- Alfa y Omega
- Cielo nublado en La Isleta
Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplaron y palparon nuestras manos tocando al Verbo de vida. Lo que hemos visto y oído os lo anunciamos a vosotros, a fin de que viváis en comunión con nosotros. 1ª epístola de Juan
La palabra es vida, y para que la palabra tenga vida es necesario dársela a través de la poesía. No solo es necesario fijarse en las cosas, hasta en las más nimias, es tener voluntad de hacerlo y también saber plasmarlo, para que pueda ser compartido por aquellos que entran a diario al Alminar, para aquellos que se consideran o sienten que forman parte de él. Ya da igual que no escribamos más, porque lo que está escrito ya viaja a través del mundo, como se indica en «El Apocalipis» (la revelación), de Juan: Lo que veas, escríbelo en un libro y difúndelo a las 7 iglesias.
Hemos sembrado y hemos recogido y hemos vuelto a sembrar, pero ya no podemos saber qué recogeremos. No solo se trata de contar, sino también de ponerle alma a las cosas, de insuflarle ese soplo de vida que transforma el barro en una paloma. Es mostrar, compartir y también intentar crear sensaciones. Se ha cumplido una etapa larga de algo más de dos años, aunque no hemos llegado todavía a la cifra emblemática de las 1000 entradas, aunque estamos ya muy cerca.
Muchos prefieren cosas grandes, grandes coloquios y debates, pero es en lo pequeño en donde se muestra la urdimbre de la tela. El tapiz de la vida no se compone de grandes trazos, sino de pequeñas hiladas que hilvanadas y trenzadas arman el conjunto. La sensación que albergo es la de Omega. Yo he estado aquí estos dos largos años, casi sin faltar un solo día. Antes incluso de que existiera El Alminar, yo estaba.
Es el momento de buscar, de mirar nuevas cosas de una nueva manera, de recoger y de volver a sembrar, y cuando llegue la hora del regreso, veremos qué nos encontramos o qué es aquello que nos espera. Hay a quienes les gustan las reflexiones, hay aquellos y aquellas que prefieren cosas más tangibles, pero lo que no se ve, también está. Podemos y debemos escribir de todo y eso es lo que hemos hecho. No hay ningún campo que nos esté vedado. Habrá quién se ria de esto, y de hecho lo hacen, pero no dejan de entrar aquí una vez tras otra.
«Esforzaos en alcanzar la caridad, aspirad a los dones espirituales, sobre todo al de la profecía;…porque el que profetiza habla a los hombres para su edificación, exhortación y consolación….Yo veo muy bien que todos vosotros habléis en lenguas, pero mejor que profeticéis». Corintios 14, 1-5
Lo que he explicado forma parte de ese conjunto, pero no es todo, porque todo nunca puede explicarse. También es necesaria la inspiración, pero eso no está siempre alcance de nuestros deseos. Son momentos que hay que atrapar y no dejarlos escapar.
Nota: Hay dos artículos que considero muy por encima del resto, y los coloco aquí, para recordarlos y para que se vea una muestra de lo que digo.
(1)- https://elalminardemelilla.com/2011/07/03/la-leyenda-del-cristo-de-pedro-de-mena/
(2)- https://elalminardemelilla.com/2012/06/15/wittgenstein-y-el-starets-zosima/