclasta era tal, porque todavía actuaban y no habían acabado el trabajo empezado, que vistieron a la virgen del Rocío con el vestido de novia de Loli (que presentamos en exclusiva), y la escondieron en la capilla de los toreros en la Plaza de Toros, conocida también como la mezquita del toreo. A partir de ese momento empezó la reconstrucción de la semana santa melillense, es el hecho clave.

Reconstruyeron la cofradía desde la nada, porque no había quedado nada, ni siquiera las imágenes, que tuvieron que ser restauradas. a partir de ahí, se presentaron nuevamente en las calles en 1989. No había tronos, ni palios, ni varales, ni cirios, ni vestidos, ni corones. Recuperaron todo, las pasos semanosanteros, la romería del Rocío, la banda, el coro de Jesús Cautivo, e incluso llevaron una nueva imagen de la virgen del Rocío a los Pinos, que fue donada por Evaristo Muñoz Manero, entonces Comandante General de Melilla. La cofradía renacida como el ave fénix, alcanzó su máximo esplendor y prestigio, hasta que en 2005, en un suceso del que nada más se ha sabido, el entonces vicario Antonio Ramos Ayala, decidió intervenir y disolver la Junta de Gobierno de la Cofradía, con un decreto que se conoció como «el vicariazo«.

Sebastián García y Loli Arjonilla se retiraron del mundo público y renunciaron a defenderse públicamente de lo sucedido. Con el mismo empeño con que levantaron la cofradía, crearon su nuevo mundo, su pequeña capilla que compartían con el barrio, con los vecinos y amigos, y allí volvieron Mª Santísima del Rocío, Jesús de Medinaceli y otras muchas imágenes que ellos iban adquiriendo o que les iban donando otras personas. Desde ese mismo año y hasta la fecha presente, montaban el Belén Navideño, participaban en la Cruces de Mayo, celebraban Pentecostés y el día de la Patrona, con pequeñas fiestas en la calle, con presencia de música, amigos y comida y bebida para todos los asistentes, sin faltar un solo año.

La desaparición de Sebastián García cierra un época importante en la Pascua católica, la de la recuperación. Al menos un tercio de lo que hoy se tiene y vemos, se debe a su voluntad y a su fervor religioso, inasequible frente a los duros golpes que tuvo que recibir de lo que creía que era su mundo y al que tanto contribuyó. Por eso, y ha sido comentado en las redes sociales, se ha echado en falta dedicatorias consideradas como imprescindibles, por parte de algunas cofradías y hermandades y sobre todo, por la Agrupación de Cofradías, tan exigentes en otras ocasiones. No puede ser tanto el rencor o el olvido, como para que ni siquiera dejen aflorar la obligada caridad cristiana. Que Descanse en Paz Sebastián García.

El Día del Estatuto


El Estatuto de la «realpolitik»

Los días de Melilla son todos, ninguno o unos cuantos. Si tuviésemos que medir la aceptación del día mas representativo de la ciudad según su aceptación popular, habría que decir que el 13 de marzo es el que cuenta con más desinterés por parte del pueblo. No estamos diciendo que no se conmemore, porque son efemérides y un gobierno puede decidir lo que quiere celebrar o no, pero carece de importancia como para ser declarado como festivo. El 13 de marzo de 1995 se aprobó el Estatuto de Ciudades Autónomas para Ceuta y Melilla y el menos en lo que nos corresponde, solo mereció un titular de periódico y ninguna repercusión pública. Nadie celebró ni conmemoró un Estatuto que vino de arriba y que la mayoría de los partidos políticos del tiempo no querían, pero que finalmente acabaron aceptando.

Felipe González pertenecía al mundo de la política de bloques (OTAN y Pacto de Varsovia) y era un firme partidario de la «realpolitik», o el adaptarse a las circunstancias imperantes en cada momento. En aquel tiempo reinaba en Marruecos Hassan II, que siempre fue muy beligerante en cuanto al posicionamiento marroquí sobre Ceuta y Melilla. Tras la victoria socialista en las elecciones legislativas de 1982, Marruecos temió que las ciudades españolas del norte de África se incorporaran al mapa autonómico español, y el gobierno marroquí desencadenó en en 1983 una campaña diplomática contra ambas ciudades, a las que llegó a reivindicar en la ONU.

Los temas por resolver en España eran muchos y muy graves, siendo el principal el terrorismo de ETA, y el golpismo latente, y el primer gobierno socialista decidió enfriar el tema estatutario de Ceuta y Melilla. La cuestión no se retomó hasta 1995 y son por tanto unos estatutos de mínimos, por el partido socialista ya estaba en la fase final de su gobierno y el el monarca alauita seguía vigilante. Es por tanto una efeméride menor, muy por detrás en importancia del 19 de marzo (día del levantamiento del Asedio) o del 17 de septiembre (día de la Conquista), cuyos festivos no van a celebrarse. No vamos a repetir más motivos a favor o en contra porque ya lo hemos hecho sobradamente a lo largo de estos 12 años, y nos seguimos reafirmando en lo escrito sobre cada uno, aunque hayamos matizado algunos aspectos.

Si el 17 de septiembre como festivo fue una imposición del Partido Popular de Ignacio Velázquez, auspiciada por el Partido Nacionalista de Melilla (PNEM), el 13 de marzo como festivo es una imposición de CPM, desde que gobierna desde 2019, y así lo escribimos en la primera ocasión en que fue declarado festivo. La fórmula y nuestra propuesta está aquí escrita desde hace mucho. Cualquier gobierno puede conmemorar lo que quiera, pero si pretende que tenga el apoyo de la ciudadanía, deber contar con aquellos en cuyo nombre gobierna y esto no se está haciendo en esta ciudad desde hace mucho.

La división en el gobierno de la ciudad se ha transformado en una falla, sin posibilidad de cruzar de un lado a otro. Todo se hará más evidente conforme se acerque la lista electoral. El pueblo llano, entre el que se encuentra y cuenta El Alminar, se siente sin opciones, aunque acudiremos a votar lo que cada cual considere el mal menor o lo único posible. En apenas 6 días parte del gobierno aquí presente, no acudirá al inmediato 19 de marzo. En apenas 6 meses el gobierno que celebre o conmemore el 17 de septiembre, será completamente distinto al que decidió no celebrarlo. Efemérides, y días de las comunidades o de las ciudades no son lo mismo. En Ceuta no es festivo. Estas son nuestras paradojas.

El monolito a la Disposición Transitoria 5ª

De lo que nadie se acuerda es de que precisamente en este momento, se conmemoran los 40 años del monolito homenaje a la Disposición Transitoria 5ª, celebrado en marzo de 1983 y que fue el último del primer alcalde de la Democracia Rafael Ginel Cañamaque. El coste del mismo fue de 500.000 pesetas (3.000€). Y ese es su verdadero nombre, y no de la Constitución. En ella se dice que podríamos acceder a la Autonomía, y eso es a lo que no accedimos, aunque sabemos que hay dificultades técnicas casi insalvables, además de la políticas.

Nota:https://elalminardemelilla.com/2020/02/04/viernes-13-y-el-estatuto-de-melilla/

Imágenes del Casino Español


¿Es el Casino Español una de la obras emblemáticas de Enrique Nieto? ¿Podría este edificio tener un uso institucional o comunal? ¿Debería adaptarse antes de que el deterioro avance y sea más onerosa su conservación? La respuesta a estos interrogantes es sí, pero hay que tener proyectos e ideas.

La administración local paga dinerales en alquileres para parte de sus oficinas de atención al ciudadano, algunos muy incómodos, mientras la ciudad se llena de edificios vacíos en un centro urbano que pretende ser escaparate turístico y su motor económico.

Hace ya muchos años que nadie sube por estas impresionantes escaleras, salvo los integrantes de la junta directiva, y muchos más años desde que nadie transita por su interior. Casi la mitad de los melillenses ya no recuerda nada del interior de este espléndido edificio, una de las joyas urbanas del modernismo melillense. La principal entrada principal se encontraba en la fachada de la avenida principal, que ha contado con diferentes denominaciones, la actual es Rey Juan Carlos I.

Según la única edición histórica del Callejero de Melilla de la Asociación de Estudios Melillenses, el Casino Español es la asociación más antigua de Melilla, con origen fundacional en la ciudad vieja. En 1910 compraron el solar sobre el que se ubica el edificio y le encargaron el proyecto a Enrique Nieto, que desarrollo en las tres primeras décadas del siglo XX la mayor parte de sus 102 obras, según el Cronista Antonio Bravo, en su obra La ciudad de Melilla y sus autores.

La ciudad nueva, la neoclásica, la modernista, la art decó, eran partes de un conjunto ilusionante de una urbe europea que se abría sobre el norte africano. Los mazazos de las tres guerras (1909, 1921, 1936) irían erosionado y deteniendo ese magnífico empuje. Desde este blog primero y después desde la página y grupo Facebook, Melillenses por la Defensa del Patrimonio Histórico, con casi 900 integrantes, se intenta dar a conocer todo lo que todavía queda en pie, y evitar una mayor pérdida patrimonial.

El edificio consta de una planta baja, en donde estuvo la última cafeteria hasta la década de 1980, y también dispone de otras dos más con amplios salones, en el que se han celebrado todo tipo acontecimientos. Tiene una biblioteca y todavía mantiene lámparas, cuadros y mobiliario con al menos un siglo de antigüedad. En los años de decadencia sufrió un importante expolio ornamental y bibliográfico.

Agrupación Musical de Jesús Cautivo


Si en algún lugar del Más Allá suene algún tipo de música, esta podrá solo proceder de clarines, trompetas y de cualquier otro instrumento de viento. La trompeta es el primero del que se tiene noticia en la Biblia, y bajo sus acordes los ángeles de Dios proclamaban sus anuncios y advertencias.

En ocasiones hay que volver a un mismo lugar, a veces también muchas, porque nada es igual. En el año 2012 escribimos sobre esta Banda, entonces en formación y 10 años después hemos acudida a verla ya consolidada. A las Bandas de música de Semana Santa solo suele vérselas en procesión. Hay que recorrer el camino junto a ellas y fotografiarlas solo desde un lado. El ruido, el ambiente de la calle, y su propio paso, hace que se escuche de diferente manera, porque la atención cambia.

Dentro del Triduo organizado por la Cofradía de Jesús Cautivo de Medinaceli y Mª Santísima del Rocío, surgió la idea de que la Agrupación Musical ofreciera un concierto en la propia iglesia de Santa Mª Micaela, que es su sede canónica, para que las marchas procesionales que interpretan en la carrera oficial, fuesen escuchadas con la sonoridad que ofrece la nave del templo, y con la Banda desplegada en torno el altar. La idea no ha podido ser mejor, y Gregorio Castillo, hermano mayor de la cofradía la refrendó en la Junta directiva.

La comodidad de escuchar la música dentro del templo es mucha, y también para los músicos, todos aficionados, que no sufren las inclemencias climatológicas ni el constante movimiento de la propia procesión. Dentro de la nave de la iglesia la música y el trabajo lucen a la altura del esfuerzo puesto en este empeño, que no tiene recompensa económica alguna. Todo son horas quitadas al ocio y a otras comodidades. El envolvente aroma del incienso crea un ambiente distinto y único. Incluso las fotografías recogen las volutas que ascienden por la nave y toman un color azulado en ocasiones.

El concierto fue denominado como «Al son de vuestro amparo» y la banda del Cautivo interpretó seis piezas musicales de un género, el de la música de semana santa, que es objeto de enconados debates por parte de los expertos. Sin embargo, dentro de las marchas procesionales hay verdaderas joyas musicales, como la de la Virgen del Valle, Caridad del Guadalquivir y otras muchas. Dentro de las propias Bandas y Agrupaciones Musicales hay algunas de categoría excepcional, así como grandes compositores.

En Melilla existen tres bandas musicales semanosanteras, la presente, y la del Flagelado de Batería Jota y la del Nazareno de Melilla la Vieja. Una iniciativa novedosa, que no dudamos tendrá sus ecos y réplicas. Hay que dar salida y visibilidad a otros géneros musicales y a los músicos aficionados, tan temporales a veces como éste género, el de semana santa.

Nota:https://elalminardemelilla.com/2012/10/18/trompetas-y-tambores-del-cautivo/

Melilla es Pink Capital


Fati-fashion Mohamed Kaddur

Resultaba muy extraño ver como en Sálvame, el programa estrella del entretenimiento televisivo de Tele5, se hablaba día tras día de los viajes de Kiko Hernández a Melilla desde el fin de año, y de su relación con el actor melillense Fran Antón, y que nada de eso tuviese eco en los medios de comunicación de la ciudad, pese a que era una mano tendida publicitaria nada desdeñable.

Supimos por el programa de Jorge Javier Vázquez, que Kiko Hernández, uno de los colaboradores estrella del programa, participó en las carrozas del último carnaval, junto a Las troyanas de Fran Antón sin que nadie se hiciese eco de la noticia. Los melillenses que vemos Sálvame, sabemos desde el lunes, que Kiko Hernández va a presentar la Gala del Mayor que se celebrará el próximo 21 de marzo. Ninguna consejería, ni siquiera la aludida, comentó, ratificó o desmintió la noticia, lo que resultaba insólito. En plena trifulca televisiva de la destitución de Yeray Díaz, la bola de nieve publicitaria iba aumentando de tamaño, hasta estallar hoy mismo con la presencia de la Viceconsejera del Mayor en el programa Sálvame.

En el programa de información rosa con más audiencia de la historia de las televisiones, se está hablando de la ciudad de Melilla, de sus atractivos turísticos, del precio de los billetes de avión, de sus ventajas fiscales y de muchas otras cosas. La ciudad que busca la promoción de su imagen con muy costosas y pensadas campañas publicitarias, estaba obteniendo la mayor difusión publicitaria con coste 0, porque nada de esto estaba pensado ni diseñado.

La historia política de Fatima Kaddur

Fati Mohamed Kaddur es una melillense de La Cañada con trayectoria política propia. Fue concejala de Festejos del Ayuntamiento de Ginés, en la comarca sevillana del aljarafe durante la primera década del siglo XXI (2003-20010) con el Partido Popular. La polémica sobre el uso del velo islámico arruinó su futuro con los populares, en donde llegó a fotografiarse con el mismísimo Mariano Rajoy, o él con ella, según se mire. Las fotografías de Fatima Mohamed en las carretas del Rocío, durante su etapa como concejala en la localidad sevillana, no tendrían hoy precio. De todo lo demás hay suficiente constancia en internet.

Se enfrentó a su partido matriz por la cuestión del hiyab e intentó seguir en política, pero ningún partido andaluz recogió su ofrecimiento. En 2012 se presentó con con Centro Democrático Liberal a las elecciones de Sevilla. En aquel momento la opinión de Fati M. Kaddur era muy clara: Queremos transparencia en la gestión política. Necesitamos estar en la calle con el ciudadano, escuchando sus problemas y sus dudas. Porque un partido político, y CDL así lo hará, está por y para el pueblo. CDL está abriendo camino a las personas en Andalucía, y añade Fátima que“ hay otra forma de hacer las cosas”. Al final recaló en las listas de Coalición por Melilla en 2019.

Los Cruceros de Fatima Kaddur

La gran notoriedad de la viceconsejera del Mayor la alcanzó en los 3 exitosos cruceros consecutivos, algo que no se había hecho nunca, en los que trasladó la multiculturalidad melillense por toda Europa, desde Marsella hasta Florencia, pasando por Roma. Fue una apuesta arriesgadísima que salió bien y sin incidentes, tras dos años de pandemia y sin actividades de ningún tipo, en las que participaron y disfrutaron más de 1000 melillenses. Todos/as han hecho cosas, pero los hitos numéricos de Fati Kaddur han batido todos los registros anteriores. Su salto a la «fama mediática» en el programa de más audiencia ha sorprendido a toda la ciudad, porque es una publicidad inesperada para Melilla.