- Crucificado
- Eros arbóreo
- Gigantes sosteniendo el mundo
- El sátiro
- Espíritu femenino
El bosque encantado
Uno siempre ve lo que quiere ver y también es cierto que hay imágenes que son iguales para todos. Otra cosa son las apariencias, que pueden parecernos lo que no son, y que a veces tendemos a agrupar bajo determinadas formas para verlas como algo de nuestro bagaje cultural y personal. Hay imágenes que son por sí mismas y otras que las hacemos nosotros. Bastó que alguien identificara una forma humana en una fotografía de un árbol podado, para que ya todos no viésemos otra cosa, que aquello que otro había visto. Eso también ocurre a menudo. Cuando un ve y muestra algo, todas las siguientes miradas se orienta hacia esa imagen concreta, que otro nos ha mostrado.
Todos hemos leído y oído hablar sobre bosques encantados, con árboles de apariencia humana o de espíritus atormentados. Árboles con formas de gigantes, o de brujas y brujos. Veo todo los días decenas de árboles, algunos con extrañas formas, que si estuviesen agrupados, formando un bosque, sería sin duda «encantado». Nadie se atrevería a entrar en un bosque con este tipo de árboles, solo y de noche. Con la luz de la luna y las sombras incrementando las apariencias, cualquier efecto óptico sería posible. El ulular de los búhos junto a otros ruidos de especies animales y alguna rama baja que nos roza sin que nos percatemos de ella, han alimentando las historias de terror durante siglos. Hay pocas personas que se atrevan a atravesar solas un bosque por la noche.
El bosque encantado que imagino, estaría compuesto casi sin duda por ficus, con sus retorcidos y extraños troncos, incluso con raíces que a modo de pelambrera desgreñada bajan por ellos. Un comentario a una entrada sin mayor trascendencia, ha desatado mi imaginación, y aquellas formas que veo a diario han cobrado forma. Estas son solo algunas de ellas.
Eso sí, una vez que alguien nos las muestra, difícilmente las podemos ya ver de otra manera.