Playas de Melilla. ¿ Expuestos a todo ?


          La rotura de un colector contamina las playas de Melilla

         A cualquier gobierno le puede pasar que se le rompa un colector de aguas fecales y contamine las playas o las áreas de baño de una ciudad de costa. Eso es un accidente que le puede pasar a cualquiera. Lo que no es admisible es tanta ineficacia, tanta mala gestión y tanta falta de atención al ciudadano al que supuestamente se sirve.

     Estamos ya como en la época de Franco, en dónde había que leer los comunicados del Gobierno pero al reves. Si se dice o comunica oficialmente que se reabren las playas, es porque antes habían estado cerradas pero no se comunicó. Si se informa a los ciudadanos de que en tal calle «se ha completado y mejorado la señalización vial» (transcribo la frase textual de los comunicados del Gobierno de Melilla), debemos enteder que ya no existía esa señalización o que estaba en tal lamentable estado, que ya no se distinguía. Y así con todo, hasta hacer un catálogo.

       Lo que nadie entiende es que ayer domingo (26 de junio), no se cerraran las playas totalmente y que éstas aparecieran llenas de gente. Lo que no se entiende es que no se suspendiera » la travesía a nado del Puerto», o que los socorristas estuvieran en sus torretas como si tal cosa, y que sólo informaran a la gente cuando se acercaba a preguntar, porque los rumores y las noticias iban creciendo entre los bañistas. No se entiende que se celebrara «La travesía», cuando la «pseudo playa» del Club Marítimo sí prohibe bañarse en unas aguas a las que sí llegaron «los nadadores». No se entiende esta absoluta falta de responsabilidad, y no  se entiende que alguno de estos «eficaces gestores» vayan a ser recompensados con la renovación en sus cargos «sine die», porque este desastre medio ambietal en el que se encuentran las playas de Melilla, nuestro supuesto escaparate turístico, implica a varias áreas.

                 El estado de las aguas y de la arena en el inicio de la temporada de baños era y es mas que deficiente. Tanto en el blog de :»La otra Melilla», como en este mismo, se advertía de que la realidad era muy distinta a la de la propagandística «bandera azul». Este viernes, después del funesto inicio de los fuegos artificiales de 2011, se veía que algo pasaba en la zona de la desembocadura del Río de Oro, porque había allí trabajando máquinas excavadoras. La desembocadura había sido dada por contaminada un día antes, pero comunicándose solamente que había cesado la contaminación.

       Diez, quince, veinte años después no puede seguir esta desembocadura del río en este estado, dadas las cantidades ingentes de dinero que se han dilapidado por toda la ciudad. La propaganda dirá lo que quiera, pero la realidad es absolutamente distinta. Con esta gestión «centrada en nosotros» estamos expuestos a enfermedades epidérmicas, grastrointestinales y sabe Dios cuantas cosas más.

     El domingo tenían que haber estado los «Agentes Medioambientales» dentro de la playa impidiendo el baño de cualquier persona y en el exterior, los «Agentes de Seguridad» repartiendo hojas informativas a los bañistas informándo de qué estaba ocurriendo. Por algún sitio y en primera fila debería haber estado el Consejero del Área, al frente de todo ese despliegue, que sin embargo, nunca se produjo. Eso hubiese sido hacer las cosas bien.

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