Parque de Cándido Lobera. Melilla


           

            Es necesario relajarse. Uno de los modos más rápidos es concentrarse en el rumor del agua, en la corriente de un río, o de un riachuelo, en algún lugar en donde exista una cascada o un pequeño salto de agua. La corriente baja más rápida y el ruido del agua detiene los pensamientos. En Melilla solo tenemos un río seco. En la década de 1960 idearon y realizaron este parque, sobre una antigua loma desierta.

             En el Parque Lobera, durante la campaña electoral de 2011, prometieron hacer mil cosas. Fuentes de mil colores, peces y fauna colosal. Una nueva versión de los jardines de Babilonia. Afortunadamente se han quedado sin presupuesto para disparates y por solo 300.000€, han saneado el parque eliminando algunos obstáculos, unas manitas de pintura, y han acabado con el pestilente habitáculo de los patos. También ha eliminado el resto de las jaulas. El ambiente decadente del parque, que es el que lo hace distinto, se ha conservado tal cual estaba. Por esta vez, hemos respirado aliviados con que se hayan conformado con este pequeño «lavado de cara».

                     Los videos del Alminar duran un minuto aproximadamente. Así evitamos la sobrecarga del blog. Un minuto es suficiente para cualquier cosa. Para desconectar de cualquier situación, o incluso para cambiar una vida. Un minuto es suficiente para saborear la felicidad, para disfrutar de un  instante irrepetible. La capacidad transformadora de un minuto es inmensa.

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22 comentarios en “Parque de Cándido Lobera. Melilla

  1. El Parque Lobera no es de 1960. Es muy anterior, de finales de los años 20 que es cuando se empieza la plantación de arboles. Y no es ni la sombra de lo que fue. En los años 60 era un autentico bosque umbrio, con muchisima sombra que alternaba con zonas despejadas. La remodelación que sufrió a principios de los 80 acabó con esa imagen, cuando fue «despejado» de al menos el 50% de sus árboles cuyos troncos fueron usados como obstáculos, en una prueba de moto cross impulsada por el entonces alcalde solcialista Gonzalo Hernández, autentico arboricida de la ciudad, ya que además de acabar con los del Parque Lobera, aclaro mucho el parque Hernández. Cuentan que alguién se lo echó en cara en una ocasión y que su respuesta fue: «En Melilla sobran árboles. Y la gente quiere tomar el sol»

  2. Lo haga quien lo haga es una insensatez, porque con estos calores que están haciendo, el verano que ahora comienza antes, lo dañino que está el sol, y lo que apetece una buena sombra lo último que deben hacer es talarlos o en su defecto cambiarlos por otros que apenas den sombra. No se qué es peor. No hay nada como vivir en un espacio cercano a una arboleda.

  3. Melilla es como una plancha en donde nos tostamos los melillenses. Hay pocas zonas de sombra. Es en las dos últimas décadas en donde el cemento se ha extendido sin mesura. La mayor agresión al Parque Hernández fue la instalación de Feria en su recinto, y eso es de la época de UCD.

  4. Que no pongan las garras en él. Aunque sea a 300.000€ por no hacerle nada. Lo único que ví nuevo por allí fue una horrorosa fuente, hortera, grande eso sí…muuuuy grande. Que no toquen nada por favor. Limpieza, mantenimiento…y ya está. Que no se fijen en él. Chisssssss, ni mirarlo, que viene el hombre del cemento y se lo carga.

    • Si este comentario va por mi, estas equivocado. Lo cierto es que bajo el mandato de Gonzalo Hernández se destrozó el Parque Lobera y el Hernández. Y no, no soy del PP ni me gustan las bodrio macetas, pero al Cesar lo que es del Cesar. Yo fui testigo presencial de como los operarios municipales talaban los árboles del Lobera, concretamente los más altos y frondosos, que posteriormente fueron troceados todos a la misma medida y trasladados a la entonces no urbanizada explanada de San Lorenzo para hacer obstaculos. Y el que inició la prueba fue el propio Alcalde. Eso lo vi yo. No me lo han contado. Al igual que mandó, él o el concejal correspondiente de su corporación, talar los grandes ficus que orlaban los paseos del Parque Hernández, incluido cuatro de ellos inmensos y magníficos, que había en la confluencia de los dos paseos, donde hoy han puesto unas ridículas fuentes. Así, que con todos mis respetos a otras iniciativas suyas, bajo el mandato de Gonzale Hernández se destrozaron ambos parques, por lo que es apropiado llamarle arboricida.

      • Se me olvidaba. Alegaron pata la tala de los pinos del Lobera que «estaban enfermos», lo cual era mentira. Enfrente de ese Parque nací, y siempre llamaban la atención lo grandes que eran, con troncos de mas de medio metro de diámetro. Y en la época de la tala, pasaba a diario por allí camino de mi trabajo, arriba del todo de la cuesta, y daba gusto, los días de calor entrar por el parque y hacer parte de la subida a la sombra. Así que de enfermos, nada de nada.

  5. El proyecto de recuperación de los pinos y la carretera interior, junto con el cerramiento del mismo a los vehículos, se inicia con Gonzalo Hernández.
    El Parque Lobera todavía está bien. Que hagan sus proyectos megalómanos en otro lugar, como la pista de carros.

  6. No sé cuanto se taló, pero tampoco era aquello el amazonas, y mucho menos el Parque Hernández. Creo que lo del más grande «arboricida» es demasiado, incluso para él. Y yo no defiendo a nadie, y probablemente lo que recuerdas sea cierto.

    • Ponte la mano en el corazón, y con total sinceridad, como haces siempre, contestame: Si en vez de Gonzalo Hernández hubiera sido Imbroda, ¿no le llamarías arboricida?. Y creo que ya he demostrado mil veces que me caen tan mal uno y otro.

  7. Pues no. Hace apenas un mes, al hablar de los trabajadores de la limpieza, dejé bien claro y recordé que el que privatizó el servicio, fue Gonzalo Hernández. Luego recordé que los siguientes gobiernos no dieron marchas atrás en lo que ha sido un claro error.
    Melilla lleva desde 1991 en manos de la derecha. Cualquier daño que pudiera haber hecho el PSOE, está ya amortizado.

  8. Pingback: Clareo y epílogo del parque Lobera | El Alminar de Melilla

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