La ruina inmueble


 

Caída libre en Alfonso XII

                     El pasado 5 de junio escribíamos esto: «En la actualidad, al menos un centenar de edificios antiguos están en esta situación, ya sea abandonados, o en proceso de demolición interna. Ambas situaciones son peligrosas, porque el edificio se mantiene aparentemente en pie, hasta que algún agente externo varía la situación estructural, o el propio agotamiento de los materiales provoca un derrumbe. Lo grave es que esto está ocurriendo literalmente sobre nuestras cabezas, pues diariamente pasamos, sin advertirlo, junto a unos estos edificio».

                   En cualquier momento, sin previo aviso, un edificio o parte de él se derrumba, como sucedió con el edificio de la Casa del Reloj, y por ello el 13 de mayo escribimos esto otro: «Nos hemos acostumbrados a ver edificios abandonados, en ruinas durante años, a verlos desplomarse poco a poco o de golpe. Nos hemos acostumbrado a ver el patrimonio inmobiliario de la ciudad desaparecer y también a la pérdida de las señas de identidad de cada barrio. Nos hemos acostumbrado tanto a todo, que se derrumba un edificio por causa del viento y nos creemos hasta la explicación».

                 La batalla por el poder continúa mientras la ciudad se cae. Esto ha sucedido hoy en la calle Alfonso XII del barrio del Mantelete. El Partido Popular, saliente del gobierno, recrudece su batalla por la  vuelta al poder, sea por el medio que sea. No han tenido suficiente después de 228 meses de gestión, cuyos resultados están a la vista. Un poquito más atrás se encuentran las murallas de la calle de Santiago, sobre las que estaremos muy pronto.

                  Al mediodía, en la calle de Alfonso XII, el ruido del desmoronamiento alertó a todos los que estaban en las inmediaciones. Luego la nube de polvo de los trabajadores que estaban dentro y las llamadas a los servicios de emergencias. Policía Nacional, Local y ambulancias llegaron casi al unísono y por este orden. Solo ha habido un herido leve, un trabajador, ningún viandante de los varios que pasaban por allí. Otra vez más la suerte ha acompañado a los melillenses, de cuya compañía nos congratulamos. En cualquier momento esto puede dejar de ser así. Se derrumbó parte del techo de la azotea y se desprendió parte del recubrimiento de la fachada. Ahora ya solo espera la paralización de la obra y la demolición completa, sin rehabilitación

            ¿Cuántos edificios hay en situación de ruina? ¿Cuándo tarda en sustanciarse un expediente  de demolición o de rehabilitación?. ¿Cuántas autorizaciones de demolición o ruina hay solicitadas?. Todas estas preguntas y otras muchas, las dejó sin contestar el anterior gobierno de la ciudad. El riesgo es cada vez más grande y nadie lleva esa gestión a los juzgados.

Nota:https://elalminardemelilla.com/2019/05/13/edificios/

 

 

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Instantáneas del pasado de Melilla


       Todo ha existido, pero si no hay imágenes de lo anterior, parece que lo que vemos ahora es lo que ha sido siempre. El recuerdo y la memoria precisan de un cuidado constante. Melilla salió del franquismo casi como una ciudad abandonada. Hay una colección de revistas del primer ayuntamiento democrático de la ciudad tras la dictadura, que muestran el estado paupérrimo de la ciudad.  La revista municipal se publicó entre 1980 y 1982 y debería estar digitalizada y disposición del conocimiento público.

        Aquella ciudad no tenía futuro y de hecho mucha gente la abandonó en cuanto les fue posible, con las nuevas posibilidades de trabajo que abrió la Democracia. Buscamos imágenes del pasado para no perder la memoria común y también la individual, pero no porque pensemos que cualquier tiempo pasado fue mejor.

         La construcción del futuro se fundamente en gran parte con el conocimiento exacto del pasado, sin deformaciones, sin ocultar nada.  Existe un intento de recrear un pasado que nunca fue, y de vivir en un presente de apariencia. Hay cosas del pasado que no deben retornar bajo ninguna forma, deben solo conocerse pero nada más. En ese recuerdo no se puede dejar fuera nada.

         Resulta llamativo, que cuando no interesa el recuerdo de un determinado acontecimiento, o de un edificio desaparecido, como el original de la Casa Paraíso, todo lo relacionado con ellos desaparece o es muy difícil de localizar. No hay fotos disponibles de la Casa Paraíso o de otros edificios monumentales desaparecidos.

        El recuerdo, el pasado histórico de una ciudad, de una región, de una nación, es algo muy fácilmente alterable y sobre todo un instrumento muy potente en manos de los movimientos populistas y nacionalistas. Es una herramienta eficaz para hacerse con el poder, y para afianzarse en él.

Cinco imágenes de Melilla


             No diremos jamás aquello de cualquier tiempo pasado fue mejor, pero al menos sí parecía más verde, mas frondoso. En 1976 el generalísimo Franco había muerto, y Melilla ni siquiera tenía una estatua dedicada al dictador. Probablemente era la única ciudad de España que no lo había hecho. Todas las estatuas del tirano, tanto la pedestre como la ecuestre, son erigidas al menos cuatro años después de su muerte, lo que convierte todo en algo más inexplicable. La nostalgia suele ser casi siempre mala. Es bueno recordar cosas, pero no dejarse llevar por la nostalgia.

    Todas estas postales son de la década de 1970, y hay algunos aspectos interesantes que merecen destacarse. El primero es que la ciudad tenía más zonas verdes que en la actualidad, y que eran incluso más frondosas. El monumento a los Héroes de África, en la plaza de España, estaba mejor conservado sin la fuente de agua que lo está destruyendo, y que instaló el alcade Mir Berlanga. A pesar de estar todavía el mosaico del águila maligna, que retirara el ayuntamiento del socialista Gonzalo Hernández, el aspecto de la plaza difiere poco del actual.

        La postal más interesante, es la vista general de la ciudad, desde el Cerro de Camellos, en el que se aprecia el aspecto original de la mezquita del Habús, destruida por un rayo en 1980, y que hemos sacado en detalle. La mezquita antigua, inaugurada en tiempos de Gómez Jordana, tenía un acceso distinto, un patio y un frondoso árbol en su centro. La mezquita quedó en ruinas hasta que fue rehabilitada bajo el mandato de Gonzalo Hernández.

         También puede verse el antiguo aspecto de los bazares del mantelete, la estatua del «fundador» de la Melilla española, Pedro de Estopiñán, en su posición original, y que fue desplazada durante el mandato del popular Ignacio Velázquez. La demolición del resto de la Estación de Autobuses, dio paso con el tiempo, a la actual Plaza de las Culturas.

Edificios en ruinas. La historia en peligro


             Otro edificio de Enrique Nieto espera la ruina

    Los edificios se caen a pedazos o se desmoronan. Nos da lo mismo hasta quien sea el autor y si es del emblemático Enrique Nieto, mucho mejor. Hace no mucho, alguien decía, en referencia a los almacenes Montes:  «Que el hecho de que fuera una obra de Enrique Nieto, no le otorgaba derechos para no ser derribado». Ante esa observación, irónicamente advertí  de que la autoría del afamado arquitecto, era más bien una garantía para la demolición.

      Este edificio es obra de Enrique Nieto, es de la década de 1930. Es el único de Melilla con toda la fachada de madera, en sus tres frentes. Se asemeja bastante a los edificios de la famosa avenida de A Coruña, en la que todos los edificios son acristalados y montados sobre fachadas de madera. Hace ya años, cuando empecé a trabajar en el INE, estuve yendo a ese edificio durante varios años, para realizar la Encuesta de Presupuestos Familiares, a las familias que en él residían. En la actualidad y casi desde hace una década, ya no vive allí nadie. La fachada de madera está toda apuntalada, cuando se caiga ya no habrá nada que conservar, en breve obtendrá la declaración de ruina técnica y adiós muy buenas.

        Mientras tanto, el Gobierno de Melilla ha ampliado hasta el 31 de diciembre el plazo para el arreglo obligatorio de fachadas de edificios modernistas. Se ve que al otro decreto no le habían hecho caso los propietarios y por eso amplían el plazo. Hasta la fecha solo se ha puesto una multa de 600€. La única solución son multas verdaderamente duras y expropiaciones de propiedad, como hace en todas las ciudades de España.

        Hay que hacer un inventario de edificios modernistas, los actualmente existentes, protegerlos con declaraciones específicas, obligar a su reparación y conservación y expropiar cuando sea necesario. O se actúa con decisión o nos quedaremos sin nada.

Falsificación monumental en Melilla (II)


        Muralla del Foso de Santiago o de Plaza de Armas

          Este era probablemente el «resto de muralla» más antiguo de Melilla. Se encuentra en el barrio del Mantelete. Esas hileras de sillares de piedra podrían tener tranquilamente mil años o incluso más. Podrían haber pertenecido tanto a la muralla de la Melilla árabe, como haber sido una reutilización árabe de materiales anteriores.  El caso es que había que haberla conservado tal cual, asegurándola, pero dejando intacto el material original. Poco antes de las últimas vacaciones de Navidad (2010), vi que se estaban instalando los andamios y dejé publicada en El Faro, la alerta ante el previsible e inminente atentado a la «muralla histórica de Melilla». Como siempre, con esta gente no hay posibilidad de error, no valió de nada. Nada vale contra «esta falsificación monumental» que se está perpetrando en Melilla.

          Hace dos años, antes de meterme profundamente en el tema histórico y monumental, al que había prestado escasa atención, decidí fotografiar primero absolutamente todo. Hacer fotos de todo, antes de publicar una sola línea. Así, cuando empecé a publicar  y a poner en evidencia las tropelías monumentales, «los servidores de lo oscuro« empezaron a dar las órdenes para cerrar Melilla La Vieja a cal y canto. Cualquiera que fuese visto haciendo fotos era inmediatamente detectado (tienen en la ciudad vieja un vigía), y se informaba a los responsables. Las zonas sensibles se clausuraban. No se permitía acceso a ninguna obra y se selló el Área 51 (Casa del Gobernador). Pese al rigor de la actuación ocultista, hubo algunas fisuras y seguí fotografiando y recibiendo fotografías de colaboradores, de lo que ni siquiera ellos se imaginan. Todo está a buen recaudo y esperando la ocasión en que pueda ser publicado y denunciado.

     De momento, me queda la satisfacción de que no ha quedado impune. Las evidencias están a la vista de todos. Como esta de la muralla antigua del Mantelete. Es una auténtica fechoría. Ahora está todo absolutamente clausurado y en Melilla La Vieja, se intimida al que deje pasar a hacer fotos a cualquiera no autorizado.

     PD: Hay un dato que avala la posible antigüedad de ese «resto de muralla» y son los sillares de piedra negra volcánica, probablemente extraída del Gurugú. Los españoles, una vez conquistada la ciudad en 1497, ya no volvieron a salir del perímetro en 4 siglos, por lo que esa piedra tuvo que ser labrada antes del siglo XV.

La ocultación de vestigios islámicos en Melilla


 

         Borrando el pasado bereber en Melilla 

    Las campañas de actuaciones arqueológicas en Melilla serían discutibles, si los ciudadanos pudiéramos conocer qué se está haciendo, aun así, volvemos a preguntar: ¿Qué pasa en el yacimiento del Gobernador, cuál es el futuro del yacimiento, porqué se catalogó como BIC (Bien de Interés Cultural)  y porqué se deshizo un mes después?. Son preguntas que permanecen sin respuesta, porque hay quienes se han apropiado de la cultura y del pasado de nuestra ciudad y se creen con derecho a no rendir cuentas a nadie.

               En España hay decenas de páginas de información arqueológica y la noticia de cualquier hallazgo por mínimo que sea, atraviesa todo el país. Se divulgan datos, se ofrecen fotos y se suministra la información tanto a profesionales como a aficionados. Hoy se sabe, por otros medios, que “el muerto» hallado en el Kursal/Nacional, era un esqueleto completo, que presentaba armonía anatómica (lo que descarta la explicación del arrastre) y que podía tener ajuar funerario, pues junto al esqueleto había unas extrañas piezas que no eran óseas, con formas más próximas a una hachuela o a una lucerna, que a un escafoides o a un metatarso.

          Melilla estuvo siempre poblada, en mayor o menor medida, por población autóctona, berebere (ni española, ni marroquí), de ahí que a cualquier hallazgo haya que colocar el calificativo mauritano para determinar la zona geográfica en donde se encuentra. Los hallazgos serían neolítico-mauritanos, feno-mauritanos, púnico-mauritanos. 

          El caso es que el territorio de Melilla presenta hallazgos de diferentes épocas, de modo uniforme. Hay o hubo silos de almacenaje de grano en las inmediaciones del Álvarez Claro, en la Barriada de La Constitución, en La Alcazaba, en cualquier lugar de Melilla La Vieja y casi todos han sido tragados por la tierra. Ello indica, a pesar de las desapariciones un poblamiento constante y continuado que atraería a su vez la presencia de fenicios, cartagineses o romanos.

          El último es este del foso de Santiago (hay otro debajo del baluarte de San José), situado entre el oratorio musulmán del Mantelete y las oficinas de Lalchandani. Del silo o pozo, ya sólo queda media sección, en forma de cono invertido y excavado hasta la roca madre, por lo que pudiera tratarse tanto de un silo o de un antiguo pozo. Las fuentes documentales árabes describen el potente manantial que abastecía de agua a la Malila musulmana y que se situaba justo en ese lugar. En la parte alta de la desfigurada Plaza de Armas existía hace años un pozo de agua y también hay otros dos silos tapados, todos de procedencia bereber o musulmana, o si se quiere púnico-mauritanos, pero nunca prehispánicos. La existencia del manantial y del nivel freático explica que el aljibe de La Escuela de Hostelería, mantenga el nivel de agua pese a estar completamente cerrado.

         El macizo rocoso o calcáreo sobre el que se asienta la Ciudad Vieja era mucho más grande, pero las necesidades defensivas obligaron a adelgazarlo y a realizar cortaduras y  nuevos fosos, por ello, de muchos silos de almacenamiento de grano, de pozos,  quedan sólo restos o secciones, como el de este caso. Existe otro medio silo de la antigua ciudad musulmana bajo la reconstruida Muralla Real.

          La Consejería de Medio Ambiente, que es de la que dependen las obras de Melilla La Vieja, va a proceder al tapado y relleno con cemento de este vestigio histórico, que debería mantenerse como tal y con  su explicación y leyenda al lado. Además debería hacerse un análisis rutinario por  los servicios de arqueología que dependen no se sabe muy bien de quién. Salvo claro está, que lo que se pretenda sea “tapar el pasado”, o cierto sector del pasado, concretamente el islámico.

            El pasado 16 de marzo dirigí dos cartas a las Consejerías de Cultura y Medio Ambiente, aconsejando que no se tapase la sección del silo o pozo del Mantelete. Se me respondió diciendo que La Comisión de Patrimonio (que es sólo una correa de transmisión de órdenes)  había autorizado el proyecto y que el Instituto de Las Culturas del Mediterráneo ya había “visado” el proyecto, o certificado la defunción del silo.

             La sección del silo ha sido tapada, la falsificación del pasado se ha producido una vez más y esta vez estaban advertidos, pero ha dado igual.