El primer círculo


Lo que nos sirve no lo sabemos. Lo que sabemos no nos sirve. A. Solzhenitsyn

El Infierno se compone de círculos, el Poder también. El infierno en el Poder consiste en quedar fuera de él, por eso se evita de cualquier modo. En La Divina Comedia de Dante, el primer círculo es el exterior. En el Primer Círculo de Alexander Solzhenitsyn, ese primer círculo son los Gulags, los campos de trabajo de Stalin, porque para el Nobel ruso, prisionero en esos campos, eran el mismísimo infierno, el infierno helado, como también se le conocía. Pero «el primer círculo» o círculo íntimo, es también el grupo de personas que rodean al líder, aquellos en quienes confía, porque el Poder es así. No hay amigos en el Poder, cualquiera del que se tenga que prescindir, se prescinde de él. Lo hemos visto suficientes veces, desde el regreso de La Democracia. Ninguna pareja política de amigos ha sobrevivido: Adolfo Suárez y Abril Martorell; Felipe González y Alfonso Guerra, José Mª Aznar y Mariano Rajoy; Pedro Sánchez y José Luis Ábalos.

Alexander Solzhenitsyn describe a los grandes nombres del círculo íntimo del stalinismo, casi todos ya olvidados, como el juez de jueces Abakumov, Poskrebischev, y tantos otros. Él, el camarada Stalin, el padrecito, no escribió nada personal por su propia mano, pero afortunadamente Solzhenitsyn sí, y de modo magistral. Sus obras tienen esa característica de las obras inmortales, la intemporalidad. Sus relatos, sus descripciones, no solo son rigurosamente exactas, sino que además conservan la actualidad. Seguimos viendo esos comportamientos en los personajes del Poder. Teniendo en cuenta que casi todos sus relatos fueron escritos en los periodos de reclusión en el Gulag, asombra la calidad de la narración y la precisión de los datos y hechos narrados. Nadie es insustituible en el primer círculo. Los servicios prestados no sirven de nada. No existe lazo o nudo que no pueda ser destado. No hay gratitud. El elogio es gratuito, pero la lealtad no. Todo se paga, en todos los sentidos.

El caldo gordo, la sopa de neutrones

En un núcleo (de según qué materia) la densidad es mayor, también la presión y las distancias son mínimas. El colapso de un átomo provoca alteraciones que en el exterior. El Parlamento es el núcleo de La Democracia, y las organizaciones políticas son sus elementos constitutivos, por eso las turbulencias parecen mayores vistas desde fuera, pero no ocurre nada que no haya pasado antes, pero con otros nombres. Lo que asombra en Solzhenitsyn, además de la potente ironía, es el sentido del humor, pese a escribir desde el mismo infierno. Sobran analistas airados y la crispación partidista.

Todo lo contrario de los autores actuales, los más leídos y escuchados, en los que todo es crispación, virulencia y antagonismo. Esto invalidará esos libros, esos testimonios, para el futuro, porque no podrán ser separados del contexto en el que fueron emitidos. José Mª Aznar sigue siendo un personaje hosco y airado, del que se duda que tenga amigos, o leales.

José Luis Ábalos pertenece al núcleo, al primer círculo. Esto está escrito y narrado por el propio Pedro Sánchez. Es uno de los cinco del coche, como se describe en Manual de Resistencia, que ni es un manual, ni habla de resistencia. Ya habíamos escrito acerca de este libro, que cobra un nuevo significado en la coyuntura actual. En realidad es la descripción del «círculo íntimo» del Poder, sus relaciones internas, la aparición y formación del propio núcleo, narrada por su elemento constitutivo, esto es, Pedro Sánchez. Eso es lo que diferencia a unos partidos de otros, su composición y su materia. Ábalos es un átomo importante. Deshacerse de él no va a ser fácil. Koldo García fue el custodio de los avales, que no de Ábalos, en la epopeya del retorno de Pedro Sánchez. Estaba en la sopa de neutrones.

Podemos y Ciudadanos desaparecieron cuando se desintegró su núcleo, bien en un proceso lento, caso de los morados, como muy rápido en el caso de los naranjas. Mas lento es el proceso del verde Vox, pero igualmente inevitable. Las dos estrellas masivas del bipartidismo, cual agujeros negros, devoran todo lo que está a su alrededor, el peligro es que colapsen y se desintegren. Los errores son los mismos, las respuestas casi iguales. Alfonso Guerra también sigue siendo un personaje hosco. En el Poder no hay amigos. Hay que resistir,  pero tiene que existir un motivo que no sea el propio Poder.

La «tierra firme» de Pedro Sánchez


   La Larga Marcha es el proceso de retirada estratégica de Mao Zedong y Zhu Enlai y sus «guardias rojos» a través del territorio de China, entre 1934 y 1935, tras el cual se hicieron con el control de parte del territorio chino, y que a la postre les daría el triunfo sobre los nacionalistas de Chiang Kai-Sheck.

 La Larga Marcha de Pedro Sánchez se inicia en 2016, cuando los dueños del partido, entre los que se encontraba Rodríguez Zapatero (que hoy grita airado en los mítines) dirigen una auténtica caza del hombre político contra Pedro Sánchez, al que responsabilizaban de la cosecha de los peores resultados del partido socialista en toda su historia desde la restauración de la Democracia en España. Todo está muy bien descrito en «Había partido: de las primarias a la Moncloa«, de José Félix Tezanos. El Comité Federal del PSOE liquidó a Sánchez a la vista de todos, con pucherazos, con personas escondidas tras las cortinas, con traiciones y deslealtades diversas, y fue arrojado a las tinieblas. Y allí, en un ambiente denso, pronunció su más célebre frase: «Esto no se ha acabado«, versión adaptada del «Volveré» del Terminator. Todos los que le traicionaron iban a pagarlo caro (o están fuera, o mendigan los aplausos de la derecha, como Joaquín Leguina), mientras que los que le fueron leales conforman su núcleo duro, esos en los que siempre confía, y en nadie más.

  En la historia de los partidos políticos de la presente etapa democrática, no se ha visto nada igual. Los que han caído en una conspiración, sucumbieron para siempre. Solo se perdonó a Susana Díaz, y se le ofreció un puesto en el Senado por designación Autonómica. El resto del libro presenta la cuestión de la redefinición de la socialdemocracia o la situación de la democracia en los partidos, pero sin resolverlas. El gran empecedor contra Sánchez es Tomás Gómez, en la Federación Socialista Madrileña, al que acusa de «haber tenido secuestrada a la FSM». Este libro y el Manual de Resistencia son casi el mismo, narran el mismo periodo de hechos, pero el último en primera persona.

       El Partido de Pedro Sánchez

  Durante medio año, apoyado por su familia y un grupo de leales, recorre cada federación socialista y las incorpora a su causa. Las que se le unen voluntariamente son recompensadas, las que le son esquivas, como Andalucía o Madrid serán arrasadas. No quedará ninguno de los viejos nombres. Pedro Sánchez recupera y construye un partido socialista a su imagen y semejanza, como hiciera Felipe González en Suresnes en 1974, sin sombra de traiciones, o al menos eso cree él. Lo único que hermana, incluso ideológicamente a ambos dirigentes, son las siglas. Sólo González es su alter ego en el partido, aunque le profesa un gran respeto. Todo lo demás ha cambiado, incluso las definiciones. En 2017 el apoyo popular a Sánchez era inmenso, aunque eso luego no se tradujera en una representación parlamentaria amplia. La aparición de los nuevos experimentos políticos como Podemos y Ciudadanos (ya extintos o en desintegración final), redujo la fuerza del bipartidismo clásico, que quedó muy mermado. El único que decidirá su final será él mismo, o los votos de la ciudadanía, que aunque no le sostienen lo suficiente, tampoco le disminuyen el grado de apoyo. En el presente año y en solo 2 meses, fue capaz de recuperar 1 millón de votos, con el que frenar el acceso de la ultraderecha de VOX, al gobierno de la nación. Este es su principal objetivo y así lo expresa en su más reciente libro Tierra Firme, título homónimo a una novela de la escritora Matilde Asensi. Aquí sus asesores, redactores o colaboradores, se han apuntado un tanto negativo. El título hubiese mejorado solo con la utilización de una preposición ( en, hasta, desde, por) o cualquier otra. 

Investidura fallida, expulsión del PSOE, moción de censura, la cólera y el Manual de Resistencia

 Curiosamente, porque nadie parece leer los libros de los presidentes, el Manual de Resistencia es todo menos eso. No se dan instrucciones para resistir, ni tampoco se justifica el motivo, Hay muchas dosis de suerte en su trayectoria, de «baraka». Entre el 1 y 2 de marzo de 2016, Pedro Sánchez se somete a una investidura fallida tras su acuerdo con Ciudadanos de Albert Rivera. Podemos cometerá un gran error político y auspiciará la caída de Sánchez votando «no» en la sesión de investidura. En realidad solo buscaban vengarse de Pedro Sánchez, por no haber conseguido relegar a los socialistas a la 2ª fuerza política de la izquierda. De haberse dejado formar ese gobierno, Mariano Rajoy no se habría dado una segunda oportunidad a Rajoy para prolongar su agónico gobierno, lastrado por la corrupción y la sombra de la utilización del Poder público para la persecución de personajes públicos. La aparición de VOX se hubiese retardado y su fuerza electoral mermada.

  Los 85 escaños del partido socialista en 2016 son utilizados en su contra por los conspiradores de octubre. Pedro Sánchez se ve obligado a dejar la Secretaría General, y en un arrebato de cólera renunciará a su acta de diputado. Formulará otra de sus frases célebres «No es no», y abandonará el Congreso para no verse obligado a abstenerse en la investidura de Rajoy. En solo medio año habrá reconquistado su Partido, y se convertirá en el primer presidente del gobierno que ni siquiera es diputado, y que accede al cargo por una moción de censura triunfante, la del 1 de junio. El uno siempre presente en sus grandes acontecimientos personales y políticos.

    En Tierra Firme

  Pedro Sánchez entierra firme a todos sus adversarios, tanto los internos como los externos. Casado, Leguina, Gómez, Iglesias, Rivera, habitan ahora en los círculos del infierno o del purgatorio político. Algunos más esperan engrosar esa lista, como Isabel Díaz Ayuso, a la que accederá en cuanto encuentre un candidato con el que hacerle frente en Madrid. Su línea semi histriónica, empieza a mostrar signos de debilitamioento. La gente prefiere gestión y busca a quienes sean capaces de llevarla a cabo. Lemas como «socialismo o libertad», pueden resultar eficaces, pero no se come, o vive con ellos. Aun así, el caso de Madrid es extraño.

  ¿Qué es Tierra Firme? Son las reflexiones surgidas del susto electoral de las elecciones municipales y autonómicas de Mayo, de 2023. Pedro Sánchez está acostumbrado a vivir en el mismo borde del desfiladero. A formar mayorías de gobierno imposibles, aunque ello le suponga desdecirse o rectificar sus anteriores planteamientos. Esa versatilidad crispa a sus adversarios, entre otras cosas porque no logran su descarrilamiento electoral, ni siquiera en las condiciones más adversas. Uno no debe culpar al otro de variar sus postulados o de ser imprevisible, y esa sí es una de sus principales virtudes, imprescindibles en un político. Su defecto, o el de sus asesores, es no reconocer abiertamente y con prontitud, esos cambios de postulados. Pedro Sánchez apoyó claramente la aplicación del artículo 155 tras el desafío independentista catalán, solo que ahora ha visto la necesidad de aplicar una amnistía política a todos los implicados en la irresponsable acción de Puigdemont (una declaración de independencia que duró un minuto es una charlotada), pero ya la llegará la hora de ajustar esas cuentas.

 Tierra Firme es también la declaración airada contra todas las calumnias de las que se le ha hecho objeto, y de las que sus colaboradores no son capaces de atajar, algo de lo que también se queja. Resulta sorprendente que un Presidente de Gobierno tenga tan poca defensa ante difamaciones gravísimas (traidor a España, sepulturero, asesino, gobierno Frankenstein, relaciones familiares con el narcotráfico, negocios en Marruecos, dictador, golpista, tirano, psicópata, etc). El energumenismo de los gritos en su contra en los actos institucionales es algo que debería ser evitado. No es posible que actos, incluso con la presencia del Jefe del Estado Felipe VI, se vean sometidos y condicionados por esa manifestación de zafiedad extrema. En Manuel de Resistencia manifiesta su sincera sintonía con el Monarca. España puede estar en riesgo, pero por parte de aquellos que intentar desestabilizar incluso el propio entramado constitucional. El primero que escribió sobre la necesidad de una segunda Transición fue José Mª Aznar, y no Podemos, que finalmente acabó participando alegremente del Régimen del 78.

  ¿Qué nos espera? Bronca, la hipérbole y el hipérbaton político (la alteración de los términos y significados). Todo es fascismo o comunismo, golpes de Estado y traiciones a España, la sombra de la liquidación de los Tres Poderes, aunque no sea cierto o muy discutible, o no estén tan separados. El libro es un programa político para el futuro, que se cumplirá o no, dependiendo de los resultados electorales. Tierra Firme no es el libro rojo de Mao. Leídos todos los libros, afirmamos que por lo general, el pueblo sabe muy bien lo que vota, y distingue entre unas elecciones generales, unas autonómicas, europeas o unas municipales. Los partidos suelen plantear una unidad de acción electoral, pero la gente separa perfectamente su voto. Sólo que en un mundo de listas electorales cerradas, los partidos no buscan la eficacia o la competencia personal, sino la adhesión del acólito.

En política no existe la tierra firme. Abunda el lodo fino y las arenas movedizas. En los libros, además del detalle del colchón de Rajoy, y otras anecdotas de bajo calado, no hay detalles que permitan interpretar a la persona.