Restos de un posible arco en el Bº del Real
Melilla siempre estuvo poblada. Su situación, la abundancia de agua, la existencia de un matantial en el peñon rocoso de Melilla La Vieja, la fertilidad de sus tierras, la desembocadura del río de Oro, su carácter calcáreo propicio para la existencia de cuevas naturales, conformaban un cúmulo de circunstancias naturales propicias para la existencia de asentamientos neolíticos estables. Serían asentamientos poblacionales de la cultura amazigh o mauritana. La existencia de una población estable, amazigh/mauritana, en la zona, provocaría el asentamiento de fenicios, cartagineses, griegos, romanos, etc, hasta la llegada de los árabes primero y los castellanos después.
Ocurre que todo eso se desdeñó por los estudiosos de la época del Protectorado. A esto se añadió que gente sin preparación alguna, se hizo cargo de las pocas y primeras excavaciones del siglo XX, con lo que el destrozo fue mayor que lo conservado. En la década de 1960 y posteriores se hizo tabla rasa con lo mucho o poco que pudiera quedar del pasado árabe y bereber. Se pasó por encima de todo, con tal de buscar la mítica Russadir fenicia, olvidando que si hubo fenicios, es porque antes había bereberes. Desgraciadamente ese es el pesamiento historico-politico que sigue imperando.
Es una desgracia para la historia de Melilla, que La Consejería de Cultura haya decidido entregar toda el área de investigación y excavaciones a una entidad privada, el Instituto de las Culturas del Mediterráneo, que tiene sus propios criterios y fines y que rechaza lo que no conoce, o sencillamente lo que no les interesa. Es una desgracia que Melilla no tenga un Plan Arqueológico visado por el Ministerio de Cultura y la Dirección General de Bellas Artes. Es una desgracia que Melilla no tenga un arqueólogo municipal.
Lo intolerable de toda esta situación, es que se tengan cerradas al público y al interés general las zonas arqueológicas de Melilla, que no se ofrezcan a la divulgación pública, cosas que se dan a conocer en cualquier lugar de España. recientemente, en unas obras en el Patio de Los Leones en La Alhambra, se encontraron las primitivas alquerías y los restos de un Palacio anterior. La información se dió a conocer a toda España. Lo mismo que ocurre en cualquier ciudad de España con cualquier hallazgo.
En Melilla, los personajes que se han apropiado de la Cultura y el Patrimonio de los melillenses, se jactan de no ofrecer información a quién la pide, y disfrutan en su vanidad, de que uno, se indigne al no recibir información alguna, que por otra parte es pública en cualquier lugar de España.
Obras en el Barrio del Real
Las obra sin control arqueológico previo y preceptivo en el Bº del Real, están trituran con toda probabilidad, la posibilidad de encontrar restos arqueológicos bereberes, que por otra parte fueron frecuentes en la década de 1920. En esos años, los de la expansión de Melilla, se encontraron restos arqueológicos bereberes en la calle Mar Chica, en la calle Salamanca y en la finca de «los pajares de Intendencia», en las inmediaciones del Aeropuerto, etc. Todo eso desapareció en manos privadas, sin que jamás llegaran a datarse o saberse qué es lo que se encontró.
En la excavación del terreno tras la demolición de una casa, en las confluencias entre la calle Cataluña y La Legión en sentido ascendente, he podido fotografiar este resto de arco, quizá de la bóveda de una cueva, refugio o silo de grano. Son muchas las cuevas que se localizan en las obras de demolición de casas viejas del Real, quizá restos de almacenes o sótanos. La mayorían son contemporaneos, pero otros como éste, parecen de procedencia más antigua. Nunca está de mas, darle una oportunidad a la arqueología y a la historia.