Placas y nombres de calles


74.000 € para el mantenimiento de la rotulación

        La rotulación y numeración de las calles en Melilla era algo absolutamente necesario, porque en algunas zonas de la ciudad no se sabía ni en que calle se estaba. El Gobierno Local ha invertido en esta actuación 600.000€  en los cuatro últimos años. Hasta aquí nada que objetar. No obstante, es un derecho ciudadano opinar sobre el modo en que se ha hecho y sobre la «calidad estética de la actuación», dada la alta inversión realizada.

         Este Gobierno lleva 11 años al frente de Melilla y en ese tiempo, ha numerado de dos formas distintas muchas calles de la ciudad, creando trastornos al usuario solo por el hecho de cambiar un número, que quizá, con una actuación mas cuidadosa se hubiese evitado. Con un simple cambio de número, se necesitan dos años para redirigir toda la correspondencia. Todavía, es mucha la correspondencia perdida y devuelta a Correos.

             Aparte, se ha cambiado la denominación y numeración de muchas calles sin mayor criterio que la simple decisión del momento. En el barrio del Tesorillo se cambió complenta la numeración de las calles Cabo Noval y Antonio San José y los pares pasaron a ser impares y a la inversa, sin que hubiera la más mínima necesidad. En el Barrio del Real se dividieron en dos casi todas las calles trasversales, obteniendo la misma calle una doble denominación (Pamplona/Navarra, Mallorca/Baleares, Lugo/El Ferrol, León/El Bierzo, etc), alegando que las viviendas de las calles Infanta Elena y Cristina rompían la continuidad visual de la calle. Sin embargo, ese criterio no fue respetado para colocar a una misma calle, dos denominaciones distintas ( Conde de Alcaudete/Restaurante los Salazones). Los transtornos que se causan con decisiones así son infinitos.

        El último aspecto a señalar es el de la calidad estética, que es bastante mala. Son simples chapas y si se hizo por ahorrar costes, no habría nada que decir, pero cuando esas «deslucidas chapas» se han  superpuesto groseramente sobre otras anteriores más artísticas y de cerámica, sí existe el derecho a quejarse. Además hay muchos errores en las denominaciones de las calles, teniendo algunas dos escrituras distintas.

           Esperemos que este contrato de 74.000 anuales, sirva al menos para corregir todos esos errores y deficiencias y además, se retiren algunas placas absolutamente mugrientas y no solo para el mantenimiento de las ya existentes.

      PD: dos fotografías proceden del blog «la otra Melilla».

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