El aljibe de la Puerta de la Marina se seca
Enrique Delgado
El libro del que más historia hemos aprendido es Crónicas de una Fortificación del general Rodríguez Puget, que estuvo al frente de la Comandancia de Obras en la década de 1990. Ya escribimos acerca de su libro en 2012. Se trata tanto de una obra muy valiosa pero proscrita, así como su autor. Todo esto ya lo escribimos, pero desde entonces hasta ahora sabemos muchas más cosas. Melilla es una ciudad fundada en el siglo X por Abderrahman III, pues no hay continuidad histórica entre la leyenda mítica de Rusadir y la fundación de la ciudad durante el Califato de Córdoba. Hay cientos de años de silencio histórico entre el abandono de la zona en el siglo V y su reocupación en el IX.
Uno de los testimonio de la Malila musulmana, está recogido por el hispano andalusí Abou Obeid el Bekri. Fijando su reconstrucciçon por los hijos de El Bouri Ibn Abi Al Afiya el Miknanacien. Describe la ciudad con el detalle propio de los geógrafos de la época. Los árabes eran grandes reutilizadores de material, por lo que todo lo que existiera con anterioridad, fue utilizado para la reconstrucción de la ciudad a partir de 926. Los españoles harían otro tanto en la conquista de 1497.
La tipología de los aljibes no ha cambiando en los últimos 2000, por lo que salvo que se tenga total certeza de la construcción de uno, para saber su procedencia habría que excavar en la cimentación. Será el también geógrafo hispano ceutí El Idrissi el que haga referencia al potente manantial de agua que surtía de agua a la ciudad de Melilla, tanto en época musulmana como en las anteriores. Si había manantiales también existirían aljibes y pozos, porque El Bekri menciona la existencia de «baños públicos en la ciudad».
Los datos perdidos del ingeniero militar Rodriguez Puget
A día de hoy, no están publicadas las citas completas de los cuatro geógrafos árabes que hacen referencia a la ciudad, ni tampoco las dos crónicas existentes de la conquista de Melilla en 1497. El primero que aportó parte de esos materiales en sus libros es el historiador militar Rodríguez Puget. Me llamó mucho la atención el pequeño capítulo en el que detalla la existencia de aljibes y manantiales en la ciudad. algo imprescindible si se quería habitar un lugar en aquellos tiempos.
En 1571 los españoles construyeron los dos primeros aljibes de Melilla, por lo que si existían otros anteriores, no era españoles, ni tampoco prehispánicos. En 2000, el Ejército abandonó las instalaciones de la Compañía de Mar y al hacer las obras de rehabilitación del lugar para la actual Escuela de Hostelería apareció un aljibe, del que no se tenía noticia, porque los españoles no habían construido ninguno antes de 1571.
El dato hubiese quedado sin mayor trascendencia, si no hubiese sido por el libro de Crónica de una Fortificación, en el que claramente se detalla que el capitán Perea acaba de cubrir un viejo aljibe existente en la ciudad vieja en 1549, con 17787 arrobas de capacidad. Antes de construir los nuevos, Franscisco de Ledesma y Juan de Zurita ordenan medir el viejo aljibe, para ver si tiene capacidad suficiente. Es obvio que si alguien ordena medir la capacidad de algo, es porque no lo ha construido y entonces desconoce ese dato. El viejo aljibe de la Marina, es probablemente anterior a la llegada de los españoles. En un documento entre alcaides y gobernadores de 1575 se saca esta referencia: «No tiene agua dentro de la fortaleza sino quatro aljibes, dos quedavan hechos nuevos quando yo salía de esta plaza».
El aljibe de la Marina podría no ser español
Los datos existentes nos sitúan ante 4 aljibes (dos nuevos hechos por los españoles en 1571), y dos anteriores preexistentes. La peculiaridad del aljibe de la Marina, el otro era el de la muralla de la Batería Real, es que se rellenaba y mantenía su nivel, pese a estar cubierto. De hecho, cuando se redescubre en 2001, ya contenía agua. ¿De dónde procedía?. Casi con toda seguridad de los manantiales citados por las fuentes. Uno de ellos, o uno de los pozos o fuentes se situaba en el Mantelete. De los muchos acuíferos existentes en la fértil zona limítrofe con la ciudad, uno estaba en sus inmediaciones, justo debajo de la puerta de Santiago.
El problema no es que el aljibe se haya secado, el agua del acuífero ya no llega hasta él, sino que además, debe haberse resquebrajado, porque aunque se le rellene, pierde igualmente el agua. Esto puede haber sido consecuencia de los terremotos del año 2016. La causa de que no se rellene ya y permanezca seco, podría estar en algunas de las obras recientemente realizadas, y que en los trabajos de cimentación podrían haber pinchado el acuífero. Una fuente oficiosa conecta y comenta este hecho con las obras del nuevo Centro Tecnológico, del que se evacuó agua abundante, en el mayor de los secretos.
Nadie da explicaciones de nada y la cultura sigue patrimonializada y cerrada bajo siete sellos. Todo lo que se hace es tendente a un fin mítico, en el que todo dato que no coincida con ese objetivo se oculta y no se da a conocer. Es un hecho conocido que los castellanos solo ocuparon la Plaza de Armas en 1497, y el entorno del Hornabeque y la Alafía, dejando a un lado el promontorio rocoso, que o debía estar muy destruido o no resultaba operativo. Sería el Rey y Emperador Carlos I el que ordenara el repliegue hacia la ciudad vieja, quedando el límite con el exterior en la puerta de Santiago. Los castellanos construyeron reutilizando lo existente, en el siglo edificador, el XVI. Una de las teorías mencionadas por Puget para las marcas de los canteros en algunos de los sillares de la ciudad vieja, radicaría en la necesidad de distinguirlos de los ya existentes con anterioridad y reutilizados en la reconstrucción de Melilla, algo ya mencionado en las Crónicas de la conquista, con la presencia de maestros reedificadores. Queda mucho por saber, porque lo que conocemos es falso, fruto de una fábula.
Nota:https://elalminardemelilla.com/2011/10/12/falsificacion-monumental-en-melilla-iii/