Los escombros del viejo cine del Real
El viejo Cine Español, como tal dejó de existir en la década de 1960, o incluso antes. Durante décadas posteriores se convirtió en una carpintería y en esa actividad se mantuvo hasta el inicio del siglo XXI en el año 2000. Desde entonces y ante la invisibilidad de la Consejería de Fomento o de Urbanismo y de la Comisión de Patrimonio Histórico de Melilla, se fue deteriorando y arruinando sin remedio, pese a que el Partido que gana todas las elecciones en la ciudad desde 1991, prometió en algunos de sus programas electorales rehabilitarlo, con alguna función cultural o de ocio para el barrio más populoso de la ciudad.
En Melilla nada se cumple, salvo la ley de la inexorable ruina. La mejor inversión es comprar un inmueble viejo y dejarlo deteriorarse hasta su hundimiento total. Ninguna autoridad competente en la materia interviene en todo ese proceso de deterioro.
Un problema añadido es que cualquier edificio, inmueble o ruina histórica se convierte en refugio de personas sin techo, con el consiguiente riesgo que esa situación genera. Una vez que se concedió la calificación de ruina, ya de nada sirve este solar cochambroso, lleno de suciedad y de roedores. Toda la ciudad está llena de edificios abandonados, de solares llenos de escombros, en espera de la aprobación del nuevo Plan General de Ordenación Urbana, que cuando se apruebe, ya será viejo.
El retraso en la aprobación de PGOU, que acumula ya una legislatura, es uno de los mayores misterios políticos de la historia reciente de la ciudad. Nunca se había dado una situación así. Melilla se encuentra inerme ante la gestión de un Gobierno Local que no da explicaciones de ninguna de sus planes para la ciudad, y con una oposición política, recluida en un cuarto oscuro, a la que no se informa de nada.
Este cochambroso solar ya no es ni significa nada. Tenerlo así solo acrecienta la sensación de abandono de los barrios y de toda la ciudad.
Nota: https://youtu.be/c1WgW4y9Xes