El bosquete marroquí de Sidi Ouariach


                  Marruecos tala y despeja el bosquecillo de Sidi Ouariach

Los morabitos son pequeñas zonas verdes asociadas a un lugar de culto. Tienen una vegetación determinada y no suelen establecerse en lugares desprovistos de vegetación. Los árboles que los rodean suelen proporcionar un ambiente más fresco que el circundante y promueven así una sensación de relajación y de protección. El morabito histórico de Sidi Ouariacha estaba rodeado de: un pequeño bosque de tipo mediterráneo, con cobertura casi del 100% y altura de la vegetación cercana a los 2 m.. Esta descripción aparece reflejada en «La flora silvestre de Melilla», de los profesores José Manuel Cabo, Huberto García y Juan Antonio González. Ese tipo de bosque y de vegetación, debió ser el existente en el territorio de Melilla hasta la llegada de los españoles y la posterior ampliación de 1863. El espacio verde original se fue reduciendo como consecuencia de la acción humana. Los Pinos son solo fruto de la política de repoblación del Protectorado español.
El pasado día, al realizar las fotos desde el alminar de Sidi Ouariach, pude comprobar como Marruecos está talando y eliminando la vegetación del morabito, en el frente más próximo a la valla de Melilla. La comparación de las fotos de 2011 y 2013 no deja lugar a dudas. La incesante presión migratoria desde el año 2005 y las exigencias de colaboración por parte de España, han llevado al talado y eliminación de cualquier vegetación próxima a la frontera, que pueda servir como refugio a los inmigrantes subsaharianos.
El el libro de La flora silvestre de Melilla, ya se determina la irreversibilidad ecológica del territorio melillense, que ahora ase está extendiendo también al otro lado de la frontera.

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Mustafa Aberchán en Jerusalén


Agravio institucional a Melilla en Israel

El silencio imperante en una ciudad en la que todo el mundo opina u opinamos de todo, ya es indicativo de que ha ocurrido algo más serio de lo habitual. Los únicos que se han atrevido a opinar son aquellos que bendicen y corroboran «la incalificable» conducta de alguna autoridad israelí. A estas alturas no sabemos quién fue la persona o personas que impideron la entrada de la expedición melillense en Israel, encabezada por Mustafa Hameh Moh, conocido entre nosotros como Aberchán (el negro). Mustafa Aberchán ha sido presidente de Melilla entre el año 1999 y el 2000. Es diputado de la Asamblea de Melilla desde 1995. Es médico cirujano del Hospital Comarcal y presidente de una agrupación política llamada Coalición por Melilla. No es una persona cualquiera, tiene un rango institucional y nunca se le debería haber impedido la entrada en Israel.

La expedición de Coalición por Melilla iba además integrada por otro diputado local, y por otras personas de la ciudad, sin perfil «alborotador» alguno, por el cual, un país democrático como Israel; pueda impedir la entrada de ninguno de sus componentes. Se están leyendo pocas, pero ruidosas manipulaciones en estos días, incluído un  editorial de un medio que ni siquiera mencionaremos, con expresiones inadmisibles dirigidas hacia Mustafa Aberchán.

El que piense que Israel es un país al que se puede acceder sin más, desconoce por completo lo que dice. A este país se viaja con un visado que debe ser tramitado antes de desplazarse hasta allí. Los que quieran saber como se viaja hasta Israel, solo deben preguntar al sacerdote o «pater» de la iglesia castrense, para saber cuales son los requisitos. El Padre Francisco José Sierra Vilchez, ya ha realizado 50 viajes a Tierra Santa.

Coalición por Melilla está financiando varios proyectos de cooperación internacional que está desarrolando en Cisjordánia. La expedición melillense iba a visitar el desarrollo y situación de esos  proyectos. Los trámites del viaje se habían desarrollado durante casi un año. Algunos de los integrantes, solo iban a visitar la Mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén.

Detenidos en los calabozos del Aeropuerto de Tel Aviv

Los expedicionarios melillenses, tras comunicárseles que no podían entrar en Israel, deberían haber sido expulsados sin más del país, sin embargo, estuvieron casi 20 horas retenidos en los calabozos del aeropuerto. Fueron interrogados varias veces, y algunos de ellos «registrados», más allá de lo que permite y exige la dignidad de las personas.

Es lógico y normal, que a través del Ministerio de Asuntos Exteriores de España, se pida conocer quién fue la autoridad que «cerró» los pasos al expresidente de Melilla. No se puede atrubuir la responsabilidad de los sucedido a todo el Gobierno israelí, o al propio Estado. Muchas veces ocurren cosas de estas, porque algún mando intermedio se ofusca, y lleva a cabo una venganza o acción personal, que acabe comprometiendo al país que representa.

Melilla mantiene una Casa en la ciudad de Jerusalén y son innumerables los viajes que se han realizado en ambos sentidos. La Junta de Portavoces o el rango que se determine de la Asamblea de Melilla, debe solicitar, en nombre de la ciudad, y a través del Ministerio español de Exteriores, dirigido por García Margallo, una explicación y si cabe, una disculpa por lo sucedido en Tel Aviv.

PD: Desde hace mucho, Jerusalén es una ciudad física, pero también es una ciudad espiritual. Ir a Jerusalén es algo más que visitar cualquier otro lugar. Esta vez, ni Aberchán ni ninguno de los melillenses españoles han llegado hasta ella. No puede admitirse una inseguridad jurídica de este calibre, en un país que exige visado previo. La libre circulación de personas documentadas y acreditadas, y entre países que han firmado tratados internacionales, no admiten situaciones como la sucedida.