La efeméride de Hattin



 Saladino, vencedor de Hattin y conquistador de Jerusalén

             Desde hace tres años, intento, cada 4 de julio, escribir sobre la efeméride de Hattin, o la batalla de Los cuernos de Hattin del año 1187, cuando todo el ejército cristiano del Reino Latino de Jerusalén, con las órdenes del Temple y de los Hospitalarios de San Juan fue exterminado al pie de las lomas volcánicas de Hattin, también conocidas como «los cuernos de Hattin».

Todo el lugar es un secarral, una planicie rodeada de  pequeños montículos y barrancos, en donde por propia voluntad se metió el ejército cristiano. Era una trampa perfecta a la que  Salāh ad-Dīn Yūsuf ibn Ayyūb (Saladino), había ido conduciendo al desquiciado rey de Jerusalén Guido de Lousignon, y al sanguinario Maestre del Temple Gerard de Ridefort. En una emboscada anterior a la batalla de Hattin, en Seforia, había perecido del Gran Maestre de los Hospitalarios Roger de Moulins. Todo estaba lleno de negros presagios a los que nadie hizo caso, pero también el destino estaba ya señalado para todos.

Apenas un siglo antes, también en el mes de julio, pero del año 1099, un ejército cristiano al mando del conde Bohemundo, había recuperado la ciudad santa  de Jerusalén (al Kadisiya) para los cristianos, desde la conquista por los árabes del califa Omar I Ibn al- Khattab en 638, y que previamente habían conquistado los persas de Cosroes II en 614. La posesión de la reliquia de la Vera Cruz estaba en medio de todas esas conquistas. El persa Cosroes se apoderó de ella en ese año, aunque  fue recuperada por el emperador de Bizancio Heraclio unos años después.

La reliquia desaparecería definitivamente en la batalla de Hattin en 1187, al menos ese gran pedazo, que encofrado en un relicario,  acompañaba a los ejércitos cristianos en sus batallas en Tierra Santa. Desde entonces, las leyendas sobre su paradero son diversas. Nunca tuvieron los sarracenos un líder tan grande como Saladino, un turco otomano, nunca después han tenido un líder que unificase en modo similar, todas sus distintas tendencia y discrepancias.  Salah al Din, Saladino, tiene un lugar imperecedero en la historia, por se quien recuperó Jerusalén para el Islam. Además está el aspecto personal, que lo sitúa como un hombre de elevada talla moral, intelectual y humana.

En todas las historias hay un monstruo o un personaje realmente reprobable.  En ésta, aparte del Maestre del Temple, Ridefort, destaca como ningún otro, el templario Reinaldo de Chatillón, al que las crónicas sarracenas califican como «shaitán», el diablo, y al que Saladino degolló personalmente, tras la rendición del ejército cristiano en Hattin. Las crónicas  árabes sobre las cruzadas son muy interesantes, y dan una versión diametralmente  opuesta a la imágen mítica que todavía siguen teniendo en Occidente. Las Cruzadas, como tales, fueron unos de los mayores errores históricios de la cristiandad

El tratado de Jerusalem

Heraclio de Auvernia, arzobispo de Cesárea y Patriarca de Jerusalem (al que las crónicas presentan como un clérigo corrompido y amante del lujo), negoció junto con Baliant de Ibelin la rendición de Jerusalén ante Saladino el 2 de octubre de 1187.  Los cristianos mataron a toda la población de Jerusalén en la conquista del año 1099, por lo que Saladino quiso distinguirse  haciendo justamente lo contrario, casi 100 años después. Permitió la salida de todos sus habitantes, previo pago del rescate, usual en aquellos tiempos.

A los únicos a los que no perdonó la vida en Hattin, fue a los fanatizados caballeros del Temple y del Hospital de San Juan, que habían sembrado de muerte y destrucción toda la zona, a lo largo de un siglo.

El caso es que el acuerdo de rendición, consistía en respetar todos los lugares de culto de cualquiera de las tres religiones monoteístas, y los musulmanes quedaban como administradores únicos de la ciudad y aceptaban permitir el libre acceso de los peregrino. La actual división de la ciudad mediante un muro, incumple  los  acuerdos del año 1187.

Nota: es muy difícil obtener fotografías libres de la zona de Hattin. Todo el mundo protege el material que publica en internet como si fuese tesoros objeto de expólios. Las fotos de la zona son del blog http://soldados-viejos.blogspot.com.es

Anuncio publicitario