El Mérida AD en las tierras de Melilla


El equipo titular de la capital de Extremadura, el Mérida AD., jugó esta mañana en la pista de carros en que se ha convertido el césped del «Álvarez Claro». En Melilla todo se acaba convirtiendo en una paradoja, sobre todo cuando se piensa que el césped melillense fue uno de los primeros en instalarse en los campos de juego, de las que se conocían como las divisiones inferiores, o la antigua 2ª B, en la que tradicionalmente militó siempre la UD. Melilla. Las dificultades de juego en ese tortuoso terreno, afectan tanto al equipo foráneo como al propio, y no puede descartar como uno de los factores de los malos resultados del conjunto melillense.

Mizzian, el 11 melillense estrella del Mérida

Las mútliple singularidades de la ciudad y del propio fútbol, propician noticias como la de uno de los jugadores del Mérida, Mizzian, que juega como 11 del equipo de la extremeño, que son apodados como «los romanos», por el resto de pacenses, pues Merida es la capital autonómica, y la 2ª ciudad de la provincia de Badajoz, la más extensa de España.  También es muy difícil que venga a Melilla un equipo  de una capital provincial, y que no exista en la ciudad ningún paisano suyo.

Tras la caída del califato, Badajoz se convirtió en el Reino Taifa más extenso del territorio peninsular. Tanto Mérida como Badajoz tienen alcazabas, restos de murallas musulmanas y baños árabes. Badajoz fue conquistada por el rey de León Alfonso IX, el 19 de marzo de 1230. Fue la primera gran ciudad del sur hispano, en reincorporarse a los reinos cristianos del norte.

Camino del adiós a la 1ª Federación

La 1ª Federación era una buena categoría, con posibilidades de promoción y buena visualización. En el grupo en el que está todavía encuadrado el equipo melillense, hay 5 antiguos equipos de la 1ª División española, siendo el Málaga el más conocido, junto a otros como el Castellón, Murcia, Córdoba y el Recreativo de Huelva. Era una categoría en la que había que haberse mantenido a toda costa, porque el inevitable descenso llevará a los melillenses a una categoría oscura, semejante a un purgatorio.

A decir de los entendidos, que pueden estar errados o no, primero se falló en la selección de jugadores, y luego en la sustitución del entrenador, «el mister». Un grupo piensa que no fue acertada su sustitución, y otro que si la aprueba, insiste en que se debió haber hecho antes. En el estado del campo hay unanimidad, y se piensa que ha afectado a todos por igual. Un grupo más exiguo de entendidos piensa que al ser un equipo «tan tutelado», hay demasiadas servidumbres en los puestos técnicos, que dificultan un análisis adecuado de las contrataciones, los objetivos y las posibilidades. Nadie tiene las manos libres, ni siquiera el presidente del club. Es una pena, pero deberá afrontarse un descenso de categoría.

UD. Melilla 2 Mérida AD. 0

El estado del terreno dificulta en extremo el juego, que se torna muy físico y poco vistoso. Sin damasiadas ocasiones claras, el equipo melillense tuvo más solvencia frente a las porterías, y marcando un gol en cada mitad. El Mérida AD. dió una imagen más sólida, pero con una clara insuficiencia en ataque. En la UD. Melilla, el número 7 Morillo, mantuvo la tensión ofensiva del equipo en ambos tiempos. El equipo melillense aguantó bien la ofensiva emeritense en busca del empate. El primer gol de los melillenses, en el minuto 20, eliminó la ansiedad por la necesaria obtención de los tres puntos. Los extremeños tiene un difícil encuentro frente al Sanluqueño, rival directo en la zona de descenso, y el Melilla debe ir al encuentro del Castellón, líder de la categoría, de donde puede venir ya sin opciones de salvación.

El campo de prisioneros de Zeluán


La aparición de un familiar (José Asensio) de Lorenzo Asensio Martínez, soldado de aviación fusilado en Melilla el 22 de abril de 1937, obliga a replantearse muchas de las historias que conocemos sobre la represión franquista en nuestra ciudad, y de su magnitud. Toda Melilla fue una prisión, en la que cualquier fuerte con posibilidad de acoger prisioneros, lo fue (Mª Cristina, Victoria Grande, Rostrogordo). Cuando en la década de 1990 fue abandonada la prisión provincial de Mª Cristina, todo su archivo histórico quedó allí, y fue incendiado por los sin techo. Libros de registro, archivos, expedientes, o lo que queramos imaginar, fue utilizado como material combustible. Del Fuerte de Rostrogordo, el corredor de la muerte de Melilla, y del de María Cristina, no conocemos dato alguno. Si existen esos archivos, están custodiados bajo siete sellos.

Del campo de prisioneros de Zeluán sabemos casi todo, gracias al extenso estudio de Mª Elena Fernández Díaz, publicado por la UNED en 2020, y eso porque a la historiadora Elena Fernández le dejaron conocer todo, pero solo hasta cierto punto. Ella documentó al menos 1462 fichas de prisioneros, aunque las estimaciones duplican esa cifra. Es más, a las casi 300 ejecuciones llevadas a cabo en Melilla , se le podría añadir al menos otro centenar largo de fallecimientos, si contamos los fallecidos por desnutrición y enfermedades, en el propio campo de Zeluán, y en los fuertes militares utilizados como prisión. La cifra real de fallecidos por la represión, podría situarse en el medio millar de personas. Sin embargo, estamos en 2024 (17 años después de la promulgación de la 1ª Ley de Memoria) y no hay acceso a ningún archivo. Ni conocemos lo que hay, ni tampoco lo que se ha ocultado. Aquí pasaron muchas cosas más de las que se han reconocido.

Y en todo esta travesía del desierto, con el consiguiente desánimo por la indiferencia manifiesta, aparece de modo providencial la memoria del soldado Lorenzo Asensio, que nos pide que no olvidemos nada, que los recordemos siempre. Si la carta de Lorenzo, en los últimos instantes de su vida es sobrecogedora, la de su joven novia o amiga, corta la respiración y acongoja. Por eso le damos un lugar específico, porque lo merece.

La carta de Encarnita (Nador, 19 de nayo de 1937)

«Querida Juana, me alegraré que al recibo de esta carta estéis todos bien. Nosotros bien a Dios gracias. De lo que dices que me has escrito dos cartas, pues no he recibido mas que una, fecha del 17. Desde pocos días después de fallecer mi pobre Lorenzo, estoy muy cerrada a responder pues no tengo ganas de nada, pues ustedes se pueden imaginar los fuertes golpes que he llevado, pues no puedo dejar mi casa para ir a Melilla. De lo que me dice usted de la ropa y de las demás cosas pues tengo el gusto de tenerlo todo, hasta que vengan sus padres para entregárselo todo, y si no vienen, yo se lo mandaré porque yo sé mi obligación. Usted no se puede figurar el dolor tan grande que tenía el día 23 por no poder asitir al entierro, pues no fuí porque mi hermano no me dejó ir. Yo no pagué la fosa porque no tenía dinero. A mi no me duele lo que me he gastado, porque él se lo merecía todo y más. Reciban un fuerte abrazo de esta su mejor amiga, Encarnita».

¿Quiénes eran Encarnita o Juana? No sabemos, ha pasado demasiado tiempo. Los testigos de aquella tragedia ya no están. El dolor de Encarnita es abrumador, traspasa el propio escrito e incluso el tiempo. En su carta deducimos la acción de la censura militar, que elimina una carta. También vemos la intervención de su hermano, que le impide ir al cementerio, lo que le hubiese supuesto significarse, y extender la acción represiva, que era multidireccional.

La última carta de Lorenzo Asensio (Zeluán, 21 de abril de 1937)

El soldado de aviación Lorenzo, natural de Águilas, fue condenado en firme el 28 de noviembre de 1939 por auxilio a la rebelión en un juzgado de Melilla, dos años después de haber sido ejecutado. Además se le impuso una multa de 1000 pesetas, que permitió el embargo de los haberes familiares hasta mayo de 1959, fecha en la que se les exoneró de semejante despropósito. Estimando los sueldos de la época, calculamos que la familia apenas habría pagado la mitad de esa multa, transcurridos 20 años desde su fusilamiento. Fue condenado en un Consejo de Guerra, por la que su legalidad fue nula. Dejar sin efecto todas las sentencias de los consejos de guerra, sería la obligación de una Democracia, y por supuesto devolver la cantidades y bienes robados a las familias durante décadas.

Parte de la familia Asensio estaba en Melilla. Lorenzo no se dirije directamente a sus padres pero quiere que les llegue su último recuerdo: «en el caso de que deje de escribir para siempre«, carta que firma en Zeluán el 21 de abril. Parece que eran primas, amigas, o una familia con la que se siente especialmente unido, como refleja en estas últimas líneas, cuando la sombra de la muerte ya le esperaba sin compasión.

   En esta carta muestra una especial  consideración a Antoñita, a Tere y a Leonardita, pero especialmente a Encarnita, a la que se siente unido por encima del resto: «Es por este motivo yo tenía como mis hermanas a Antoñita, a Mari, a Tere y a Leonardita, a las que nunca he olvidado, aunque lo parezca, pero es que no tengo dinero para el sello, y prueba todo ello que mucho nos agradaba cuando íbamos a casa la pobre Encarnita y yo y nos pasábamos todo el rato junto a mis muy queridos tíos y sus muy encantadoras primas…y reciban el cariño de su sobrino que bien y mucho les quiere».

Es la última carta de la vida de Lorenzo, a su tía Juana, y a sus queridas primas. Encarnita cumplió su palabra e hizo llegar todo a sus padres.

Las fosas de los olvidados


Memoria Histórica y la fosa general de la parcela 19

En aquellos años, década de 1980, no había la sensibilidad actual. El cementerio de Melilla necesitaba una nueva ampliación y se creó la Galería Norte, dividiendo en dos la parcela 19, en donde existía una fosa general en la que se enterraron al menos un tercio de las 300 víctimas de la represión franquista en Melilla. Mas de 80 represaliados acabaron en la fosa de la parcela 19, bien de modo directo, o en sucesivos traslados y renovaciones de sepulturas, hasta la inhumación en una de las fosas del olvido. En ese tiempo entre 1983 y 1984, ni siquiera existía un medio de comunicación que pudiese haber dejado constancia del hecho. La fosa general nº19 fue abierta, y trasladados todos los restos hasta el osario general actual. Entre ellos se encuentra Diego Jaén Botella, trasladado hasta la fosa del olvido el 28 de mayo de 1948.

Dos leyes de Memoria, la de Rodríguez Zapatero de 2007 y la de Memoria Democrática de Pedro Sánchez de 2023, y no se ha destinado a Melilla un solo euro, para abrir y documentar las fosas, o para crear alguna entidad memorialista, que se haga cargo de recopilar documentos y expedientes judiciales de los represaliados. Ni un solo euro para indexarlos, clasificarlos, digitalizarlos, y ponerlos a disposición de familiares e investigadores. Se sabe que en algún momento de lo que llevamos de década, los expedientes de los represaliados del franquismo, fueron entregados por el Ministerio de Defensa, sin que sepa el destino, ni el qué se ha hecho con ellos. No hay noticia alguna sobre este traspaso de documentación. No solo no hay interés, sino tampoco voluntad. Habra que esperar a una tercera ley de Memoria colectiva de España, para poder averiguar el alcance de los sucedido en nuestra ciudad. En el osario general del cementerio de la Purísima, no hay un solo rótulo que dignifique los enterramientos de los represaliados, o una ruta de la represión. No hay nada de nada.

A los nuevos revisionistas, encabezados por Miguel Platón, Moa y otros muchos. A los defensores de las pseudo leyes de Concordia habrá que decirles que la memoria histórica del Franquismo se llamó Causa General: La dominación Roja en España, y que no hubo mayores profanadores de tumbas que los franquistas, que no solo abrieron todas las fosas conocidas, sino que además publicaban las fotografías de los asesinados. También abrieron las fosas de los republicanos represaliados, y los trasladaron al Valle de los Caídos, para enterrarlos de manera colectiva e irrespetuosa, sin conocimiento de los familiares, lo que es un delito. El problema de la Causa General, es que no alcazaron la cifra de muertos que imaginaban, y que al final resultó ser solo la mitad, de las que ellos produjeron, bien de modo impune, o con juicios sin legalidad ninguna, diga Miguel Platón lo que diga. Los crímenes en la «zona republicana» están claros y contados desde hace mucho. Los del franquismo no, y esa es todavía la gran diferencia que sigue sin subsanarse.

Lorenzo Asensio Martínez, soldado de Aviación

Lorenzo Asensio Martínez era soldado de Aviación, procedente de Águilas (Murcia), mienbro de una familia asentada en la ciudad, por lo que tenía pase pernocta. Al volver una mañana al cuartel, le solicitan el pase, que leen minuciosamente y descubre que está firmado por «un oficial rojo», al que ya habían fusilado. Lo que le convierte de inmediato en sospechoso. El día 21 de abril de 1937 escribe a su familia desde el campo de prisioneros de Zeluán y ya intuye que lo suyo puede ser grave y así lo advierte a su familia: «..A mi me extraña que el día de la lectura del cargo me pidiesen mucho menos, y el día del Consejo fuese mucho más grave». Y añade: «Si algún día dejara de escribirles para siempre, quisiera que pudieran alguna vez decírselo a mis queridos padres, y demás familia». La justicia franquista era así. en apenas 7 días se amontonaban la detención, la acusación, el juicio, la sentencia, la apelación y la ejecución de la misma. En este caso, aunque lo intuye, es la pena de muerte. Al principio de la carta ya dice que tiene «poca esperanza».

La despedida del soldado Lorenzo Asensio

La siguiente carta está firmada el día 22 de abril de 1937, a las 3 de la madrugada en el siniestro fuerte de Rostrogordo, a solo unos cientos de metros del paredón de las ejecuciones.

«Mis queridos tíos y primas. En los últimos momentos de mi vida escribo esta muy dolorosa carta en la que les digo que muero sin delito y por lo tanto inocente, pues qué justicia hace el Consejo que me pone esta pena. Ahora que mi conciencia queda tranquila y no creo dejar avergonzada a toda mi familia, de la cual siempre los quise y no dudo que os acordaréis siempre.

A Encarnita que remedio cabe que aconsejarla y también quererla siempre como yo la he querido, pues bien sabéis que la he querido mucho y que solo era mi ilusión pero no hay remedio. Vosotros todos quererla mucho, y si podéis decírselo a mis padres por si alguna vez puede abrazarla como ella se merece. Vosotros de mi parte tan pronto recibáis esta carta, visitarla y no cesar de darle abrazos de mi parte.

A mis primos les dais muchos abrazos y a toda la familia y ustedes reciban el cariño de un sobrino que se despide con mucho dolor para siempre. Lorenzo

Sin derecho a la memoria

La carta es estremecedora, y a pesar de los 87 años transcurridos, se percibe el inmenso dolor con el que fue escrita, el de saber que te van a arrancar la vida, de manera injusta y vil. Ante la ausencia de entidades memorialistas en Melilla, me ha sido remitido por un sobrino nieto de Lorenzo (José), desde Águilas. Es un auténtico honor publicarla en El Alminar de Melilla, así como la fotografía del joven soldado, y poder dar a conocer su historia y cruel final. Al menos ya queda la satisfación de haberlo sacado del olvido al que lo condenaron, pero ahora sí para siempre. La memoria ha podido triunfar una vez más.

¿Qué fue de los padres de Lorenzo Asensio? No sabemos cuándo pudieron conocer la noticia. Pero esa misma noche fallece en las faldas de Camellos, Pedro Asensio, de 85 años, víctima de un derrame cerebral, también nacido en Águilas. Podria tratarse de la familia con la que residía y que le daba derecho a ese pase pernocta. Lorenzo tenía 21 años y era soltero. Fue directo a la fosa general 19. Podía incluso tratarse de una casualidad, pero en era algo común que apareciese gente muerta en las laderas de Camellos.

  En la España de Franco la culpa no acababa con la muerte. La Ley de Responsabilidades Políticas extendía la culpa a la familia. A los padres del soldado Lorenzo Asensio les impusieron una multa de mil pesetas que en 1948 todavía no habían acabado de pagar. La ley permitía saquear y robar las propiedades de los fusilados, ya fuesen casa, tierras, coches, joyas o dinero en metálico.

El misterio de las criptas embrujadas


Buscando unas criptas, se perdió la iglesia entera (no el edificio, sino la parroquia), para no hallar los resultados apetecidos o buscados. Ya no habrá mas excavaciones, salvo que se quiera comprometer el edificio, que no es el caso. Una visita atenta sobre «la iglesia abierta» no ofrece respuestas suficientes, pero porque tampoco hay demasiadas preguntas. Se muestra lo que se sabe y de lo que no, solo hay conjeturas, envueltas en esta frase, que se puede leer en la información sobre el templo: «..las excavaciones en la zona del presbiterio han deparado interesantes hallazgos, de cronología prehispánica, sin poder precisar más, sobre su antigüedad o función». Esperemos que algún día lo muestren y expliquen, aunque muchos nos tememos, que ese genérico de prehispánico, apunte al perioro medieval-islámico, que solo se da en el caso español. Sin embargo, se suele pasar por alto que esa larga etapa histórica, es ante todo española, y para los que duden del término, es hispana. Todo lo comprendido entre los siglos VIII y XV es España musulmana o hispano musulmán. Un fenómeno que solo se dió en la península Ibérica. Salvo el fundador, todos los emires y califas de Al Ándalus eran tan hispanos como los reyes Rodrigo, Sancho o Fernando. Los Reyes Nazaríes son hispanos desde el primero hasta el último. ¿Cuál es el miedo al término para esconderlo bajo el atemporal prehispánico,  época qué no se sabe muy bien cuando empieza?

      Criptas, tumbas y silos

  Tahona, Nazareno y Rosario ¿Son estas todas las criptas o falta alguna? ¿Qué hace un silo de almacenamiento, de los nativos melillenses prehispánicos, en medio del templo patronal, frente al Altar mayor? También podría ser un pozo, pero al estar excavado sobre la roca no parece posible.

  Remitirnos a lo ocurrido en las criptas durante la época franquista, cuando se vaciaron y trasladaron los osarios al cementerio municipal, no es ya posible.  Es más,  ni siquiera podemos afirmar que sea verdad, dada la falta de documentación o de informes. El primitivo cementerio de San Miguel entraba por debajo del baptisterio.  La iglesia se fue ampliando hacia el sur, hasta configurar el perímetro actual. La iglesia original, bautizada como San Miguel,  estaba orientada en dirección Este/Oeste. Los pocos restos encontrados han vuelto a cubrirse.

     El futuro del templo

  En la última década se crearon dos grupos de opinión ciudadana en la red social de Facebook. Uno promovia el retorno de la imagen de  la Virgen de la Victoria a su templo fundacional,  el otro reivindicaba la salvación del propio edificio, que nunca estuvo comprometido.

  Hay poco contenido para una musealizacion. No es posible el acceso a las criptas (no hay espacio), ni son visibles los restos humanos,  al estilo de las catacumbas de Roma, París o Nápoles. El continente es demasiado grande para una actividad parroquial exigua y en disminución.  Melilla la Vieja sigue necesitando de un plan de concepción amplia a medio plazo. Las soluciones ocasionales no han dado resultado.

  Lo que no ha variado en estos 13 años del Alminar es la aportación de información.  Nada hay sobre lo hallado,  ni sobre lo que quiere hacerse. La iglesia está abierta, pero sin respuestas. Así ha sido desde que recordamos y podemos mostrar.

Nota:https://melillalavieja.com/calle-alta/iglesia-de-la-concepcion/?fbclid=IwAR2IjCgD-RJEDm5-cfuhl_0naTbNDSzIbMWU8IDtHqNbNZjxOO4KTV3CvUc

El Cautivo se quedó en Trinidad


   El Cautivo es Málaga y los lunes de Semana Santa son del Cautivo. Es una imagen sencilla pero imponente. Se yergue suspendido sobre su trono, sin adornos de ningún tipo.  Sus ropajes y ornamentos no pueden ser más modestos. Procesiona desde su origen con una túnica blanca que se ve desde el momento en que entra en la Alameda malacitana.

  En una ciudad plagada de símbolos,  es difícil abrirse hueco,  pero está imagen lo logro tras su primera salida procesional. Hay otras cofradías con más patrimonio,  más ornamentadas, con más historia y más peso en la historia cofrade, pero El Cautivo le dio un matiz distinto al esplendor cofradiero de Málaga.

  Por eso es importante y trascendente que el Cautivo salga a la calle, con el acompañamiento o acompañando, a la Virgen de La Trinidad, la que da nombre a este modesto y centrico barrio, en la ribera occidental del Gualmedina. No es lo mismo una semana santa sin el Cautivo recorriendo Málaga y abriendo su semana de Pasión.

  Es la clave y lo saben todos, pese a estar tan alejado de los días centrales, jueves y viernes santos. Por eso había temor, porque se barruntaba lluvia y la suspensión le acechaba, en esta última semana de marzo. La pandemia dejó a todas las imágenes en los templos entre 2020 y 2021. Por eso se hicieron procesiones extraordinaria en los dos últimos años, por eso era vital el regreso en este año bisiesto de 2024.

    El Cautivo se quedó en Trinidad

Es una decisión difícil, tremenda,  porque se juega el trabajo de un año entero a una sola mano y a una sola carta. Por eso se vota,  para que la decisión sea compartida. Tres borrascas esperaban su salida,  como sus potencias. El aguacero no había dado descanso, ni muestras de debilidad desde el día anterior. 

  Una tras de otra se fueron anunciando las suspensiones procesionales y las nubes permanecían vigilantes.  Pasada la media tarde El Cautivo anunció su retirada, su renuncia a la carrera oficial, a su cita anual.  Cuando ya la oscuridad se aseguró su ausencia,  y la decisión era irreversible, las nubes levantaron su intimidante manto y las calles quedaron secas en apenas dos horas.

Ascendimos por la calle Trinidad (al filo de la media noche) tras el obligado paso por Mármoles,  hasta llegar al extremo superior,  en donde se encuentra la sede de la Hermandad, junto con otros cientos de personas que acudían a ver las imágenes suspendidas.  La perplejidad y la conmoción se notaban entre los integrantes de la junta directiva. No había vuelto a caer una sola gota de lluvia, esa misma que había detenido en seco las esperanzas de procesionaria al Cautivo y a La Trinidad. Atendían a la gente como podían,  que ya era bastante. La sensación era muy extraña, la noche estaba templada. Ahora sí.

  A Dios no le gusta que se le tiente, al diablo no le gusta que se le rete. Queda Mena, el jueves santo,  pero esa es otra historia.  A Mena no la tuerce el diablo.

Nota:https://elalminardemelilla.com/2016/03/22/el-cautivo-sobre-el-alminar/

 

Catilinarias y Filípicas


  La clase, y decimos clase en el concepto marxista del término,  no solo quiere parecer honesta,  sino también serlo. Parecerlo, depende de los medios de comunicación afines; serlo,  de ellos mismos. La clase política española es «la verdadera generación de cristal», al menos la actual. No soportan las críticas. En cuanto se dice lo más mínimo,  llegan las lamentaciones y el victimismo y la obsesión con las campañas difamatorias.

  Si hubiesen tenido a Tácito o Suetonio encima, ninguna estaría muy lejos de Nerón, Tibero o de Calígula, en cuanto a imagen pública.

    Nunca ha habido en la historia historiadores más parciales,  más de partido,  y los estudiamos como a clásicos. ¿Por qué?  Pues porque a los políticos hay que enfrentarlos a la realidad que ellos promueven. No puede prometerse una cosa, hacer lo contrario y luego pretender salir indemnes.  Una biografía justa pero implacable,  es a lo que debe aspirar cualquiera que se dedique a la política.  El rigor debe ser mayor conforme más alto se está en la escalera del Estado. Augusto paso a la historia como modelo de gobernante  y fundador del Imperio por sus hechos,  y no por sus dichos. En realidad fue el enterrador de la República romana, aunque se proclamara su custodio. Toda una obra de magia política,  en la que contó con la ayuda inestimable de su esposa, Livia Drusila.

  Demóstenes dedicó media vida a hundir la fama de Filipo II. Cicerón abrasó públicamente la carrera política de Lucio Sergio Catilina y sus modos dictatoriales, para el resto de la historia de humana. Catón el Censor, se enfrentó sin tregua a la élite política de Roma, representada por la familia de los Escipiones.  Aguantar durante años, que cualquier discurso parlamentario acabase con la frase «Cartago esse delemdam» (Cartago debe ser destruida), no está a la altura de la política actual.  Esa célebre frase puede considerarse la versión salvaje del  «váyase señor González» de José Mª Aznar.

   Todos lloraban, todos se lamentaban, remedando la frase de Salustio: Todos robaban, Todos saqueaban, el uno ambicionaba una casa,  el otro unas tierras y la ambición llevó a muchos hombres a hacerse falsos. Tales son las costumbres, ser compasivos con los ladrones del erario público.

Cala de la Virgen de Trápana


      La pista italiana de Trápani (Enrique Delgado)

  Los nombres salen de algún lugar, o son traídos o llevados por alguien. Trápana es un nombre de origen italiano, que nada tiene que ver con la geografía ni la historia de la zona de Guelaya. Trápani es una localidad de Sicilia, en donde existe una advocación dedicada a la Madonna  di Trápani. Trápana es el nombre de la cala más emblemática de Melilla, a la que se accede desde las Cuevas del Conventico.

  Todo tiene que ver con los misteriosos Frailes Mínimos, procedentes de Italia, que proporcionan a Fernando el Católico la imagen de la Virgen de la Victoria, que resultará trascendental para la conquista de Málaga en 1487, en un momento en el que la desesperación empezaba a abrirse camino, por la tenaz defensa musulmana de la ciudad. Fundados en la mitad del siglo XV por el eremita Francisco de Paula, estarán ya presentes en el episodio más importante de ese final de siglo, la conquista del Reino Nazarí de Granada, iniciada en 1482.

La vía italiana en la historia de Melilla había sido apuntada por el historiador y Cronista de Melilla Antonio Bravo Nieto, y por el historiador religioso José Luis Blasco López, en el número 1 de la revista Trápana, de la Asociación de Estudios Melillenses. El profesor Antonio Bravo, junto con el también historiador Sergio Ramírez González, rematarán la importancia del vínculo italiano, al descubrir los orígenes manieristas de la iglesia de La Purísima, templo patronal melillense, y su relación con el arquitecto italiano Gian Giacomo Palearo. En el citado número de la revista, Nieto destacará la vertebración de la historia de la ciudad con la presencia de órdenes religiosas, y Blasco relatará la historia de la orden más presente y destacada de nuestra historia, la de los Capuchinos. Todos pertenecientes a la Orden mayor de los Franciscanos.

En los primeros años de la conquista, tras la iglesia de San Miguel, la siguiente en ser mencionada es la ermita de La Victoria, mucho antes de la llegada de los frailes capuchinos. No es especular demasiado el decir que aunque no exista constancia documental, de momento, los misteriosos Mínimos debieron deambular junto con las tropas de Medina Sidonia, en los primeros meses y momentos de la conquista de Melilla en 1497. Parte de las tropas, incluso los propios oficiales al mando, serían los mismos que conquistaron las tres últimas capitales de la España musulmana. No es de extrañar que trajeran consigo las mismas imágenes que ampararon esos últimos hechos. El descubrimiento de una aldea llamada Melilla en la región de Calabria, reafirma la idea de la procedencia de esa advocación, que quedaría fijada bajo el nombre de Trápana, en la costa melillense.

Todo hubiese dormido ahí, de no haber encontrado una postal religiosa de la Virgen de Trápana, que se encuentra en el monasterio de las Mercedarias, en la localidad hispalense de Osuna. La comparación de las imágenes, la hace muy similar a la virgen titular de Málaga, la de La Victoria, que guarda a su vez relación directa con la imagen siciliana, de la iglesia de La Anunciación. La característica vinculante, además del alabastro, es que la madre y el niño se miran, no ambos hacia el frente, como suele ser habitual. En el caso de Melilla, lo que no puede asegurarse es que se trate de la imagen primitiva, que debió ser de menor tamaño. La virgen de Trápana es copatrona de la localidad turolense de Cuencabuena, y su festividad se celebra entre el 8 y 10 de septiembre. En San Cristobal de La Laguna (Tenerife) existe también esta advocación.

La pista italiana sigue presente y pendiente de transitar por ella. La hipótesis es clara. La Victoria parece una versión hispana de la de Trápani. La relación con los Mínimos es estrecha y la procedencia italiana casi innegable, junto con la de los frailes Mínimos.