El misterio del exvoto perdido
El 21 de noviembre de 2000, en las excavaciones de Plaza de Armas apareció una pequeña figura, en la que en principio no se fijó nadie. Fue durante la criba de las piedras y restos hallados durante la excavación, cuando lo que parecía una pequeña piedra, tomó la forma de un pequeño «niño» o «bebé», osea, un exvoto. El hallazgo parecía poner sustento a la teoría de Noé Villaverde de que en la Plaza de Armas se podrían estar celebrando cultos religiosos, de modo continuado, a lo largo de todas las etapas de ocupación de Melilla.
Es una realidad histórica y arqueológica que al igual que los asentamientos se superponen, lo templos religiosos también, en dónde había un lugar de culto local, luego hubo un templo romano, luego una mezquita y finalmente una iglesia y allí, sabemos que estuvo emplazada la 1ª ermita de la Virgen de La Victoria, y se escogería ese sitio porque habría un templo anterior, probablemente de culto islámico.
El exvoto fue la joya del Museo durante dos o tres años. Estaba expuesto en una vitrina, se había hecho la preceptiva réplica y contaba con video vigilancia las 24 horas del día. El problema es que ese exvoto y todo lo encontrado en la Plaza de Armas, ponía en cuestión toda la historia falseada de Melilla y ante la tesitura de iniciar un estudio serio y profundo de la historia de Melilla, la real no la supuesta, se decidió seguir viviendo sobre la mentira y una falsificación absoluta, es la absurda recreación actual de la Plaza de Armas, convertida en un decorado feo y carente de rigor.
Se tapó todo. Los muros hallados en las excavaciones, los silos bereberes de almacenamiento de grano, los restos de la 1ª cerca colocada por los castellanos, los restos de la muralla de caliza amarilla musulmana. Y en la aniquilación absoluta del pasado, un día, haciendo una comprobación rutinaria de las cámaras, se desconectaron, y en ese breve intervalo desapareció el exvoto, la réplica, y nunca más se volvió a saber de él. Es el gran baldón de la gestión de la Cultura en Melilla.
Luego se quiso extender, que aquello fue una alucinación colectiva, que el exvoto no era tal, sino un capricho de la naturaleza. Miren las fotos y saquen sus propias conclusiones. Yo tengo las mías desde hace exactamente 10 años.