Decía Ludwig Wittegenntein que : «Siempre hay otro modo de ver las cosas» y es una máxima muy útil, porque a veces, la verdad oficial, nos deja insatisfechos o simplemente, no explica la realidad. Por ello, siempre hay que mirar las cosas de otro modo, para intentar comprenderlas y esta noticia, repetida sin matices en todos los lugares posibles, ha hecho que sospechemos, porque en España nadie dimite y mucho menos antes de haber tomado posesión de nada.
Resulta que una posible diputada Mimuntt Mohamed, nº 9, y otro casi en ciernes, Faisal el Maimonuni, nº 16, han renunciado a la posible acta de diputada/o, incluso antes de tomar posesión de la misma, y además, la renuncia se materializa en dos candidatos de origen «amazigh». No parece casual y la sombra de la sospecha planea sobre toda la operación.
Hay un principio jurídico muy repetido que expresa que: «excusatio non petita, acussatio manifesta» y hoy aparece en los medios, la explicación de esta renuncia, lo cual resulta más extraño aun, porque nadie había dudado lo más mínimo de la versión oficial hecha pública ayer. Nadie había expresado la más mínima discrepancia pública y salvo que haya «lectores del pensamiento», no han podido darse cuenta de que no nos lo creíamos.
Como razón nos dicen que las renuncias son por motivos personales, osea nada, porque las personas sólo renuncian a las cosas por motivos personales, no conozco a nadie que renuncie por motivos «animales» o «minerales». Pero se nos aporta una razón de peso: «es que sus puestos de trabajo son incompatibles con el escaño de diputado». Pregunto: ¿ Eso no se sabía cuando se confeccionó la lista electoral?. ¿Quién se presenta a las elecciones si su trabajo es incompatible con ser elegido?.
Y siguen surgiendo preguntas, si era así lo de la incompatibilidad, entonces: ¿Porqué se los situó en puestos de salida, 9 y 16?, siendo 16 escaños el número mínimo con que pensaba obtener el PP. Vista esta explicación, que nadie había pedido, entonces la sospecha se transforma en certeza.