¿ Hacia dónde va el gasto del Kursaal-Nacional ?


 

 

      ¿Nos devorará el gasto del Kursaal-Nacional?

               El pasado martes, un Ayuntamiento en funciones, con concejales igualemente en funciones, nos sorprendía convocando un Pleno en el que se aprobaba la petición de un crédito en leasing por un importe de 3 millones de euros (500 millones de la antiguas pesetas), que hay que sumar a los 13 millones ya pedidos anteriormente (2.166 millones de pesetas) . Esto ya nos da la escalofriante cifra de 16 millones de euros o su equivalente de 2.666 millones de las antiguas pesetas. Como es un contrato en leasing, osea un arrendamiento con intereses, hay que decir, que al final del período de pago, habremos devuelto de las arcas públicas de Melilla, al Banco BBVA, al menos el doble de esa cifra, osea, 32 millones de euros o 5000 millones de pesetas.

              Lo que sorprende también de esa nueva petición de crédito es que se destina para el equipamiento, osea mobiliario, cuando todos creíamos que estaba sobradamente incluido en los 13 millones de euros de costo. Estamos ante un Gobierno que nos mantiene deliberadamente a ciegas, uno de los más opacos de la historia democrática, que convoca un Pleno Municipal extraordinario, con todos los diputados locales en funciones, para decidir y aprobar «por la imposición de sus votos»,  una nueva operaciónn crediticia de altísima envergadura. Y eso que todavía no se ha incluido en el gasto el contrato de mantenimiento, que importará una cantidad aproximada al millón de euros anuales.

              Y todo este incremento económico se aprueba, desde el momento de la compra del antiguo Cine Nacional, en medio de una crisis que está devorando la economía del País y de las familias españolas. Se aprueba un nuevo crédito de 3 millones de euros despues de unas elecciones, en las que las promesas de austeridad y evitación de gastos suntuarios y despilfarros diversos, han sido constantes desde el Partido Popular. Se aprueba en una ciudad que supera ya los 10.000 parados y en donde uno de cada tres de sus habitantes está o vive bajo el umbral de la pobreza. Nada de esto se entiende y menos en este momento.

                Y ya que hablamos de gasto y de equipamiento, la puerta de acceso al Kursaal, podría haber sido resuelta de un modo más lucido que este chapón de puerta de garaje, y no precisamente de urbanización de lujo.

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La ocultación de vestigios islámicos en Melilla


 

         Borrando el pasado bereber en Melilla 

    Las campañas de actuaciones arqueológicas en Melilla serían discutibles, si los ciudadanos pudiéramos conocer qué se está haciendo, aun así, volvemos a preguntar: ¿Qué pasa en el yacimiento del Gobernador, cuál es el futuro del yacimiento, porqué se catalogó como BIC (Bien de Interés Cultural)  y porqué se deshizo un mes después?. Son preguntas que permanecen sin respuesta, porque hay quienes se han apropiado de la cultura y del pasado de nuestra ciudad y se creen con derecho a no rendir cuentas a nadie.

               En España hay decenas de páginas de información arqueológica y la noticia de cualquier hallazgo por mínimo que sea, atraviesa todo el país. Se divulgan datos, se ofrecen fotos y se suministra la información tanto a profesionales como a aficionados. Hoy se sabe, por otros medios, que “el muerto» hallado en el Kursal/Nacional, era un esqueleto completo, que presentaba armonía anatómica (lo que descarta la explicación del arrastre) y que podía tener ajuar funerario, pues junto al esqueleto había unas extrañas piezas que no eran óseas, con formas más próximas a una hachuela o a una lucerna, que a un escafoides o a un metatarso.

          Melilla estuvo siempre poblada, en mayor o menor medida, por población autóctona, berebere (ni española, ni marroquí), de ahí que a cualquier hallazgo haya que colocar el calificativo mauritano para determinar la zona geográfica en donde se encuentra. Los hallazgos serían neolítico-mauritanos, feno-mauritanos, púnico-mauritanos. 

          El caso es que el territorio de Melilla presenta hallazgos de diferentes épocas, de modo uniforme. Hay o hubo silos de almacenaje de grano en las inmediaciones del Álvarez Claro, en la Barriada de La Constitución, en La Alcazaba, en cualquier lugar de Melilla La Vieja y casi todos han sido tragados por la tierra. Ello indica, a pesar de las desapariciones un poblamiento constante y continuado que atraería a su vez la presencia de fenicios, cartagineses o romanos.

          El último es este del foso de Santiago (hay otro debajo del baluarte de San José), situado entre el oratorio musulmán del Mantelete y las oficinas de Lalchandani. Del silo o pozo, ya sólo queda media sección, en forma de cono invertido y excavado hasta la roca madre, por lo que pudiera tratarse tanto de un silo o de un antiguo pozo. Las fuentes documentales árabes describen el potente manantial que abastecía de agua a la Malila musulmana y que se situaba justo en ese lugar. En la parte alta de la desfigurada Plaza de Armas existía hace años un pozo de agua y también hay otros dos silos tapados, todos de procedencia bereber o musulmana, o si se quiere púnico-mauritanos, pero nunca prehispánicos. La existencia del manantial y del nivel freático explica que el aljibe de La Escuela de Hostelería, mantenga el nivel de agua pese a estar completamente cerrado.

         El macizo rocoso o calcáreo sobre el que se asienta la Ciudad Vieja era mucho más grande, pero las necesidades defensivas obligaron a adelgazarlo y a realizar cortaduras y  nuevos fosos, por ello, de muchos silos de almacenamiento de grano, de pozos,  quedan sólo restos o secciones, como el de este caso. Existe otro medio silo de la antigua ciudad musulmana bajo la reconstruida Muralla Real.

          La Consejería de Medio Ambiente, que es de la que dependen las obras de Melilla La Vieja, va a proceder al tapado y relleno con cemento de este vestigio histórico, que debería mantenerse como tal y con  su explicación y leyenda al lado. Además debería hacerse un análisis rutinario por  los servicios de arqueología que dependen no se sabe muy bien de quién. Salvo claro está, que lo que se pretenda sea “tapar el pasado”, o cierto sector del pasado, concretamente el islámico.

            El pasado 16 de marzo dirigí dos cartas a las Consejerías de Cultura y Medio Ambiente, aconsejando que no se tapase la sección del silo o pozo del Mantelete. Se me respondió diciendo que La Comisión de Patrimonio (que es sólo una correa de transmisión de órdenes)  había autorizado el proyecto y que el Instituto de Las Culturas del Mediterráneo ya había “visado” el proyecto, o certificado la defunción del silo.

             La sección del silo ha sido tapada, la falsificación del pasado se ha producido una vez más y esta vez estaban advertidos, pero ha dado igual.