Borrando el pasado bereber en Melilla
Las campañas de actuaciones arqueológicas en Melilla serían discutibles, si los ciudadanos pudiéramos conocer qué se está haciendo, aun así, volvemos a preguntar: ¿Qué pasa en el yacimiento del Gobernador, cuál es el futuro del yacimiento, porqué se catalogó como BIC (Bien de Interés Cultural) y porqué se deshizo un mes después?. Son preguntas que permanecen sin respuesta, porque hay quienes se han apropiado de la cultura y del pasado de nuestra ciudad y se creen con derecho a no rendir cuentas a nadie.
En España hay decenas de páginas de información arqueológica y la noticia de cualquier hallazgo por mínimo que sea, atraviesa todo el país. Se divulgan datos, se ofrecen fotos y se suministra la información tanto a profesionales como a aficionados. Hoy se sabe, por otros medios, que “el muerto» hallado en el Kursal/Nacional, era un esqueleto completo, que presentaba armonía anatómica (lo que descarta la explicación del arrastre) y que podía tener ajuar funerario, pues junto al esqueleto había unas extrañas piezas que no eran óseas, con formas más próximas a una hachuela o a una lucerna, que a un escafoides o a un metatarso.
Melilla estuvo siempre poblada, en mayor o menor medida, por población autóctona, berebere (ni española, ni marroquí), de ahí que a cualquier hallazgo haya que colocar el calificativo mauritano para determinar la zona geográfica en donde se encuentra. Los hallazgos serían neolítico-mauritanos, feno-mauritanos, púnico-mauritanos.
El caso es que el territorio de Melilla presenta hallazgos de diferentes épocas, de modo uniforme. Hay o hubo silos de almacenaje de grano en las inmediaciones del Álvarez Claro, en la Barriada de La Constitución, en La Alcazaba, en cualquier lugar de Melilla La Vieja y casi todos han sido tragados por la tierra. Ello indica, a pesar de las desapariciones un poblamiento constante y continuado que atraería a su vez la presencia de fenicios, cartagineses o romanos.
El último es este del foso de Santiago (hay otro debajo del baluarte de San José), situado entre el oratorio musulmán del Mantelete y las oficinas de Lalchandani. Del silo o pozo, ya sólo queda media sección, en forma de cono invertido y excavado hasta la roca madre, por lo que pudiera tratarse tanto de un silo o de un antiguo pozo. Las fuentes documentales árabes describen el potente manantial que abastecía de agua a la Malila musulmana y que se situaba justo en ese lugar. En la parte alta de la desfigurada Plaza de Armas existía hace años un pozo de agua y también hay otros dos silos tapados, todos de procedencia bereber o musulmana, o si se quiere púnico-mauritanos, pero nunca prehispánicos. La existencia del manantial y del nivel freático explica que el aljibe de La Escuela de Hostelería, mantenga el nivel de agua pese a estar completamente cerrado.
El macizo rocoso o calcáreo sobre el que se asienta la Ciudad Vieja era mucho más grande, pero las necesidades defensivas obligaron a adelgazarlo y a realizar cortaduras y nuevos fosos, por ello, de muchos silos de almacenamiento de grano, de pozos, quedan sólo restos o secciones, como el de este caso. Existe otro medio silo de la antigua ciudad musulmana bajo la reconstruida Muralla Real.
La Consejería de Medio Ambiente, que es de la que dependen las obras de Melilla La Vieja, va a proceder al tapado y relleno con cemento de este vestigio histórico, que debería mantenerse como tal y con su explicación y leyenda al lado. Además debería hacerse un análisis rutinario por los servicios de arqueología que dependen no se sabe muy bien de quién. Salvo claro está, que lo que se pretenda sea “tapar el pasado”, o cierto sector del pasado, concretamente el islámico.
El pasado 16 de marzo dirigí dos cartas a las Consejerías de Cultura y Medio Ambiente, aconsejando que no se tapase la sección del silo o pozo del Mantelete. Se me respondió diciendo que La Comisión de Patrimonio (que es sólo una correa de transmisión de órdenes) había autorizado el proyecto y que el Instituto de Las Culturas del Mediterráneo ya había “visado” el proyecto, o certificado la defunción del silo.
La sección del silo ha sido tapada, la falsificación del pasado se ha producido una vez más y esta vez estaban advertidos, pero ha dado igual.
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