Lo que tampoco es podar


            Lo que hemos visto no es trasplantar árboles, y esto que vemos tampoco es podar. Podar es quitar ramas secas o enfermas y no dejar los árboles convertidos en esqueletos de fantasmas. Por más que digamos no nos creerán y aunque mostremos las cosas siempre tendrán una justificación, o lo que es peor, alguien que lo justifique por ellos.  Les vemos colocar sus anuncios: prohibido estacionar entre las 8 horas y las 15 horas del día X, por trabajos de poda.  Hecha la advertencia,  procedemos a fotografiar todo para mostrar el antes y el después. Todo hay que verlo, porque el lenguaje solo sirve para enmascarar.

               Cortar las ramas la completo, no dejar un ápice de sombra, sea cual sea la especie arbórea, incluso aquellas que no necesitan poda, no tiene sentido ninguno. Igual que ellos podan y talan de modo continuo, calle por calle; nosotros fotografiaremos todo de igual modo, de manera que algún día alguien tome conciencia y diga que las cosas no pueden ser así.

                    Estos árboles no recuperarán la poca sombra que daban en al menos cinco años. Algunos  ya estaban bastante endebles y escasos de masa arbórea por tan continuas y constantes podas, pero da igual, porque en Melilla se poda como se tala. Hay árboles en estado lastimoso, con ramaje mínimo y que aun así son objeto de ridículas podas.

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El proceso salvaje


                                          De árbol a muñón

                Las parábolas sirven para explicar  aquello que no puede decirse de modo directo, y las imágenes para ayudar a entender a aquellos que no comprenden lo escrito. También sirven para mostrar claramente algo sin necesidad de polémicas o discusiones. Se muestra una cosa y así lo ven todos. Así, nadie puede acusarnos de manipular la realidad o de interpretarla de modo personalista y con algún tipo de interés. Nuestra intención ha sido siempre mostrar la realidad del modo más objetivo posible, por eso nos servimos  de las imágenes y de las parábolas; ara que aquellos que no quieran creer lo que escribimos,  al menos vean con sus ojos lo que intentamos mostrar.

                                                  El proceso salvaje

            Arrancar un árbol es una acción salvaje, y más si se trata de árboles que cuando menos llevaban en ese mismo lugar más de 60 años, pues en la década de 1940 se plantaron casi todos los ficus existentes en las calles de la ciudad. Un árbol que lleva más de 6 décadas en un lugar, está completamente adaptado e integrado en ese entorno. Arrancarlo, que no trasplantarlo, es un proceso salvaje, que se perpetra de espaldas a la ciudadanía, pues nunca se informa de los árboles que serán eliminados en las nuevas rotondas u obras urbanas. Melilla no es verde, es gris cemento. Lo que resulta sorprendente es que se pueda llevar a cabo cualquier cosa, ante el silencio absoluto y clamoroso de la práctica totalidad de aquellos que tendrían la obligación de decir y opinar en estos temas.

        A pesar de las claras fotografías publicadas ayer, todavía existe quien intenta justificar estas barbaridades y hacernos ver que se está siendo respetuoso con el Medio Ambiente urbano.  En esta entrada vamos a mostrar, en sólo tres fotografías, qué ocurre con una árbol arrancado y tratado de esa manera.

        En diciembre de 2012 llevaron a cabo una obras en la intersección entre la calle Valencia y Mar Chica, para retranquear el bordillo y permitir una mejor visibilidad para el tráfico rodado. Sobraba un árbol y fue arrancado del  modo brutal ya explicado.  Si no se entiende que un árbol se arranque, menos aún que se le sierren todas las ramas hasta el mismo tronco. Hasta convertirlo en un muñón.  El resultado, dos después es el que se ve en la fotografía: el árbol está muerto. Pero como no les falta de nada, también tienen un cementerio de árboles.

      PD:  Seguimos el proceso de modo riguroso, de modo que podemos  asegurar que el árbol arrancado en la calle Mar Chica, es el mismo que el que se encuentra en la calle Jiménez e Iglesias y que muestran las fotografías.

  Nota: https://elalminardemelilla.com/2011/12/10/el-cementerio-de-los-arboles/