Observaciones a la sentencia de «la manada»
La expresión «en tela de juicio» expresa las dudas acerca de un hecho, suceso u opinión. Está claro que los jueces de la Sección 2ª de la Audiencia Provincial de Pamplona no han creído a la víctima de la violación en serie por parte de los integrantes de la autodenominada como «manada» (conjunto de animales de una misma especie que andan reunidos), y le han impuesto la menor pena posible que tenían a mano, la de «abuso sexual», en lugar de la de «agresión».
Puestas así las cosas, y contando con el testimonio del voto particular de un magistrado, que no se ha creído nada y así lo ha puesto de manifiesto, podemos decir, en justa correspondencia, que nosotros no nos creemos su sentencia, ni la aceptamos, ni la compartimos y la ponemos en «tela de juicio». Acatarla sí porque no queda más remedio.
Los magistrados han impuesto la misma pena a todos los integrantes de la incalificable manada, lo que indica que no han apreciado como circunstancia agravante el que dos de sus componentes fuesen o bien fuerzas de orden público (guardia civil), o pertenecientes al estamento militar (soldado profesional). O sea, por aclarar las cosas, que dos individuos que deben velar por el cumplimiento de la Ley y proteger a los que no pueden defenderse por sí mismos, participen y promuevan una violación salvaje, grupal, con evidente abuso de su condición, a una mujer joven, que en ninguna circunstancia podía hacer frente a tamaña amenaza y violencia.
Por su condición profesional, por el número de participantes (5), por su descomunal superioridad física, constituían una amenaza, tanto individual, como colectiva, que ejercieron y propiciaron una situación intimidatoria, de gran violencia, en la que humillaron y vejaron a su víctima cuanto quisieron. Esto no lo han sabido ver los magistrados de la Sección 2ª de la Audiencia Provincial de Pamplona. O sea, sin enredos jurídicos, que no han sabido interpretar en su sentencia, lo que toda España, y el 100% de las mujeres sí ha apreciado desde el primer momento. era una violación en grupo.
La sentencia supone volver a victimizar a la mujer que ya fue víctima de la manada. El mensaje que se envía es claro: no se puede volver a denunciar una violación, un abuso, o una agresión sexual. No compensa. Ella vive escondida y sin poder darse a conocer, porque será escarnecida. El voto particular del magistrado discrepante es estremecedor. Abochorna leerlo.
Concentraciones de mujeres en toda España
Las mujeres no obtendrán justicia en España, pero ya no se callan y se articulan en defensa de sí mismas y de sus compañeras. Esta aberración ha provocado una respuesta inmediata de indignación en todas las ciudades del País, y a la larga hará que tengna que modificarse y definirse claramente algunos delitos. Hace algunos años, un magistrado amigo de gran relevancia pública, nos decía que «la mejor ley es aquella que deja el mínimo margen de interpretación al juez», porque el error conceptual que contiene esta sentencia radica en eseamplio margen de interpretación que existe entre abuso y agresión, entre intimidación y violencia.
Habrá que volver a redefinir conceptos como violencia, violación, prevaricación o robo, para que no queden márgenes de duda. Esto no es Justicia patriarcal, como decían las mujeres concentradas esta tarde en Melilla y al igual que en toda España, es que no es ni siquiera «justicia». Es una sentencia judicial, eso sí, pero que ni repara el daño a la víctima, ni castiga claramente a los culpables.
Acatarla, tampoco. Se puede y debe recurrir. Ultimamente la judicatura está haciendo mérito para sembrar el descrédito en todas las instituciones de la ciudad y del estado.
Acatarla porque no queda más remedio, aunque se recurra.
Las mujeres somos el felpudo del mundo, ojalá la rabia sirva para denunciar todo. Discriminación de sueldo, condiciones, comentarios fuera de tono, etc, etc. Palabras, señorita, sexo débil…»La mujer de la limpieza» que se oye todavía, y todo aquello en lo que se nos denigra.
Tenemos una Justicia cuyas definiciones de delitos no se corresponden con el siglo y las tipologías actuales de delitos, y a algunos jueces con mentalidades arcaicas.
El quid de la cuestión está en que los “expertos” tengan que dilucidar cuánta intimidación se precisa para adimir que una mujer hizo lo debido al no resistir, de esas interpretaciones subjetivas depende que una agresión sea violación o no.
Lo que hay que aceptar ¡ya!, señoras y señores juristas, es que “el sexo sin consentimiento es violación”, sin más, sin exigencias arcaicas a la mujer en las que subyace la concepción estereotipada de que el adecuado comportamiento de las mujeres consiste en defender su “honra” hasta la heroicidad.
Según datos e informe de Amnistía Internacional:
“De 33 países europeos, sólo 9 reconocen la simple verdad de que el sexo sin consentimiento es violación (contando por separado las tres jurisdicciones de Reino Unido).
¿Qué mensaje envía esta actitud a quienes perpetran estos actos? ¿Qué dice esto a nuestras sociedades, donde se sigue culpando abrumadoramente a las supervivientes de las agresiones sexuales que sufren?
La ausencia de reconocimiento legal de que las relaciones sexuales sin consentimiento constituyen violación fomenta la idea de que recae en nosotras como mujeres la responsabilidad de protegernos de la violación. Estas actitudes son peligrosas y tienen que cambiar.”
Me ha gustado mucho el artículo, Hospitalario, que podría llamarse también ¡Vaya tela de juicio! con otro significado. Un estupendo alegato en la defensa de la causa de las mujeres. Se agradece.
Hemos acabado a la altura de La India en lo referente a las violaciones en cadena, pero allí al menos ahora les sentencian a cadena perpetua.
No se trata de imponer más o menos pena, lo importante es la calificación del delito. No sé si sabes que incluso con ñiñas y niños, en los casos que conviven con un padrastro, por más veces que los viole como no hay violencia ni intimidación no se consideran tales sino simples abusos. Eso es hacer recaer sobre la víctima la responsabilidad de lo que sucede y es lo que hay que cambiar.
Siento vergüenza ante la sentencia de la Manada, como en tantas otras ocasiones. Cinco salvajes y el lugar donde cometieron el delito ya hablan por si solo. Vaya manada de jueces hay en activo. Justicia? JA JA.
País bananero.
Pues son jueces de una manada existente enorme, no formada por solo cinco. Que los tipos son salvajes lo dices tú, yo lo que aprecio es que hay una actitud consentidora muy generalizada hacia ese tipo de comportamiento de los hombres, en su pueblo, sus familiares e incluso alguna de las novias los disculpan y dicen que son buenos chicos. Es escalofriante la banalización que se hace de esta forma de sexualidad, que a un juez le parezca posible que una mujer disfrute con eso, que no escandalice como debiera que a unos tíos les guste divertirse de esa forma, que ninguno de ellos en ningún momento haya puesto la más mínima objeción a lo que estaba sucediendo.
No es que lo diga yo sino en el vídeo se aprecia cómo se comportan como auténticos salvajes y encima hacen gala de ello. Y no hace falta ser mujer ni feminista para entender que la justicia vuelve a fallar contra la dignidad de las personas. El tema es que no se entiende como la justicia tan dispuesta a condenar por estúpidos tuits y letras de canciones no sepan encontrar en este caso la agresión sexual contra una víctima indefensa.
Después están los que se dedican a repetir el mantra de que la Justicia es esto y aquello, pero la realidad lo niega. Es un cachondeo.
Quiero decir, Miguel, que eso que tú ves salvaje, que lo es, ni mucho menos todo el mundo lo ve así. En este caso, y sin hacer un tótum revolútun con otros procedimientos que en nada beneficia para entender las causas de las desigualdades de género, falla el Código Penal en su consideración de qué es violación y fallan la y los jueces con sus interpretaciones estereotipadas machistas del comportamiento de las hombres y de la mujer.
Flipante la sentencia,
No sé si esto nos sitúa al nivel del Tercer Mundo o incluso por debajo.
Tercero o Primero, estamos en una realidad común en todo el Mundo donde solo varía el grado de intensidad. La idea general aceptada, y se refleja en las leyes, es que el consentimiento existe a priori por parte de las mujeres y que la negación hay que demostrarla resistiendo y peleando.
Es triste e increíble tener que decir que no hay ningún consentimiento ni permiso para nada, ni siquiera para un simple piropo por la calle, mientras no se diga de forma explícita sí.
LA MANADA
Se hacían llamar
La Manada tenían
al hermano lobo
como les llamaba
Francisco de Asís
como emblema.
Cuando este bello
animal depredador
solo ataca cuando
siente el hambre
o para alimentar
a sus cachorros.
Por el contrario
hay humanos
que hasta matan
para conseguir
el poder y otros
violan a mujeres
por puro placer.
Una joven vestida
de blanco con un
bonito pañuelo rojo
anudado al cuello
puede ser una presa
para unos amigos
con ganas de jolgorio.
Son una minoría
que busca placeres
prohibidos sin tener
en cuenta el enorme
daño que pueden
hacer y la violencia
ejercida para satisfacer
sus instintos sexuales.
Ellos van de fiestas
allí donde se den
para pasárselo bien
y lo importante es
que el fin justifica
los medios empleados
Todo sea por gozar
a costa de inocentes
desprotegidas de las
que pueden abusar.
Mientras hay miles
de jóvenes que viajan
con la idea de divertirse
con sana alegría para
disfrutar de unos días
de vacaciones con
la grata compañía
de amigos-conocidos.
Siempre las víctimas
son las mujeres parecía
que el machismo ya
no anidaba en nuestras
tierras pero al contrario
se ha reproducido como
si fueran champiñones.
Así que buen escudero
Sancho han hecho muy
bien las mujeres en salir
a calles- plazas exigiendo
justicia de una vez por
todas y por supuesto
la revisión de la sentencia.
Traducción
Príncipe: ¿pero qué coño?. Tío, en serio…
Búho: Tío en serio? (en tono de burla)
Príncipe: ¿qué pasa? ¿esto? (enseñando el dedo), no, todo está bien, soy príncipe, ella es princesa. Íbamos a … ya sabes, estuvimos tonteando en la fiesta, sólo estábamos retomándolo desde lo dejamos.
Rana: Pero ¿ella quería ahora?
Príncipe: Ella me dijo antes que quería el “P de P” (la expresión “querer el P” en inglés significa en argot que quiere pene).
Rana: ¿de P?
Príncipe: Sí, de mí, del príncipe. ¿qué? ¿queréis que haga un contrato o algo así?
Búho: No, pero ¿le preguntaste si quiere?
Príncipe: Bueno, supongo que realmente no.
Cartel: Si no hay consentimiento, no hay cuento de hadas
No tengas sexo sin mutuo consentimiento
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