Los menores errantes buscan alojamientos en edificios abandonados
Según la terminología oficial de la Consejería de Bienestar Social, son marroquíes, por lo que en realidad es un problema de Marruecos. Atiende, ya con graves denuncias, a los que aceptan el alojamiento voluntario en el Fuerte de la Guerra de Margallo, enmascarado bajo el nombre de la Purísima Concepción. Todo lo que ocurra y hagan los menores errantes y abandonados en Melilla es problema de otra Consejería, la de Seguridad Ciudadana, que si brilla, es por su ausencia.
Estos dos edificios están situados en la calle Duquesa de La Victoria, números 6 y 16. Están abandonados desde hace muchos años. El primero de ellos es de Enrique Nieto, pero esa marca ya da igual en Melilla, es algo que no importa a nadie. Los réditos que había que obtener por ella ya están amortizados.
Los menores errantes y abandonados recorren la ciudad de un lado a todo el día y todos lo días. La población errante puede superar el centenar, y como cualquier otro ser humano necesitan dormir, alimentarse e incluso, en lo medida de lo posible, asearse. Los lugares más indicados para cumplir con estas necesidades básicas en la «ocupación temporal» de viejos edificios abandonados, y de ellos está lleno el Centro de Melilla.
El edificio de Duquesa de la Victoria número 16 es una pura ruina, y da indicios de estar «ocupado» desde principios de mes. El de Enrique Nieto, el número 6 fue asaltado probablemente en la mitad de la semana en curso, quizá el miércoles 14 de junio. En principio el agua sin usar de los bidones les puede proporcionar un elemento de aseo, y las habitaciones y baños sanitarios pueden ser usados sin problemas.
Los elementos de adorno en el interior de los edificios pueden ser expoliados sin problemas y aportar alguna ganancia en su posterior reventa en el mercadillo de décima mano. La única manera de obtener alimento en este mundo es comprándolo con dinero, o mediante el trueque. Robarlo no, porque se trataría de «delitos menores» que les impediría el posible pase a la península, único objetivo de la estancia en Melilla.
Cualquier día, este edificio o cualquier otro puede arder y producirse una desgracia de gran magnitud en la ciudad. El año pasado murieron 4 menores, dos quemados y otros dos despeñados en las rocas o ahogado. El peligro para el resto de edificios, vecinos y locales de la calle es enorme y constante.
El paseo de la Avenida Duquesa de la Victoria es «ocojonante» durante todo el día, a parte de los edificios abandonados utilizan los solares existentes en General Buceta y Miguel Zazo.
La sensación real de inseguridad es cada día mayor en la ciudad, mientras seguimos con la ampliación del puerto, la semana náutica, concursos de cruces, las flores de Melilla…. pan y circo.
Parece ser que el Alminar es más leído de lo que parece. Ayer estaban tapiando el edificio que hay junto al Parque Hernández.
Sí, claro, seguro que leen El Alminar y se preocupan por el resto de edificios, vecinos y locales cercanos en peligro, ahora que están avisados. ¿Y lo demás, los menores extranjeros? Eso nada, sin solución. Aunque la Consejeria de Bienestar Social y el Gobierno de Melilla sean sus tutores. Ese Gobierno que hace ostentación de su catolicismo, como si creyese realmente que Dios está ahí en forma física. Qué risa dan ellos y todos los que participan en la parafernalia, cómo se puede tragar con semejantes patochadas de hipócritas!!!
Años que no escuchaba esta canción, me vino a la cabeza al pasear por el centro.
Barricada Okupación
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